lunes, 12 de septiembre de 2011

Mauro Viñuela


Balbuceo

Te han puesto a infernar en el darwiniano cuerpo homo sapiens
a fuerza de atavismo erguido dando saltos de monos
hasta este instante por entre los yuyos de los milenios y su sangre
te han puesto a infernar ante la cruz tribal
incristalizable que husmean los simios martillo en mano clavos
entre dientes te han puesto a infernar bajo el yugo que carga
lo inconcluso todas las horas y los días de la historia del instinto
del instinto de la historia pequeño buey los próximos muertos
te dominan te han puesto a infernar en la platónica fosa
caverna ahora invertida llamaradas indican que tu prisión
se extiende mas el encierro es fuera y a nadie
provoca tristeza ya esta tragedia es más no hay
testigo ínclito sólo fruición de las almas en sus hogueras.





Francisco Madariaga

En el estero de ondulaciones antiguas
aspas estropeadas hacen girar sus molinos
jaguar de apariciones salta desmemoriado en su miel arenosa
el junco pararrayos de tu infancia (veo a la Historia, hechizada en giros sobre un camalote)
entre los pechos de las mulatas amamanta otra orilla su porvenir dulzura
un yacaré cruza rápido el plano en perspectiva las hermanas vías gemelas desdeñando
el retorno del tren casi fluvial
mis viejos caballos se desploman en el corredizo cielo de las aguas
beben el arcoiris su expresión vanamente fragmentada
Y yo, el habitante ilegal del mundo, piso las fluctuaciones bellísimas
el sedimento espectral reclinado sobre tu poema, como quien halla una Patria.







EJERCICIOS CON ANDRE BRETON

Para que puedas tomarlo el aire no tiene camino
a quién se le ocurriría un Cristo enviado por Zeus
Para fulminarnos el no destino fomentan y castigan
me recuerda nada es sagrado todo debería serlo
todo es sagrado nada podría no serlo
Qué bonito, lo olvido
El rayo cayó
Sísifos de la llanura cloacal rastrean piedras como mujercitas

Qué bonito: adiós, nada, nos retiene

Aquí la enredadera excursionando a golpes de ataques de pánico
agarofóbico el pozo a borbotón puro enajena su agua
Milosz que a nadie ha dicho que espere
como un loco parapentista nocturno descendiendo frente a tu casa
Estrella estrella fija y faroles del siglo luz
fogonazo guía guía justo a mi zumbarme el murciélago espectro
Qué bonito me recuerda al filósofo medieval encomendado a la providencia

Noticiero: un rayo cayó sobre la nuca del pastor

Tan pronto comienzo a callar Sócrates muerde el doble filo de las estrellas
Yo mistifico el centro de la tierra qué analfabeto nunca podré leerme
La hija del rey miente para ser ella misma
La hija del bufón miente para ser ella misma
Tantas estatuas me recuerdan el esclavismo griego
-Es nada qué maravilla vos que clase de nada sos
-Ya no hay números para servir la cicuta vuelva mañana madrugue por su identidad
Fabula quien dice lo que es un siglo

Yo he perdido todo el tiempo
Qué bonito cuidado no me recuerda nada

El astronauta añora a su perro
y mira con ojos lascivos sobre la grieta de nuestros sueños
Al diablo con los revelados de una hora
Llegó la mesera detrás del escobillero del supermercado
luego el conductor de locomotoras
todo siempre entre pornográficas nubes
-Adiós Marta adiós Sonia esto es una orgía en pequeñas cuotas
el periodista curandero de la realidad
no lo señalará en su crónica
Luego detrás del hongo ascendente
arribó el ejército surrealista
el estampado prócer reía al fin sobre el billete
Justo antes de la colisión todos mentíamos para chocar nosotros mismos

Ah esas rocas siempre inspiradas

Enteramente justo el azar nunca salió de su pueblo y conoce su valor
no así la moneda circulante
En el estanque del universo las aguas se llaman calvario
Se anuncian tormentas aislantes para lo que resta de la historia
Pronostica presunción de anonimato la caravana de maniquíes
El ángel sobre la tranquera puso candado a sus alas
advirtió el cristiano león al acecho del estacionamiento
Qué bonito
me recuerda un cerdo masticando el aire frente al abismo
No es digno pescar hombres dijo el poeta
y todos respiramos bajo su red

Perfecta perfecta la corrección del fuego

Un día un nuevo día
Adán y Eva ascienden desde un volcán
Diré el remo al desfigurarse bajo el agua la dividió a ella
Un terremoto agrieta el cielo diré
Ignorar no es certeza diré
Esos frutos madurados hacia nosotros de frente quién tomará
Dios mío si al menos te dejaras respirar como un lugar abierto
Qué ilusorio me recuerda una barca girando sobre sí misma
en la lontanaza

