domingo, 31 de julio de 2011
Liliana Díaz Mindurry
Juanito Laguna aprende a leer de Antonio Berni
A la memoria de mi primo el doctor Guillermo Díaz Lestrem, víctima de la dictadura
Hay un país simulado
un nombre simulado un tiempo simulado
un viejo país detenido en agujeros negros
el país simulado al fondo
(como un pozo)
oscuro
fabricado en el pozo de los sueños
(ese fondo del fondo)
En un mundo asimétrico lo que está por suceder no termina de suceder porque es posible que no haya suceso
en un mundo asimétrico donde hay carceleros
el carcelero no permite la entrada
aunque dice que la permite y hasta guarda una sonrisa en la pantalla
(Y hay un hombre de negro que mira desde lejos en un hueco del tiempo)
el carcelero dice: el país está cerrado dice: el país es puntual en decir que está cerrado
dice: no
no dice
o está y dice con su presencia
o no está pero es fácil imaginarlo
algo que no termina de suceder
aquí hay marcas y preguntas y zumbidos y ultrajes y perfumes antiguos y hay cosas que llaman el país y el país no se sabe si existe fuera de la palabra fuera del ruido fuera de los signos
fuera del país con pantallas vacías y celulares rotos
fuera del país donde las niñas cibernéticas saltan a la soga
no contestarán las máquinas del sueño
ni los que escriben al departamento de tejido literario
ni los que leen
ni los que escriben a los que leen ni los que leen a los que escriben
y después eso: la repetición de marcas y preguntas y ultrajes y zumbidos y perfumes antiguos y cosas que llaman el país que no se sabe qué es o si existe fuera del movimiento de lengua o de los signos
Un país en blanco y negro donde el futuro parece una mala copia del pasado, un revival extraño
no hay Ley que una estos sangrientos pedazos
un pedazo y otro
sueltos
vacíos
y sin embargo unidos perfectamente en una pantalla
con virtuales páginas de seda
que siguen después de "todavía estamos en la Argentina"
y nunca terminan
hacer entonces como si hubiera mundo
como si el viajero de las sábanas fuera inmortal
como si hubiera un hombre de negro
un resplandor
dentro del pozo de las cosas
como si el pozo de las cosas
no fuera el pozo de las cosas
como si las cosas no fueran un pozo
como si el pozo contuviera cosas
como si hubiera cosas
como si hubiera pozo
como si la palabra por sí misma
diera existencia al pozo de las cosas
a la Ley que ordena las cosas dentro del pozo
o el pozo dentro de las cosas
entonces como si hubiera país
en la noche del país
la Ley abre la boca y dice en la boca de las pantallas
dice
no lo que está bien
sino que está bien lo que ella dice
porque lo que dice está bien porque lo dice
porque el decir es belleza
porque es la posibilidad de seguir viviendo
de llevar el traje de los recuerdos
como si existieran los recuerdos
hace frío aquí
aunque los Poderosos no quieran
hace pánico
el país hace creer que es
hace creer la fe
hace creer que la palabra es
hace creer algo atrás de un ruido
hace creer en un ruido
simula caminos de buena hierba
un país hace creer en un orden
que desgarra la noche
como si hubiera caminos
como si hubiera algo que simulara caminos
y no parece
y hasta se ve la silueta de un carcelero atrás del carcelero
y hasta parece que se inclina y habla
y hasta parece que habla de otros carceleros uno en cada puerta otros carceleros que dicen que no dicen que simulan decir que ni siquiera nombran o que nombran la escritura
para desintegrarla en balbuceos sílabas letras desunidas letras que ya no forman ninguna palabra marcas en el papel rumores en la selva del silencio
y hasta parece que es una infinidad de mundos de simulación de mundos cada uno con una puerta y un carcelero como una infinidad de espejos de simulación de espejos cada uno con una puerta y un carcelero
y en los sueños
hay épica y sufrimiento
hasta que llega dulcemente
la gratuidad
el sinsentido
hasta que algunos borrados se levanten de la inexistencia
son como si no hubieran sido nunca
una brisa olvidada
una brisa entre dos intentos de brisa
hace pánico
digo
pienso en los que borraron en pantallas blancas
la mandíbula que guarda mi lengua
tiembla
se cierra
se cae
hace pobreza
hace dolor aquí adentro de esta pantalla donde vivo
los Poderosos no me guardan del frío ni del miedo
de mala hierba los caminos de la muerte
hasta la tentación de decir injusticia iniquidad
una vez desaparecidos los carceleros
me acuesto
sueño
las posibles palabras que contie¬nen otras puertas posibles
sueño un país
donde la rabia
me devuelva los muertos)
El guitarrista ciego de Pablo Picasso
Se nos habló del ojo como del único sentido para construir el sentido,
las líneas de significaciones.
Algún francés nos habló de la evidencia.
