domingo, 8 de agosto de 2010
Bibiana Poveda
técnicas de desamparo
názcase en el seno de la no queribilidad
y embárquese en el oleaje del desmadre
regurgítese cada inmobiliaria palabra
y enquístese en la seducción de la histeria
qué estás haciendo ahora
hecho un cíclope destetado
probándote la cara de huida
pronúnciese contra el sostén de posibilidad
y empápese con una enagua de limones
oxídese los adolescentes cienfuegos
y exímase de estruendos travestidos
recortás la alcuza de nuestra mesa
y en la servilleta, tu crucidrama,
derramás más vinagre, más
sépase que el universo no está de su lado
que el estado está de costado y no del suyo
asúmase que el amor se ahogó en un pez
cuando la luna esparza sus sales
en las calvicies de mi cama
implántese en la branquia de la noche
no se escatime ni el odio ni el simulacro
láncese una reposición modernosa de job
sabrás de mis prácticas exitosas
de los procedimientos de mis pestañas
sondeando en las nanas nunca resueltas
de los imperativos inmorales
que, hipnotizada la sábana, embeben
la sustancia del desamparo
tributo a Lucy*
(duerme, lucy. sueña evamente)
nena: hace varias muelas del juicio
que no nos vemos los fósiles
tu pelo es una duda arrinconada
te machacaron el clítoris y el fuego
¿dónde ovulabas tu sangre hambreada?
¿tuviste, acaso, tantos ellos como yo?
contame, lucy, girame una respuesta
negra negra negra de carne de punta
como tu lengua prolongada en la mía
una pena etíope te escarchó los pezones
nena: yo sé que sufriste como un diamante
incrustado en las heces de occidente
ahí está tu ombligo sin palabras
le crecieron un sicómoro y nueve velos
incluyendo hijos como muérdagos
veintisiete kilos de una mujer, lucy
no es poca cosa para reverenciarte
en un destino con adanes de nylon
prestame esas pantorrillas torcidas
y me pondré las botas animalprint
remendadas con vellos del pubis
del consorte que me hizo pagar
tranquila, lucy, ya no hay almas
estoy tan desnuda como vos
tan hecha mierda por el terror
no me pidás socorro ni mordazas
mi cómplice escombrada:
chupemos los silencios
seamos cortesanas del gusano
bebamos a tu salud, hermana
por el bien del semen esquizoide
de todos los australopithecus
que aún nos quieren penetrar
con la misma mortaja
(sueña, nena, con flores paleomagnéticas
y que se joda la horda)
*Lucy es el esqueleto de una hembra perteneciente a la especie Australopithecus afarensis, de 3,5 millones de años, descubierto por el estadounidense Donald Johanson el 24 de noviembre de 1974 a 150 km de Adís Abeba, Etiopía, mientras escuchaba “Lucy in the sky whit diamonds” de los Beatles.
ad hoc
control, las medias de tres cuartos, la visión
la chaveta.
como el ala de barro con almíbar
el ad hoc, los dos dedos de espalda, el pajar
el cajete.
como el raspasuelas sin welcome
resolución, el timo, las asanas
la suerte.
como el tándem del karma colador
hambre, el aviso de retorno, el áloe veraz
la bombacha.
como la costilla flotante en un sufragio
turno, la escara del pudor, el permiso
como el vicio que ungía la simpleza:
he perdido
el tiempo
y tu reloj que me indicaba
la ocasión.
nudos
(pilato, pilato, la cola te ato)
nena ordenada, que me vagás por las fechas
atrapá mis latidos, llorame las injurias
soplá un globo de versos
y
pinchalo con un diente de leche
mientras los bichitos de san antonio
te cortan las uñas de los pies
(pilato, pilato, no seás pacato, hacé lo tuyo)
fui cambiada por un collar de sequedades
por un pitojuán, por medio litro de bencina
fui robada de mí, hubo una quemazón
y
me perdí en las vértebras de un sótano
al que llamaban hogar.
(pilato, pilato, ¿sí o no?)
aunque tenga un asterisco entre las piernas
me dejo las canas verdes antes de que toqués
el bestial desamparo de mi signo
y
te niego con un nudo
de rabos de conejo marca acme.
(¿pilato?)
sé que me quieren de a pedazos
y me apedrean cada intento
de reparar algún sueño de colección
el amor, en fin,
necesita el pontius de siempre
que se lava las manos después
de la eventual meada
se da la vuelta
silba bajo
y sigue
con sus estrictas funciones
de tarado público.
