Con un resplandor
más intenso que la luz del día *1
“-¿Es
preciso que… que atravesemos el fuego?- balbuceó Scarlett.
-Si
nos damos prisa, no- repuso Rhett.”
Lo que el viento se
llevó, Margaret Mitchell
Yo tengo que conseguir un caballo
no importa de qué tipo
ni su estado
y con él ir a buscarte
rescatarte
de la llegada del ejército yanqui.
Vos estarás aturdida asustada
y yo seré todo arrojo seguridad feroz coraje
nada me detendrá
y haré frente a todos los peligros
especialmente al mayor de todos ellos
tus deseos
tus caprichos.
Me contarás tu plan delirante para la huida
una ruta imposible y directa al fracaso
yo me opondré un poco al comienzo
pero luego cederé
siempre cedo
con vos no puedo hacer otra cosa
te diré que sí
que juntes todo
que te prepares para emprender el viaje
y saldré a la puerta
me subiré al pescante del carro
a esperarte junto al caballo viejo.
Saldrás de tu casa
más bella que nunca
tus ojos verdes
tu piel blanca de magnolia
tu boca roja como la tierra de Tara
y lámpara en mano
intentarás cerrar la puerta
y yo me reiré
me reiré de vos y tus gestos vanos
de nuestra inocencia
de los esfuerzos
por protegernos
de la invasión inevitable.
Ya con el carro en marcha
mirarás la calle detrás nuestro
mirarás la casa que estamos abandonando
la lámpara que quedará apoyada
en el pilarcito de entrada
y su tenue luz hará que te preguntes
por nosotros
pensarás en el círculo luminoso
casi perfecto que proyecta la lámpara
y en cómo ese resplandor nos rodea
alejando a la noche calurosa y a sus peligros
pero atrayendo a los insectos
que al comienzo son una molestia menor
y pasado un tiempo
se transforman en una plaga insoportable
y aunque la luz de la lámpara sigue siendo pura
queremos apagarla
que ya no nos descubra.
Los sacudones del camino
te sacarán de esos pensamientos
y llegará la parte más peligrosa
lo más difícil de nuestro viaje.
Te diré:
“Scarlett, debemos atravesar el fuego,
si queremos continuar
debemos arriesgarnos”.
Y vos me mirarás con esa inocencia
ese aleteo de pestañas,
que compré una y otra vez
a lo largo de todos estos años,
me mirarás y dirás:
“Tengo miedo, Rhett”
“No temas Scarlett, con estos fuertes brazos
en torno tuyo
no puede ocurrirte mal alguno
… porque si al meternos en las llamas ardemos
si el rojo el naranja el amarillo un poco de azul quizá
comienzan a tocarnos a consumirnos a cambiarnos
todo habrá sido por algo
las discusiones
las palabras pronunciadas miles de veces
ese gesto de pararte sobre mis pies cada vez que
estamos abrazados
como si fueras una niña que precisa seguir otros pasos
tu voz que aún escucho
tu imagen que me visita en sueños
todo será purificado por las llamas
las llamas nos reducirán
al estado que anhelamos
a ser más simples
a ser vos y yo
a ser uno”
“¿Pero si ocurre lo contrario, Rhett?
¿Si al salir de este callejón ardiente
resulta que vos estás más terco que nunca
y yo y mis dudas te llevamos al paroxismo del hartazgo
y ya no soportás mi desorden
las inconstancias
la pose infantil que comienza a ser un poco patética?
¿Y si las llamas deciden dejar de lado el lugar común
de la purificación
y nos ensucian?
Cada uno de nuestros recuerdos chamuscados
manchados con hollín
negros en los bordes
despidiendo ese olor agrio dulce
de las cosas muertas quemándose.
¿Qué pasa Rhett si al salir de este fuego
vos no sos el mismo
y en un rapto de locura
decidís abandonar el viaje
dejarme en el camino
librada a mi propia suerte
con el argumento de que soy
la persona más egoísta del mundo
que no necesito a nadie que me proteja
que ¡ay del yanqui que se tope conmigo!?”
