martes, 21 de septiembre de 2010
Patricio Torne
Mundial
1
El inconciente colectivo
fisura, y por qué no.
Esos que alguna vez dijeron
“Que se vayan todos”, ahora
Dicen:
Vos entretenete con el fútbol.
Prendé la tele,
para eso está el mundial.
Divertite viendo
como juegan
los que llegaron.
No te calentés
en estos días, a nadie
se le ocurre contratar
mano de obra cuando
el mundial está ahí
al alcance de todos,
incluso de vos que estás colgado
de la luz
y todavía tenés tele.
A vos te gusta el Fútbol, disfrutalo
entonces, después se verá
como seguir. En última instancia, ya se sabe,
de algún culo
habrá de salir sangre,
o te venís con
nosotros que te bancamos
a muerte
2
Te acordás de las gambetas
en el campito?
Te acordás de esa cancha
cuando nadie tenía
una buena pelota (número cinco
y de cuero), pero
después del partido
compartíamos el frasco
de polyana cinco cinco cinco?
Entonces nos daba
el cuero, y aunque poca sopa
no había esas complicaciones
de las que hablan
en los programas de Cormillot.
O, si los había,
no nos importaba demasiado.
el tuerto Tamayo
ya está muerto,
y si no jugaba, relataba los partidos
con voz de Fiorabanti.
Te acordás?
Hay una zona oscura en mis recuerdos,
y por más que lo intento
no logro iluminar
un sólo gol. Me parece,
según se dieron las cosas,
que nunca debiera
haber jugado de once.
3
Vos no sabes
Lo que es ser un hincha.
Dejar que nada te distraiga cuando
llama el equipo
y estar allí.
No te confundas
cuando creas haberlo visto todo,
con la merca no alcanza, eso
es apenas una seña
para entretener
a la gilada. Nadie
muere joven
sin sentir la corrosión
del grupo metida
en sus entrañas.
Además
siempre hay un aura
esperando una cabeza
donde posarse,
y no es cuestión de
darle a la insistencia. No cabrón.
La caterva surge
naturalmente. Del mismo modo
en la tribuna, siempre,
nace un deudo que habrá
de tomar una manija
del cajón
que ha de llevarte.
4
Ahora,
nada es como entonces,
una magia que en la costa
lo domina todo.
Como aquella cancha
de Central
literalmente envuelta
con un patchwork
de arpillera. Toda una manzana
recorrida en lona,
flameando
según el viento
para que nadie vea gratis el partido
de la liga.
Allí dentro las voces resonando, y
afuera las voces resonando.
Banderas de la carencia que
se agitan a espaldas
de una tribuna improvisada.
Lo veo ahora,
cuando la tarde
cae oscureciendo las naranjas, y el
vientito de la costa está
calándoles los huesos
a la hinchada.
Será el final, entonces,
y el brindis consabido
de aquellos parroquianos
hasta entrada la noche.
El muro de trapos erizados
verá enrollarse y
como un fantasma dormirá
hasta el próximo
encuentro, mientras
en los días sucesivos,
inexorablemente, volverá la rutina
y el estadio seguirá siendo
el baldío.
5
De donde el aire
que grita de tal modo ese
gol arañando los planetas?
En que pulmón
cabe ese aire que al salir
despeina la cabeza
indiferente de la piba
y el perro
que pierde hasta las pulgas?
Katrina de visita penetrando
los cuerpos.
La garganta se ha partido,
encendida por la llama de ese gol.
Pero que importa?
El grito, de algún modo,
clamará por el brebaje,
que más que sed,
vendrá y dará batallas
al siniestro.
6
El día del arquero
debería ser ése.
Exactamente ése en que
las cosas salen de tal manera,
y festejar así los pelotazos
que atajamos.
Porque
de otro modo
nos rompían la red,
poniéndonos
al borde del exterminio
emocional.
Así ha de ser, no más,
el día del arquero.
Lleno de pelotas
atajadas.
Una y otra vez
atajadas de mil modos
sin haber convertido
un solo tanto.
7
Se gana por goleada
algunas veces.
Pero no siempre
ameritan los festejos
como quien conquista el cielo.
Si el adversario no está
a la altura de la circunstancia
más vale pudor que euforia.
Como el gladiador
muerto a instancias del
Cesar, la muchedumbre,
la espada, el tridente y la red,
pero saciado de sol
y una gloria que vuelve triste
a la tribuna porque sabe que ha perdido
lo más notable del circo.
