Virgencita
de los muertos
Nicolás Correa
(Libros
de la talita dorada, 2012; Alto Pogo
–reedición
2014-)
V
con los ojos abiertos en la oscuridad
estoy
casi
despidiendo lo que queda de vos
y la fragancia
que dejaste en el colchón
yo te veo ir
con los ojos abiertos en la oscuridad
envuelto en tu fragancia
y los jirones de calor
que dejó tu piel
esta negrura que se traga tu boca
de los muertos que han pasado
del silencio en la casa
y la fragancia
que dejaste en el colchón
yo te veo ir
con los ojos abiertos en la oscuridad
envuelto en tu fragancia
y los jirones de calor
que dejó tu piel
esta negrura que se traga tu boca
de los muertos que han pasado
del silencio en la casa
que
viborea en esta cama
como una
parturienta
del pasado en soledad
del pasado en soledad
interrumpido
en tus palabras
de heridas inútiles
y brazos que en lugar de caricias
dan golpes de sangre
de heridas inútiles
y brazos que en lugar de caricias
dan golpes de sangre
piden
que no llore si total
que son
cosas que pasan
y yo medida de todas las cosas
y yo medida de todas las cosas
mirando
la oscuridad en el techo
de todo
el mundo
vas por
el pasillo que conecta
cocina comedor cuerpo funcional
y
despido de mí
el
muerto que dejaste hinchándose
en mi
garganta
VII
hoy vamos a enterrar a nuestros muertos
que dejen de estar
el sueño que les han confinado
y alejen de sus cuerpos
los dientes que mastican
chillones
tanta muerte gratuita
lejana la baba de sus bocas
o las cavidades de áureo
hedor
de ellos cuerpos
vamos a desorbitar esa memoria
abrasadora y escrita
y ellos cadáveres
agradables a la
intemperie
y después vómitos
de nuestros escritos difuntos
aterrados de esa memoria
y la presencia escandalosa
de la leche
seminal
que desciende como una hiedra
entre los muslos cuerpos
y allí tan muertos
sin razón ni huella
y la pala en mano del sepulturero
clavando
saliendo
clavando
seminal salado y lagrima
hoy vamos a enterrar a nuestros muertos
cuánto dura el amor
el sueño cadavérico que gravitan
pensamientos como camalotes
pegados en el cuerpo
hincado
partido
y vómito faringe
para después saber morirte
y ese ayer
metido en mi memoria
El
camino de la siesta
(La bola editora, 2015)
Nicolás Correa
I
yo soy la última
tendencia
el último eslabón de la cadena
el que renace entre las cenizas
distinto de aquél
no es casualidad
yo soy el que recuerda
cada mañana del viejo
silbando y partiendo en un tránsito oscuro
hacia el mundo fabril que tenía en las manos pobre viejo
frío conciente de toda la miseria que había
pasado
no se puede vivir de otra manera
yo soy el que abre
las naves que no se han incendiado
el que destila una marcha
en otra cosa
y agacha el lomo para levantar
tu bandera
el odio porque vos
no te diste cuenta que corre la misma sangre
por tus venas y la única razón de nuestras vidas es levantarnos cada mañana
sol naciente en el horizonte
y entre cartones y silicio
Fabricación Argentina
qué te pasa estás loco rescatáte
la trajiste para vender
te la tomaste
la trajiste para vender
te la tomaste
yo soy el que lucha
el que mira la vagancia
otear el pastizal que cubre la superficie del
barrio la virgencita cuetazos en las paredes blanqueadas con cal
noche cerrada fogonazos de octubre
el que vuelve
II
papá qué nos pasó
cómo fue que llegué a esto que soy
de chico te buscaba en el centro
en los ladrillos afilados que eran toda una locura
y tu silbido papá
allá arriba en el techo con esa batalla de la
membrana
cómo fue que llegue a esto
busco en el agua que se acumula en el cuenco de mis manos
de los jirones retazos algo desmadejado
un traidor no sé busco una cosa
que se desvanece casi siempre ahí
eso que tanto amaba entonces
papá
papá
yo no sé cómo explicartelo
abajo
desde mi pequeña posición te miraba
y mi amor renovado hacia vos
pensando en cada uno de los lunares
que el sol de verano te iba a hacer salir porque mamá te lo repetía
qué soy papá
que el sol de verano te iba a hacer salir porque mamá te lo repetía
qué soy papá
yo no me lo puedo explicar esto de no saber
quién
quién
pero si parece mentira
te veo preocupado mirando las manos de mamá
te veo preocupado mirando las manos de mamá
y ese color azul oscuro de tu vida
las cosas son como son hijo
decías
decías
yo papá vos me representas
un cielo abierto y tus manos gordas que parecen torpes
con unos dedos como chorizos pero todo se volvía fiesta
cuando le acariciabas el pelo a mamá
cuando le acariciabas el pelo a mamá
papá
dónde estás en esta hora oscura
llena de barro tinieblas del mundo las cosas que te callaste
llena de barro tinieblas del mundo las cosas que te callaste
aunque yo quiera que llegues temprano
desde el patio
sin hacer ruido
sin hacer ruido
cómo hiciste para explicar tus tragedias
yo ni siquiera puedo verme al espejo
eso que tanto amaba entonces
ni sé cómo explicártelo
creo es imposible que vea del otro lado
miro el cálido silencio de tus ojos
somos este dolor
III
por qué maldita
mi poesía
entre las
tendencias solo puede
soportar canto
innegable
crepúsculo mayor
de los días
el extraño
segundo en que carne y uña pierden
equilibrio
mujer
siete mares siete plagas maravillas siete
consciente
frío de
la
miseria que había pasado
las
cosas que vi dijo
creciste como la
hiedra
madre
nobody man una
corazonada
que olvida la
expresión natural
el retroceso de
las masas ya van a venir en la fantasmagórica forma de malformada mueca tu tic
tu labio
leporino tu
mugre debajo de las uñas
la saliva baja
bestia camaleón
por qué maldita
mi poesía
recorre la
visión de los hijos del mal
en la intemperie
el corazón
hiel
la mandrágora
que mana
la rama en lo
alto
frente
a la virgencita
pichi
cortaba tira bajaba el gallo
y
buscaba en la oscura mazmorra
de
la infernal noche en risso
hermano
lo
susurró mientras corríamos
o
era el viento
de
las naves que no habían incendiado
nuestro viento
y la tara se
dedica a observar
a los hijos del
mal encogerse de hombros
es la visión
la suma de todas
esa mujer
preguntó qué me gustaba
cuando callaba
yo nunca el mal
puede decirse
señora
Bio: Nicolás Correa, 1983, Morón. Tiene editados los libros de cuentos Made in China (2007) Engranajes de sangre (Milena Caserola, 2008),
Prisiones terrestres (Editorial de
la Universidad
de La Plata , 2010),
83 en la colección Exposición de la actual narrativa rioplatense
(Editorial El 8vo Loco- Milena Caserola, 2013) y Rosas Gamarra
(Ministerio de Cultura de la Nación, 2015) las novelas Súcubo. La Trinidad de la antigua
serpiente (Editorial WuWei, 2013) e Íncubo. Segunda parte de La Trinidad de la Antigua Serpiente (2015),
siendo esta trilogía la primera en la literatura Argentina versada sobre el
fenómeno del exorcismo. Su primer poemario Virgencita
de los muertos fue publicado en 2012 por la editorial Libros
de la talita dorada, colección Los
detectives salvajes y reeditado por Alto Pogo (2014). El camino de la siesta (La bola editora, 2015), es su último
poemario.