miércoles, 16 de febrero de 2011

Leticia Ressia


De "Irse con elefantes"

Idiosincrasia

Ser esa lombriz que duerme
bajo la tierra negra
en el fondo del patio,
habitar cavernas casas.

Ser esa cuchara sopera
en desuso
para jugar con el barro y
romper cavernas casas

Deshabitarme lombriz
cuchara
sólo ser
uñas negras niñas
comidas
que escarban.




Ruidos

Esta aberración de cigüeñas
su estampido de nacimientos incontrolable
nos dice, madre,
que nosotras ya no somos como antes.
Yo no podré con estos niños
que se niegan
que se escapan cada vez que cierro
el puño en la soledad del aire
y tú, ya no puedes conmigo
en el espejo del baño
en el espejo de la habitación.
Huyo de tus ojos como ellos se esconden
de los míos
pero los oigo gemir detrás
de los muebles de la casa
y durante el tiempo que dura la noche
no paran de nacer
en el ruido de las cosas muertas.




El Fauno

El animal que criaste en el fondo
atado al tronco de la acacia
ha desbordado las muros del patio,
no podrás asomarte más a la puerta
para tirarle las sobras del almuerzo
ni acariciarlo con un palo
como a un hijo al que no se quiere.
Simplemente, ha crecido.

Una mortal culebrilla es lo que dejó
el paso de la cadena por el tronco
una monotonía circular imposible
que le dio el ejercicio para odiarte.
Aún te teme.
Sospecha que una de estas noches
ya dormido
vienes a liberarlo.






Irse con elefantes

Voy a morir mañana
hay un elefante en la puerta
será algo obvio,
verdadero.
Las cosas que no tuve
serán definitivas
y el amor que alcancé
algo que él olvide.

Voy a irme,
es preciso hacerme pequeña
decir que esa, no soy yo,
romper el espejo deforme
con la manzana de Eva
salvarme y morir.


Que no crea que ha sido por él
no,
jamás lo será.
Me voy con los elefantes
ya no puedo esperar
esta muerte larga.

Todo es lejos
como la vida que tuve
esa sonrisa en la boca de un muñeco.
Entonces elijo
hacerme pequeña en la puerta
con el cariño enfermo
de quien no tiene más palabras.





De "Libro del buen amor"

Estoy cansada
quiero sentarme con vos
y tomar unos mates
mientras el sol aplasta
mi columna
mi espalda rota por el peso del tiempo.
A pesar de todo cumplo:
yo tapo mis muertos
les cuento los dedos,
están completos.

Quiero dejar de ser
Antígona
renunciar al rito diario
de enterrar mi cadáver hermano
sacar las manos húmedas
a la luz de la mañana
respirar como si fuera
un gorrión recién nacido,
un ser horrible
temblando por vivir.


Nota:Pellegrini Prov. De Bs.As en 1979. Vive en Córdoba desde hace 13 años. Estudió letras modernas en la Universidad Nacional de Córdoba. Participó de antologías conjuntas, fue mención especial en el año 2001 en los premios estímulo con el librio Día de los inocentes y desde el 2007 lleva su blog: La laucha manca : www.lauchamanca.blogspot.com

lunes, 14 de febrero de 2011

Cecilia Eraso


MONOAMBIENTE (2004)


ORIENTACIÓN OESTE


Resquicio

El borde de la ventana está tan sucio
de apoyarme mientras miro hacia el
oeste

al este no hay más que torres
lo contrario es un atajo: una brecha
que se abre y devela la impudicia
de tapar con edificios algo hermoso





Génesis

Comenzó con un naranja tímido
que ahora deviene rosa y violeta
sobre fondo celeste.

El color viene hacia acá, se expande, se excita antes
de morir.

Las existencias fugaces entristecen.






Postales

Defino mejor el campo
y agudizo la mirada,
queda así: dos edificios
que recortan una franja
roja de horizonte
y abajo, una amarilla.

(parece postal, lástima
en el medio el edificio)

Una línea de atardecer
en mí traza su círculo
interrumpido por manchones
y eso que no veo.

Miro siempre, misma hora,
por el rojo atardecer,
el amarillo atardecer,
el negro desteñido atardecer.






Feriado

Se anochece con viento

(–¿De dónde vino?–
–No sé, y no es nativo–)

y la tintura anaranjada destiñéndose.





Juncos

¿Quién iba a decirte que podrías ver
la dulce franja del atardecer
desde el plácido reposo de tu cama?

Hacia allá está orientada la ventana
más atrás el viento hostiga
las abandonadas antenas de tele
que crecen como juncos, como pastos,
florecidas, algunas, otras peladas,
se balancean.

También se menea como loco
el malvón, rojo y rosa,
perdiendo pétalos que se meten
para adentro y manchan la alfombra.





Mapa


Yo digo el oeste pero no
acá nomás: lo más Oeste
que se pueda.

Una vez fui desde la muerte,
hasta el estreno de esta vida.

Si la vibración se dirige
desde el Este hacia aquel punto
lejano,
entonces yo y el mundo
vamos en sentido contrario.






Viento
No tengo nada de lo que pueda decir: esto es mío
F. Hölderlin, Hiperión



Desde aquel hacia este punto lejano,
vine
y no hace diferencia alguna
si traigo jirones de luz pegados
a los pies.

Lo que después nace, como un mapa
trazado sobre mí, es este viento
sin arrancar.

Pero entonces me atrapa la certeza:
todo ya es de otros, no hay espacio
para mí en este lugar.






perspectiva

Un departamento con vista abierta
y nada de pulmones de manzana,
ni de laterales o frente a la calle:
una vista de precipicio
algo de salto, de abismo, de cosmos.

Ni ojos del alma ni vista en la mente,
mirar sin artificios ni hamacas,
sin pensamientos, ni infancia ni viento

la imposible mirada pura.





Desahuciarse

Estar a punto de llorar
pero nunca se hace.
En vez de eso,
alquilar una película
que ayude,
o dormir la siesta hasta que
se hace de noche,
o llamar amigos que ya se sabe
que están ocupados,
o pensar

o sentarse en silencio
a mirar el cielo ponerse rojo.