Lo que nunca existió un día va a matarte diré

Hay mortandad de nubes sobre el rancherío topo
en la aduana suspenden importación de espejos
qué bonito los ciento ochenta grados del camalote bajo la recta del cielo
-Cómo habrá llegado el ojo al resto del cuerpo
así ocurre con la quieta espiga nula movilidad
hasta los peces se volaron para que nada sea perfecta

Me concierne todo lo que nadie mire diré

Ningún arca frente a la inundación de desiertos
Los que prejuzgaban a Walt Whitman quiénes eran
Los que juzgaban a Walt Whitman dónde están
Combustible-sangre nadie hace girar al mundo
un gran hombre dialoga con la historia en un confesionario
Diré ya nadie es responsable ya nadie irresponsable
trémulos todos baja escarcha y ella simula su muerte como comadreja
pronto la hallarás en tu gallinero

Misil misil ancla del mundo
Siempre se abren los poros de la noche para que impactes profundo

El Mío Cid frente a un semáforo en la estepa

A qué viene tanto misterio a qué a qué
El poeta y la rata toman su cebo en paqueñas dosis
y el día es inconmensurable
y el tirante del día es inconmensurable
Piedra de toque túnel que todos arrastramos
Muerte culminación de lo singular concreción del lo singular
Creo en el espíritu santo ergo niego el espíritu santo

Qué bonito conocer no es certeza
Qué bonito qué manera de tenerte en pie muchacha
-Si quieres claridad retorna a la mierda
-Sólo quería dormir mas estaba colmado de pesadillas
-Resúmen: todas palabras solares

Se te hace pagar más allá de tus días
A tus días quitan horas
Qué verguenza te hacen pagar su propia historia
Qué injusticia cobramos de contado nuestros errores

A qué a qué tanto misterio y ese gran diccionario agusanado
la muerte y ese gran ventanal sin cortinas

Qué bonito negar no es certeza

Para mí el mono y la goma antirresbalón bajo la ducha
sa parecen
Para mí la única huella respetable te hace señas en el futuro
Para mí no hay trenes que toquen un mismo riel
y nadie sabe lo que es una vía
Para mí es sublime la piedra del muro de Troya digo nunca fue traspasada
Y el círculo de baba del sapo que espanta a la serpiente
Para mí son más bellos que Helena

Qué bonito me recuerda todo amor transcurre en la edad heroica
culmina en un génesis
Apareció la mañana como una vieja prostituta paranoica abandona su cuarto
Espejan noches en la vereda
Ya lo sabes el ingeniero calculó mal se hunden hasta los toca ombligos
Ya lo sabes Babel ingenua apenas hasta la altura del malentendido
Me recuerda viajo a veces sobre palabras alfombras quién dirá si es mágico
Me recuerda el día aquél no habrá ceniza y nada será juzgado
Lo digo con rigor todo quedará impune
Una araña se atolondra pisa el aire está desnutrida confunde al huésped
trastabilla con aire se enrieda con aire
Diminuto es el apocalipsis verdadero

-Dime cuánto inspiras y te diré quién sos

Para mí la metamorfosis se profundizó
Toda cucaracha esconde un rostro humano que no advierte

Para que puedas beberla el agua busca derramarse

Oh torbellino más sabio que la rosa
Torbellino que se lleva el espíritu que me recupera con la
ilusión infantil
De que todo está aquí para algo que me concierne (Bretón)

Turro, turro, turro... Cuanto más turro mejor (Piglia)
Paradigma-Estiga he aquí la rima nefasta
Ojalá lo hubiera soñado

Ciclotímicos el sol y las nubes trepaban a sus puestos
Quieto el escenario sin embargo las termitas se aturdían entre los tablones
De izquierda a derecha alternados tres ángeles y tres demonios ingenuos
luego más tarde Borges montado en un torbellino
Primera escena todo comenzó a girar qué exacto
Qué bonito
Ciclotímico Noé te subía y expulsaba en cuestión de segundos
te olía como a una rosa vos olías a la cabra dormida
cambiaban las señales parece
locura al fin es una competición de fuerzas
gran demente el huracán lo arrazó todo
tememos a la dócil llovizna ahora
Noé desconfiaba de mis versos
luego lo imitó el gran poeta Platón qué astutos
quién tiraría semillas de caos sobre el caos concedido
quién rebajaría un licor exquisito hecho para matarte

Diré volverán de rodillas al gran altar romántico y allí se descubrirán muertos

La niña lavacopas me preguntó si los nombre se gastan
sí le dije se gastan y son otros. Nadie quiere hallarte. Ya no pueden.
Arca-República Arca-República
en la atmósfera la gran lima quieta de acero estelar
la tierra besa cumpliendo sus destinos
Sólo un Judas puede hacer cumplir un destino
Sólo un Judas es valiente y noble por sobre sí

Qué pobre la adivinanza
el ramo de rosas dobló la esquina desmemoriado
zigzagueaba entre el smog y las flechas de billetes
contradicción: yo juntaré todo pétalo caído

Turro, turro, turro...

