miércoles, 15 de abril de 2015

Hugo Emilio Sánchez



Hoy


algunos hablan de la inundación en La Plata
otros de la guerra
algunos sólo por hoy hablan de la inundación y de la guerra
en las redes sociales critican a la yegua por el discurso desde ushuaia
en las redes sociales elogian a cristina por el discurso desde ushuaia
otros disfrutan de un feriado largo
hoy
en mi jardín planté más de diez plantas
estoy regando
lo miro crecer día a día
no hay un orden de prioridades universal
lo sé
a nadie le importa mi jardín
pienso en la guerra
en la inundación
en mi jardín
en el feriado largo
quizá nada de todo esto sea importante
todo nace
todo muere
no sé por qué
las cosas tienen que tener un orden
por qué hoy
hablamos sólo
de algunas cosas
para mi
no hay nada más importante que mi jardín
en el día de hoy.





Osvaldo Lamborghini me escribió un poema


Las palabras están en una pendiente
hacia abajo
y levantan velocidad
no podes frenarlas
hay que leer rápido para seguirlas
más rápido y más y más
no podés parar de buscar
buscar qué?
nada
no importa
sólo importa el hecho de buscar
las palabras dan vueltas en la cabeza golpean el craneo
querés entender pero no podés
generan imágenes a golpes
una imagen y otra y otra
te quedás
alterado
agitado
ansioso
temblando
imagenes que querés ordenar y no podes
dejalas
solas se van acomodando
a golpes
a repetición
tenés que estar atento a las palabras que golpean una y otra vez
que se repiten y tratan de esculpir una imagen en el craneo
así a repeticiones
acomodándose mágica mente
para darle sentido a los caligramas
que no terminan de trazar imagenes
y se anudan
y te anudan
el cerebro
así a golpes las imágenes, aparecen
lenta mente
magica mente
aparece lo que queres contar
aparece la historia
queres escribir algo ordenado pero no podes
no podes porque no se puede
escribir ordenada mente
Montoneros
motoqueros
montones de mierda
si querés ser escritor metete la lengua en el culo.
hay que llenar las bocas de lenguas
las bocas vacías
las bocas huecas
hay que llenarlas de lengua
besarse
chuponearse
besas a uno para poder besar el beso de otro
y así darse entre todos
la boca del primero se llena de lengua del segundo
la boca del segundo se llena de lengua del tercero
entonces la boca del tercero se llena de lengua del primero
la ley transitiva
todos los poetas son putos
drogones
borrachos
y
putos
y
“y toda práctica insurreccional
y todas
las luchas revolucionarias
contra
LA FAMILIA
LA PROPIEDAD
EL ESTADO”
y
sino quédate rascando la lata con la cucharita de postre
dale hasta el fondo como la minita de la canción del diantre
la alegre canción del diantre
o
sino mandate una rufianada
conseguite un Rufelio
que te rompa el culo
si el culo
dónde te tenés que meter la lengua si querés ser escritor
después que alguien recoja tus despojos
explotados por la explosión
hinchados por al agua
después de flotar
algún tiempo
en el me río.





Matchbox


Mis viejos
toman
té de cedrón
es digestivo
yo juego
a la sombra
del cedrón
no crece
el pasto
hago caminos
sobre la tierra
rascando
con una espátula
quedan
lisitos
por ahí
andan los autos
las camionetas
los camiones
andan
por cualquier lado
después
siguen
la misma
huella

El silencio del fondo
la sombra fresca
los autitos
el olor a cedrón
a tierra

un recuerdo
l        l
 o       a
   s       s

        c       h
           a       u
            m      e
            i        l
         n       l
      o       a
    s       s





Poema orillero


El sol se prende y se apaga en las olas
los juncos juntan basura
un viejo con las patas en el agua sostiene una caña
los barcos esperan entrar a puerto
clavo un palo en la orilla para medir la marea
un halcón peregrino se para en el palo
no le importa el río sino lo que deja
es lo que pienso del halcón sin saber lo que piensa
tampoco se lo que piensa el viejo
pienso que ellos imaginan lo que pienso
se preguntan para qué clavé un palo
qué hago en la orilla
qué pienso
o no les importa
ni yo
ni el palo
menos lo que pienso
a mi
tampoco me importan
sólo miro el río
se acerca y se aleja del palo
no sé
si el agua cubre la tierra
si la tierra se mete debajo del agua
si el agua se lleva algo de tierra
si la tierra se chupa algo de agua
no sé
no me importa
ni el sol ni las olas ni los juncos ni la basura
ni el viejo ni los barcos ni el halcón ni el palo
mientras
en la orilla
con una ramita seca
escribo tu nombre.





