sábado, 13 de febrero de 2010

Marina Kohon



Leyenda irlandesa

Quizás
me pierda como Condla
si me ofreces
la manzana de Avallon,
me suba a tu barca de cristal
cruce estrellas, galaxias, infinitos.

Quizás
me rehuse luego
a probar otro alimento
está bien sabido que estos frutos de ambrosía
curan heridas, penas, cicatrices.

Quizás
no haya conjuro posible
al que el druida Corán
pueda acudir para apartarme de tu lado
y se desmayen las horas, los minutos, los segundos.

Quizás
te vuelvas omnipresente espejismo
de mis miradas
y ya no pueda ser la misma.

Ten cuidado, nadie ha vuelto de la Isla de los Manzanos.



Leyendo runas

I

El Oráculo videncia:
los sueños exigen una tregua.

II

El amor es una hiedra que reclama,
la rebelión encenderá el fuego.
(es que mis voces se han cansado)

III

Su adaptabilidad salvará los sortilegios.
Busque el cobijo de las hojas
(Las hojas en blanco me hacen sangrar las manos)

IV

Retorne al barro de su infancia
Lea los presagios en las huellas.

V

(Odín tronchó los atajos
siempre sostuvo la invulnerabilidad de mi destino)

VI

Recorra el único camino.
Todo es incierto menos el futuro,
las runas se dispondrán
ensayando círculos en el horizonte.

VII

Desoiga al firmamento.
Saque los precintos a sus voces…
(dejo que las rosas se deshojen con el viento)

VIII

Su carne transmutará a otros espacios.
Reid le dará la fuerza.

IX

No tema, vencerá al amor.
Luego podrá guardarlo
Junto con los demás trofeos.

X

(a veces, es peligroso jugar a Pitonisa)




La Otra


Quisiera echarla para siempre.
No soporto que aparezca detrás de mis espejos
haciéndole burlas a la vida. A Mi vida.
No soporto la mirada de narradora omnividente
con la que analiza mis días,
su rictus sentenciando cada uno de mis actos,
la reprobación que sale por sus ojos.
Por eso evito mirarla, como si fuera una Gorgona,
temo que un día se lleve completamente
mi alegría, mi fuerza, mi coraje.
No hay derecho.
Odio las negras ondas que salen de la niebla
sus fallos inapelables
como un Minos desde el Segundo Círculo,
una jueza desde el estrado de mis sombras.
Odio que se mueva oculta como serpiente
entre la hierba
para entristecer al aire,
aunque el Cielo haya decidido su dulzura.
Odio su silencio que se come las palabras,
su irónico contorno del descrédito.
Quiero que se vaya,
de una buena vez y que no vuelva.
Porque ella no tiene derecho,
es una triste advocación de lo negado.



Me cansé

Sí, me escuchaste bien.
Me cansé. Me cansé de vivir en este vilipendio de palabras.
El amor es amor, el odio es odio,
La lealtad es lealtad y la traición, traición.
Es hora de sopesar los huracanes.
¿O es que hablamos sólo con fonemas?

Me cansé de que las frases dulces queden rezagadas,
Esperando en los rincones
Mientras mi espacio se rebela
Ante tanta decodificación del arameo
Para contarle al resto de mí que me querés,
Que te soy indispensable.

Y eso no es todo. Tengo problemas con mi espejo.
Porque él no entiende cuando le exijo no me devuelva
Esa cara de lirio anestesiado.
Y hasta parece que cuando camino me deshojo,
Aunque acá ya es casi primavera.
Es que quizás vos no te des cuenta.
Pero me cansé de esta sístole y diástole de emociones,
De escupir sapos para contrarrestar las plagas,
De inventarme Wonder Woman sosteniendo Hoover Dam
Cuando a secas me da sólo para woman.
Parece que sos al único que engaño.
Porque sabrás, por los rasguños se filtra la tristeza
Y no hay tutor en este mundo
Que pueda enderezar al tallo mustio de la angustia.


Nota: Marina Kohon nació en Mar del Plata, es Profesora de inglés.Sus libros permanecen indéditos.

3 comentarios:

  1. "Me cansé"
    !poemazooooo de aquellos!!
    Te felicito Marina y también a vos, Germán, por publicarla.

    Un abrazooooooooo

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  2. que buena poesia me canse, muy buena, cariños marina.

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