miércoles, 27 de julio de 2011
Vanesa Cuello
I
cada palabra
me lleva a otra,
y a otra
y a otra más
insuficiente.
así comienza
la larga retahíla de
vacíos.
infestos anagramas
que me comen.
II
la voz se arrulla
al oído para decirle;
“nadie puede cometer
un error y equivocarse”.
III
un calambre
en la lengua
titubea;
no decir
no es lo mismo
que callarse.
IV
acaso entiendas que
hay de mí pedazos.
trozos míos.
humos andrajosos.
asma y obsecuencia.
camino de serpientes
que adhiero a tu ropaje.
todo de mí en tu insomnio.
yo no sueño.
me voy en pesadillas.
V
una mujer
abraza a otra.
se dicen
palabras de amor
y desamor,
cosas obscenas.
una mujer
la toca a otra.
el aire
es más liviano
cuando el beso.
una es ella.
la otra
yo.
Nota: nací en Buenos Aires. Parte de la infancia y algo de la adolescencia viví en Villa Mercedes donde a los 13 años tuve el privilegio de conocer a Patricio Torne. Fue en el taller de Patricio donde encontré el lugar y el espacio que necesitaba para aprender el uso de herramientas que me permitieran decir cómo y lo que quería decir. No sólo encontré un maestro y formador sino un gran, gran amigo.Volví a Buenos Aires, tuve un bar, anduve haciendo un par de cosas (talleres de guión, teatro, etc) Hace cuatro años volví a Mercedes.
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