Con un gol suele bastar
si la lucha está planteada
entre los iguales.
Hay batallas en las que
es preferible
un triunfo pírrico,
y no la suma de medallas,
goles, galardones
para contentar a la gilada
8
La llovizna
humedece la ropa
de los muchachos
que juegan en el pasto
resbaladizo.
La pelota apenas si recorre
un escaso trecho a pesar
del esfuerzo puesto
en cada patada.
Hay que iluminar
las estrategias
en el modo de jugar.
Cada pelota se domina
como mejor se puede.
Se depende de la suerte,
no de la experiencia.
Bajo la persistencia del agua
hasta el más bruto
de los pataduras
puede ser un genio,
O al revés, si hablamos
de los que más tarde
serán figuras.
9
Tantas naranjas
mandarinas
y algunas tunas
de Don Mata
acompañan
esos ramalazos
que sitúan la memoria
en el campito
y a la siesta.
Ernesto Trevisani
cargaba los cartuchos
con sal
(no era fácil
conquistar aquellos frutos),
algunas espaldas
atestiguan
los ardores del fracaso.
Alguien trajo
la vejiga del chancho
que faenaron
y todos
saben como inflarla
con un canuto de
tártago.
La felicidad estriba
en disfrutar lo que hay a mano.
Ya tenemos fútbol
para pasar la tarde.
Alguien dirá
después:
¡Muy fiero el partido
que jugamos!
10
Amanece y sobre el pasto
una sábana blanca
se tiende sobre el campo.
Igual que una mortaja,
el rocío,
exhibe su espesor hasta que
los primeros pibes
crucen la canchita
camino de la escuela
y sus huellas, oscuras,
contaminen la pureza
que el frío de la noche
ha dejado como herencia
en la mañana invernal.`
Será el recreo donde
podrán poner en práctica,
partido tras partido,
lo que, con mucha más pasión,
Jugarán por la tarde
cuando estalle la euforia de un
picado allí, donde el rocío
se va desvaneciendo,
en la tibieza de un día
que nunca será igual.
11
Si sos hincha te la jugás,
si no te quedás
en tu casa y mejor no digas
nada, dice Fabián,
que una vez me regaló
una camiseta del equipo
con la que ese año
no salieron campeones
de pura mala suerte.
Fabián dice
que la felicidad es esa
que te hace parte
de la barra que revienta
la tribuna y es como echarte
un polvo ¿viste?
Donde uno es capáz
de dar la vida y siempre vas
al frente sin arrugar.
A veces hay “queso”
y está muy bueno, dice,
pero otras sólo el tetra te hace
el aguante
calentándote la sangre.
Para estar allí tenés que estar dispuesto
A dejarlo todo y
Jugarte el todo por
el todo.
Si sos un pecho frío
mejor
ni te acerques a los que
sueñan
con el Fútbol y le ponen
a sus hijos nombres
como Diego
Enzo Javier Martín
Mariano Angel
o Lionel.
Nota:Patricio Torne nació en Helvecia (pcia de Santa Fe), el 31 de enero de 1956. Editó "Örbita de Endriago" (1989); "Helvecia y otros tópicos" (1990); "Donde muere la lógica" (1992); "Anacrónica" (1995) y "Perros" (2010). Reside en Villa Mercedes -San Luis- donde coordina los Talleres Literarios de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Económico-sociales de la U.N.S.L. desde 1985. Se ha desempeñado como periodista radial (fué miembro fundador y dirigió "La Zona", radio de la Facultad de ingeniería durante 16 años), y como periodista cultural.
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me encantaron los poemas...
ResponderEliminarErnesto
Me parece que alguien con un poco de tiempo puede escribir algo así,no hay ni estilo, ni elegancia.
ResponderEliminarhola Sr. Patricio respeto y admiro su forma de escribir...a mi me gustaria mostrarle lo mio para ver si estoy apta para publicar los poemas que escribo desde los 14 años,hoy tengo 42 no son abstractos son como ,con todo respeto algo parecido al estilo de Alfonsina Storni, porque son parte de mi vida e imaginaciòn..Yo escribo le repito con el alma y de amor y desamor...Me encontrara en face como Laubrandan 42 Gracias!
ResponderEliminarA quien te comiste pelado??
ResponderEliminarViejo come tripa, aprende a oír genialidades, mediocre!
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