Erdosain, perdón...
André un pétalo desluce al tocar la hoja
un griego comanda la nave del viento
somos la vela usada y la grieta de la vela
El barco es nuestro a nada tememos
Al vigía envuelve la sumatoria de todas las cosas
más la negación de todas las cosas
qué valor nunca en naufragio a D I O S deletreó
qué valor en el negro fondo del océano no reclama luz y nunca reclamó

Esto me recuerda la tiza tirada a la zanja
Un naranjero que yo solo vi morir solo
La plaza la iglesia el cuartel la infamia la misa más infamia
André vos me llamabas en mil novecientos cuarenta y yo no existía
André vos me transportabas de triángulos a círculos yo no existía
de círculos a torbellinos yo no existía.


Nota:Resistencia-Chaco(1971)Ganó un premio de la fundación antorchas. Publicó "Murales Sumergidos", mediante el Grupo Editor Latinoamericano, en el año 1993,con el nombre de arte Mauro Azcona. Desde entonces no participa en concursos, ni volvió a publicar.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Eva Murari



Quiero decir poquísimo, una espuma
que cubra apenas el agua cristalina
el agua blanca sobre la piedra negra.




Escribir en la computadora,
en una Olivetti lettera.
en un cuaderno con un lápiz Staedler negro HB,
con una estilográfica,
con biromes Bic de colores.
en la tierra con un palito.
con el dedo en la arena,
en un vidrio empañado,
en el agua,
en la piel de alguien,
una palabra secreta.






En primavera una bici liviana,
veloz con viento propicio,
unas botas con tiritas,
un pañuelo al cuello,
los jazmines del país,
las primeras comuniones,
las tormentas rosadas y violentas,
el perfume inquietante
de las acacias de Constantinopla.




En verano tomar helados,
ir a la playa,
andar descalza,
leer novelas interminables,
comer cerezas,
pasar las noches tibias en el patio, con amigos
caminar de la mano.




En otoño andar transportada por el cielo liso
y los árboles encendidos,
la lluvia mansa y las mañanas perezosas,
el perfume del pan tostado
y del café recién hecho
y los primeros días de escuela.




En invierno las poleras,
los gorros y los guantes
suaves y ceñidos,
los guisos bien picantes,
contra el viento sentir la nariz fría
y los anteojos empañados,
tejer o leer con el sol de las tres de la tarde
entibiando la sala,
desde la cocina un perfume a dulce de membrillos.







Me acerco a este libro como a un animal quieto
y taciturno.
Acaricio su piel lisa y las páginas
todas juntas con el dedo pulgar
se mueven en abanico.
Lo vuelvo a cerrar y empiezo de nuevo:
lo acaricio.
Después hoja por hoja
sobre la esquina superior derecha
apoyo el pulgar en la página,
con el índice sostengo la esquina,
en un movimiento suave doy vuelta la página,
apoyo el dedo medio y después la mano entera.
Entonces la mano izquierda:
el pulgar sobre la hoja a mitad de la página,
el resto de la mano apoyada en la tapa.
La izquierda con el pulgar
en la parte superior
de la página derecha
se prepara
para el próximo movimiento.
Y ahí recién el libro
lenta,
tímidamente,
comienza a hablar.









El último día del año la luna llena,
el mar,
el ruido del viento.
Un vestido que me gusta,
un par de aros nuevos,
un sweater prestado.
Una puerta abierta
y doce deseos para pedir.








El perfume de una flor amarilla
que crece entre las baldosas
el mismo de cientos
de flores
en el campo
de la primera flor que descabecé
para quedarme en las manos
ese perfume pegajoso
algo acre
del verano.









La ciudad se vuelve amarilla,
blanca y celeste
en la luz de la tarde.
Abro la ventana.
Miro un libro de Hopper que me prestaste
y pienso que tal vez me presientas
sentada en el sillón
a través de las cortinas que la brisa mueve.








El sol ya secó la lluvia de anoche,
los árboles resplandecen y el aire se adensa
con un perfume pesado de pinos, pastos
y flores amarillas.
El Napostá parece quieto,
sin embargo se mueve en pequeños círculos
y también de izquierda a derecha desde donde escribo.
Y no, la ciudad no es fluida
como no es fluido el Napostá,
tiene como él un olor descompuesto
pero por debajo y entre las algas
un movimiento lentísimo se puede ver
cuando pasa una hoja.








Los últimos días de marzo

27

El sol desde las persianas
enciende el borde de las cosas.
Es mi regalo
por levantarme temprano.

28

Todavía conviven en el placard
las soleras con los sweaters,
las sandalias con las botas.
Sin embargo el verano se va,
y pienso en la playa cada vez más lejana,
mientras mi piel va perdiendo el color
y lo único que me queda del verano
es una tobillera con cuentas amarillas
verdes
rojas.

29

Una música de piano,
el perfume de una torta en el horno.
El ganchillo va y viene
trazando una grafía misteriosa.
¿Le dirá a quien use esta boina
algo de la tarde nublada,
de las cosas que me dije en silencio
mientras tejía?