Vacío

A veces, la ciudad me hace perder
mi sentido de lo inmenso
entonces voy
y veo
hasta dónde aguantan mis prejuicios

y entiendo por qué se apiñan
en las ciudades.






Planicie

El sol no se pone y desafía
mi espera.

Mientras tanto, veo el alambrado
interminable de unas tierras,
nadie sabe bien de quién.

Qué locura la alegría de este
auténtico atardecer
en el que miro el sol vivir.






Anamnesis

Afuera todo era amarillo,
afuera todo
y desde ahí me vi morir
muertes intachables, antológicas:
debajo de las ruedas de los trenes,
a la hora de la siesta atragantada con saliva
me vi caer tan cascarudo, seca y dura,
imitándome a mí misma en el morir.








ORIENTACIÓN ESTE


Estreno

Los habrá traído la sequía,
llenándolo todo de parientes.





Vaporcito


Hubo en el parque una locomotora vieja,
oxidada, para que jugáramos, sucia
con desperdicios humanos y tan felices
nosotros descompuestos.

La preferíamos por sobre el pasamanos,
más que a la pista, los patines, bicicletas;
la preferíamos tan sucia y descuidada


En aquel parque, hubo una locomotora
oxidada
por el pis y la arena del desierto.






Canto


Jugábamos a los ecos
si uno se escuchaba
repetía el gesto
nuestras voces vivas
iluminando
las relaciones insospechadas
de nuestros movimientos.

Debieran identificarse
con cantos

los armamos
y olvidamos los valores.


Hay restos de voz,
una cuenca de río
alguien pisa en falso y cae
la duda
como lluvia sobre un cubo.




Novela familiar

Igualita a vos, igualita
esa vieja mala con bigotes.
Igualita a vos, la mala
de la familia.





mocedad

Era de noche esas mañanas
de conventos, y las veredas
abatidas por el hielo,
podían matar ahí.

El miedo de aburrirme siempre,
que la muerte sea eso.






Salmo

Felices los niños modelistas, y los no tan niños;
apasionados detallistas compulsivos obsesivos
de los miniatura trenes maquetita;
arquitectura de lo inútil, farolitos,
lo real en copia a escala.

Felices entre ellos, en el mundo inabarcable
de los hobbies: emulación, puesta en escena,
todo hecho fosforitos, todo igual
a las ciudades.

Feliz el modelista en su tarea
tan inservible a los profetas




Deudos

Nos comimos las uñas, más tarde,
cuando supimos:
se tiró debajo del tren.
Cuántos parientes muertos
se alinean, durmientes de las vías.

Cuando supimos que llevábamos
la marca de ese nombre,
nos comimos las uñas.
Todo fue casualidad, respondieron
a la pregunta por la causa,
todo, todo sin querer.

Cuántas las versiones
para un mismo hecho:
si estamos lejos no podemos
preguntar, pero estando cerca
es mala educación.

¿Por qué?
¿Por qué se tiran los parientes
debajo de los trenes?

Silencio,
la familia intenta dormir la siesta.



todos saben

¿Qué vendría a importarme justamente a mí
si del subte los sándwiches comías,
si tomabas de banana esos licuados,
si los codos fatigabas con tu estudio,
si sufrías en el fondo de la casa,
si encajabas al dedillo o no sentías?

¿Qué vendría a importarme a mí si
yo no estaba?





Recuento

el tiempo purga recovecos
almenas torres
y polvaredas

rojo de malvones el balcón:
anida un gato gordo mientras tanto
el viento arrastra hacia el oeste
los escudos de hidalguía
imaginaria

hubo un lugar en él fuimos felices antes
de nacer
y las vides amargas atesorando la memoria
como higos que no quieren ver
el mar

aunque las fotos pierdan el color cuando aprendamos
a podar como frutales los relatos, repitamos
polvaredas menos verdes
cuando las muelas mueran rechinando
por la tierra de la boca y
tengamos hambre

y el polvo, la cigüeña, la torre
lo que fuimos antes, lo que somos
muelas, fotos rechinando.



EPÍLOGO


He ahí, en kilómetros,
el tamaño de mi soledad.


Nota:Nació en Neuquén en 1978. En 1997 se mudó a Buenos Aires, donde reside desde entonces. Es Licenciada en Letras y docente universitaria. Publicó las plaquetas “Monoambiente” (Editorial Pan de Mendoza) y “Orientación Este” (en P.L.U.P: http://plupblog.blogspot.com) ambas en 2009. En 2010 publicó los libros “Isolario”, con la editorial neuquina Cartonerita Solar, y “plutón canta” por editorial Funesiana.

jueves, 10 de febrero de 2011

Valeria Meiller



Aguada”, EL RECREO, El fin de la noche, Buenos Aires, 2010.

Aguada

*

Durante una inundación, los más fuertes
se reúnen arriba de un árbol.
Con el agua en todas partes, la familia en el techo.
Hacer un barco de la pata de la cama. Una vela de sábana.
La primera solución es trepar. Trasparentes,
padres, abuelos y embarazos.
Los niños en el techo chupando
su ración de hueso preguntan
¿Dónde estará el sol? Y fosforecen.

Otros florecen además. Niños trasparentes nacen bajo la lluvia.
La partera a nado
asiste a las madres sin dar abasto. Un perro la sigue.
Los más chicos sacan la lengua y beben la lluvia.
Muchas gotas es varón, entonces eligen un nombre.


*

Algunos rezan de rodillas sobre una chapa roja. Último bebe.
Bebe de rodillas en el borde del techo, toda
la cara en el agua, la nuca al cielo.
Con la panza hinchada y el agua en la chimenea casi, el agua
en todas partes…


*

Pongo las manos en el agua por vos y se tira
de cabeza al campo para buscar
más recipientes donde poner el agua, las últimas
cinco cacerolas de barro, tres
grandes recipientes de lata.
Dos lecheras, un balde que no arrastró
en los estantes de la despensa la corriente.

Y se mueve por la casa como si no
nadara, con tanta soltura...



*

Después de una semana de lluvia, una cabeza
es cuajo amarillo. Veinte cabezas, una mina de azufre.
Tristeza de leche agria hace llorar
ni tragarse un hueso va a salvar el brillo.