Un español hizo del ojo el único sentido para construir el sentido,
sin buscar claves ni líneas de significaciones evidentes,
juntó casi burlándose
la ceguera y la música
como si la música fuera una cuerda rota,
como si la música fuera por fin
un dejar de ver las formas del mundo,
como si nada,
no quería entregar ninguna llave:
una simple música en un azul de ojos cerrados.
(Y por favor,
que no se espere nada de los colores de una tela
ni aunque sea azul y un joven Picasso haya inventado a un guitarrista ciego).
Como si no sucediera nada hay quien la mira en un azul de ojos cerrados,
como si la ceguera fuera una cuerda rota,
un viejo que toca una guitarra ciega en un vacío.
O sólo eso: nada,
una música que como la muerte,
cierra los ojos.
* * *
Parece que hay dos,
una pareja, dicen,
parece que es un hombre ciego, enfermo y una música ciega, enferma
y parece que es sentarse y llorar la ceguera del hombre, la música que no quiere ver nada,
y no parece pero la música se come al hombre
y el hombre sangra.
Y no parece pero hay una muerte por asomar la cabeza
en alguna parte. Y no parece pero también hay una muerte
ciega
por aplastar a la música,
por aplastar al hombre.
(O la misma música es la muerte).
Y no parece pero es el amor,
o una forma de amor al menos,
una música rota,
la ceguera de dos que no se encuentran nunca.
* * *
Nada de importancia, por supuesto, entonces,
ese hombre ciego puede ser cualquier hombre, de esos que andan en los trenes,
de esos que tienen ojos pero no miran porque alguna música les estalla en las sienes.
Cierta locura.
Cierta locura, dije, cierta locura fría
de mosca que sueña paraísos;
nada de importancia, entonces,
cualquier hombre,
cualquier muerte asomada en una música.
Cualquier forma de no mirar el mundo.
* * *
Es posible que la música
sea una forma ciega de tomar las cosas,
una astilla en el ojo,
la astilla de un ojo que no quiere ver más.
O al menos una forma de guardar la noche,
esa noche donde nada es seguro.
Es posible que la música
sea una forma ciega de verificar las relaciones,
y el ojo abierto,
apenas una trampa desde lo virtual.
Una pequeña bofetada a las ilusiones de este mundo.
Ya se sabe:
la música lo dice:
Estamos hechos para la muerte.
* * *
Si el ciego sabe que la oscuridad es una luz que no espera,
si el ciego sabe que los sonidos son una forma de guardar la extrañeza en el oído,
el ciego sabe
que la música habla de una especie de universo ya extinguido.
Fue cuando los hombres no quisieron ver más la rotación de los días y las noches
y se llagó la piel de la fotografías
y desapareció el tan dulce engaño de las cosas.
El ciego no sabe
que también la música ha dejado de servir
para los ciegos.
Dice la música:
ya no hay nada que hacer.
El peine al peinar arranca pedacitos de cerebro,
hay una araña escondida en los cajones.
(En los cajones aguarda
el temor de los ciegos,
el miedo
de la música).
O es la enorme tristeza.
* * *
Debe haber en el ojo de los ciegos
una sórdida luz de pasillo donde avanzan los bastones blancos,
un pobre pez que se pudre en el agua del mar sin que nadie lo advierta,
una zona sin defensa,
el vientre de las noches sin luna. Se sospecha:
una minuciosidad oscura,
un detalle
que se escapa del cuadro.
Y la música no cura.
Cerrar el ojo e inventar sonidos no inventa
otra luz. Ni siquiera una luz oblicua.
Debe haber un cielo roto de antemano.
* * *
No hay fe.
Ya es tarde para ahuecar aún más el hueco de los ojos
e inventar la música.
Peor aún para juntar
desechos de palabras.
* * *
¿Y si detrás de los ojos
se pudiera
mirar
a la música?
¿Ver el color y la forma del sonido?
* * *
Como si las imágenes fueran otra cosa que el silencio,
como si las imágenes fueran otra cosa que una hierba
para que devore
un ojo
triste.
* * *
Con la mitad del ojo de Picasso
habrá medio ciego azul, media guitarra.
Con la mitad de la música de medio guitarrista ciego
aún es posible abrasarse.
Abrasarse es imaginar algo más que un silencio.
Todavía medio amor
es más fuerte
que cualquier forma
de muerte.
* * *
Tal vez la muerte no sea música
ninguna música,
ni siquiera
una música pintada
o escrita.
Tal vez la muerte sea
un ciego que partió hace mucho de una tela de Picasso
y se le quebró la guitarra
y el azul.
Tal vez Picasso muerto
sea una tela con un guitarrista
que ya no significa;
el azul, el color de una mancha de pintura,
y el ciego,
una teoría sin demostración.
Todo el cuadro:
la irregularidad de un ojo de vidrio que se rompe.
Los pedacitos volando en el espacio,
un vestido de novia comido por hormigas.
Tal vez ese cuadro que alguien mira haya dejado de existir,
porque sólo existía para Picasso.