“Si eso pasa, amada Scarlett
habrá llegado el momento en esta película
en que aparezca un increíble atardecer technicolor
como esos atardeceres que nunca tendremos
y que buscaremos toda una vida
si eso pasa, Scarlett
con certero movimiento
tomándote del fino talle
te bajaré del carro
el polvo y los pedruscos llenarán tus zapatillas
lastimando tus pies
la oscuridad nos envolverá
y yo te tomaré entre mis brazos y te diré
te amo
te diré que el amor es como este cielo que se nos da y
nos ampara
cielo falso de colores
maravilloso
te besaré
y mis labios morderán
recorrerán tu cuello
bajarán a tu escote
y vos corresponderás a mis besos
mi bigote acariciando tu piel blanca
mi boca teniendo el permiso
que nunca otra tuvo
ni tendrá
hasta que el guión te marque
el cambio repentino de humor
y te separes de mí
y me insultes
y la cachetada ponga justo final a la escena.
Yo
hombre al fin
me reiré y te diré alguna frase irónica
agarraré mis cosas
me pondré el sombrero
y sin mirar atrás
me iré por el camino polvoriento
que primero subirá en una pequeña lomita de tergopol
y luego bajará hacia el rojo
de nuestro ocaso.
Y vos
me maldecirás
aborrecerás mi nombre
el haberme conocido
y apoyando tu frente
en el sudoroso viejo caballo
llorarás por todo lo injusto
que tiene la vida
y nos marca el destino”
*1 “Lo que el viento
se llevó” de Margaret Mitchell: La novela gira en torno a la historia
de una joven aristócrata sureña, Scarlett O'Hara, en la época de la Guerra de
Secesión.
Scarlett
está enamorada de Ashley Wilkes pero éste se casa con otra mujer.
Al
mismo tiempo, Rhett Butler, un aventurero cínico y desvergonzado se enamora de
ella.
La
trama se desarrolla en medio de la lucha de Rhett por conquistarla y el empeño
de Scarlett por negar su creciente atracción por él, obstinándose en seguir
enamorada de Ashley.
Paralelamente
Scarlett, su familia y el resto de los personajes de la novela deben hacer
frente a las terribles consecuencias de la Guerra de Secesión y su etapa
posterior.
Gravedad* 2
a
Sandra
Te llamo por teléfono
te pregunto cómo te fue en las vacaciones.
Te llamo para decirte:
"Houston, me copia?"
Me contás
que corriste por la costanera
mirando de a ratos el mar
que fuiste a dos fiestas aburridas
que viste una película en el cine del shopping.
Te pregunto:
"Houston, me copia?"
Me hablás
de la falta de oxígeno
del cordón de asteroides de chatarra
sofisticada y tecnológica
que rodea a nuestro planeta.
Y mientras te escucho
puedo vernos
suspendidos en el infinito
en nuestros blancos trajes espaciales.
Nos veo a ambos
con un fondo de millones de estrellas
intentando reparar
la nave espacial que nos llevó hasta allí
hasta el punto exacto en el que orbitamos.
Si bien es doloroso saber imposible
el retorno de ambos a la tierra
podemos detenernos y mirar
desde afuera
desde lejos
esa esfera que fue nuestro hogar
durante todos estos años.
"Qué es lo que más te gustó de
estar acá conmigo?" te pregunto.
"El silencio" decís "vos me enseñaste a
disfrutar del silencio"
Y cuando estoy por responderte
que tus ojos son la superficie
en la que he visto más galaxias reflejarse
la voz metálica de Houston resuena en mi escafandra:
"Recuerden que tienen un problema"
Entonces bajo la vista
y veo que el problema es esta cuerda
que aún nos mantiene unidos
de traje espacial a traje espacial
y que se resiste a ser cortada
más allá de cometas
más allá del agua congelada en los polos de la luna.
Te digo:
"Houston, me copia?"
Y mirando a miles de kilómetros de distancia
el ganges
la muralla china
el río de la plata
me decido y llevo mi mano al gancho
que une la cuerda a mi cuerpo
y lo abro
... tus pupilas se dilatan ...
