lunes, 28 de junio de 2010

Juan Desiderio


Poema de amor desde la cárcel

Tu carne no cierra
y esta zanja
es un tajo de muerte
tu sombra abierta
en la zanja es
un tajo de muerte
la carne del mundo
y hay un gritón enfermo
hijo de una hermosa gimnasta
un alma que corre
con autos de fuego
en las autopistas de nada
de una zanja.
La carne se cierra
el metal hierve
yo cosía tus manos
con el algodón de mi raza
más dulce
que el terror
a la altura.





A las 2:30 hs. la cara del Chueco


A las 2:30 hs. la cara del Chueco
en la pantalla,
con naranjas en la cintura
creyéndose bombas.

Va a inmolarse por su fe,
va a fumar albahaca,
beber alcanfor,
parar con sus manos
mis palabras,
y conectarse con Alá.

El Chueco puso en su lengua
a la tierra
pensando que era el ácido
más grande de todos.
Se le hinchó la cara,
me pidió algo dulce.

Le mostré su foto antigua
quemando los portones
de la panificadora,
envuelto en un trapo sucio.

Ahora quiere una mujer
de arpillera,
rellena con arroz
para darle vida.

Fabrica pechos gigantes
con una vela,
pone ojos de sifón
brazos de manguera
y pies con dos ladrillos.

Mi novia, dice,
y su voz se repite
como un disco rayado.





De "El asesino de dios"


Buenos Aires es tensa y dulce
Un valiant azul estacionado
bajo una morera, en la calle
donde asoma la anciana horrible,
que mira a todos los que pasan
por su vereda de baldosas humeantes,
cordones llenos de caries.
raíces que asoman de la pared rota del jardín.

Buenos Aires es tensa y dulce
Sus noches de secretarias perfectas
desde el cuerpo al cuarto de atrás
donde discuten sus sueldos
y sueñan con hijos
para dejar de morir por un rato.

Buenos Aires en tensa y dulce.
Minada de sótanos con poetas suicidas
y músicos al borde de la pala
que los llevará otra vez al asfalto,
para electrificar la calle
con cantos densos, visiones bajo el agua
fijos en las piernas
de la vedette del Maipo
que toma junto a su hijo
y lee un cuento de Jack London.

Buenos Aires es densa y temible.
La hecatombe debiera ser en Plaza Pueyrredón,
los profetas existen y la luz
del último vagón
se pierde entre ventanas azules.

Nos ofrece chatarra a cambio de afecto.
Buenos Aires regala sus joyas.
Siete maniquíes, el hueso de un psiquiatra
durmientes en vías muertas
restos de hamburguesas en bolsas de arpillera
cien bolsas de arpillera sin hamburguesas dentro
un buitre con cara humana…
vi su dibujo en la tapa
de un libro de mitos urbanos.



También estaba la mujer alada
de manos y rostro cubierto de musgo
o el perro con patas de plástico
y celular en vez de lengua.

Pero el que me sofocó fue un viejo
su cuerpo estaba hecho de efectos naturales.
Ciclones, temblores, plantas quemadas,
edificios de paredes de vidrio…

Al regresar, contemplo el incendio de un banco
imagino monedas fundidas en manos de los avaros.
El edificio se derrumba, su inteligencia
forma un cerebro con chispas y rayos



Nota: Nació en Buenos Aires en 1962. Tiene publicados los siguientes libros: “Barrio trucho”(Trompa de Falopo- 1990), “La Zanjita” (Trompa de Falopo- 1996) y “Ángeles parricidas"(Ediciones Del Diego- 1998).

1 comentario:

  1. Juan Desiderio , capo, sos mucho más que muchos. Un saludo electrónico. claudio

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