sábado, 18 de octubre de 2014

Marcelo Brigato




motoneta enloquecida

la música no tapará ningún sonido
ni tus manos
ni mis pasos vacilantes
nuestra mente es una inmensa cabeza de retornos.

por fin tengo algo para darte
y no es este siglo de tristezas/
desvistamos la tarde como un llanto.

un amigo muerto se quedó con los brazos abiertos.
(esta explosión merece filmarse)




helio abortivo

las telas se movían mansamente como lenguas fluctuaban en un vapor de helio
se hundían en las bocas esmeriladas de amor espasmódico
buriladas
tornasoladas bajo un rictus caduco
                                                              enredábanse/
los cuchillos
raspaban su pared/
                                     dijo el día que me quieras
                                     vomitó
                                     grabó un beso como quien graba un abrazo
                                     un odio
                                     una tarde cualquiera.




un drogadicto

en una pieza oscura, donde las paredes se alargan,
el dolor
es ancho como un pecho
y está lleno de dedos.

mirándote, mirando
en un espejo roto,
roto, la vida es como un sueño.

(un drogadicto se hunde en un dibujo azul y nada)



cisnes (dedicado a m. gira)

recuerdo una tarde vi cisnes.

el cielo era tan limpio que dolía en la palma de las manos y en la boca. /
la tarde olía encima mío /
un dulce olor a semen rosado y plasma. /
dentro de mí / por
debajo de mí /
la vida era un rumor que llovía. /

llovía.

no paraba de llover.




policía

de las venas del veneno poroso pringo
de un útero negro repleto de muerte
tu madre muriendo maldiciendo maldita yo
pariendo escupe un monstruo de lodo y sangre

de noche
el silencio
se aquietan los rayos del odio
se coagula la sangre de tu aura del demonio y de la muerte






 Bionació en un tórrido febrero del ’68, en la ciudad de San Francisco, Córdoba. Cuatro años más tarde se mudó a Bahía Blanca, lugar donde creció, jugó, estudió, trabajó, se enamoró y nacieron sus dos hijas. Durante toda la década del ’90 formó parte de varias bandas de rock, hasta que en el 2003 movió a El Bolsón, lugar donde aún reside. Escribió a lo largo de toda su vida. Música y escritura fueron y son un gran refugio. Muchas poesías se convirtieron en canciones, y algunas canciones se convirtieron en hermosas historias…

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