Porque quién quiere ser el primer astronauta
en perderse para siempre
solo
en el infinito del cosmos?
quién quiere quedarse
aunque sea
por unos minutos de años luz
sin interlocutor estelar?
Intento calmarte y explicarte el
plan
que nos permitirá
un aterrizaje feliz y definitivo.
Pero se produce un silencio de radio
y pasados unos segundos
escucho tu voz en el teléfono
diciéndome
que estás resolviendo un problema
laboral
que no podés seguir hablando
que más tarde me llamás
más a la noche
y cortás.
Me decís:
"Houston, cambio y fuera"
Y así quedo
de este lado de la línea telefónica
todavía enganchado
por esta cuerda plateada y resistente
a la que el reflejo de la aurora
boreal
vuelve engañosamente tornasolada.
*2 La
película “Gravedad”: narra la
historia de la Dra. Ryah Stone, una brillante ingeniera médica, que emprende su
primera misión espacial junto al veterano astronauta Matt Kowalsky, quien
comanda su último vuelo antes de retirarse.
Durante
un rutinario paseo espacial ocurre un grave accidente: el transbordador en el
que viajan se destruye, dejando a Stone y Kowalsky completamente solos, atados
el uno al otro en la inmensidad del espacio.
Desde tu partida*3
a
Valeria,
pero
sobre todas
a
Luisa
la historia comenzaba cuando
yo salía apurado de la escuela
y corriendo hacía las últimas cuadras
hasta llegar a tu casa
que también era la mía
porque mamá se había ido
una vez más dejándome con vos
que ya me esperabas sentada en el sillón
que tenía unos parches oscuros
en la punta de cada apoyabrazo
ese trono de reina
que empezaba a volverse un poco loca
y el living pequeño y frío era nuestro templo, abuela
y sus paredes de color claro y difuso eran un reflejo
tuyo
que perdías consistencia
adentrándote más y más
en el bosque cuyas ramas y raíces
nacían en las entrañas de todas las mujeres
que en la familia te alumbraban
vos abuela que me diste el nombre y los libros
y me diste el mate bien amargo y caliente
y esta risa fuerte y sonora
entre todos estos dones
me diste nuestras tardes de telenovelas
y ahora que soy un hombre sé
que esa ceremonia
en la que ambos comulgábamos
es la parte más valiosa de tu herencia
porque todavía imagino algunas noches que soy Gina
Falcone
y que soy una dama extraña y elegante
pero que tiene algo raro en su mirada
como una muchacha de pueblo que por ojos tiene fuego
como una muchacha de pueblo atormentada por amor
porque todavía creo algunas noches que soy una monja
de nombre Piedad y me escapo
del convento gris que a veces me rodea
por esa puerta secreta que me lleva al bosque
porque el amor me inflama el pecho
mientras busco al amado sin encontrarlo
porque su rostro siempre es esquivo
y comienzo a desesperar
hasta que te encuentro sentada
en tu trono de reina loca
y sonreís al verme y me das la mano diciéndome
como me djiste la última vez que hablamos
“andá que te va a ir bien
andá que te va a ir bien”
y esas palabras son mi oración diaria y mi norte
y lleno de recuerdos y resignación me aferro
a mi destino y corro
por el sendero sinuoso de pinos
como corremos todos, abuela
hacia “un
montón de sueños
que soñando están”
*3 Telenovela
“La extraña dama”: Gina Falcone es
una muchacha pobre de pueblo. Marcelo Ricciardi es un joven de ciudad de buena
posición económica. Apenas se encuentran se enamoran apasionadamente. Sin
embargo, la diferencia de clases sociales les juega en contra y tras una serie
de equivocaciones y malos entendidos se separan.
Poco
tiempo después Gina descubre que está embarazada y decide dar a luz en un
convento que, con el tiempo, se convertirá en su nuevo hogar cuando decida
tomar los hábitos.
Fiama,
la hija de Gina y Marcelo, al entrar en la adolescencia es internada en el
convento en el que su propia madre oficia de madre superiora.