*

Cuando la mitad del cielo es la mitad del cielo y la mitad
de la tierra la mitad, alguno
traza con una piola la línea y dice: éste es
el horizonte.
Lo que queda, de mi mitad para tener,
es un corral de cardos y dos
animales flacos no dan para comer.


*

Al octavo día es difícil
encontrar suficiente paja
donde posar el ojo. El agua
una ola chata solamente
se crispa cuando cae una gota.

Por eso, cuando la lluvia es dura
cortina de agua la superficie
del campo una tormenta marina.

Todo sucede por derivación:

Si madre permite me baño
la cara de lluvia al cielo y si no pasa
cuando caiga otro hermano con nombre
pesado de gota entonces
ahueco un coco para hacerle una cuna.



*

Un deseo:
cuando la rana deje de croar
escabullirse rápido hasta el corral soleado.


*

Así termina el cuento de la noche
para los niños el primer día de lluvia:
acurrucada al borde de una hoja
antes de dormirse la menor pregunta
¿Volverá padre? Y se queda dormida.


*

Cuando Último estira la mano, madre
apenas sabiendo nadar se arroja
por el amor del borde del árbol. Madre
de la matriz del living al cordón del piano está
hamacándose una canción de cuna.

Un anillo de rama de muérdago
hace sangrar el dedo.
Un anillo de rama de muérdago
hace sangrar el dedo y la unión
se disuelve. Después de tantos años florece
de carretel el circulo de tu panza. Un camino

va del hueso a la muela
de la muela a la primera nana. Así
se crece hasta llegar al último
arrorró con leche pegado a la tapa.


*

Va a dar una vuelta de barro en el fondo del pozo.
Va a poner la casa en un barco para remar lejos.
Del barro a la casa va a levantar una vela. Una llama
para escapar del monte por un hilo de agua.
Para coronarla, de flores va a ponerle en el cuello
y en el pecho el curso del río.

La orilla queda lejos en el sueño. De tanto
crecer, madre, algo sucede. De agua y de tierra.
Dios es apenas una divisa, se va a secar
en el pecho desnudo si con el viento
aumenta la corriente.


*

Si se inunda el fondo del aula
y en la escuela corren todos
al burro suben a mano los libros
de la pata al cuerpo, así
hasta el cuello.
El juego termina en la segunda rueda:
en la merienda, madre, quiero ser del color
de la flor que llevás en el cuello. Y si la tarde
es más larga, en la espera, subo la montaña al carro
y la mudo. Para las seis:
un montón de guardapolvos y de dientes
son el tesoro de una rata de leche.



*

¿Por qué las casas quedan lejos de los pozos?
– Último la tinaja
pesada en la cabeza pregunta.
Cortando camino de la casa
cuenta en silencio la cantidad de pasos.
Si se distrae, deja caer el balde,
las manos en el barro, seguro pierde la cuenta.



*

Si la pena es más grande se hace
a un lado madre, empieza
el niño a cepillar el pelo
larguísimo de la niña hasta que diga basta.
Del pétalo se desprende una oreja
de conejo, esas flores de durazno. Se pone
de costado la palabra, la costilla
que el primer hombre dio a la primera mujer.


*

Hacia dónde va, Último bien no sabe. Corre.
El aire en la panza del agua se infla.
Que todavía queda resto y no hay canal
que no se salte cuando el valiente
como el malón, como el ganado,
como la tropa sigue a la yegua madrina.

Para ser libre – se dice – hay que probar el fondo
de los pulmones exigido al máximo. Las patas
levantan polvo al camino en la seca, y en el barro
dejan la huella del propio paso un hueco.
Hay que querer llegar al fondo de las cosas – repite –
aunque el potrero termine en alambrado, la propiedad
del hacer es privada y el horizonte traza
recto siempre el mismo dibujo.



“Conejos”, TILOS, La propia cartonera, Montevideo, 2010.

Conejos

1

En el futuro de la casa de campo hay pájaros. Partimos olvidando una valija que no será indispensable. Aceptamos el destino con voluntad, como aprendimos a ahogar crías en los bebederos: era necesario y la necesidad es la forma de nuestra alegría. Las preguntas van a llegar después y confiamos en que tampoco serán tantas. Actuamos de acuerdo a nuestros rudimentos, desde la primera caza de conejos.

2

Fue el verano de los cartuchos suaves, agazapados para el tiro al salto, vestidos del color de la maleza. Era un año en que todos los conejos del coto caerían enfermos y eso la había impresionado tanto que en oportunidades todavía soñaba con largas hileras de animales muertos y se despertaba para tocarse los brazos y saber que no llevaba una escopeta. Habían elegido las armas y determinado la cantidad de balas cuando recibieron la noticia. Él había llegado en mitad de la mañana con la cara partida de sorpresa para decirle, las vacunas no habían funcionado. El destino era un misterio ingobernable: la muerte benévola y mansa cediendo ante la muerte benévola y mansa. Cuando su abuela todavía vivía y en la víspera de la navidad visitaban a las hermanas, la visita era la rutina de los años antepuesta a la rutina del té. El monasterio sólo existía en el filo silencioso de la siesta y el ladrido de los perros cortaba el aire. El misterio que coronaba las catedrales era el silencio, todas las familias lo habían aprendido al asomarse al círculo del oro y los que rodaban, en el centro del anillo, eran los hijos.

3

Todo era amplio porque en un tiempo alguien había creído que los seminaristas serían muchos. Y también los cerdos, las gallinas y los conejos. La monja le había puesto un conejo blanco entre los brazos, lo había levantado de una jaula inmensa donde se agazapaba tras una pila de heno. Le había costado tomarlo entre las manos porque el animal temblaba y ella sabía que en el principio, como en una mañana glacial, donde el suelo y el cielo parecen un continuo infinito, existía la idea benévola y mansa de la muerte –porque mientras lo sostenía, la mujer con el pelo cubierto le había dicho que pronto iban a sacrificarlo y el conejo temblaba. Cuando se iban, imaginaba que las hermanas ordenaban todo rápido. Barrían, lavaban los cacharros y los ponían en su sitio, todo de tal modo que pareciese que nunca hubieran recibido visitas. Que no fuera a pensarse que las monjas y los conejos eran lo mismo, ellas no cedían ante el milagro de la vida y era difícil no pensar en eso.