Es que ese guitarrista de los poemas
ya no es el mismo guitarrista del cuadro.
Es un guitarrista de un azul de palabras
y su ceguera
son unas cuantas letras
para desfigurar el vacío
de la hoja en blanco.
Nota:Liliana Díaz Mindurry: 1º Premio Municipal de Buenos Aires en cuentos editados (90-91), el 1ºPremio Municipal de Córdoba, el 1ºPremio Fondo Nacional de las Artes en novela, Premio Centro Cultural de México, Premio El Espectador de Bogotá (concurso Juan Rulfo de París 93y 94), el 1º Premio Jiménez Campaña de Granada, Premio Municipalidad de Puebla, y otros premios en el exterior. Logró el Premio Planeta 1998 por Pequeña música nocturna. Tiene 17 libros publicados. En poesía: Premio Fondo Nacional de las Artes, el Premio de Antorchas, el 1ºPremio Embajada de Grecia, el 1ºPremio First, etc. (Libros de poesía: Sinfonía en llamas, Paraíso en tinieblas, Wonderland y Resplandor final )
sábado, 30 de julio de 2011
Irma Elena Marc
EL CHARCO DE LÁGRIMAS
Yo le hablo, pero mis palabras ya no surten efecto,
se oyen como leídas por la voz de una ahogada,
hablo para que me oiga, como si Ella oyese.
Fui tras Ella a la comarca de las Mujeres Mudas,
usando una sombra como polvo enmudecedor para vocecitas
de la penumbra. Caí en un charco de lágrimas y Ella dijo:
¡Oh, ratón!, ¿sabes cómo salir de este charco? Estoy muy cansada
de estar nadando por aquí. ¡Oh, ratón!
Se oyó decir:
Toda habla es falsa y, como tú, cae.
Con un relampagueo de agujas tembló mi voz depositada
a sus pies como una ofrenda .
Toda mi vida es algo que jamás comprenderás,
grité desde la orilla del charco.
Ella pareció comprender
y haciéndome esperar la noche
soltó mi voz que ardía
dando vueltas con el movimiento de las sombras.
EN LO FEROZ
Ella habla en los sitios donde yo era una persona
que no está más.
Ella habla de zonas más allá.
En el caos, en el estupor de donde proceden mis sueños, desguaza mi corazón
y manda al mundo las carnecitas a modos de pulsaciones de la ausencia.
Ella trata de conmoverme con el recuerdo de la infancia
(no es tan fácil, amiga mía, no es tan fácil).
Ahora intenta elevarme a la contemplación de lo maravilloso
(Ella trama conflictos cuando se pone sentimental).
Y dice: “Alguien me hizo comprender que el sexo está acá”
y gatilla sobre su sien un dedo descargado.
(Cómo explicarle mi incertidumbre de lo que es carne,
de lo que no).
Con palabras líquidas como las formas del sueño digo:
“Ven”
(El deseo es pulpa inhabitable,
carneviva cavada en lo feroz del cuerpo,
cómo- de qué modo- quién- cuándo- me llamó,
y es pavor y dulzura
el llamado del amor).
FINAL DE GUERRA O DESPEDIDA
Darle alimento celeste al cuerpito de la rosa
El general Oku fue, además, conde y
samurai. Tomó Nanchán
y venció en Telissu y Tachichao.
Ella lanza hacia mí el corazón como un resplandor
de la guerra,
tiene la estirpe de la tragedia, el linaje del desastre.
El zar Nicolás II reparte imágenes sagradas
a los soldados que van al frente
Ella abre grietas en la muralla que defiende
de la fragmentación el palacio del cuerpo
- lo que brilla habitable en la palabra,
el alabastro del silencio, la opacidad del deseo,
ramas y floraciones en la sangre,
el rumor, el estruendo y el ritmo de la noche y el día-
bendición de cadáveres en Sha-Ho, 1904
puentes de una blandura insoportable
entre mi corazón y la caída de la rosa
dos grabados de la batalla naval de
Tsushima acontecida el 27 de mayo de 1905
dos monedas cubriendo tiernamente
los ojos, el cuerpito danzando
para nadie.
Fiesta de la victoria en el parque
Hi-Ni-Yo de Tokio, al término de la guerra.
La larga espera comenzó de nuevo,
la larga espera en ausencia de la guerra.