Al
enterarse de que Fiama es su hija, Gina -ahora Sor Piedad- comienza a debatirse
entre su deber ante dios y su amor de madre. Las cosas se complican aún más
cuando descubre que Marcelo enviudó y todavía no la ha olvidado. Mientras
mantiene su identidad secreta decide escabullirse del convento para ver a su
amado, tomando la identidad de una dama elegante y enigmática.
de vez en cuando
mamá pierde la consciencia
a
Rocío Macarena
acompañándo a una amiga hasta su casa
fuimos sorprendidos por el Amor
que bajo la forma de un chorrito paquero
nos pidió unas moneditas para la cerveza
yo
casi sin mirarlo
le dije que no
que mi ética de progre bien pensante
no me permite darle monedas
al primer amor
perdido
que salga a cortarme el paso
pero mi amiga
una romántica impenitente
abriendo su monedero
buscó con ahínco dentro de él
y le entregó al amoroso falopero
una limosna para calmar la sed
entonces el Amor
ya con la monedita en su mano
mirándome ceñúdamente me dijo:
"¡¿eh gato y vos
por qué no me das nada?!
o te mantiene tu mujer,
puto?!"
y sin mediar más palabras
me dio un buen bife
que el Amor te golpee
no es poca cosa
pero que el Amor te golpee tres veces
y que te humille para recordarte todo tu egoísmo
y tus faltas hacia él
es toda una lección de vida
creo que el primer sopapo me lo dio por mi cobardía
al no querer mirarlo
mirar de frente al Amor no es para cualquiera
ahora lo sé
el segundo golpe fue en pago a mi mezquindad
si el Amor te pide un pesito para la birra
tenés que dárselo
como tenés que entregarle todo lo que te pida
siempre
acá y en la china
pero el último bife
el que más me dolió
el que me dejó lúcido
ese vino como una pura y simple
demostración de cariño
brasil decime
el equipo de fútbol de argentina
llega a una final mundialista después de no sé cuánto
tiempo
y mientras la gente grita y festeja y rie y llora
afuera por las calles
solo en mi departamento pienso en Juan, mi papá
al que no veo hace dos años
pero con el que hablo cada tanto por teléfono
y tengo el impulso de llamarlo para decirle
“seguro estás contento”
y contarle que me estaba acordando mientras escuchaba
los festejos
de cuando argentina ganó el mundial 86 y él me llevó
a saludar a la gente que viajaba en el tren diésel que
pasaba cerca de casa
ahí en Merlo Gómez
y la gente asomada por las ventanillas gritaba reía
lloraba
y llamarlo para escuchar que él me diga que recuerda
cuando veíamos el mundial del 78 en el comedor de
ladrillos rojos mal revocados
esos ladrillos rojos que permitían ciertos trucos
como el de poner en el baño la pasta dentífrica en
alguno de sus agujeritos
sin necesidad de botiquín ni nada
veíamos el mundial en esa la única casa que compartimos
veíamos el mundial en el televisor blanco y negro
y escuchar que recuerda que yo con tres años y medio
gritaba los goles sentado en sus rodillas
y aunque mi viejo al que siempre llamé Juan es fanático
de Boca Juniors
y a mí el fútbol no me interesa
lo llamo mientras en la calle la gente grita llora ríe
y canta
“¿qué se siente tener en casa a tu papá”
Bio: nació
en el Oeste del Gran Buenos Aires, en Merlo Gómez. Trabaja como docente en
colegios secundarios del conurbano. Concurre al taller del maestro Osvaldo
Bossi. Lee, mira películas y series, escucha radio AM todas las mañanas como lo
hacía su abuela Chicha. Hace un tiempo está de novio con un indio guaraní que omonda akue hi py´a.
Me mataste...exhibís el lado asesino del hombre al escribir. Me quedo sin palabras, y eso que a esta altura de la vida las conozco todas...estoy atrapada viendo tu vuelo casi astral y mi soledad flotando en el espacio. Rompiste mi corazón, ese que rompo yo misma todos los días buscando las razones, las preguntas para las respuestas o las respuestas para tantas preguntas. Sos espectacularmente semejante. Mi semejante. Me pregunto de verdad que quedará de nosotros después de atravesar el fuego....
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