4

– Lo que hacés primero es partirle el cuello. Le cortás la cabeza y después lo pelás.



5

Quitarles el cuero a los animales se había transformado en un acto de amor, el trabajo del cuchillo separando tiernamente el abrigo de la carne. Vivía los sacrificios con gratitud, se alegraba en la temporada de caza. Y ahora que los conejos del coto estaban todos enfermos, la pólvora se humedecía como la mañana y los armeros se llenaban de tierra.

Nota:Nació en Azul, provincia de Buenos Aires en 1985.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Lisandro González


Las chispas en la noche

te descalzabas
en silencio
después de haber calzado cosas
de mi vida en tus costillas

y las cosas
se despegan solas
o las arrancás porque hay cosas
de mi vida en otra parte

¿estos papeles sueltos
se irán recopilando en algún libro de carne?
¿cualquiera de esos pájaros
picoteará los montones desvencijados?

te descalzaste entonces
y tu triste talón vulnerable
pudo alejarte
descalza, prudente





La sombra de una sombra

la casa parecía ansiosa:
nos esperaba a los dos
y no a este ramillete
de huesos
por el que vengo dándome a conocer

han pasado varias semanas
desde que tus ojos
cerraron la casa nuestra
y la dulzura del sueño cotidiano
para dar paso a la vida
espalda
contra
espalda
y
distancia, olvido,
dolor, etc.

hoy he venido a esparcir
algo de ese dolor en esta luz ingenua
que habíamos dejado prendida

en el suelo
montones de papeles
que juntos hubiéramos intentado llevar al día

ramas muertas de árboles vecinos
sobre el techo,

el polvo del desconcierto y la ausencia

-en ese rincón
la biblioteca con la piel
reseca de mis libros-

los fantasmas de la casa
se chocan con los que vengo cobijando
y juntos, ellos, yo, todos lloramos
la carne muerta del amor

la casa no entiende:
¿quién es este hombre abatido
en la desmesura de lo roto?

afuera, el mismo sol
de los cementerios,
lo cubre todo y se regodea

en una casa
con un hombre solo







Intervalo lúcido

has lucido intervalos previos

agachaste la cabeza
cuando pensabas
que las colas de cometas te rozaban

saltaste del tren
cuando el tren todavía no había salido

-tal vez, algún rostro como el tuyo dijo
las otras palabras-

has visto el cometa alejarse entonces,
enredado en su torbellino el cabello
de mujeres que alguna vez
dijeron tu nombre
y soportaron el eco

y en algunos intervalos
creíste aquietar las furias







La forma del mundo

la primera luz del año
no llega a la ventana
golpea
y rebota
en un baldío
y en los patios

descontractura
viejos objetos
metálicos olvidados

la forma del mundo, hoy
se hace difícil de seguir,
el modo
en que rotan las cosas





Parado en el muelle

un pez fuera del agua
se pregunta por la altura de los edificios
por ese extraño color azul celeste
de la muerte posible
-las aves recortan
ese gelatinoso panorama
hasta que la mano del pescador
lo vuelve al agua-
¿será “otro” ese pez
que palpó otra muerte
diferente
a la que le espera
una o dos horas más tarde
en la boca de un pez mayor?
¿será entonces pez muerto,
comido
pero no “pescado”?

¿o será
ese par de horas
otra forma de salvación?

(Todos los poemas son de “Intervalo lúcido”, de 2007)

Nota:Nacido en 1973. Reside en Rosario.
Colabora en las revistas “Facundo”, “Poesía de Rosario”, “La Costurerita”, “El vendedor de tierra” y “La Guacha”.
Ha publicado en poesía:
“Esta música abanica cualquier corazón”. Homo Sapiens Ediciones. 1994.
“Leña del árbol erguido”. Ediciones Poesía de Rosario. 2000.
“Hobbies de hotel.” Ediciones en Danza. 2004.
“Intervalo lúcido.” Edición de Asociación Santafesina de Escritores de Santa Fe. 2007
Ha sido incluido entre otros en los volúmenes colectivos “11 jóvenes poetas – Homenaje a Edgar Bayley” (1995); “Café con Letras – Poetas de Rosario” (1997); “Retratos de Poetas” (2000); “Los que siguen” veintiún poetas rosarinos (2002), “Dodecaedro de poetas” selección de doce poetas rosarinos (2004), “Pulpa” (2006); “19 de fondo”, “Poetas del tercer mundo” y “Poesía en el círculo” (todos de 2008), “Perras” (2010, Ediciones en Danza) y “Fin zona urbana” (2010), además de en el CD “Voces de Poetas” (1999) y en el archivo sonoro “Salón de lectura” del sitio web “Sonidos de Rosario”.

lunes, 7 de febrero de 2011

Javier Vallejos Amil



Encuentro

Una esfera de plomo
irrumpe su viaje circular
a través del silencio
del tiempo suspendido
impacta con el ávido
liso final del cuerpo inerte
pétrea escultura
a la espera de modificarse
en el ágape de su encuentro
con las esquirlas
que le dejarán cicatrices
similares a las de la vida

(2008) de “Lúdicos y Llaveados”




Castillo de mierda (*)

Suave desparpajo
maloliente enfermo
rostro imán de los insectos
solitaria pieza de ajedrez
al frente
dispuesta a negociarse
para que el rey siga vivo
fusible oxidado
castillo de mierda
así te consideran
quienes no conocen
tu pasado
águila nocturna
arrasador de botellas
tu crimen solo fue
no tener esquemas
o haberte asfixiado
con tanta coherencia

(2000) de “Garabatos propios e impropios”

(*) Premio “Poesía Joven” por la Subsecretaría de Cultura de Corrientes año 2000





Inane

Como caminando descalzas
sobre un jardín de rosas
las pompas de jabón fueron
cayendo frente al ciego
irreverentes brillosas
desnudas crueles
ante los inadvertidos
instintos del inválido
minuto de placer
que desmaterializará
al tocar las espinas
de su boca.