30

La mañana crece en mi habitación.
Lorenza duerme sobre la biblioteca y yo sigo en la cama.
Virginia Woolf habla de la luz y las olas
una mañana en St. Ives.
Después dice:
"Tengo la impresión de que al escribir estoy haciendo
algo que es mucho más necesario
que cualquier otra cosa".
Me levanto.


Nota:Eva Murari (Bahía Blanca,1974). Es profesora en Letras (UNS). Publicó Violetas (Ediciones VOX, Bahía Blanca, 2003) y Tres (Cooperativa Editora El Calamar, Bahía Blanca 2004). Formó parte de las antologías Bahía Blanca, la ciudad letrada (Co-edición Ediciones Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, Bahía Blanca, Gobierno Municipal, Buenos Aires, 2004) y 23 chichos bahienses (Ediciones VOX, Buenos Aires, 2004). Algunos de sus textos inéditos pueden leerse en www.undiarioposible.blogspot.com

miércoles, 7 de septiembre de 2011

María del Rosario Sola



Coyoacán
Inédito 2005


Dolores, Marina , Blanca. Les prometí contar lo que pasó aquella noche en que nos despedimos en el bar del D.F. ¿de qué nos despedíamos? De nada y de todo. Bueno sería que nos pasáramos la vida despidiéndonos de lo que no nos sucede. Este lugar es el infierno dijo alguien, que además se reía mientras empujábamos las sillas al pasar. Se equivocaba. El infierno seguramente es mucho peor, pero las mesas estaban demasiado juntas y la música demasiado fuerte y los muchachos eran demasiado jóvenes para nosotras y nos miraban estupefactos porque parecíamos gringas y porque tal vez lo éramos.

Igual todos tenían bellos ojos oscuros y sin misterio , cejas rebeldes abiertas en abanico en medio de unos rostros demasiado lisos. ¿Era una rola lo que tocaban unos chicos tatuados al fondo en una especie de tarima gris? No lo se. No puedo recordarlo Si era una rola era una rola atroz, un ruido infernal y pedimos cerveza en jarra me parece, qué cornos, revivir aquel momento en la plaza de Coayacán o por ahí yo ya no se en donde se parece a un ritual ¿porqué recordar esa y no otra noche cualquiera en cualquier otro lado? Porque si que es la mejor de las razones

Dolores, estaba tu hermosa hija y fue ella la que tuvo la idea de llevarnos a ese sitio o a cualquiera de los sitios de esa cuadra que estaba llena como casi todas las cuadras del DF de muchachas oscuras con peinados de pájaros. La noche de México, nos dijo , es todas las noches de todas las ciudades
Tampoco se si es cierto que les prometí escribir algunas líneas sobre lo que sucedió aquella vez en el Encuentro cuando alguien le dijo al mozo : Somos poetas como si eso significara algo y venimos de leer en el Palacio de las Bellas Artes y nos pusimos a reír hasta las lágrimas porque hubo rebelión y todas quisieron leer aquel día y éramos como cincuenta, una verdadera catástrofe y el mozo sonrió, lindo chaval dijo Marina y le dio la dirección a Cristina para que le mande un libro porque le gustaba la poesía.

¿ Era Cristina, verdad? Qué importa , si, seguramente era ella que quien sabe si le mandó el libro al mozo que tenía los ojos tan limpios y tan negros y tan abiertos como todos los otros en ese bar y que daba la impresión de que la ferocidad de ese lugar no lograba terminar de vaciarlo .

Lo que si es cierto es que alguien tenía un libro de Cavafis en el bolso y es cierto que alguna de ustedes me pidió que leyera un poema y tuve que gritar porque la música atronaba y yo que nunca había leído un poema a los gritos y menos que menos un poema de Constantín Cavafis en un bar de Coayacán en donde se toma cerveza en jarra y aunque era absurdo era hermoso y algunos muchachitos, atolondrados por la bebida, giraron la cabeza y se mordieron la boca morada para tratar de entender como era eso de que de las aguas oscuras del Tirreno sacábamos un marinero blanco, muerto y desnudo como se saca a un pez y lo poníamos sobre la mesa del bar de madera barata para que escurra.






VERANO EN MENDOZA 1998
( de El humo de los músicos)


Un serpentario de tormentas negras
arde en el fondo de la caja de costura.
Entonces los olivos de los oleos se abren con el aceite de plata y la pluma descampada.
La vieja música que viene de los libros empieza.
Es el verano.
Entra en la casa a golpes de tormenta.
Alguien prepara la sartén y unta el plato manchado mientras el granizo se derrumba.
Luego se queda inmóvil.
Inmóviles todos en la casa.
Entonces el piso se mece lentamente.
Ciénaga de terciopelo movida por la mano de niña de la muerte que sabe.
Ni juegos, ni revanchas,
ni se asombra y se lleva
al hombre en pijama que mordía la tabla de lavar
rodeado de humos y tabacos sagrados
cerca de la ventana.


