miércoles, 16 de febrero de 2011
Leticia Ressia
De "Irse con elefantes"
Idiosincrasia
Ser esa lombriz que duerme
bajo la tierra negra
en el fondo del patio,
habitar cavernas casas.
Ser esa cuchara sopera
en desuso
para jugar con el barro y
romper cavernas casas
Deshabitarme lombriz
cuchara
sólo ser
uñas negras niñas
comidas
que escarban.
Ruidos
Esta aberración de cigüeñas
su estampido de nacimientos incontrolable
nos dice, madre,
que nosotras ya no somos como antes.
Yo no podré con estos niños
que se niegan
que se escapan cada vez que cierro
el puño en la soledad del aire
y tú, ya no puedes conmigo
en el espejo del baño
en el espejo de la habitación.
Huyo de tus ojos como ellos se esconden
de los míos
pero los oigo gemir detrás
de los muebles de la casa
y durante el tiempo que dura la noche
no paran de nacer
en el ruido de las cosas muertas.
El Fauno
El animal que criaste en el fondo
atado al tronco de la acacia
ha desbordado las muros del patio,
no podrás asomarte más a la puerta
para tirarle las sobras del almuerzo
ni acariciarlo con un palo
como a un hijo al que no se quiere.
Simplemente, ha crecido.
Una mortal culebrilla es lo que dejó
el paso de la cadena por el tronco
una monotonía circular imposible
que le dio el ejercicio para odiarte.
Aún te teme.
Sospecha que una de estas noches
ya dormido
vienes a liberarlo.
Irse con elefantes
Voy a morir mañana
hay un elefante en la puerta
será algo obvio,
verdadero.
Las cosas que no tuve
serán definitivas
y el amor que alcancé
algo que él olvide.
Voy a irme,
es preciso hacerme pequeña
decir que esa, no soy yo,
romper el espejo deforme
con la manzana de Eva
salvarme y morir.
Que no crea que ha sido por él
no,
jamás lo será.
Me voy con los elefantes
ya no puedo esperar
esta muerte larga.
Todo es lejos
como la vida que tuve
esa sonrisa en la boca de un muñeco.
Entonces elijo
hacerme pequeña en la puerta
con el cariño enfermo
de quien no tiene más palabras.
De "Libro del buen amor"
Estoy cansada
quiero sentarme con vos
y tomar unos mates
mientras el sol aplasta
mi columna
mi espalda rota por el peso del tiempo.
A pesar de todo cumplo:
yo tapo mis muertos
les cuento los dedos,
están completos.
Quiero dejar de ser
Antígona
renunciar al rito diario
de enterrar mi cadáver hermano
sacar las manos húmedas
a la luz de la mañana
respirar como si fuera
un gorrión recién nacido,
un ser horrible
temblando por vivir.
Nota:Pellegrini Prov. De Bs.As en 1979. Vive en Córdoba desde hace 13 años. Estudió letras modernas en la Universidad Nacional de Córdoba. Participó de antologías conjuntas, fue mención especial en el año 2001 en los premios estímulo con el librio Día de los inocentes y desde el 2007 lleva su blog: La laucha manca : www.lauchamanca.blogspot.com
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
desgarradora en general, contundente siempre.
ResponderEliminarExcelente, Leti.
C.A.O.
Ja,,,parezco mis Tacuarembó...gracias por la publicación. Un abrazo Surero.
ResponderEliminarBien ahí, miss Tacuarembó! jaja... gracias por tu poesía, loquísima, y por ser mi amigocha, claro:)
ResponderEliminarMe gustaron los poemas, Leticia. Y gracias Germán por seguir compartiendo. Un abrazo.
ResponderEliminarLeti es, sin duda, una de las más interesantes poetas cordobesas de su generación y que decir, que me da mucho placer conocerla, compartir con ella una sumatoria de lecturas y el afecto, el afecto inevitable al que mueve Leti.
ResponderEliminarLily Chavez