(2005) de “Lúdicos y Llaveados”





Simpleperdonavidas

Recuerdo cuando era pescado
y me lamía los zapatos
para brillar en la avenida
sin darme cuenta
de mi condición de gusano
en otros cuerpos
distintos al mío
inventando fantasías
a cada paso desesperado
mintiéndome
creyendo que mentía.
deliberadamente ficticio
e inmediatamente dolido
ilativo de un mundo decaído
resultado a lo lejos
de un simple perdonavidas
que no rendía sus días
y diariamente iniciaba
otro calvario
aturdidor espanto
con autoimagen de ballena
y cerebro de crustáceo.

(1998) Originalmente de “Catálogo de puentes”
Notas: Nacido en Corrientes, República Argentina, en el año 1966
Profesión: Médico Cirujano/ Salud Mental - Músico – Poeta (el expuesto no es orden de importancia).Tengo editados "Pululaciones Adolescentes(poesías- 1996), “Catálogo de Puentes” (Poesías – 2000), “Las Historias de El Baúl” (Historias de grupos del rock argentino - 2000), “Conjunto” (Poesías – 2001), “Poerótica” (Poesías – 2007). Además he participado de varias antologías a nivel local, regional y nacional como: “Poemas Zafados II” (1998), “Poesía Joven” (2003), “Ida y vuelta” (2007), “Chaque tu lengua” (2008). Obtuve los premios: “Franklyn Rúveda” de poesía joven (2000) otorgado por la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Corrientes; “Premio Corrientes – Poepy Yapó 2000” por poesía; “Premio Corrientes - Poepy Yapó 2001” , por el libro”Las Historias de El Baúl”; 1° Mención Concurso de Poesía de la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Corrientes 2005. Escribí como columnista para diarios y revistas locales y nacionales sobre literatura, música y espectáculos en general. Soy co-fundador del grupo “Poesía Joven”, en mi ciudad, en la década de los ´90. Realicé también trabajos como conductor en radio y televisión local desde fines de los años ´80. Más de veinticinco años como músico de Jazz, Blues y Rock; en 1998 edito el disco compacto “ La Clínica – Jazz, Fusión y Blues por Correntinos”. Oficio también como productor cultural en la región, en solitario o participando de varias cooperativas culturales-

domingo, 6 de febrero de 2011

Edith Vera


Duerme, mi niño, duerme,
mientras te canto la Retahíla.
En la tierra, la cebolla,
duerme.
En el cajón, el hilo,
duerme.
En el mar, un barquito,
duerme.
¿Y tú no duermes?
En la plaza, la estatua
duerme.
En su rincón, el grillo,
duerme.
En el cielo, Saturno,
duerme.
¿Y tú no duermes?
Duerme como el repollo en la quinta,
como el lápiz en mi bolsillo,
como el puntito sobre la i.
Duerme,
duerme.



***


Allá en la casa
de la amapola
hay tres ventanas para mirar.
Por una, se ve la luna,
por la otra el lucero
y por la otra el sol
¿por cuál deseas mirar?




***




Entonces me acostaba
con Neruda, el gran Pablo,
y en una playa blanca
hacíamos el amor.
El mar no nos miraba,
ni un caracol ya quieto
traído por las olas
quedaba entre los dos.
Nada de algas buscando
dormir entre los muslos,
ni siquiera la arena
brillando en nuestra piel.
De ese amor no hay olvido.
Ese amor me ha dejado
una rosa en la mano,
pétalos de letras,
corazón de papel.




***




Ella sabe que todo es poesía
machacando el ajo en el mortero,
picando el perejil
hasta
indudablemente son poesía
esas yemas de huevo
que son batidas
Y reciben el aceite que cae
gota a gota
y es poesía el mantel
con el viejo bordado de la amatista con flores
y el fuego
y el agua que sale de la canilla.
Y al receta de cocina
que dice entre otras cosas: “una vez que haya leudado
la masa será cortada en estrellas.”
Y la música de la cocina
envolviendo la atmósfera.




***




Tengo un pañuelito
de papel muy fino
y si yo lo quiero
él se hace barquito,
paloma,
estrella,
zapallo,
violín.
Si le digo ¡barco!
él se hace paloma.
Si le digo ¡estrella!
él se hace violín.




***




Cómo decir que el tamarindo es eso,
un tamarindo, un árbol,
pero que es algo más en la memoria,
Es el resumen de la infancia mía,
mi alfabeto de hojas.
Isla de maravilla en su patio olvidado,
es también el recuerdo del abuelo y la abuela
que esperaban a su sombra quién sabe qué milagro.
Él les vio quedarse yertos y siguió dando flores.
En su copa moraban los pájaros del viento
y yo aprendí entre ellos,
trepando por sus ramas,
a descifrar lenguajes
que sólo se comprenden en el ritmo de ese árbol.
Tamarindo, hasta ahora
me llegan esas voces.



***



Un instante de la niñez me dice que entonces
por cuidar los manteles
comíamos las uvas en el aire.
Una conversación pedregosa
partía de una punta de la mesa.
La otra punta estaba vacía.
A los lados de la mesa
el silencio.
Al borde de las sillas nos sentábamos
tratando de no herir las esterillas
y no se sacaba siquiera
la punta del pie de los zapatos.
La distracción estaba a cargo
de alguna mosca que se posaba aquí y allá.
No decíamos
lo que guardaba el pequeño pecho
ni siquiera
que el pececito de la pecera
parecía agitarse cuando nos acercábamos
o que una de nosotras
bordó en punto atrás una amapola azul.