FINIS TERRE
( de Coruña Negra, 2001, inédito)


UNO

Tragedia gótica.
Una mitad de nuestros días no valen tanto pero a veces, una hora, una luz blanca, un gusto a sal, parece como si el pensamiento fuera una lluvia de hielo que barriera de un golpe el caldo de humo pardo que bordea las cosas y así hubiera querido que me escuches pensar
si pudieras, pero es tarde.
Hay guerra. A veces es tan hermosa la estela que dejan los trabajos de los hombres al paso de un puñado de centurias que uno queda en suspenso y parece que fuera a comprender. Entender.
Un peso enorme debajo de las cejas.Pero esa única hora pasa tibia y latiendo como una mano humana abandonada entre las medias sucias del funeral del tiempo.

Flota el faro que hizo tallar
el emperador de Roma.
Avaricia y olivo.
El horizonte sube y baja
Luces entre latines.
El piano suena y suena bailando en la marea como el
mono de Zama que golpeaba en el muelle de Asunción contra las tablas.
¿has oído hablar de Di Benedetto?
El piano suena y suena en la orilla hasta que los náufragos
lo tapan con su propia manta de felpa mojada..
Breas y dientes. Resaca de petróleo.
Los marineros tienen miedo y atan
la Santa Virgen al mástil rojo. Rezos en lengua gala.
Muertos a la deriva.
Lenguas hinchadas entre los incisivos.
Tragedia gótica.
“Aten los muertos” dicen,
aten los muertos que se los lleva el agua.

Menos que espuma. Marea negra.
Me extinguiré desnuda escribiendo finis terre,
Una soga, una madera que flota, la baba
de la resaca del mar en la muralla.
No des leche madre que la nieve está sucia.





Todo brilla.
De los dioses
la mortal gelatina

De los reyes la plata de las vísceras.
Escribo con un hueso de
rata en la parte mojada de la arena.







TRES
Que importa si uno va o viene.
¿Tomar agua en la ostra del peregrino para que vea tus ojos? Correos electrónicos ¿Qué podría cambiar? Empieza el fin del tiempo y una mañana al abrir lentamente la palabra nunca llegamos al borde de la tierra. Las aguas caen hacia cataratas amarillas En las chimeneas de las plantas nucleares, que son las copas de ópalo con que beben los dioses, hay conciertos de rock.

Rock de La Coruña.
Hombres de roma de togas carcomidas y manos ilustradas , miran el mar cansados y dicen FINIS TERRE.
Galos sin dientes,
sin pestañas,
de ojos blancos y trenzas de plumas pardas que hacen barcos de cuero .
Casas cerradas, pintadas para los turistas, con viejos tronos con olor a sexo y a sándalo y a sal. Gatos que duermen demasiado y que no quieren despertar.

Viene con sus largas uñas moras el guitarrista ciego.
Con sus zapatos de taco y golpea las puertas, las patea, las llora y las reseca
y les cuelga flores de papel
para que el aire
destelle.

Rock de tacos rojos y perfumes de muerto en el mar.



Manolo Rivas toca el saxo en la niebla, dice y
dice que porque hay niebla no puedes ver bailar a los
que bailan.
Qué idea rara .
Escribir para nadie y hacer música para nadie.
Esto es sólo una trampa para turistas.
Una palabra tallada con el punzón adentro de una sombra.
Una película sepia que trata sobre el fin del mundo .



UNAS LINEAS PARA LUIS VIALE- 2009

Para salvar a Luis Viale del absurdo de una muerte inútil el intendente de Buenos Aires le levantó un monumento. Había entregado su salvavidas a una mujer y tal vez a un niño y se había ahogado en el Río de la Plata. En el monumento, el heroico señor ya hecho en bronce , gozaba de todas las dignidades. Era una obra magnífica y tenía ahora una talla algo mayor a la de un hombre común. El escultor , un artista italiano , lo retrató inclinado en el acto exacto en que estaba por lanzar el salvavidas al agua. El río se ha retirado ya totalmente en poco más de un siglo y en frente del valiente señor se extiende un pastizal y más allá una foresta isleña que los porteños llaman La Reserva . El absurdo amenaza otra vez el destino de Luis Viale que mira el viejo y descuidado pasto con su hermoso ceño crispado en bronce casi negro a punto de tirar el salvavidas. . El río existe, claro , más allá. Para salvar a Luis Viale del absurdo del retiro de las aguas he escrito estas líneas. Ustedes me dirán entonces porque en ese caso no he escrito un poema. Estamos en 2009 y los poemas ya no existen. La poesía existe aun, claro, más allá.




EL VIOLINISTA-
2009


Las algas en la fosa de la vieja roca parecen criaturas vivas. Los hombres se asoman y las miran y algunos saben que esas suaves agitaciones son porque el peso de las galaxias que se alejan mueve las aguas del universo.
El que es violinista comprende que la fosa en el borde del pozo del mar es aquello que él trata de imitar con el sonido. Si el agua no estuviera tan fría, dice siempre, él se desnudaría y se pondría a tocar ahogado en el fondo del hueco con un pie sobre una verde piedra. Se aleja y se tira en la arena mojada al sol. No hay nada en el cielo que no me pertenezca se dice antes de dormir con la mano clavada como un arpón en la línea de espuma.







