jueves, 9 de diciembre de 2010
Maximiliano Spreaf
Malgaste
Es difícil escribir
con la cabeza cuadrada
las aristas afiladas,
y correoso el jazmín.
Débil soy, y me pliego
al ruego de tu hambre lectora,
caminante de líneas
por las auroras.
Cuánto silencio nos traba el amor.
Nos garantiza el retiro,
por el pensar pensador.
Puta soy, de nívea pluma,
Puta soy, más puta sola.
Y aunque la rabia entró
y explotó sobre el tapiz,
aún aprieta la nostalgia
donde un día hundimos
la nariz.
Llevas el pelo retorcido
de pensamientos monocordes,
de silencios obligados,
de malquerencia y hastío.
No mires más mi interior
Que allí no encontraras nada
Mira esta vez tu demencia
Que todo dirá de mí.
Parábola de tiempos hediondos
Ave y Pez están recostados
sobre un grueso poste de cemento
frente al templo musical que los aturde
y embelesa
con sus gritos de guerra marginal.
Ave y Pez salieron abrazados
las lenguas azules
los corazones manchados
de desidia y soledad.
Juntaron sus manos al son
de ritmos africanos
de tambores tropicales y lenguaje de señas.
Ave tiene el vientre hinchado
de sexo adolescente
de hambruna y peste
de cartón y chapas.
Pez no mide consecuencias
a la hora del afano
el gladiador químico hace de las suyas
el cuchillo siempre en sus manos.
Adentro todo es jolgorio
se disfrutan las tragedias
cotidianas que los unen
los presos, los drogones y cornudos
abundan en las letras.
Ave y Pez no ven la noche
solo entrecruzan sus lenguas
sueñan que ya no son
que los lleva la corriente de ese río
que los observa.
Lis
Lírica azul desnuda ante tu ausencia
Una sola vez podría esperar tanto,
Cada cosa en su sitio, aguardando,
Inertes, tu llegada, tu presencia.
Ausencia que dibuja la tortura,
Noche gris perlada, incandescente,
Arrobada de tu luz indiferente,
Imagino mi dolor y mi locura.
Río, lloro, me espanto de mi mismo,
Entre lágrimas te miro obnubilado,
Nostálgico, furioso, arrebatado,
En tus brazos caigo, ensombrecido
Solo quiero quedarme así dormido,
Ante tanta soledad que se avecina.
Sin querer mis manos ya lo afirman
Tiemblan al saber de esa agonía,
Rozan el sudor que hay en tu frente,
Enmiendan indulgentes tu osadía.
Jeringas
Me diste la nada para que la envuelva en celofán
Y te la reenvíe por mail a tu cuenta inexistente.
Mi chica, eras, dijiste. Cerremos esta historia de la peor forma.
Odiándonos.
Caliento motores ahora.
Traigan jeringas que venas sobran.
Las venas que admirabas.
De las que bebiste mis palabras, que boyan en mi sangre, por
ellas.
No me gusta la gente tranquila. No me gustan los cobardes.
Ni los que dedican 20 años a ser alguien que no serán nunca.
Y se pierden lo mejor de pasar por este lugar de tristeza oral.
Yo así te suelto los dedos, no sos nada. Ni corres ni flotas.
Traigan jeringas que Belfast me queda a la vuelta de mi casa.
Vos podes seguir de snob en Leiden, perdiendo.
Nota:Maximiliano Spreaf nació un 17 de Octubre de 1975 en Capital Federal, en el barrio de Flores. A los 6 años vino a vivir a Córdoba, Capital. Escribe desde que era un niño. Estudió en la Escuela de Aviación Militar, Intento estudiar Psicología. Fue operario en varias fábricas. Estuvo fuera del país varios años.Vive de noche. Tiene 2 hijos y ninguna mujer.
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Y el perro del Maldoror aullando a La Nada, en silencio.
ResponderEliminarLo que leí que di´p ganas quizá de leer mas.
saludo
www.myspace.com/miguelerre
www.guachomaldito.blogspot.com
sos todo un poeta argentino
ResponderEliminarpero sino me desbloqueas del facebook te seguire por todos lados escribiendo mis frases
sin palabras ....emiliano....
ResponderEliminarte bloqueo en el facebook lo creo capaz buscalo en el facebook maximiliano suarez spreaf suerte
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