lunes, 24 de octubre de 2011
Gisela Galimi
Estación
El invierno termina algún día incierto.
Ni antes ni después
que finalice el frío.
No importa como lo llames
ni la fecha que dicte el almanaque.
El invierno es invierno.
Las muchachas podrán ignorarlo
y vestir primavera en septiembre
enamoradas de las quimeras.
Pero una mujer ya tiene su experiencia.
Todo llega a su debido tiempo.
Asesina
Harta de ser la víctima
me convertí en mi propio victimario.
Protagonista hacia el final
no me tembló la mano
al clavar la daga en mi vientre,
aquella tarde de calor insoportable.
Hice, lo usual en estos casos,
el filo para arriba
y un movimiento ascendente
para un desenlace efectivo.
Usé el cuchillo como la verdad,
que puesta sobre la mesa
duele más que cualquier mentira,
pero alivia.
No me siento culpable,
fue en defensa propia,
tuve que matarme
para no morirme.
Yo antes
Yo antes
me ponía de novia
los sábados
y como el tiempo
era eterno
los domingos todavía
tenían gusto a beso.
A veces los lunes
me arrepentía,
algunos martes
escribía poemas,
pero siempre
un nuevo sábado
asomaba
fénix y virgen.
¿Cómo es que ahora
todos los días son jueves?
(Inédito)
Nota:Nació en Lobos, Pcia. de Bs As. Estudió Periodismo en la USAL. Ha publicado el libro de poesía Claroscuro y Colorado (editorial Tierra Firme)). Colabora con el Festival Internacional de Poesía de la Ciudad de Buenos Aires. Ganó el premio Givre a la Poesía Joven. Participó en los recitales Primavera en Libertad y Federico García por Bulerías. Trabajó en diversos medios y hoy dicta talleres de escritura publicó el libro Documentos de Comunicación Institucional (EDUCA). Es docente de la UCA.
ggalimi@gaescritura.com.ar
martes, 18 de octubre de 2011
Marcelo Ahumada
LOS ESQUIMALES
I
¿has tenido a alguien
muriendo en tu cama?
¿una pajarera inconclusa?
¿un whisky con vidrios
porque no pudiste abrirlo
con pulso firme?
me estoy haciendo viejo
en la oficina de sal
no camines
si no vuelves
si estas allí
en cama
habrá tristeza
para hacer otro día
la gente se aposta en el camino
les venderé pan
una especie de iglesia ligera
y conversaré
eras de hierro y frío
una piedra translúcida
tiraré la piedra al río
no sigas
me haré transparente
luz pesada
en el fondo del agua
recortado
me armaran sin nombre
como si hubiera estallado
en una persona normal
II
rezo un humo viejo
amontono cosas y domicilios
como si no viviera
en el túmulo
no sé quién
a uno de los dos
no le alcanzó
(te construiré
no vuelvas
creo en vos)
no me detengo
soy una mosca
contra un motel sobre la ruta
contra el cementerio verde
donde corríamos a los pájaros con el revólver.
III
las personas
la lluvia herida
el auto transpirando un oxido tranquilo
venerable como un árbol caído
limpiaré mi casa
me podrás oir detrás del filo de la lluvia
como si le amputaran un jaguar
me querré mucho quizá para fumar
este gajo de despecho
llorar como el prado con fiebre
extenso, manso y extenso
no vine hasta aquí
donde no te encontré
¿ no vivías en Egipto ?
me sentaba en tu cama día tras día
hilando papeles rotos
en 5000 pedazos rotos
para lavarme la cara en el relámpago
Madrenaturaleza
¿tenés lexotanil?