Un poema para leer antes de la tormenta


En una caja
como esas
en las que vienen
los arbolitos
de navidad
les voy a dejar
cañas
un rollo de hilo
diarios viejos
del mes de abril
una bolsita de harina
una botellita de agua
trapos viejos
mi victorinox
y un croquis
con las indicaciones
necesarias
para
que puedan
armar un barrilete
con la forma
de un octágono regular
no es un capricho
es que de lejos
se va a ver
redondo
como un mundito
lleno de letras
para que
lo remonten
en el campito
de la 32
y cuando esté
bien
bien
alto
que le corten
el hilo
lo miren
hasta perderlo
de vista
y por último
le digan
listo
vieja
vamos a casa.



Bio: Nació por primera vez el 14 de abril de 1962 en el barrio de Tolosa, ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina, donde reside actualmente. Hijo de Adela y Abel. Padre de Ezequiel, Nahuel y Arián. Excombatiente, por azar o por destino, de la guerra de Malvinas. Amor y cómplice de Mirta. Prójimo de casi todos y "partidario de vivir"

viernes, 10 de abril de 2015

Germán Kramer






1

En la esquina de casa
Lula saltó arriba de un sapo y lo reventó.
todos se acuerdan de olvidarse
pero yo desde ese día
estuve del lado del sapo.



2

mi vecino se fue a los diez años.
todos los veranos pelábamos de la ligustrina
puños llenos de hojas verdes.
desatábamos la guerra y las hojas picaban
adentro de la remera.
hoy regresó de hace quince años otra cosa
lo recuerdo mirando las medianeras.



3

desde la vidriera del acuario
un pez amarillo y negro
mira pasar los taxis.





Revelación

el detalle irrumpió en el ojo
y no tenía una visión abarcadora de las cosas.
hasta hace poco creía que había cosas ocultas.
no hace mucho descubrí que no hay cosas ocultas .
las cosas recién se revelaron.
lo que hasta ayer era oculto hoy se descubrió:
sólo lo velaba su descubrimiento.





Navidad


Soy agnóstico. Sólo aprovecho la fecha en forma pagana para estar con quienes quiero y celebrar cada año que aún estamos. Antes la cosa era en lo de mi abuela, ella compraba para los hombres medias o pañuelos y para las mujeres repasadores o algún jaboncito. Todos decíamos: ¡lo bien que me viene! Eran actos de amor. Hoy yo compré jaboncitos Heno de Pravia para las mujeres y voy a comprar algunas medias para los hombres. Nadie precisa nada de eso, es mas, si quieren se lo compran. Pero creo que es una forma de recordar el vínculo de unión que representaba la viejita. Nada másFinal del formulario





Bio: Nació en Capital Federal el 10 mayo del 68. Escribió Holderlina (96), Lengualarga y el hijo del hijo de puta (99), Mi padre era un oficial nazi (01), Delitos leves (02), En fábrica (03), El Congo Belga (04), un volumen de cuentos: Solo contra todos (06), Poemas sueltos (07- 12), El insufrible Williams Burro (2012 en adelante).

sábado, 6 de diciembre de 2014

Silvia Arazi






Astillas en el aire


Ella se sentó a mi lado
En un banco de plaza, debajo de aquel tilo
que prometía sueños.

-Y un día el mundo es de cristal, dijo su voz remota.

Luego sacó del bolso
una esfera  de vidrio: una ciudad entera
en miniatura.
Una ciudad sin hombres. Plazas, casas, Iglesia,
cielo, nubes.

-De cristal es mi cuerpo, mi memoria, tu pena.
De cristal estos árboles, los huesos, este suelo,
el cielo tan azul, la rosa blanca, el miedo.

Giró la esfera de vidrio entre sus manos
y la ciudad entera se cubrió de nieve.


¡Nieve falsa en los techos, en la Iglesia, en la plaza!

Qué bonito, dijimos.

Pero la esfera resbaló entre sus dedos.
Rodó en el aire,
fría,
veloz,
con su iglesia y su nieve.

¡Astillas de cristal!
¡Astillas, en el aire!

Las manos de Claudine eran pequeñas
-sí, como la lluvia-
y no supíeron retener el mundo.






Conversación I

Bordeamos en silencio
la blanca costanera.

El sol rozando nuestros hombros,
el vasto cielo, el río.