LA TRISTEZA DE LA SEÑORA DEL POETA-2008

Conocí una vez a una reciente viuda
Se posaba en la silla como un pájaro
Porque ya no quería sentarse.

Habrán llorado a doctores
A policías
A señores de chaleco de oro
Y a puños con gemelos de jazmín.
Pero a nadie han llorado
Como lloran las viudas de los poetas
a los poetas.

No se dignan sentarse
Y menos que menos lagrimear.
Están encendidas, leves, como un tabaco de marfil
Entrecierran los ojos para hacerle sombra a la memoria
Y durante veinte o treinta años
arden despacio
la despedida.


LA VERDADERA HISTORIA DEL PERRO DE LA CASA-2008

Todos supimos, por aquel tiempo, que estábamos vivos de casualidad.
Que el tafetán de la mesa no existía.
Que había que conversar para que todo se mantuviera en su lugar.
El perro, en cambio, no sabía nada. Cubierto con su piel mucho más hermosa que la nuestra a veces nos miraba como un rey observa a sus ministros.




FEMENINARIOLa Plata , junio de 1978
a mis hermanasLos hombres se han ido ya.

Sólo los gatos que bailan
una lúgubre danza
aman sobre el delirio con sus ojos
de muertos prematuros.
Y nosotras,
aliadas,
que fumamos de espaldas a los cuartos vacíos,
unidas por el viejo testamento de la luna,
nosotras,
hembras delicadas como magnolias,
nuevas hasta no amanecer,
nuevas y atroces hembras,
que ornábamos a las plazas
con aquellos perfiles entre el aire,
apenas ya si oímos a los enamorados que nos nombran,
sus lentas voces,
sus lentas y hondas voces
cavadas en el roble sonoro de la muerte.
(dulce abrigo,
sandalia de azúcar,
jaula de azúcar,
labradora de estrellas,
espejo del espejo,
agua)

Hermanas nosotras.
Amigas queridas de elegidas sonrisas.
Enterrar a los muertos
y a los corderos blancos de ojos inocentes como los de los hijos,
matar un corazón para comer,
nosotras, jazmines de la orilla,
en las islas.

Ladran lejos los perros, rasgando
el aire con sus dientes fríos.
Ellos me llaman y besan mis heridas
con sus largas lenguas húmedas.
Suena
el río del tiempo
(agua sumisa, agua negra)
entre las sombras y las bellísimas paredes donde se apoyan las mujeres
del night que sonríen después de haber llorado.

Mis amigas me llaman para ver las cenizas.
Hay una larga ventana
allí nos hemos sentado para que nuestros vestidos brillen a la luna.
Mi cabellera enciende el polvo rojo de los retratos
mientras tragamos las terribles perlas que nos harán inmortales.
¡Eh melancolía!
déjala a ella
veinte años tiene
y veinte años son
sin ver el mar que alza sus guiños a la muerte.
El cielo insomne
espera
y las estrellas perfuman
como el metal con que los hombres hieren.
Porque la noche está hecha
con todo aquello
que nuestras manos redondas no conocen.

Nada amaremos más que estas horas vacías
con las que nadie ha soñado
y que siempre supimos
que no debieron ser.
Es que la noche se cierra con el hierro del tiempo
como una aldaba
sobre un hijo de artistas con los ojos pintados.


SUEÑA, SUEÑA, SUEÑA.
El río del tiempo con su negro ganado
y su cascabel de dentaduras.
¡Oro para los conquistadores!
¡Oro para los altares!
¡Oro! Para mis medias de oro
que voy a saltar la muerte y a comprar un candelabro en la mañana.
El dulce estío, no volverá esta madrugada,
recuerda, empieza el mes de abril,
y hace frío,
mis hermanas disponen las frazadas.
Cambiaría esta noche
por una noche verde,
mi ventana
por un balcón de transparente hielo
prendido de la roca
en la montaña.
Cambiaría esta noche por una madrugada
cambiaría mi sombra
por un caballo que venga de la vida
contra un caballo que venga de la muerte
bebiendo de mi mano.


Caen las rosas que el verano no ha usado,
caen de noche, lejos de los pájaros,
como caen
dos a la luna y otras a la sombra
nuestras sonrisas recién estranguladas,
Hilos
de mujeres que fuman de espaldas,
hebras que tejen
el recién descubierto medrar
de la filosofía.
Ya los hombres se han ido
y nadie cuidará
mi corazón despedazado en esta noche de mal cielo.
Ya los pechos discretos de las puertas
no guardan,
ya llegan las noticias,
ya vienen de matar,
ya entran con sus pesados pies rojos
con el polvo de tierras incendiadas
a interrogarme con los ojos neutrales.
Ya llegan . Ya vuelven y debiera estar sola.