TRANSFORMACIONES
Qué horadó tan lejos mi inocencia más inocente
mi nombre más puro y desde entonces
mi pena se renueva sin cesar
y Ella está cada vez más perdida
ante mis ojos
Algo la cautivó en la noche tejiendo sus
vestidos con qué a qué a quién
en cada abandono pero por qué el retorno
al inmenso continente
que la separó de la ganancia deseando otra
carne para su alma otra alma para mi carne
en la distancia de lo expulsado del paraíso
y engullido por la sombra
aproximándose a la muerte
para que obtenga mi placer
matándolo
Nota:AÑO 2003: 1ra.mención género poesía Concurso Internacional Fundación Honorarte. AÑO 2004: Finalista Concurso nacional de cuento fantástico, Fundación Ciudad de Arena. Finalista Concurso Internacional, en el marco del III Congreso de la Lengua Española, género poesía. Seleccionada (18 de todo el país) para un seminario coordinado por Diana Bellessi, en la Casa de la Poesía de Bs. Aires. AÑO 2005: 3er. Premio Concurso Nacional Suplemento Literario El Subsuelo, (Buenos Aires), género microrrelatos . Finalista del Premio Municipal de poesía F. Aldana de Rosario. AÑO 2007: Finalista concurso de Poesía: Junín-País y Palabra viva de España. AÑO 2008: Finalista Concurso de Narrativa de la Editorial de la Universidad Nacional de Rosario. Antología de Poetas del Tercer mundo 2008. Finalista Concurso Nacional de Cuento Macedonio Fernández. AÑO 2009: Finalista concurso nacional de narrativa- Casa de la Cultura de Adrogué. AÑO 2010: 1er. Premio Concurso Nacional de Novela de la Municipalidad de San Martín-Pcia. De Buenos Aires- Integra numerosas antologías, blogs, portales, páginas, nacionales e internacionales.
miércoles, 27 de julio de 2011
Vanesa Cuello
I
cada palabra
me lleva a otra,
y a otra
y a otra más
insuficiente.
así comienza
la larga retahíla de
vacíos.
infestos anagramas
que me comen.
II
la voz se arrulla
al oído para decirle;
“nadie puede cometer
un error y equivocarse”.
III
un calambre
en la lengua
titubea;
no decir
no es lo mismo
que callarse.
IV
acaso entiendas que
hay de mí pedazos.
trozos míos.
humos andrajosos.
asma y obsecuencia.
camino de serpientes
que adhiero a tu ropaje.
todo de mí en tu insomnio.
yo no sueño.
me voy en pesadillas.
V
una mujer
abraza a otra.
se dicen
palabras de amor
y desamor,
cosas obscenas.
una mujer
la toca a otra.
el aire
es más liviano
cuando el beso.
una es ella.
la otra
yo.
Nota: nací en Buenos Aires. Parte de la infancia y algo de la adolescencia viví en Villa Mercedes donde a los 13 años tuve el privilegio de conocer a Patricio Torne. Fue en el taller de Patricio donde encontré el lugar y el espacio que necesitaba para aprender el uso de herramientas que me permitieran decir cómo y lo que quería decir. No sólo encontré un maestro y formador sino un gran, gran amigo.Volví a Buenos Aires, tuve un bar, anduve haciendo un par de cosas (talleres de guión, teatro, etc) Hace cuatro años volví a Mercedes.
lunes, 18 de julio de 2011
Franco Gargiulo
PASAJE
esa noche naturalmente stanley hook se murió
antes les dio terribles puñetazos a las paredes de su cuarto en representación de sí mismo
(Juan Gelman)
Una rodilla me está pegando con la otra
(Enrique Jardiel Poncela)
No da el brazo a torcer. Gira. Presta
la nuca y el rabo para el cric
de la tira de vértebras contra la rodilla
del otro.
La posición erguida terminó,
con la moral, con la palabra,
con los cien metros llanos hasta el crimen,
aquella competencia sin empate posible.
De esa muerte nacen el monstruo y la intriga.
Nadie sabe cómo puede tener
tanta furia si
el eje quebrado de la espalda era
nada más ni nada menos
que la memoria,
cómo el horror
sobrevive al olvido.
MEDITACIÓN
Me pregunté cómo esperarte, amor.
Y la respuesta no vino.
Te esperé. Y, y el amor apareció,
sopló una montaña de labios
nacida del vidrio ardiente,
cosechó campos que sembró la noche con horrores,
llenó de peligro la desesperación entonces:
en tanta incomprensión del goce,
se veía el riesgo a través de la mirilla del silencio,
¿hasta cuándo duraría?
¿cómo repartiríamos los restos?
DE “HA MUERTO UN NIÑO”
Papá, ¿dónde estuviste cuando te necesitaba?
Papá, ¿dónde estás cuando no te necesito?
¿Qué te espera? ¿Nos volveremos a ver?
¿Estás donde te dejé
o me busco donde me abandonaste?
¿Me escuchás?
¿Me podés escuchar, papá?
CONSECUENCIAS
quien se aprovecha de la fragilidad
puede terminar
con los pies cortados
como quien ya no puede
dibujar un corazón entero
sin levantar el lápiz
Nota:Franco Gargiulo (1989), Río Cuarto, Córdoba. Vivió la mayor parte de su vida en Villa Mercedes, San Luis, y volvió a su ciudad natal a estudiar Filosofía porque las demás carreras son más difíciles de aguantar. Para no ser devorado por la academia y su ritmo, lee y escribe en sus blogs (http://buzomelomano.blogspot.com), en la revista Destiempos Modernos (http://destiemposmodernos.blogspot.com) y organiza exposiciones de arte en esa localidad junto al grupo de amigos con los que lleva adelante la revista.
viernes, 15 de julio de 2011
Francisca Rojo
Mansedumbre en el blanco
de los dedos rayados.