no tengo madre
no tengo lexotanil pero sí tengo madre
no tengo padre
le digo: no tengo madre
aunque tenga lexotanil y tenga madre y tenga esta noche abierta
como un tajo en mi cadáver
no le daré una de mis pastillas
que su noche
le traiga desesperación
y lobos
papeles de la noche
Cayendo
halcones contra las cañitas voladoras
un 31 diciembre eterno
no tengo lexotanil madre
que advenga toda la locura
esta noche
escondo un ejército de alucinación
tártaros ciegos cabalgando
tengo el antepasado de todos los hombres
olvidados de la plegaria abandonada
en un ocio infinito
lascivia miedo furia
antes que amanezca madre
antes que amanezca
he soñado esta plaza
será el final de la guerra
y del árbol y del caballo
iremos pegados de fuego
en nuestra doméstica carcel
y algo indecible morirá
dispararán desde carruseles de invierno
contra las últimas páginas
de cien años, de la montaña, de rayuela
donde secas tu rouge
de maestra de loca de madre de hijo puto
he soñado cinco ancianos japoneses
observando
y un ángel acróbata y desafinado
sentado
sobre tu cabeza
no es necesario misas ni oficios
no hay cielos para nosotros
otros cuentan nuestra fábula
donde solíamos sentarnos
madre
antes que amanezca esta noche
mucho antes de esta noche
y de otras noches
no no tengo madre no tendré nunca madre
II
el día es largo el día no es el mismo día pero el día es largo
no hay pastillas
pero hay humo
algo arde
y no se ve
arde en la oscuridad
un humo
se quema
en todas partes
invisible
como si estuviera en mí
pero afuera
y
está vivo
busco un lugar
para dormir
en mi cabeza
abarrotada de personas
que no conozco
y odio
no hay silencio aquí
pretenden gritan duermen
ebrios
no es el mismo día
ni la misma noche
pero el día y la noche
son interminables
hace frío en la palabra nadie
¿descubrirán que me fui?
no hay llamadas
cartas de despedidas
hay avisos de cortes
y panfletos de televisores de pantalla plana
microondas con guirnaldas
en veinte cuotas resueltas en 0.99 ctvos.
III
estamos enfermos y avergonzados
como los tiempos
devorados por un fuego infinito mediocre y frío
como las tumbas contra la lluvia
recortados en una madeja de aire
gatos al filo del último eclipse del siglo
¿cuánto costarán las botas de aquella vidriera?
inútiles inútiles infértiles vivaces
(¿ por qué el ruido desgarrador
de un kiosco abandonado
contra el viento
piensa en el grito frío
que nuestros bronquios hacen
en el tragaluz de esta vela?)
sin embargo
si nos concedieran crédito
podríamos usar las botas
mientras danzamos desnudos
sobre el césped amarillo
y
milagroso
de esta fuga
sin pensar por qué
por qué nuestros muebles quieren morir
IV
eran tan largas las tardes
y tan chiquita nuestra tristeza
dios era un cristo quemado y derretido por las velas
la culpa por la erección en las misas
ante su temible cruz temblorosa
y cuando llovía sobre la soga
nuestro dios
era solo dios de mi abuela
(nunca habíamos enterrado algo más grande que nuestra perra)
qué será de los niños olvidados
y de los globos que le pertenecieron a los niños
viajaron hundidos
en sus pulloveres miles de años o de segundos
e inventaron las primeras veces de todas las cosas
se mudaron llevando
nuestros ojos y los puños
arreando perros desconocidos
a los que llamaron perros
y jamás tuvieron que cavar
nada para ellos
quizás dispararon al cielo una noche
llena de vientos
para ultimar al dios que moría perserverante
porque dios tambien fue la última palabra
de mi abuela
que la traía para hacer el inventario acordado y reputearlo
V
los pájaros congelados
desnudos
desmenuzados
en la fuente amarilla
que semeja una chata
en la heladera unívoca y vacía
de nuestra comida atroz
dibuja
helados hilos grises
del alimento muerto
del pollo destrozado
crepitando
entre tus manos
antes de caer en la cacerola
formándole un entrepiso
al vaho de la nicotina
y al agua de colonia
(me duele el pie)
debajo mío
miles de langostas o de pajaritos negros
alimentan
un rumor devastador
y estas langostas o pajaritos negros
no puedo descubrirlo
sostienen
el mar de langostas o pajaritos negros
que vas creando
madre
dentro mío
(me he roto el pie
golpeando la puerta
porque quise patearte
la cabeza
madre
como debí hacerlo)
se reproducen las langostas o los pajaritos
en otras langostas y en otros pajaritos
y sus sombras de langostas y pajaritos
en mas sombras de una cosa y de la otra
cubriendo el cielo el suelo y el aire
¿les cabrá lugar
en mi cabeza
su alimento?