Ellas contemplan las barcas de los tiempos
y señalan
algún brillo del aire en el azar del humo.
Veo a mi padre
volver herido en la batalla de los sueños
y a mis hermanos haciendo hermosos hijos
y me pregunto
si el día estuvo siempre a mis pies
quién abre esas pesadas puertas.
Toda la noche ladrarán los perros
toda la noche lastimarán mis huesos
toda la noche preguntarán por ellos.
El corazón en la garganta guardan
El barquero del tiempo
me sonríe con su muela lunar
Ya lo sé –le respondo- es sólo el tiempo.





.
Estábamos en guerra o estaremos
Y las manzanas se helarán sin que nadie las junte
Y caerán los picos
De los pájaros muertos
Y en las canastas sonarán como cencerros.
Moriremos antes de ser madres
Dobladas a los pies de nuestros amantes. Hace mucho están ya las casas vacías.
Tampoco era la guerra.
Tampoco era el destino.
Y en los cajones crece la flor de los misterios.
Toda la noche ladrarán los perros.
Ellos tienen el corazón en la garganta
Y sospechan.
¿Oyes esa extrañísima lengua?
Es el final.
Han llamado María a esta mujer.
Es extraño.
Ella nada ha sembrado
Pero conoce esa lengua lejana.
Mis amigas me llaman para ver las cenizas, hasta una larga ventana
Donde nos hemos sentado para que nuestros vestidos brillen a la luna.
¡Vengan a ver el futuro, la mañana que ríe de nosotras¡.
Tontas muchachas somos.
Tontas muchachas y sin embargo
Hay agua.
También más allá el agua ,
que creímos bella,
se escapa
inútil
hacia esa reja manchada por la espuma
tras la cual
un mar pintado
se lleva nuestro perfume.

Publicado en “MUSICA DE INVIERNO” (1982)

Nota:Nació en Mendoza , formó parte de la generación de poetas que en los 80 se nucleó en torno a la revista Ultimo Reino .Publicó: Música de invierno (1981), El humo de los Músicos (2000) la novela La luz de la Siesta (1999) Antología 1940-1960 de Mujeres Poetas Argentinas de Ediciones del Dock, Buenos Aires , 2004. Es arquitecta.

martes, 6 de septiembre de 2011

Mercedes Araujo



De Viajar sola, Ed. Abeja Reina, 2009, Bs. As. Argentina
Viajar sola.
La travesía no será aliviada.
Nací entre montañas, persigo la hierba
y ansío el desierto.
El desierto iguala a los peregrinos.

¿Y a las peregrinas?
A las peregrinas nos mueve la luz
que se desplaza.

***

Píldoras para la malaria, el cólera y la fiebre amarilla
un poema antiguo me indica adónde voy:
“una hiena presa con una correa, un pedazo de carne,
un poco de agua en un vaso puesto junto al fuego”
con el hocico cargado digo mis oraciones
-como una hiena-
mi bendición es mi maldición.

***

El cazador me visita en sueños.
Está apurado, cosas urgentes lo llaman.
Antes de partir me guía hasta los pájaros negros:
se cuelan entre las rejas y roban alpiste.

***


"Deseo tanto tener noticias tuyas"
esa manera pulcra de decir
"deseo tanto tener noticias tuyas"
si dijeras por qué te fuiste
por qué estás trepando
el monte Kenia como cabra.

No trepo el monte Kenia como cabra
soy un carnero vuelto de espalda sobre la piedra
tengo las patas y las manos atadas en ángulo recto
y espero paciente que alguien me dé un nombre.
Quisiera llamarme como un río: Cumene
Cumene es apropiado para renacer.

***

¿Pensaste como el elegido en ser inmortal
hablar swahili
regresar a la orilla
flotar sobre la hierba?

Otros viajeros conversan
no encuentro el momento para decirles
cuando navego soy carnívora, gritar
trepada a la vela, carnívora
ojos de chita furtiva, sanguinaria y cansada.

***

En ese extraño lugar llamado
cocina del infierno
el aire sobre la piel es ráfaga y arena
en ese extraño lugar
una gruesa montaña
se volvió garganta por la erosión del viento.

En ese extraño lugar, tener conciencia
de cualquier paisaje es doloroso
porque se ven las cosas por primera vez
pero sobre todo porque decir así
el lugar roto por sí mismo
demora la marcha y nos hace resbalar
cuando lo que se quiere es huir.


* * *

A mordiscos, dando coces
busco un árbol en la hierba
ancas rebosantes
al borde del río
rayas sobre la estepa
a mordiscos dando coces
con una pesadez que no es mía
a mordiscos dando coces
esa tarde
apacenté entre cebras dispersas
resoplando con esa
pesadez ajena
y volví a decir "dioses cebras"
a mordiscos dando coces
con el cuerpo vendado
hice movimientos inútiles
tensé músculos sanos
hasta el extremo.