Sola, con la rapidez en el desequilibrio
de la melena, dejó ver la belleza
de su cuello de jirafa.
Quiso la claridad, y así se quedó, inmóvil hacia el norte
a ciegas.
En cuadros reluce el esplendor de su brillo,
con el que no quiere competir.
Es difícil el hacer de artista en este lugar.
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En lo circular, yace el opaco segundo
de los acontecimientos de risa.
Brotan semillas negras
de pensamientos austeros.
En la lejanía, el canario
despierta con su canto, las líneas oblicuas
que dejarán marcas
para quien quiera descifrarlas
…………………………………………………………………………………………………………………………………
Son maravillas
del decir ausente,
de la agonía sin retorno
de cascabeles.
La mansedumbre jubilar
deja en reposo el juego
de miradas amarillas,
de ojos cuadriculados.
No es la lucidez celestina
sino el decir armonioso
en noches incipiente
bajo el agua espesa.
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Son las marcas sin nivel de las sierras.
Es más sobria la belleza de los monos
gimiendo de amor los atrevidos.
Juntos allí, ojos mirones. Agua murmurando
a quien contar la situación.
Si lo bello es sentir, a quién le importa.
Flores y plantas siguen su producción
bajo la sombra paciente.
Algo de construcción. Habitaciones que no dejan
puertas entornadas. Pero los ojos quieren ver
sus camas con pensamientos ingenuos.
Por algo he venido
con la curiosidad a cuesta,
y una inquietud salvaje que recorre,
sin saber de qué color es el misterio.
……………………………………………………………………………………………………………………………………...
Has marchado tarde
en búsqueda de árboles tiernos,
donde las mariposas con sus aleteos,
dejan lo visual en constante parpadeo. Como
un recital.
Ambiciosa pienso y dejo en libertad lo de entonces.
La naturaleza, que de nada se priva, está alerta
en los cambios. Siempre se guarda
experiencias en tiempo, hora y lugar
en los ecos del ayer.
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Agüita fresca es la que renace cada día en la espera
de lo real. En lo que anuncia para aniversario
equivocado de la abuela, quien después de hacerlos bailar
a todos dice: “¿Dónde hay un fuego
encendido para mantener vivos los pensamientos?”
Audaz como pocas,
voy donde relucen las piedras
que el sol marchita
cuando niega la mirada.
Sin dejar de estar viva,
la quietud en lo inesperado
en tiempo de decisiones.
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He de mirar con ojos nuevos
aquel cruce del canal con agua
por su crujiente puente.
Ruidos de latas que estremecen.
La ciudad y la distancia son
las que sorprenden.
El negocio de venta de prendas de vestir
es divertido, cuando el que quiere
lo que quiere no le es conveniente.
Cuestiones santas es el rocío si es el que acompaña
con su transparencia sin igual. Se mira, se toca, se disuelve
a la hora exacta que deja de ser lágrima.
Todo se parece en el existir y en el amor.
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No he marcado los caminos, pero a Ud. le encargo
“cuide a mi amigo, que se abrigue la barriga
que es donde guarda el frío”.
Serán largas las horas sin luz,
Que cuando decida volver de mi muerte,
él no me reconocerá, aunque me siente
en la mecedora, junto a la planta de alcanfor.
A mi ruido de arrastrar los pies
le pondré música que no es su preferida.
Pero le brillarán los ojos.
………………………………………………………………………………………………………………………………
El tiempo doloroso
cautivó la herencia de lo real.
Dejó ver lo más importante,
escribió sin letras,
le supo leer el alma.
Le hizo conocer la luz del día.
El crepúsculo se negó a volver.
………………………………………………………………………………………………………………………………………
Viajé en forma común,
salté por el incendio, bailé la jota.
Volé como mariposa tras el asombro.
El vaivén de mi cuerpo
quedó incierto.
……………………………………………………………………………………………………………………………………
En tus bosques de arena líquida *
pintas hojas sembradas al viento azul.
Arena que buscas dónde trepar,
no olvides que el bosque está a tus pies. Las huellas irán
hablando por su herida.
Pero en los bordes dejen escrito “me fui”
*Coral Bracho
…………………………………………………………………………………………………………………………………
En estas horas de luz
puede elegir las verduras que por su brillo hablan.
Junto al que las acaricia para filetearlas
con suavidad de artesano, para que cuando reciba su amor,
estén en la mesa.
Con fiel reflejo de armonía,
con el mejor arreglo floral
sin ser perfumadas.
La iluminación le preocupa,
dejó cerradas las ventanas.