Nota:nació el 27 de agosto de 1925 en la ciudad de Villa María, provincia de Córdoba, y murió en esa misma ciudad en el año 2003. Entre sus libros figuran:“Las dos naranjas”, “La casa azul”, “La palabra verde y los caracoles” ,“El conventiyo verde”.Después del 90, escribió otros seis libros de poesía:
“Del agua, de los Pájaros, de los Cielos, y de los Quehaceres Terrestres”(1993),
“Palabra” (1994),“Láricas”(1994),“De recetas y testamentos”(1994).Todos sin editar. Y dos en 1995 que después sí fueron publicados por la editorial “r a d a m a n to” de Villa María, en cuidadas ediciones : “Pajarito de agua” y “El libro de las dos versiones” (En 1997 y 1998).
Finalmente, en el año 2001, editorial Garabato de Córdoba, le publicó “La Casa Azul”, que tenía escrito desde 1972.

sábado, 5 de febrero de 2011

Lucas Britos Sánchez



El hombre gordo
habla solo pero no está solo
lo abruman las cartas de oyentes
la nicotina
y quién sabe qué otros demonios, dulces y agrios
de la duda.
Corren los ‘90 y por el micrófono invita
a pensar motivos para vivir
ha hecho una lista cursi, la lee.
Hay un puente muy delicado entra la dicha
y la desgracia.

Muchos se espantan
cuando la vida les sale como quieren.

Despertar
con una sonrisa idiota
duren lo que duren

inventarios para vivir.

El hombre gordo ríe y fuma.
Invita a los oyentes a andar en bicicleta,
ver dormir a un hijo, perder el tiempo.
Puede ser.

(Inédito)






***




Un perro tuerto
entró a la clase de periodismo
y enseñó
cómo se lee entre líneas.




***


Mujer entra a una farmacia
pide dentífrico, toallitas, leche en polvo.
Mujer entra a un velorio pide chistes,
algunos parientes, pide dioses.
Mujer entra a un hombre
y pide lo imposible.



***



El hombre que entra a esta historia
sabe lo que quiere.
Es, quizá, una mentira ridícula y necesaria.

No lleva traje.
Tampoco bigote.

Hay poetas demasiado preocupados
por el alimento, el vestido y las medicinas
y nada hermoso
nace de la lástima.




Nota:Publicó tres libros de poesía en ediciones de autor. Sumando esos experimentos nació su obra más conocida: Los perros y las cosas (2007). Participó en tres antologías: Re(in)sistencia poética (2006); 10 poesías inconexas (2006, Asunción del Paraguay); Ida y Vuelta (2007).
Nació en Resistencia, Chaco, en 1980. Es periodista. Escribió para el semanario El Yacaré (Paraguay), y el blog www.isabelaveneno.wordpress.com/. Colaboró en el suplemento Acá (de elDiario de la Región); en las revistas Cuna y Chacú, y los zines April y Sr. Alelí.
lucasbrito24@hotmail.com

viernes, 4 de febrero de 2011

Eliana Navarro


Para ella
que pretende una espiral de plata
y coronar su consistencia
escribe círculos de sal / su lengua
dice irrelevancias
persiste en conservar su talle
y está

quieta Pero es lineal
es previsible
no por convicción (no puede
sospechar cómo será
el minuto posterior
a cada pérdida)
no tiene fe prevista, tiene:
una vida que pendula / tribulaciones como lianas
de olvido a tentación / de piedra
a desmesura y de ahí al

abandono (¿es la palabra,
el abandono a la palabra o
eso
que abandona
cuando dice
la palabra?)

¡para ella, que escribe con la nuca! ¡con el revés del párpado incendiado!
¿no era su materia árbol incendiado? ¿desmedido y pulcro el fuego, la escritura
un arma sin licencia, sangre blanca, vampiros dando aviso del amor, o del
naufragio?




Entraron pájaros
no es que alguien hizo trampa
o sediento de poder
quiera capturar
cosas que vuelan
Son ellos. Los pájaros

se metieron en la casa
y después no hubo
salida

algo anda mal en mayo
gira y se cierra sobre si
la tarde

afuera el mundo
es un amor
que precipita

se pliega sobre sí una mujer
que tampoco
debería haber entrado

andaba igual
que esos
frágiles
buscando agua con azúcar

a cambio
entró a un sitio inmenso

no es la casa abierta así
desfachatadamente
¿quién hará después
la medición
real de los espacios?

aparte del dolor
aparte del deseo de salvarlos

¿cuánto vale una visión rotunda en esta casa?

¿cuánto ocupa lo que un pájaro
pierde
cuando entra por error
en otro mundo?

vidrio

el corazón de una mujer
que no puede salir
estalla y


no es la casa.



Madres para Tomás!

Es preciso cuevas: muchas cuevas / agua / toda espuma que encontremos / y perfumes / peines / toallas / un jabón

Abuelas, sí, madrinas, varias tías gordas: con pañuelos / gorras / pantuflas / el jarabe de la tos
un
PADRE

Mujeres: aves / duras / crueles / más mujeres: cínicas suaves dulces sencillas / negras mujeres de piernas largas / MADRES ¡leche! ¡Barriles, tanques de leche!

Río: un río con corriente / flores / cauce / piedras / una orilla

BORDES
límites / ¡exceso!

También: manos atando sus cordones / teniendo fuerte sus manos / para cruzar el abismo / la ruta / manos fuertes / suaves / tajeadas / sucias / polvo:
mucho polvo / ¡merca!
postre en polvo
¡orgasmos!

Patas de pollo: muslos de pollo o de mujer / milanesas de mujer con puré
un tobillo / una cadera / ¡una cintura!

Una fiesta: globos / una piñata con colores / ¿ de Boca, River, San Lorenzo? / una torta con forma de pelota / 26 velitas apiñadas / autos de carrera / colección / de madera / a fricción

FRICCION!
una pelvis / una nuca femenina!

Y razones: para vivir / morir / dañar / razones para amar.
Carne: Roja / blanca / de cañón / de mujer / ¡ALGO que morder!
Canciones: de cuna / de rock / de hard rock / lo más ruidoso / ¿de amor? ¿canciones de amor?

Más exceso: más orillas / bordes / saltos sí más saltos / peñascos / volcanes / precipicios / barrancos / ¿un noveno piso o décimo? ¿vigésimo? / ¡ascensores! huecos de ascensor y

AÑOS ¡muchos años! ¡una VIDA dos tres siete setecientas vidas!

Una flor de Jazmín: el amor de todos los hombres hacia alguna mujer / el de todos los padres por sus hijos / el de todas las yeguas por sus potrillos / y más / ¡TODO el amor!