-¿Cómo era ser joven?, preguntó sin mirarme.

-¿Joven?,  repetí,
demorándome en su rostro de niña.

Y me tomó del brazo,
 tambaleando, 
como una madre ciega.

Conversación 2

Bordeamos en silencio
la blanca costanera.

Tan sólo nuestros pasos:
latidos negros sobre las piedras.

Hubiera querido decirte que

en el espejo de
cuando mis manos se
donde golpeaba la 
mientras sangraba por



Te dije: “Qué sereno está el río, ¿no?”

Conversación III

Bordeamos en silencio
La blanca costanera

Cómo olvidar aquella tarde.
El cielo tan azul. El viento.

Tu mirada esa tarde.
Sólo cuatro palabras. Cuatro piedras.

Luego dijiste,
¿Quién se atreve a mirar la primera piedra?

Aquella tarde.
El cielo tan azul. El viento.







El pájaro del dolor

El pájaro del dolor
se ha posado en mi hombro
y picotea el aire,
ávido de alimento.

El pájaro es tibio, pequeño,
engañador.
Yo me quedo muy quieta,
rezando por su olvido.

(Finjo ser un sombrero, un cable,
una columna).

Es inminente que este señor entienda:
en mí, no encontrará nada.
Para él seré siempre
intemperie y vacío.

Sin embargo, él insiste
con su furia de niño..
Roe mi espalda, mi nuca,
mi garganta.

Comenzó a armar un nido
con flores y con ramas.
El pájaro del dolor,
el muy maldito.

BioSilvia Arazi nace en Buenos Aires, Argentina. Se desempeña como novelista, poeta, cantante y actriz.
Estudia Historia del Arte en la UBA y Canto Lírico en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón y toma cursos de actuación y narración oral con reconocidos maestros. Su primer libro de relatos “Qué temprano anochece” gana el premio Julio Cortázar de Narrativa Breve con un jurado presidido por el escritor paraguayo Augusto Roa Bastos y varios de sus cuentos forman parte de antologías en Argentina y en España.
Publica las novelas “La música del Adiós” (Editorial Galerna) y “La maestra de canto” (Editorial Sudamericana) siendo esta última, traducida al alemán y al holandés y llevada al cine por Ariel Broitman, con Elena Roger y Adriana Aizemberg como protagonistas.
Su libro “La medianera” (una novelita haiku) -libro que combina narrativa y poesía- es premiado por el Fondo Nacional de las Artes .
Ha protagonizado teatro, cine, radio y televisión en numerosas oportunidades.
Como cantante se destaca tanto en el género lírico como en la música popular: ópera, música de cámara, jazz, canción francesa y latinoamericana.
Uniendo sus actividades de actriz y escritora, realiza presentaciones interpretando sus propios textos, así como relatos y poemas de autores consagrados.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Sergio Sammartino



Insert Coin
Cuando calle el sonido de las olas y la arena cubra todas tus huellas cuando el viento sea como una música que gira cuando las estrellas se apaguen una a una y el universo se pliegue como un capullo en la noche cuando la historia sea menos que el sonido de una gota aún habrá algo el roce de una pluma el peso de un pétalo en el fin entonces de tanto amor habremos muerto y renacido muerto y renacido fotos que duran un segundo en el fin al desandar los recuerdos encontraremos menos que nada apenas un rumor que toca el corazón en la agonía pero algo más que la tristeza lo que está tras el umbral en el fin.



Nieblas
Entre las páginas nieblas nieblas en la mente nieblas en el camino ni oscurecen ni dejan ver como velos de novia como promesas de placer nieblas nieblas de traición escondidas en los pliegues nieblas impresionistas músicas como nieblas que humedecen que excitan que incitan nieblas papeles transparentes signos indelebles incorruptibles nieblas que ocultan nieblas que muestran que cobijan lo sensual que exponen la muerte nieblas sin pudor nieblas que anuncian nieblas que denuncian los dolores latentes el terror nieblas que amortiguan la violencia del amor nieblas como coros lacerantes como sedas como marcas de agua como lunas en la piel nieblas en las miradas perdidas nieblas de incienso dibujos de vapor nieblas que conspiran que auguran destinos nieblas de alacrán nieblas en las confesiones que se musitan al oído nieblas en los huecos del cuerpo nieblas de fuego nieblas púrpura partículas de niebla
lo que asusta es el vacío que guardan las nieblas
en el principio fue la voz sobre el agua ahora son las nieblas nieblas nieblas diez mil veces.