¿será como el silencio lleno
los pajaritos o las langostas repletas
de la soja del maíz y del trigo?
(¿no debiera dolerte la cabeza
de madre
mi delirio mi muerte mi patada
en mi cabeza de hijo?)
VI
mi madre muere
en hospitales públicos
de un cáncer imaginario
en sus entrañas antropófagas
los perros ladran
en alguna casa
los mendrugos
en sus ladridos
cuidan un solar
del infierno
(una de las perras mata
al cachorro de otra
muere descerebrado
entre espasmos
en la caja de zapatos de gamuza
que preparamos)
hay tanto sangre en este hueco
palomas inmensas
de coágulos
atraviesan en picada
por el hueco
sus plumas llenas de vidrio
de las ventanas
de nuestra casa
(un sordo zumbido de volcán
Crece
un inextinguible volcán arde
y
tomo pastillas
decenas de pastillas
centenas de pastillas
miles de pastillas
que caen en el hueco
y crepitan en el vaho
quirúrgico
y de paz amortiguada
despegando mi hueco
de su cabeza
y su cabeza
de mi hueco
y llueve seco
plumas de palomas
que no recuerdo
ni tampoco olvido
porque alucino
jaurías de palomas
en fuego y vidrio
VII
que será esta distancia
este abismo sin cumbres
este dolor sin gritos
¿madre?
¿dejaste allí el lexotanil?
nos hará falta
a la tarde
tus perros
tus perros gimen hambrientos
lebreles de miseria
tu trono de nervios
canil de tu demencia
¿no deberíamos morir madre?
a la hora del almuerzo o de la cena
cuando lavas como golpeas
o arrastras y matas
¿debo morir?
ya no hay fotos mías
he dejado de asistir
a reuniones y fiestas
atender teléfonos o contestar cartas
no habrá idea alguna
que fui
(“alzaré mis ojos a los montes
¿de dónde vendrá mi socorro?”)
¿podrás superar los gusanos
y el frío
todo este frío
entre mis uñas en el barro?
¿cuantas horas tarda el sol en llegar a la tierra?
¿y a esta profundidad?
Todo
es olvidable pasajero impune
y
Correr
¿estábamos buscando monstruos madre?
(estoy cansado)
rezas de noche de dia de siesta a la tarde de noche
y en todas las religiones
arrollaste naciones
destruiste enemigos
quemaste sus aldeas
y alzaste contra nosotros
tus malditos pequeños mezquinos
dioses
hijos de puta
(“y los enemigos del hombre
serán los enemigos de tu casa”)
y
perseguiste a perversos
herejes inocentes presos perdidos
a todos los felices y huérfanos
hijos de la tierra cogiendo
(“cometiendo hechos vergonzosos
Hombres con Hombres”)
espero en términos vacíos
sin pasaje avión o viaje
porque la muerte es infinita
e incomprensible
porque la muerte es mía
y aunque pueda percibir el espesor de su languidez
no advierto aún la envergadura de su tristeza
“soy reo de muerte” sal de las tinieblas madre
LA DIÁSPORA DE LAS MARIPOSAS
en la oscuridad
sugiere a los ciclistas en la lluvia
las balas en la nieve
los ciegos en los pasillos oficiales
el aliento demora el paso de las nubes
sobre el rizo
que la tierra hace
en cada animal
en cada suburbio
en cada sol
que prepara su túmulo
porque las cosas se fueron
por el mismo sendero
la casa de nosotros
que los hijos ya hicieron
las ventanas desatadas
la casa arrebatada
prometida
CORTAFUEGOS
(-1)
Por entre los bueyes
las estructuras de las pilastras
el molino
y ese dios sabe qué en su horno
penetra un peso dócil
privado
íntimo
como un pergamino
la voz
esa mujer arrastra con su balde de voz
un agrícola encontrar al sol una decena de pasos marcados
es todo lo comunista que el barro pueda ser
despertar
en patio ajeno
tapando la soledad despeinada con el propio cuerpo cielo abajo
este cuerpo ha inventado las nubes debajo de las camas
para que arrodillarse sea de poeta
y no rajarse
como la urna
esa parcela desollada
por la que aquella mujer supo que otra vez había llegado la muerte
donde insistieron en poner a tus padres
uno al lado del otro
aunque mi madre
aún
esté viva.