Una lengua? ¿dos lenguas? ¿idiomas, lenguajes? ¿diccionarios? ¿traductores?
¡libros! ¡POESIA!

Un circo: ¿malabares? / ¿el tigre saltando a través del aro de fuego? / ¿el equilibrista corriendo sin seguro por la cuerda?

Enfermeras, mujer preferentemente: gasas mujer / curitas mujer / costuras mujer / yesos mujer

¿Animales? perros / caballos / gatos /GATAS / arañas de la noche / sus piernas con final de taco.

Luz: bombitas de veinte / de cuarenta / cien / faroles, faros de mar / ¡reflectores! ¡destellos! ¡fuegos de artificio!

Vírgenes: estampitas / una fe / credos / oración / imágenes de dios
campanas un

AMOR

una mesa para dos lo tenue de esa noche, velas:
un altar con una chica vestida de blanco / un vestido blanco en el suelo y la chica tendida en la cama
jugos de mujer / frutas húmedas / líquidos sólidos gaseosos

DESEOS
de mujer: lunares / pecas / pelos / orejas / la línea que forma el omóplato en la espalda / y los pelitos de tocar al final de la columna vertebral / el calor natural de una nuca / la suavidad de la parte interior de un glúteo
de la chica, la parte que viene a cuidarlo
de la espera, la noción de importarle a
ALGUIEN

Y una casa con lago:
una carta en el buzón de la casa con lago / una nota con letra de mujer diciendo te amo / una nota con letra de mujer diciendo ahora vuelvo.


A Tomas Watkins
Relación

Dejé
a un desconocido acariciar
mis pies
dormidos bajo la manta el tren
cruzaba la noche
la línea sur.

_________________________________________________

Venimos de una noche
larga:

nací con un ojo extraviado
un hueso fuera de lugar
una caja vacía
en la mano

mi madre por entonces
caminaba hacia atrás
sus animales no querían

abundancia, ahora

me enseña a tejer:
elaboramos
mucho más que una trama

a veces me advierte
- ves qué ajustado?
hay que soltar!

sigo
sus instrucciones
con una nueva fe

la tarde se abre
y vemos todo su interior
ella prepara té
de canela y jengibre

hay música de campanas.


Nota: nació en Buenos Aires en 1975, desde 1976 vivió en Bariloche. Fue becada por la Fundación Antorchas y el Fondo Nacional de las Artes en varias oportunidades para participar de talleres de análisis y producción de poesía contemporáneos realizados en la Patagonia.
Es co-fundadora del grupo de poesía "El diente en el ojo".
Publicó el poemario Circular - (Fondo Editorial Rionegrino, 2008)
Integra las antologías - Desorbitados. Novísimos poetas del sur, (2009) Fondo Nacional de las Artes, Selección y prologo de Cristian Aliaga, y - Poetas Argentinas (1961-1980) (2008) selección y prólogo de Andi Nachon, Ediciones del Dock.
Actualmente está radicada en Brasil y profundiza e investiga lengua y literatura portuguesas.

jueves, 3 de febrero de 2011

Mario Caparra


continencia americana

un hombre hundió la cabeza en su bolsillo tan hondo
que el bolsillo se lo tragó
se ve que el bolsillo también tenía hambre
hambre de hombre
no aparecieron ni los hombros del hombre
la familia lo veló a bolsillo cerrado
reunida alrededor de un saco vacío
la esposa sacó un pañuelo del interior del saco
y se secó los mocos
la suegra le llevó flores y dijo
que qué flaco que estaba el pobre
le dio un par de recetas a su hija
y se fue no sin antes ofrecerse
para llevar el saco a una tintorería
las formas de la desnutrición
son muchas y muy variadas
en este viejo continente
incontinente



Noche -poema con metapoema y ahí cagamos-

y si la noche fuera un bolsa de grillos
y si alguien hiciera un tajo
y los grillos cayeran sobre la ciudad y la noche
ruidosamente tomara
las avenidas los kioscos los tachos de basura
y los habitantes no pudieran respirar
se asfixiaran nadando en los grillos
y en el meo de los grillos
y si la noche fuera una bolsa de grillos
y si toda la ciudad compartiera mi tristeza

pienso esto mientras veo a mi novia dormir en mi colchón
está
tan calma en esta noche tan corva y mascarrabias
que ya no soporto más
no tolero su estelar indiferencia
a la exclusión social de mi amargura
al conflicto armado entre mi vida y mi vida
me levanto y comienzo a hacerle pis
como un grillito
le orino el muslo es blanco es lindo
veo como su bombacha celeste cede
a la tentación del color azul
siento el ruido mojado que mi orín salpica
como campanazos que anuncian
su revancha y su alegría
trota por su pancita redonda sus senos
pequeños masticables /sus tobillos
le mojo la boca la cara
plancho sus rulitos negros con mi orín oscuro
ella esboza una mueca de disgusto o de reproche pero luego comprende
y espera tranquila
con los ojos cerrados y los labios entreabiertos
a que yo termine mi tarea
luego me mira como una madre
y se da una ducha rápida
pone las sábanas en jabón y dice que ayayay
que cómo vamos a usar el colchón ahora
yo me echo en el alivio del piso frío
/sobre la ciudad aún caliente
a la mañana subiremos el colchón a la terraza
y haremos el amor sobre la mesa
es curioso
que yo le deba nada menos que mis noches
a los grillos
que me la revelaron a fuerza de insomnios
cuando yo aún era un niño
y hacía pis en una rejilla y era nadie
y nadie en la ciudad se arrodillaba
a la orilla de mi amargura.