Armagedon
Aunque quisieras no podrías detenerme toda tu muerte es como un sueño que me hiere pero sólo como un sueño son tus fantasmas elegidos el dolor los seres del hambre delirante el horror del hielo y de la arena aunque quisieras no podrías detenerme porque tu risa es la risa del ebrio y tu música un tronar y tu pintura la sangre
No apoyes Anciano la mano en mi hombro igual he de seguir no anudes tu lengua con mi lengua igual he de hablar si tapas el sol sólo es polvo si secas la tierra habrá de llover si siegas el trigo una y otra vez sembraré la historia olvidada del amor aun si todo lo destruyes volveré lentamente a dibujar el bisonte en la caverna



Fin de Tiempo
Algún día indefectiblemente se cumplirán los plazos si han caer estrellas que caigan si ha de partirse el monte que se parta habrá de secarse así la raíz de la violencia y el postrero en retornar también será perdonado y los sellos serán abiertos y los cantos cantados y veremos a seis millones que vuelven a casa a Cortez que entrega la espada a Moctezuma a Caín que no recoge la piedra y cierra el círculo para siempre y duerme al fin tanto temor tanto cansancio entre los brazos de su hermano.


…..


Porque hay días fáciles y difíciles cuando el viento sopla o no contra estas velas porque podemos olvidar el pasado recordar las cosas buenas porque albergamos canciones y poemas que no nos enseñamos porque nos sabemos vivos y tontos cobardes y valientes frágiles y fuertes porque podemos bailar sobre las ruinas porque somos capaces de construir donde no hay nada más que hojas caídas porque a ninguno le importan los tiempos que vendrán sólo el bien sólo el amor porque en épocas calculadoras podemos vaciar la mente para que se llene el corazón porque podemos lanzar una flecha sin que haya blanco porque podemos volar con elegancia porque podemos tener una historia un secreto una nada apoyada en nada porque podemos confiar y mucho mucho más nos acompañamos


…..


Hay besos de amor que son pocos
besos de pasión que son muchos
el beso de Judas que fue uno
están los besos mojados
el beso a los que llegan
el beso a los que se van
el último que no sabemos
que es el último
está el beso a los que nacen
los besos prohibidos
el primero temblando
el beso a los que van a morir
el que le daría al suicida
hay besos equivocados
besos que nunca recibiremos
besos que dan asco
besos soñados
besos imaginarios
que tienen colores
besos que esconden
besos fríos
los que muerden la boca el pecho
besos en la mano
llenos de miedo
en el cuello en la frente
los besos de Helena y Paris
antes de la guerra
el beso del que llora
el beso de sol
el de mar
el de la seda
el beso de una mariposa
el que cierra la herida
y el que la abre
hay tantos tantos
pero hoy recuerdo
el que nunca di

Bio: Buenos Aires, 1952, vive actualmente en Bahía Blanca, un singular lugar de extremos calores y fríos, viento implacable, aire venenoso, agua con olor.
Estudió Letras, participó en la revista Senda, realizó varias actividades culturales y ecológicas. Dio conferencias; el Depto. de Humanidades lo distinguió en Poesía y Ensayo; coordinó la ex Red Ecológica del Sur; colaboró en la realización de las Jornadas de la Paz y el Bosque de la Paz; Participó en el programa radial ¨El Arca¨ (cultural en Radio Nacional) y condujo el programa radial ¨Amiga Tierra¨ (ecológico en FM De la Calle); y otros. Editó los libros de poesía: Fin de tiempo, Nieblas y El Templo Vacío. A veces, desearía irse a otro planeta.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Facundo R. Soto