I
La madera
los largos troncos en el agua por el río
como niños flotando un pueblo de barquitos
mira ese paraguas transparente de cielo cayéndose
río abajo
como besos en la nuca
esos viejos árboles se disuelven en la espuma
que se quema
tan pronto aparece en más espuma
dibujando
cientos de cartas de amor que arden
en el agua viajando nobles cadáveres
embrujados
los árboles de agua por la quebrada
olvidando los amores que los hicieron árboles
por el que serán venerables muebles tu cama
donde por centésima vez saltas
y me buscas has soñado que te llevan
que te van alumbrando en el aire
que el caballo
que a tu caballo
lo hicieron atolón barco abajo
un mar de arriba te espera
naufragio.
Nota:(1971, Catamarca), editado por el Fondo Nacional de las Artes, El Primogénito por el Suri Porfiado, y Cortafuegos por la Fundación Manuel J Castilla. Premio Federal de Poesía y Premio Federal de Cuentos, Premio Bicentenario, reside en Santiago del Estero.
domingo, 9 de octubre de 2011
Catalina Boccardo
aliento
a kim ki duk
cuando tu aliento
no humedezca el vidrio
la muerte mi amor
cada estación se habrá ido
cuando el tajo la sentencia
te haga callar
un bosque de sangre en la garganta
las estaciones se habrán ido
y quedará el invierno
última prisión
se habrán ido
las flores abiertas en verano
último dibujo del amante
y quedará
tu lengua enhiesta
invierno
una muerte mi amor
el arco
a kim ki duk
1
inmóviles
los dedos tensan un retorno
aérea
suspendida
la desnudez se pliega
en cada acierto
los ojos muerden la elipsis
el arco no dubita
es
su propio blanco
2
humanos
barca solitaria
del límite
su piel
y el resguardo
esta pulsión
flecha tierna
última
hierro 3
a kim ki duk
del golpe 3
su desliz corporal
las manos tocan
una pelotita
en el estómago
dicen basta
o no dicen
es amor_ me digo
luego de observar
algunas posibilidades
que la policía llegue
dónde la morada
mientras el corte
sangra menos
la casa vacía
un buen sitio
y no atiendas el teléfono
por ese infalible enojo
contra tu boca o deseos
que no puedas reprimir
el corte
sangra menos
con su ausencia
la captura
vecindad de sus latidos
subvierte
quita
mujer cabeza de animal
se desborda
y tu captura
del abrazo
una madre
no
la verduga esconde fina cuchilla
tu corazón señor sin dominios
sobre ningún cuerpo
*******
la piel del cielo
despierta oasis
al nómada de amor
Giuseppe Ungaretti
tus ojos encierran
ardillas incendiadas
esta noche como un féretro
vaho ciudad dormida
brazos de águila quieta
rodeo del cazador
tu pico toma en mi pico
la sed de una muerta
puñado oro
entre las piernas
salvación
amor quién puebla la noche
tierra partida
altares
de fuego de cenizas
agonía tu lengua nómade
*******
y cuando el otro en eso terrible
de la noche
desea levantar las sábanas enervar
el umbral
se asimila a una boca exigente
de piernas abiertas
una boca exigente
y desconocido tu cuerpo
desconocido tu corazón
el amor describe sin palabra
la clase de fantasmas que somos
ilusión y agua y fuego
la ternura
cuando regresás
a tomar tu cansancio
desde la puerta cerrada
un leve escozor
la nueva temperatura
los labios se nos parten
dentro está el tiempo
y el tiempo también
se nos parte
cuerda tensa
sensación de una mitad
fabricada
tus huesos me piden
alas rotas
rodillas de animal vencido
mucho más tus gritos
únicos gritos
crean las cenizas
*******
y mi suerte de fruta respeta
arde en tu mano lúbrica y turbada
como una mal promesa de veneno
carilda oliver labra
al mirar cada vez
mancho
uvas vencidas por el vino
(cuerpo de parra
enamorado de las sombras)
¿quién te trae
como una mal promesa de veneno?