………………………………………………………………………………………………………………………………………
Con temible habilidad pude ocultar
esta fascinación de amor por quien no puede hablar.
Su inmóvil cuerpo, sin vida, me deja indefensa.
No de amor, sino delante del derrumbe
de la habitación.
Quienes vienen en mi ayuda
me roban el secreto, y sólo
las lágrimas me contestan.
Es así.
…………………………………………………………………………………………………………………………………
Con mente fresca, hacia la salida,
a cielo abierto. Jugando
la mirada con el espejismo.
Se acerca la sombra, no la de las nubes,
sino del engaño de una estela
estremecedora
de un paraguas.
…………………………………………………………………………………………………………………………………
En la noche oscura
se me rompió la carne de las manos.
Con qué voy a sacudir la guitarra
para ganarme unos pesos?
Ojalá cantara como los pájaros
en el sauce.
Una mujer –la del gitano- se acerca.
Al verme arruga la frente
y dice “sólo a los locos
les pasa todo esto”.
……………………………………………………………………………………………………………………………………
No sabe donde ir buscando
consuelo de lo que ya no tiene.
Vistió sus pies con patas de rana.
Oyó el canto lastimero.
Una estela blanca lo iluminó.
Fue el momento ideal para desaparecer.
……………………………………………………………………………………………………………………………………
Los locos aman
La distancia del infinito.
No existe el nombre
al tiempo ausente.
Se refleja en el agua
el llanto burlón, sonríe.
Navegan en el pensamiento
las figuras de los ojos
sin pestañas.
Volvió el color más ligero
sin amanecer.
………………………………………………………………………………………………………………………………………
Aunque solamente lo que hacía era suspirar
en ese viaje en el que nadie hablaba a mi alrededor,
pude observar las desventuras
de quien se rompió un diente, y quiso dejarlo
en la llanura.
Será para que el que pase en otro tren
pueda reconocerlo por su brillo.
Nada es más triste que no poder trasladar
el aire fresco allí existente.
…………………………………………………………………………………………………………………………………
*Tantas veces creí ver la muerte que hoy
ya es una realidad.
Sin olvidar en este instante
que la voluntad, cuando se enajena,
siempre tiene sus resultados.
De buscar, me enamoré de Cristian en especial.
Ya mis piernas se despiden de los pajonales
que las acarician .
Voy a dejarles mis quejidos y los versos del rosario
para que en compañía de los que no tienen alma
comiencen a entonarlos.
Al carruaje, lo dejarán a la sombra
O lejos de sus ojos?
*Texto inspirado en el cuento “La intrusa” de J.L. Borges
………………………………………………………………………………………………………………………………
Guardo en el hueco redondo
la brisa de la soledad.
Espero en el silencio.
Canta el viento y silba tan sólo para el oído
de las hormigas.
Si conocés el verde de algún paraíso
marcá la aurora tras los días de ausencia.
La experiencia está siempre
presente
sin conocer el camino.
……………………………………………………………………………………………………………………………
No puedo alejarme de la naturaleza.
De ella soy parte.
Esperar una voz sin que ella exista. La escucho.
El rosado esplendor del amanecer
deja sin abrigo los pensamientos.
Veo volar a cuanto pájaro se le ocurre
echar una mirada, y le respondo con la mía.
Me alegro. Alguien allí
me ha descubierto.
Comparto el perfume de la audacia verde
de enrejados hilos tiernos.
……………………………………………………………………………………………………………………………………
Asoma a lo largo de la marca,
bajo el agua que no habla. Sólo marcha.
el crepúsculo azul que alguien espera.
No deja detalles del encuentro. Pero si
el señero de la que no quiere entender
de aquella visita inesperada.
Ha visto en el mapa un barco lejano
que puesto en escena
deposita sus ideas de lo que quiere contar.
La curiosa hostilidad
de los que no quieren morir.
……………………………………………………………………………………………………………………………………
Cuídate pequeña que la vida es larga
para equivocaciones.
No dejes tu cuerpo a gentiles
que de huesitos estará llena
tu panza.
Subí las escaleras,
pinté mis labios, llamé
con ruidos de la tos a los ojos mirones,
pero sólo los perros
me contestaron llorando.
No era momento oportuno
para dejar la inocencia. Quería ser atrevida
en los hechos, no con palabras.
Los años arrugaron la ilusión.
Nota:su relación con la escritura comienza hace unos pocos años cuando se decide a participar del Taller Literario para Adultos Mayores que, entonces, dictaba Patricio Torne en la Secretaría de Extensión Universitaria en la F.I.C.E.S. de la U.N.S.L.
Aunque nació en la ciudad de San Luis, el 11 de julio de 1947, siempre residió en Villa Mercedes.