Resplandece la canchita
Despejado
Despejado
Claro
Limpio
Transparente
Sin espejos
Despejado
Despejado
Abierto
Sin espejos
Despejado
Sin nubes
Despejado
Despejado
Despeajdo.
Encendido
Otra vez estoy encendido.
El cerebro es como una lasaña
Después de ver la peli me quedé pensando. Todavía en la cama, con el porro en la boca me pregunté: ¿Qué es el cerebro? Él, leyéndome la mente, me respondió: como una lasaña. Lo anoté en mi libretita: “El cerebro es como una lasaña”.
Poesía para el poeta Ioshua (en su gira latinoamericana)
Drogalos
Hipnotizalos
Parales la pija
Rompeles la cabeza
Abriles la mente, el culo y entrañas
Chupale las arterias
Lamele los pies, el pito y culo
Dales una nube de placer
Escupilos
Que te escupan
Cogete a la pachamama
Quemalos vivo y comelos
Y después…
Después, hacete amigo de todos
Pediles su e-mails, encontralos en facebook
Y ya en buenos aires
Invitalos a Casa Brandon
a escuchar poesía.
Verano
Deseo una vida para leer. Otra para jugar. Y una para vivir el verano. Estar eternamente de vacaciones. En la estación roja. Que no me importe nada. Donde todo te despierta.
Camino descalzo por la vereda hirviendo. Huelo el pasto con los pies.
En el verano no me importa nada. Tomo limonada con hielo y menta fresca, recién sacada de la planta, y fumo marihuana. Mucha marihuana. Hasta perder la identidad y ser uno con el todo y todo con el uno.
En verano todo me despierta, y despierto. Me doy cuenta que las cosas están vivas.
Descubro las formas de tu cuerpo, en la noche que es azul, y me despierta, en verano.
Corro en la plaza, como un perro.
Transpiro hasta ser agua,
para que me tomes, como una limonada con menta, en verano.
Vuelvo a abrir la noche y a regar la planta, de marihuana. En verano.
Cangrejo
Pasé la tarde leyendo un libro para un cangrejo de caparazón rojo y antenas plateadas.
Cuando me miró, me detuve, y lo miré. Entonces empezó a caminar para el costado.
Pensé en comerlo, pero volvió. Se paró enfrente de mí, y volví a leer. Parecía escucharme, atento.
No dudé que el cangrejo de antenas plateadas y caparazón rojo era mi amigo.
Lo miré y me dijo algo mientras movía las patas hacia los costados, como bailando el charleston. Tenía los ojos negros, como faroles de un auto, las patas plateadas y su danza era amarilla.
Me dormí al sol, con el libro en el pecho, percibiendo su compañía.
Cuando se levantó viento y una nube tapó al sol me desperté, y el cangrejo desapareció en un hoyo. En un hoyo.
Estación de servicio
Agarro el auto y manejo. Sin destino. Apreto el acelerador. Me pierdo. Aparezco en la Panamericana. Creo. Se mezclan las autopistas. Brasil. Buenos Aires- La Plata. Maryland. Bajo en una salida. La bajada parece eterna. La alfombra mágica. Las ruedas titilan. El auto parece desbarrancarse. Me meto en la ruta. Una estación de servicios me hace señales. Las luces parecen La vuelta al mundo, de noche. Paro. Es de noche, muy tarde. O la madrugada. O dos días después. O antes. Tengo ganas de escribir. Entro de la estación de servicios. Surtidores. Autos muertos. Quietud. Una nave espacial. Centro de energía. Petróleo. Tubería. Baños. Lubricantes para los motores. Los playeros como muñecos de goma, vestidos con mamelucos amarillos. Me gusta el olor a nafta. Me gusta ver los autos, como manchas de colores que pasan lentos, como tirados por un hilo invisible, por la ruta. Lo veo desde el ventanal. Afuera hace frío. Está oscuro. Ya no pasan autos. Y no tengo idea dónde estoy. El silencio se acerca. Se sienta a mi lado. Me asombra cómo me mira. Lo ignoro. Mi voz interior, como una rata crujiendo y letrada, me habla. Cada vez más fuerte. Tengo que escribir, pienso, o es su voz. Busco mi netbook,en el auto. No pudo salir. Me quedo sentado, frente al volante. Es lindo ver el campo negro y la noche luminosa desde ahí, como si fuese un extraterrestre. Tomo consciencia: Soy un visitante. Soy un extraterrestre. Prendo un porro. Fumo. Recuerdo el instante anterior, cuando movía el encendedor. Cuando la llama se levantaba. Cuando la cabeza, o la punta del porro se prendía. Pienso que eso es poesía. Abro la puerta del auto. Eso también es poesía, porque un pedazo de noche se escabulle por la puerta, y entra al auto. Vuelvo a la estación de servicios. Me siento en una banqueta, alta, que mira a la ruta. Le pido un café negro al chico de gorrita y se queda mirándome. Lo miro como si fuese la primera vez que lo veo. Lo descubro. Creo conocerlo de toda la vida. De otra vida. Colgado, pienso de dónde lo conozco, mientras el Word se abre en mi mesa. Pero el Word se abre en cámara lenta. Cuando termina de abrirse está saliendo el sol. El sol me duerme. Voy al auto y duermo. Cuando veo el Word, blanco, no me acuerdo de nada. Pero cuando comienzo a escribir, las palabras me lo cuentan todo.

Bio: www.desprendimiento.blogspot.com