quién te trae
anhelo
tu lengua insatisfecha
la mano que arranca
y que no
muero tus labios
fina semilla
límite del sexo amargo
y que no
y que no
herrumbre
el buzo cuenta sus viajes de agua
cómo trocaba peces por ausencia
él dice perennidad
y se nota su costumbre de silencios
hasta me quiere coral inhallable
aunque sus ojos acaban
esmeralda en bodegas esquivas
fragmento de ningún barco
despedida contra pájaros
la estación seca
ni granos
ni hojas
alguien
una lejanía
ofrecida
surcos alrededor
del vacío
sólo insectos fugitivos
signos
1
signos entre los cuerpos solitarios
partieron esas cartas hacia mí
un poco de óxido
porque el tiempo
o el agua de rosas
preñez
encierro de alcauciles
deshoja
el perímetro
tus bordes calientes
círculo mirado desde afuera
de cualquier palabra
2
tres hojas
sobre la mano
aún indescifrables
respiran como sapos
nostalgia de voces y de barro
Nota: Nació en Buenos Aires. Publicó "el jardín santo"-Ediciones en Danza.Tiene
dos libros inéditos y lleva adelante el blog www.adestiempolanada.blogspot.com/
jueves, 6 de octubre de 2011
Jonás Gomez
1
gloria a todo lo que pasa rápido y está vivo
el ritmo que suena en la fiesta es ritmo seco
es un híbrido de hip hop y música electrónica
especialmente sintetizado para la celebración
porque la celebración
porque el track
porque la comunión de gente en el pasto
es lo único que importa
dj lo tuyo es un disco de grafito, dejás
huellas dactilares en el disco de grafito
mientras los que te enfrentan
quiebran pasos en el pasto
no hay nada más puro que las manos elevadas de los que bailan
puede haber intento de conexión
con fuerzas que nos superan
puede haber espíritu
pero la celebración tiene carácter humano
esta celebración es bendita por los cuerpos sin rima de 2pac Shakur y Notorius Big
los 2 cubiertos con tapados de piel y sombreros blancos, con todas las alhajas del caso
los dos sonriendo muy macabro, pero sonriendo
probablemente con algún insecto demasiado cerca
pero están, no en el mejor estado, pero están
y se escuchan las ak 47 del otro lado de la loma
y los que se acercan dejan tributos a sus pies, dejan flores y fotos
que la celebración siga, porque ni presionando con los 2 puños
el botón de pausa del pasacasete de radio Raheem
se para la fiesta
2
la vitalidad importa, las ganas de fornicar importan, el olor
a transpiración alrededor del cuello
mezclado con el olor a perfume floral en el pelo
de la chica que intentás besar
eso también importa
los vasos de plástico rojo pasan de mano en mano
toman de lo que es amargo y forma espuma fresca en la superficie
no hay nada más puro que los vasos elevados de los que festejan
otra cerveza, otro tequila, otro whisky, otra medida de vodka,
otra botella de vino bebida del pico
y pasada de mano en mano
no hay nada más festivo que las botellas elevadas de los que festejan
pasan las horas y la ansiedad no decrece
pasan los tracks y por lapsos el ritmo se hace demasiado intenso
hay que cerrar los ojos, dejarse ir por el bajo saturado,
por la batería electrónica oscurecida
que estalla desde los parlantes
algunos vasos se vuelcan y el pasto
se cubre de espuma amarga
los pasos tienen otra consistencia, otra sonoridad al oído y después,
después que pase esto
van a quedar marcas en el terreno de todo lo que pasó en la fiesta
cuando sea de día se van a encontrar toda clase de objetos dispersos
llaves, condones sin usar, condones usados, anillos, rosarios de plástico y rosarios de platino,
todo lo que tuvo cercanía con el cuerpo
puede ser encontrado en el suelo
