Carta al aire
Una fuga de responsabilidad interior
borró todo registro tuyo
quizás porque reconocerte es conocerme sintiendo
y todo ese poder incontrolable me desequilibra
prefiero acumular piedras de azúcar
que se muevan como asteroides por todo el cuerpo
Cuando tengo la Antártida dentro mío
siempre
vuelvo a vos.
Si tuviera un hijo le enseñaría, aire,
que sos lo más importante
que el sufrimiento es un vínculo común,
las puertas de la libertad
se abren de tu mano
en esa inversión constante entre lo imaginado y lo real.
***
Estuve en la guerra del gas comprimido
el family game
high class
todos rodeando el juego
intentando no sacar
el casette propio
de adentro.
Esa chica no levanta los platos
si el cuchillo
si la cuchara
Mi hermana no sabe lo que es
un aguilucho.
***
Del medio del planeta sale un manto oscuro
que me cubre,
me hace correr
una balanza que pesa un corazón de agua.
Como se juega se vive
no vale todo
no salís de la tierra y llegás al cielo
sin aprender a saltar con las dos piernas juntas
primero con una
después con las dos.
No puedo darte mi casa,
una casa se llena de objetos
elegidos minuciosamente
para sonreír
No puedo elegir tus objetos
no quiero que desees los míos
hay una tienda en la esquina
en la que podemos comprar un montón.
Me pregunto si la moral
es la religión que me impongo hoy.
***
Las piedras sufren
los objetos nos odian.
La piedra por el peso arquitectónico de la historia
los objetos por ingratos,
se vive para darles un refugio,
para estar con todos ellos
o para dejarlos cómodos mientras nos ocupamos de otras cosas.
Unos indígenas mexicanos dicen que
quienes se rinden o tratan de detenerse
en la peregrinación al árbol sagrado
se convierten en piedras.
Tal vez las piedras que pateamos son personas
que convertimos en piedras
quizás por eso las playas están llenas de ellas,
escapistas intentan llegar a otro puerto para transformarse
en humanos
o para que estos, desconocidos, las transformen en objetos
puede ser que por eso los objetos nos odien.
***
No sé a dónde iba
tampoco qué quería armar
se que ahora tengo el cuerpo lleno de aire
y la simpleza de saber que lo puedo todo
como en el juego piedra, papel o tijera
el papel se acostó sobre la piedra y ganó.
Bio: Nació en Chubut en 1985. Estudió periodismo en la Universidad del Salvador. Asistió a diferentes talleres de escritura. Entre el 2012 y el 2014 organizó ciclos de poesía en los espacios Naranja Verde y Una casa. El año pasado, también, realizó una lectura billingüe en simultáneo entre poetas de Buenos Aires y New York. Como periodista condujo el programa El ojo torcido en Radio Sur y fue redactora para la revista de arte Haufen. Actualmente está trabajando en la publicación del último ciclo realizado en 2014, se llamó El movimiento escondido y reunió a más de 30 poetas argentinos de diferentes generaciones. También en su primer libro de próxima aparición.