Actualmente forma parte del Taller Literario que coordina Patricio Torne.
lunes, 11 de julio de 2011
Sebastián Quiroga Torres
SOLILOQUIO
Es tiempo de que empieces a entender
que la muerte no es una sola…
Ya deberías haberte exiliado
en la tierra de tu deseo…
¿De qué te han servido las múltiples impresiones de tu memoria,
las vagas perduraciones de tu insistencia?...
No es verdad que los alcoholes
vayan a devorar las amargas concepciones
ni que vayas a ver la luz
haciendo esto o aquello para tu redención…
Si hay una forma de desconsuelo
ese es el humo
en que se corta tu noche quedando ciega…
Deberías revolcarte, como el viento, en el techo, contra sus chapas…,
gritar al borde de lo real que no ha sido…
Igual que el aplazo de días derrumbados
sobre una pieza irregular
que ya no tiene solución en tu rompecabezas
REDUCCIONES, SOPORES…
Después del whisky y otros sopores específicos,
nadie espera ver la última luz para su redención…
No es de una triste reducción, esto, de lo que hablo,
ni de una acotada mesura…,
ni siquiera de una objetividad inútil,
vista a través del vidrio empañado de una ventana
centrada en su cotidianeidad…
Todo sigue
y cae
donde se agitan imprecisiones
que devoraría la realidad…,
a la vez que, inútilmente, te lamentás
y vas igual que un perro insano
por no encontrar un pedazo de tierra
o surco
donde poner a caminar tus pies
UN INSTANTE DE DIÁLOGO (EN LA ESCENA)
Un whisky doble estará bien…
Alivianará la tierra que traigo como tatuada en la garganta…
(es obvio eso)…
No te lo he dicho: te sienta bien esa ropa…,
me trae viejos recuerdos…
Pero mejor no hablar de eso, ¿no?...
Estoy un poco cansado ahora…, en la ruta
sólo se veían cardos moviéndose
como un cliché de película,
un far west agotado…
Mientras viajaba, en medio de esa soledad específica,
bajo un sol viejo, insoportable, comiéndome la cara,
me pregunté cuántos miles de tipos como yo
-consumidos por el arte de su desidia-
serían suficientes para cambiar, un poco,
algo de todo esto…
Cosas así, pensaba…
Pocas iluminaciones. Ninguna certeza…
Esas cosas me hacen descostillar
por la carcajada que se me desprende
con sólo imaginarlo…
Y a veces llorar…
Todo es tan claro a medida que pasa el tiempo…
¿Te molesta si fumo?...
La vida, creo, no nos ha cambiado mucho
La noche sigue golpeándome igual…
Me sigue azotando…
Sí. Es cierto lo que decís
También lo que no decís
Lo que guardás torpemente
como en un archivo inconsulto…
Cosas así, siempre fueron tuyas…
Te ves más vieja
Me veo más viejo
Es lo simple…
La vejez es una pausa
que miramos todos los días pasar
renovándose…
Espero que no hagas de esto un sollozo continuo
Lo demás, también pasa…
Deberíamos quitarnos la ropa, pienso…
Pero tal vez tengas razón…,
en nosotros
eso es ya un uso anticuado,
anacrónico,
vegetal…
Deberían bastarnos, entonces, las palabras,
las pocas…
Aún para montar el simulacro
de creer una vez más
que el mundo todavía es nuestro
ORACIÓN JUNTO A PAUL CELÁN
Ciégate para siempre como quería Celán…
porque no es el dolor
ni el severo arco de tus desgracias
lo que come ahora de tu mano…
Deberías arder, arder,
no regresar,
cuando a esta hora la claridad se agita
como un error exacto
de tu voluntad…
Ciégate
No vengas a sacudir tus muertos
en esta instancia…
Estarías loco
proponiéndote al sueño de tu irrealidad…
De todos los éxtasis y exordios a tu condición
nada baja
sin recoger el pan que le has dado de comer…
Lo exigido sin demoras…
Ciégate
cuando el día toca
en lo áspero de tu soledad…,
porque perdida y muerta
está la sombra sin cumplimientos…,
la última
en que gira, colérica,
tu estancia en la tierra
Nota:Sebastián Quiroga Torres, 1978, Villa Mercedes (San Luis, Argentina). Escribe poesía y narrativa. Estudió Letras. Codirigió las revistas La regla (revista menstrual de literatura y afines) y -turas (revista de cultura y opinión).
Codirige interrup/ciones (revista objeto de poesía y arte contemporáneo, www.revista-interrupciones.blogspot.com), la cual recibe colaboraciones de diversos países.
Ha publicado en diversos medios independientes. Tiene inéditos los libros de poesía Fanerón, Zíngara Street y el libro de cuentos Polsky.
En la actualidad trabaja en los libros de poesía Diálogos con Porfirio y Bestias arreciarán.
viernes, 8 de julio de 2011
Luis Franco
Nocturno 3
Con hambre y sed de soledad,
a estas orillas vino mi corazón nocturno a pastorear sus penas.
Como en el puente de un barco mirando más allá de las olas y la noche.