pero no todavía, la fiesta sigue se inician conversaciones y se detienen conversaciones
se encuentran manos, codos, algunos vomitan atrás de las palmeras
yo todo fluye y la multitud irradia la luminosidad de la energía física
es un momento de energía privada
confluyendo en el caudal de la energía colectiva
3
hay una pausa y el dj retoma el control con un set de los ochentas
los ochentas,
los ochentas fueron los años en los chicos blancos
tenían que viajar en tren a Brooklyn para escuchar
lo que estaba pasando con la música que iba a representar el futuro
todo viajaban a Brooklyn
iban en tren, se acercaban a los monoblocks, a ciudad alfabeto, al vecindario de bronce,
eran los últimos años del punk
aunque el punk
no había impresionado demasiado a los afroamericanos
todo era un espectáculo para la vista
las competencias de breakdance se daban en plena avenida
hombres y mujeres girando y contorsionando sobre cartón
o directo en las veredas
se veían los relojes de pared colgando como collares
zapatillas blancas radiantes
esos también fueron los inicios del bling bling
y de toda la artillería de la vieja escuela
4
pero eso fue antes y esto es ahora
desde alguna parte de la propiedad
llega corriendo un enano importado de México
corre y grita con un rastrillo en la mano
choca contra el tronco de una de las palmeras
y cae de espaldas
los concurrentes lo levantan
alguien le coloca una corona de plástico
lo elevan al nivel de la realeza
y por lo que queda de la noche
todo dicen:
que viva el rey, larga vida al rey
5
en un momento de la noche
algunos se alejan del sector en el que suena la música
para los que están ahí por primera vez
el encuentro es un hallazgo en todo sentido:
la pileta de dimensiones olímpicas
y el agua sin una hoja flotante
nadar de noche es una actividad pacífica
sumergidos
en el agua oscura
el bajo se escucha amortizado por el medio líquido
el agua está un poco fría
pero la sensación en la piel es estimulante
un remix:
fueron saltando al agua desnudos
fueron soltando los anillos y las cadenas de oro
y todo lo que podía brillar
era estrella
todo lo que era de carne
era planeta
segundo remix:
sumergidos en el agua, los cuerpos
eran planetas
las cadenas y los anillos de oro
astros que pasaban de mano en mano
tercer remix:
zapatillas nike blancas
flotan
en el agua oscura de la pileta
el vaivén las mantiene rectas, no se hunden
la única parte que toca el agua es la suela
el resto se mantiene seco
como si pies humanos
estuvieran sosteniendo la postura ideal
en la que debe ser portado el calzado
6
es verdad, las estrellas de la fiesta ahora lo tienen todo
a nivel material tienen todo lo que necesitan
y más
pero si ahora están en la cima, si fueron coronados
es porque antes pasaron tiempos de privación
de dormir hacinados con el resto de su familia en colchones con olor a meo rancio
la piel perforada por pulgas en verano y en invierno
años de subir y bajar las escaleras vomitadas y esquivar o iniciar peleas
y por detrás de todas las estructuras, como sonido omnipresente
el gong de bronce.
cada día, al mediodía
el dj hacía sonar su gong
y existía la posibilidad de que todo dejara de existir en ese instante
así que
hicieron todo lo que tenían que hacer para sobrevivir
y llegar a más
nadie te puede vencer si tenés el estómago lleno de comida
y provisiones en el refrigerador
siempre hay que tener pavo, salsa de arándanos, cerveza y coca cola
por si llegan invitados o para abrir la heladera a las cámaras de televisión, hip hop star.
