sábado, 14 de agosto de 2010
Fernanda García Lao
Hombre se muerde la boca
Es tiempo de aletear
Sobre la boca de ella
Desbocada de sueño
Cada ojo guarda una pesadilla distinta
El izquierdo:
Las pantuflas de mamá matan hormigas.
Los despojos son cáscaras de maní crudo.
Cierra
El derecho: una mujer desolla gatos y ratones.
Los restos son muebles usados contra el vidrio.
Pelo de minino, risita helada, pantalla de roedor.
Abro
Desbocada de frío
Las manos crecen hacia adentro
Perforan el objeto
El cuerpo produce simetrías y desorden
Me lleno de mí
Salto por encima de la cabeza de otro
Corro por la cabeza de otro
Sueño por él
Si quedara encerrada en su cráneo
Para qué serviría
Vivir es igual
Si me muevo no existo
Levanto la sábana para entender.
Omitir
Una vez
Dos
Rascar
La mente
La selva se topa
contra si misma
Música flácida
Y el dedo fruncido
Como una muñeca
Flor cadáver que nace muriendo
huele mal
Ella se termina y sabe
a fuego apagado
a carbón seco
La mente
Rascar
Dos
Una vez
Omitir
Desperdicio
Un hombre en la ventana
sobre la almohada una tortuga
incandescente
el puño abierto, turbada
ligeramente amarilla
me mira
me ciega
me desliza una lengua
peluda
y sólida
exhausta
esclavizada
por eso
la aplasto
contra la pared
y me tapo los dedos
manchados
de sangre
impura
Nota:Fernanda García Lao nació en Mendoza (Argentina) en 1966, pero vivió en Madrid desde 1976 hasta 1993. Su formación ha sido interdisciplinaria: piano, danza clásica, actuación, dramaturgia y Periodismo.
Con su novela Muerta de hambre (El cuenco de plata, 2005) obtuvo el 1º Premio del Fondo Nacional de las Artes y con La perfecta otra cosa (El cuenco de plata 2007) recibió el 3º Premio Cortázar. La piel dura obtuvo Mención de honor del Fondo Nacional de las Artes 2009.
Ha participado en festivales de teatro en Argentina, Panamá, Chile y Colombia. Ha publicado teatro y cuentos en antologías, así como notas periodísticas (en el diario argentino Página 12).
Sus novelas aparecerán en Francia a partir de 2011, editadas por Edicions La dernière goutte.
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imponente esta mujer. Omitir es un poema muy turbador.
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