Junto a mí, con su mano sobre mi hombro,
siempre el recuerdo con sus ojos cansados,
y todas mis lejanías, holladas o vírgenes.
Tú en mí, siempre, como una patria en el pecho de un héroe,
y mis sueños que tienen forma de ala y tienen el color de tus ojos.
Dolorida más que una carne el alma,
y el líquido rumor de la fuente que lava las calladas heridas.
Tu lejanía se aprieta sobre mi ansia y yo arañando en la hondura
quiero desengarzar para mandarte la estrella más latidora.
Viviéndote, maravillosa, en pulso y en respiro,
con la vehemente vigilia de las estrellas hasta el alba velaré tu recuerdo;
De pronto te me apareces…
¿Dónde?
Y cierro bien los ojos porque no te me vayas.
Pero no hay más que tu ausencia, la ausencia que agranda la noche.
Hablo en nombre del alba
Los pájaros no saben qué hacer con tanto cielo.
Es sólo un puro azoro el alba
de una resurrección rasgando su sudario.
El horizonte ofrece su diadema
y el menor soplo asciende a numen.
Un viento aún azul de lejanía
viene en busca del alma velera de los pájaros
que estallan sin demora en un motín de alas,
mientras el cielo empieza a sonar en sus picos
igual que el mar suena en las caracolas.
Navidad, crecimiento. Y lo viviente
con su inmortalidad de cada día.
Los pájaros no saben qué hacer con tanto cielo.
El cielo, el cielo, el cielo
proponiendo el olvido de la tierra
como los ojos de la amada
proponen el olvido de su cuerpo.
Tatuaje
Toda mi piel está tatuada
y mi sangre y lo que lleva más allá de mi sangre.
Tatuadas llevo noches y más noches y noches
de tinieblas cerradas y estrellas ventaneras.
Y auroras desfilando en vuelo de flamencos.
Y el mar con sus mareas de ida y vuelta
como la savia de los árboles.
Y helechos publicando la pubertad primera de la tierra
y bosques cobijando sus dédalos nocturnos.
Y tardos delegados del abismo.
Y esculturales y ágiles transeúntes de los prados.
Y pájaros con su alta rima de canto y vuelo.
Y un simio entre los simios izando el chato cráneo
hasta el dintel de la conciencia
y trocando sus remos delanteros
en sus manos replasmantes de las formas del Génesis.
Y el todo en incesante emigración y cambio.
Y el viejo Adán volviéndose a medias al pasado
y el aún nonato haciendo señas desde el futuro.
Nota:Poeta y ensayista argentino nacido en Belén, provincia de Catamarca. Algunos de sus libros son,. "La flaura de caña"Libro del gay vivir, Coplas del pueblo, Los trabajos y los días, Suma, Pan y Constelación.
sábado, 2 de julio de 2011
Marita Balla
Los equilibristas
en la imperfección quizás
estén los signos que buscamos
en la serenidad los libros
a modo de relámpago de dios
o de los hombres
que viajan
contra corriente pura
bañándose en los ríos de las uvas
¿y la hermosura dónde?
Pequeño desorden verde Agua
retorno por donde va la hoja en su costado
como las palomas que advierten el final
pero abajo está la libertad
la lengua
un gol el cántaro
el ojo que se aparta
desorden
la poca inteligencia emocional
la incongruencia
nada es fácil
me recuesto en el imaginario
y vuelvo tímida a pensar
en lo que no se nombra
la compra y venta de la noche
la noche gris trenzada
las malas compañías
pocos amaneceres
las mentiras los aviones
los malos poetas los años 35
todavía se escuchan los perros
los perros y el aullido
a ciegas la calle de Santiago
un cuento como en la calle tuya
que sólo yo me sé
abajo del párpado
los sueños como un borroso mapa
abajo está la biblia los augurios
el acto fallido y la comparación
para la miel un gesto tuyo
único impregna la memoria
todo es posible se abre la boca
el brillo fugaz en la mirada
lo grande lo pequeño en la canción
cierro los ojos como una arqueología
como una procesión en lo caliente
la gente pide lo que no puede dar
Mortales
¿En la pobreza qué se puede hacer
más que cantar?
Danzamos aire en la garganta
trenzamos el paso veloz de la música
que emana sudor en la poesía
fugándose la inútil realidad en el papel.
Hacia la medianoche por donde el fingimiento
ponemos total indiferencia incluso
dejamos que el agua corra hacia su cauce.
Una vez más como una ceremonia
lloramos muy bien aquel exilio
en una estampita de mujer.
Precipitación natural
Templaremos el agua en la guitarra
se desvestirán de a poco los silencios
hasta temblar descalzos.
Así será la reverencia marina natural
por las esquinas desnudas de la piel.
Nota: nació en julio al 1974 en Paraná, Entre Ríos.
Los poemas corresponden al Libro
Como una Bailarina sobre la luz del agua-
Alción Editora 2011.
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