hay que hacer lo que sea para asegurarse que el dinero siempre va a estar al alcance
para ser doblado en el bolsillo, en fajos gruesos
para invertir en camionetas, autos tuneados, una casa en la colina
para sacar a toda la familia del gueto.
y todo eso está ahora, el bienestar es real, pero antes
en el vecindario del gong de bronce
los muchachos se asomaban a las ventanas de los edificios
y desde alguna parte del complejo
llegaba la vibración del gong
y el sol
liberaba su óxido a las fachadas de todos los bloques
cuando el gong vibraba más fuerte
la gente se alejaba de la calle
el rumor que se transmitía era que el sol podía derrumbarse
caer en el parque central
y arrasar con todo el complejo habitacional
7
nadie conoce la cara al dj del vecindario de bronce
podría ser cualquiera
podría ser ese adolescente asiático que barre en el minimercado
podría ser ese afroamericano que camina despacio y habla solo casi todo el tiempo
podría ser ese chicano que vive con la cabeza cubierta con capucha
podría ser alguien rapado, con gorra, dreadlocks, afro, pelo corto, largo, podría ser cualquiera que camine por las calles del complejo habitacional
cualquiera de las torres doradas puede albergar a alguien con un nivel de talento de esa magnitud, de esa proporción
porque hay que tener talento para presionar los discos de grafito
hay que tener una mano especial para hacer sonar el gong y que en el sol
haya una réplica sísmica de lo que está pasando en la tierra
¿qué clase de música se puede hacer en el sótano de un edificio?
música de ladrillos, de bocinas, música de automáticas, música de vigas de hierro, música de puente, música de saltos en el concreto, ritmo de aerosol, música de soga que hace fricción en la calle, música de canchas de basket
¿qué clase de música se puede generar en un ambiente dentro de parámetros?
el dj tiene que pasar horas encorvado sobre sus máquinas
enchufando y desenchufando cables, ejerciendo presión sobre los vinilos de grafito,
con el oído muy cerca de lo que pasa en la bandeja
en un trance equiparable al trance masivo de 10 lamas tibetanos
conectado con la divinidad del sonido, conectado con la aguja
que recorre el perímetro circular y arrastra música para pasar el día
o para samplear
un fragmento y amplificarlo, amplificarlo y atacar el vecindario
8
Branford Marsalis dice: el jazz cita otras canciones
el hip hop toma muestras de otras canciones y las incorpora a su propio esqueleto
cuántas capas de sonido pueden sumarse en yuxtaposición
para formar un track de 3 a 4 minutos
cuántos sonidos pueden confluir en el festejo
el sonido de un instrumento puede ser intervenido
manipulado a través de filtros, saturado, dilatado o expandido
para que llegue a los oídos con otro espesor
no se puede describir la bomba que suena en este momento
no se puede
porque se puede hablar por horas de lo que pasa y pasó esa noche
pero si no estás con las zapatillas húmedas por la cerveza volcada
si no estás sumergido a oscuras en la pileta
si no estás con las manos en alto, entregado a lo que estalla desde los amplificadores
no sos uno con la festividad
o quizás sos de los que se pasean alrededor de la multitud
pero no se mandan
quizás sos de lo que caminan por ahí
repitiendo: epifanía, epifanía
para después contar lo que viste, escribir lo que no viviste
todo puede ser contado de muchas maneras,
los datos falseados, ubicados de otra forma
la historia puede ser contada de vuelta alterando el orden de los momentos
los detalles
se puede hacer un remix de las bases que se repiten
de las palabras que suenan bajo desde tu boca
se puede apoyar el pulgar en la tinta con la que rimás en el cuaderno
se pueden rayar los caracteres del archivo Word
ninguna historia es pura, ninguna manifestación del lenguaje es pura
si existe algo puro
eso es, eso fue
la posición de las manos en alza de los que bailaban
las manos elevadas y los cuerpos alcanzados por la celebración
y la gloria
de todo lo que pasa rápido
y está vivo
Nota:Jonás Gomez nació en Buenos Aires, en 1977. Participó en diversos talleres literarios. Editó la plaqueta Zorzales en Munro, que forma parte de la colección de plaquetas de PLUP. En el 2010 publica Equilibrio en las tablas, primer premio Estación Pringles, a través de editorial Mansalva. Participo ademas en una Antologia llamada Si Hamlet duda le daremos muerte, editado por libros de la talita dorada. En el 2011 publica El Dios de los esquimales, por Ediciones Diatriba de Santa fe. Sus textos pueden leerse en el blog jonasland.blogspot.com.