yo que tiembla

hoy deroga el poder ejecutivo
/ la esperanza que no llega que no alcanza
esta noche de obediencia y de tortura
/ este punto final en tu poesía / un decreto
reglamenta tu cielo / privatiza
tus sueños / codifica la luna y hay
un punto de obediencia creciendo
sobre el final del final de tu poesía

después murió mi viejo / y el viejo de mi viejo / corre por mi piel / un olor a ceniza derramada / ¿qué balanza pesa el amor que no nos diste? ¿qué ojos como tus ojos miden el frío que crece para adentro? ¿corazón donde clava el otoño / el amor sus hojas secas? ¿qué país te deja solo? ¿qué patria te destierra? ¿cuál es el sol que no te mira? compañero del plomo / mediodía del dolor / que moriste para que no todo siga igual / tus asesinos se disculpan / piden piedad por todos los canales / confían en la justicia / y miran el perdón a través de una rejilla

pobre mi viejo / ni un paso al costado
hicieron de su humanidad un pasamanos y nada
/ nada que lo mueva del amor
no asumía que la muerte / podía correr de lugar a las personas
ahora no se animan ni a buscar tu nombre en la memoria
/ lo más importante no puede nombrarse
tus asesinos te matan todavía
con otros nombres quizás / quizás con otras huellas
piden perdón / perdón porque no saben
cómo ser ceniza / después de tu cenizas

compañero del plomo que lo mata
de la sangre en la calle compañero
y treintamil veces compañero del compañero que no llega
/ que no alcanza
¿por qué no fusilás con versos esta noche?
¿no nos cagás a tangos dulcemente?

mi vida se pasea con los ojos descalzos
sobre un espejo de recuerdos rotos






sangre en la semilla

aún era una niña
las piernas tibiecitas
el olor a mamá en el guardapolvos
cuando nos contó
que sentía
como pajaritos en la panza
logró conmover a alguna gente
a mucha le pareció lo más normal
y nosotros mirándola
entre la caricia y el arrorró

el caso es que los pajaritos
salieron volando un día
descosiendo
su exquisito vientre de madre prematura
de herida absurda
que la va dejando
sola desde el ave a la semilla

los años de la infancia pasaron
pasaron / y una regla fría
midiéndola
hasta el hondo bajo vientre
en que todos los caminos se pierden
o se olvidan

puede vérsela en la calles casi siempre
pero nadie quiere
hay algo monstruoso en ella
brillando en una lluvia
que mojándola nos moja

el viento vuela
las hojas podridas de su frente
y ya nadie la cocina con los ojos
ni nosotros ni nadie
le va haciendo el corazón hoja por hoja

los arrorrós se volvieron en su contra
y le cortan la sonrisa como un tallo
nadie junta los pañuelos ni sus pétalos
es monstruosa su belleza
de lluvia
de entrepierna
de vientre descosido



Nota: es docente y escritor. Se dedica a la poesía y la edición independiente. Integró diversos talleres y colectivos literarios como Kólera Buey y Paria y es miembro fundador del Ananga Ranga Taller.

Su obra poética publicada incluye: Poemas de Tractores (2002) y Dios TV (2004) -ambos en coautoría con Tony Zalazar-, Último tango en parir (2006) y Sobras Completas (2009). Además coescribió -con Roberto Mateo y Marina Coronel- Arquitextos. Herramientas creativas para la producción literaria (2010), editado por el Instituto de Cultura de la Provincia del Chaco.

Distinguen su labor el 1er Premio del Concurso Nacional Horacio Carpani (2000), el 1er Premio del Certamen Literario Alfredo Veiravé (2002) y el 1er Premio del Concurso Con Salud (2003 y 2004), entre otros.

Su obra fue incluida en antologías nacionales y provinciales y sus artículos recogidos por el Círculo Literario Bartolomé Mitre y La Gaceta (Bs. As), Escritores sin Frontera y Momarandu.com (Corrientes), Cuna, Waykhuli y Chacú (Resistencia).

Desde el 2008 trabaja en la Red de Talleres Literarios “Tomemos la Palabra” brindando charlas y talleres a escritores, docentes y bibliotecarios, jóvenes y adultos.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Luis Edgardo Argañarás


ladrones

la inseguridad
crece
día a día
según comentan
hablan de volver al palo
o a la horca castigar por ejemplo
el hambre del desnudo la sed del sediento

entonces amor mío
quién va a buscar
a los que se metieron
en nuestra cama
nuestras flores
nuestros cuadernos
a los que desvalijaron
los jarrones y los lápices
y se llevaron toda
la alegría del ropero
el tiempo de los naranjos
tendido al sol la risa
bien planchada y doblada
en los cajones con hojas
de menta y de romero
las monedas de malva y luz
y la costumbre azul que construimos

quién nos devolverá
las cajitas de música
y los niños

(de Rituales y Fantasmas 2001)




poética

inútil revolver el escalpelo
hasta sangrarse las cenizas
enmudecer los espejos
con la pasión violeta
de otros cielos
en vano descifrar en la ventana
los signos de los tigres
los pasos de la luna
en la noche enramada

esa lágrima de granizo
debe derretirse
en mi boca
esa desnudez
debe abrigarme

(de Hechicerías 2006)




la vuelta al día en ochenta mundos

yo vivo en un planeta
con su luna su música sus mares
sus ballenas sus bosques
sus desiertos sus perros
callejeros mendigos de la risa
ausente en vagarosos días
de luz desmigajándose al oeste
años atrás ansiaba recorrer
ese universo como phileas fogg
y otras aventuras / como las
inventadas por jack london
hoy es más simple / beberme
ese universo / desde mi casa
mi whisky mi escritorio / por
Internet o discovery channel
mirar cómo desfilan las pagodas
las mezquitas las pirámides
los golfos las penínsulas los
fiordos los cazadores de la
tundra y el azul develado
de los tuareg / y por si fuera
poco / la masacre / el
exterminio en directo / el lobo
despeñándose hasta el hombre
y hasta un niño
de ojos extrañamente iguales
a los míos
diciéndome adiós
desde la pantalla

Nota: 1961, Resistencia. Profesor en Letras, poeta, narrador y dramaturgo. Coordina el taller literario Ananga Ranga. 5 libros de poesía: “Ceremonias Adorables” (plaqueta, edición del autor), “Ho-menage a Truhán” (junto a Mario Caparra y Tony Zalazar, pasquín ed. Ananga Ranga 2002), “Rituales y Fantasmas” (ed. de autor 2001, reed. Ananga Ranga 2005), “Cuerpo en Pena” (ed. Ananga Ranga 2004) y “Hechicerías” (ed. Ananga Ranga 2006). Puede alimentar, por lo menos, su ego en luisarga@hotmail.com