(no te desato)
pulsión número cero
no iré de campanarios ni palomas
los badajos me parten las índoles
me castro con moscas los oídos
antes de implorar un nuevo lazo
en esta capilla de cacareos varios
declaro ser un siendo en valva
y no la hostia de yogur sanitario
que comulga peinada
con el bucle de ignominias
me hicieron vomitar en primer grado
mamá me mima - pero hoy está nerviosa-
mejor le doy franquicias para obviarme
entonces más turbo más y foso abajo
un guaraní dotado me encapota las nalgas
lanzando un rojaijú a este mucoso hábito
un columpio con tintines de fémur
hamaca a la infanta reumatoide
crecida de bruces entre tentáculos
incapaz de otro rito más perverso
juego con el fracaso de helena
mi muñeca peptídica
hastiada de esperarme
le pido perdón por las polillas
que recorren sus trenzas
y por las pulsiones que me debo.
casi
tendrás tu casa de dos aguas, templada de perros y alacenas.
macetas de concordia y un limonero para colgar tu hígado
entregado a los domingos.
llenos tus peces y tus títulos, el mercado de pifias
el carneo de gatas insurrectas y la risa de canesú
para cobardes
a rebaja.
tendrás las cucharitas bien edulcoradas, el sofá emputecido
de almohadones. los platos sin cachar, la fruta casi entera
a excepción de las uvas.
la inconciencia que precede a la vida.
las palmas en un cuerpo repetido. la dócil harina amasándote
el soborno. el tablero licuado de jugadas.
la solución irremediable del siempre más
más
más
de
lo
mismo.
tendrás lo que quisiste
y lo que no:
en cada octubre recibirás el látigo que hinque los espejos
de tu buenaventura
y vuelva a mi mano espolvoreando
los barrotes tullidos de una cuna.
de bruces
ni un nombre apropiado para autografiar el boletín de fiebre. tampoco un perfil que limite con el color cardumen de mis ojos.
no habrá dopajes para entrever mentiras
ni cargaré lengüetas que se abran en el concilio
de las vengatrices.
un dedo entinto piafando sobre el timbre de mi casa:
el número del pecho
de las lanzas y el talismán de magnolias volcándose
en el éxodo.
ahí
que busquen el suceso de los zánganos oblicuos de mi sonrisa.
ahí
la fe arrendada a un cenicero. la servilleta de harpía
que me observó en la libación de la última súplica.
esta matriz de saldo y arruga de los nuestros. el reposo
de un hombre.
su cabeza oculta entre quehaceres de arena y castillaje.
las cuerdas desenredando nanas de deudos imprevistos.
el anillo que todas quisieron sajar en su índice
y que mi alpiste dejó
entre las palomas
chorreadas en el tul increíblemente disfrazado de aceptación.
la ironía de bruces, por fin, penetrada
por la honorable cámara de
buenos sentimientos.
y lo que nunca aprendí a abandonar
esta diadema caníbal que desecha de mí
cualquier otra
descendencia:
la misericordia de la palabra
cama adentro
eunuco por contrato perpetuo
no controla su esfínter ante mis medias tintas
adereza los embutidos de mis imposibles
hurga mis penas atropelladas en el tráfico de bombachas cola-lost.
retuerce los pechos de venus: piensa que soy yo
les cauteriza la erección con un pijama de franela.
con el diario del domingo (sección cultura troche y moche)
me soba la pelambre de campesina opulenta
con los editoriales rasquetea los callos de mis acrobacias liricoidales.
lustra la foto del año del búfalo dotado
en el que fui arrestada por practicar la histeria alternativa.
me enternece con un gesto absolutamente pletórico:
ponerme la mantilla de escrúpulos
cuando se me revientan los abscesos de mentiras
me mece, me escarnece
cama adentro y maior domus
este miedo:
vive chamuscándome el flequillo
cada vez que intento encender la sombra de una resolución.
romanza
migran los redondeles ópticos
hacia la partitura
de la losa adhesiva
espuma de pólipos la nariz
que cada mes a mies
sesgaba el trigo genital
uñas con pena de tecla
rascan los líquenes de la hoz:
hosanna en las bajuras
un babero le blinda el tórax
miseria de naftalina
membrana sin crujidos
pero escucho en su mordaza
la púa sobre el absurdo
disco que me raya la lengua
no hacía falta su muerte mía
para presumir de vitrola
expectorando la romanza
de esta puta ausencia.
irritable
¿lo encriptado?
el moco la cera en el oído los polígonos
el puñado la glotis el foso en mis escritos
los que encriptadamente joden
¿o los coprofiliados?
el concepto de onda:
la ropa onda yeah el escritor de onda
la onda retro post pre par punk pin
y la que te parió
el psedomarginal con su cu-logoteta
su huevito oligárquico su malamado odio
travesaño político su himno de pajero
su escabechina oral
¿la desgracia con suerte?
el pito de la suerte suerte que sos soltera
pirucha para el tipo la suerte de la fea
y la que te faltó
la cadena del ángel la de san expelido
la del baño del perro de la rosa aconchada
la de los condenados la del favor perdido
la de los cien lamidos
hay cosas que me irritan:
escardar cebollinos
y
lo que me pudrió.
Nota: Vive en Mendoza.
Qué bueno leer a Bibiana acá.
ResponderEliminarmuchas gracias, Marina.
ResponderEliminarGermán, nuevamente, gracias!
Como dijo Marina, Bibiana acá le da un matiz especial. El propio, inclasificable (menos mal)pero tan maravillosamente poético que es imprescindible.
ResponderEliminarGracias a todos por poder releerla y darla con la misma entrega con que, ella,se nos brinda plena.
Y hablando de brindis: ¡SaaaaalÚ! a todos los poetas.