sábado, 1 de octubre de 2011
Sergio Bizzio
El reflejo de las hojas
Se va la primavera, y veo eso con buenos ojos.
Va de nuevo: la primavera, veo eso
con buenos ojos.
Y estudio
el reflejo de las hojas en ese aro redondo
que cuelga de tu oreja como un diminuto gong
encomillado; traduzco:
las hojas de los libros
por donde pasa también la primavera,
libre del deseo de agradar.
Hay, además (retórica pura),
un cuerpo incapaz de hacerse evidente
al que llamaría “sombra de cada cosa” o “sombra
de cada estilo”. ¿Qué es? –Quién sabe…
Pero ella siente que una mano desgarra su vestido.
Lilas y lilas
y todo concluye a su modo.
La forma de la casa avanza
entre flores que se mueven en dirección a la noche
buscando los rostros que tenían
antes de que el mundo fuera hecho.
¿Es divino?
Quizá.
Pero qué raro, entre estos espinillos,
llamarse Bizzio.
Cóctel
Nada justifica que yo corte esta línea en dos, pero
fui a sentarme y se me vino encima el sillón.
“¿Pensarán que soy surrealista?”, me dije.
En ese momento decenas de poetas
intercambiaban sus muertes, sus cisnes, sus mercados
(¿qué más se puede hacer
cuando se escribe mal?). Resbalé todavía
unas cuantas veces más
tratando de levantarme, siempre sin gracia,
mientras unos relámpagos firmaban el cielo en el jardín.
¡Qué vergüenza!
“Salir y que haya afuera, salir y que haya afuera”,
no pensaba en otra cosa.
Una mujer (con los ojos ilustrados por la tormenta)
lanzó un brazo sobre mis hombros como un boomerang
y me preguntó si estaba bien.
Me dejé llevar. La lluvia, fina,
nos cubrió en el primer escalón.
A mitad de trayecto un grillo saltó sobre mi cara:
“¡Tenés que creerme, yo también soy de allá!”.
Chocamos -al pasar- con el dedo extendido
de una estatua, rompiéndolo.
Ya en su auto, un auto pálido, impecable,
los seguros se activaron.
“Discutamos, mi amor,
ahora que ya no somos libres,
ahora que ya no hay nada que decir”.
Entonces (entonces) reaccioné.
Seguía en el suelo.
(¡Ah, qué modo éste, qué maneras
las del presente sin el ruido de lo actual!)
“El piso de esta sala debió ser locamente lustrado
para que un sillón se comporte así”.
Nota: nació en Villa Ramallo, provincia de Buenos Aires.
Publicó las novelas El divino convertible (1990), Infierno Albino (1992), Son de l África (1993), Más allá del bien y lentamente (1995), Planet (1998), En esa época , Rabia (2004), Chicos (2006), Era el cielo (2007), Realidad (2009) y Aiwa (2009); las obras de teatro “La china” y “El amor” (Dos obras ordinarias, 1995), en coautoría con Daniel Guebel, y Gravedad (1999). En poesía Gran salón con piano (1982), Mínimo figurado (1990), Paraguay (1995) y El abanico matamoscas (2002). Recopiló su obra poética en el libro Te desafío a correr como un idiota por el jardín (2008).