***

Vi lo que vi
una jirafa con pestañas de mujer pisando
sus patas derechas a un solo tiempo
turbada, resoplando y turbada.

Una hembra a contraluz del sol
ofreciendo sus ojos.

***

Vi lo que vi: movimientos furtivos en la hierba
cuatro leones atraviesan la bruma
allí en la nada donde las plantas cambian
un bosque que luego es pradera
y nuevamente un bosque.

No me defendí esa noche ni la siguiente.

***

Vi lo que vi
cráneos de elefantes con memoria
hombres lince, mujeres con velos como murallas
una cafetera árabe en una plaza
custodiada por pastores.

Todos los animales tememos a otro.

***

Cuando la chita alcanza su presa y la mata
no puede devorarla ni tampoco defenderla
cansada se echa a un lado y respira
profundos y agotados jadeos.

La luz le besa primero una mejilla
luego la otra
la sangre que maquilla su hocico
se vuelve cárdena, rojo turgente
púrpura y después naranja.

***
Las hembras cazan de noche
esperan y clavan colmillos en garganta
en épocas de celo las hembras
tenemos el pelo brillante
en épocas de celo cambia
el sentido de las palabras
en épocas de celo puedo
quitarme el velo, partir de viaje
brillar o permanecer
-el ritmo es el mismo en cualquier música-


De La isla, Ed. Bajo la luna, 2010, Bs. As. Argentina

Las sombras, las palabras, han cambiado
el tigre camina entre peñascos
y riscos, es príncipe del pelo blanco,
yo le digo el capitán de los tigres,
hay otros que son manchados, pero estoy
tan cerca de mí que no sé si creer en lo que veo,
si cometo un error al distinguirlo
de algunos que tienen piedras rojas en el lomo,
piedras como manchas.
A eso de las seis de la tarde
el gato hunde su cuerpo en el agua
la sangre se le agita
y la flor de la glicina se enlaza a palos secos.


Nota:nació en Mendoza en 1972 y vive en Buenos Aires, Argentina.
Obtuvo los siguientes premios: Segundo Premio del Certamen de Poesía Joven, Mendoza, con la obra Bocetos barrocos, 1993. Selección de diez poetas jóvenes, Fundación El Libro, 2000. Tercer premio del Fondo Nacional de las Artes con el libro La isla, 2010.
Publicó los libros de poesía Ásperos esmeros (Ed. Del Copista) 2003, Duelo (Ed. En Danza) 2005, Viajar sola (Ed. Abeja Reina) 2009 y La isla (Ed. Bajo la luna).
Sus poemas forman parte de la antología Poetas argentinas, 1960-1980, Ed. Del Dock y Hotel Quequén I y IV.
La novela La hija de la Cabra ganó el Primer Premio del Fondo Nacional de las Artes y será publicada este año.
Sus trabajos se pueden leer en el blog, cartasdesdeeljardin.blogspot.com

lunes, 5 de septiembre de 2011

Paulina Ailín Aliaga


Zurrar la celestina

Nunca fuimos catequizados. Lo que hicimos fue el carnaval.
Oswald de Andrade


Voy a creer que no hay la verba
clara de la redención
que no hay
no habemos una celestina
que nos lleve.

Mejor.

Una deconstrucción
y un mejor entrenamiento
para estas ladinas urbes

para qué
preguntan los hijos
de mi tiempo
no les voy a responder

Acá se trabaja y se canta
el día
no nos sentamos
a pensar
en las palabras
nos sentamos a mecer
el universo
en la rodillas






Hijas del desmadre


Hermanas,
hijas del desmadre
y el hambre, con su destino inconexo a las vitales del sueño que ay, atraviesa
carretea hecha rezos y andinas excrecencias a las hechiceras, las hijas del error, las
madres.
Las últimas en esperar que el sueño le arrebate el pudor a sus niñas. Las inconvencidas de la muerte y el dolor. Las que se cuecen a fuego lento en las madrugadas cortando la luz a la fiebre.
Mi madre acaparó la misión de desvestir a los santos de su linaje, y echarles fuegos fatuos encima para que chorreen sustancia las falsas deidades falsas etéreas falsas.
Mi madre conminó a las prisiones de la carne en mi a que dejáranme solita que ya iba yo a aprender, aunque doliese, a emanar insanidad de estrellas, baile, soledad de serpentina.
Mi madre es una tigra pájara indócil y arrulla con insidia la palabra agua, la palabra cielo, la remota savia de sus cleros personales.
Mañana abro el pecho a mis navidades únicas, mis rezos, mis misitas de imprecación sabrosa y entran sin que yo tema, porque mi madre auscultó la tierra y atrapó la luz de las guerreras naturales.
Madre me hizo fiera en camisón
hija líquida tierna de la carne viva del mundo.
Curandera:
desmadre tu corazón.






Sangre de pozo

Campos minados
de arroz
de mentiras
afán de lucro, rosácea
en la mirada.
Cortejar un dios ausente
rasgar la piel del canto,
todo eso quise hacer,
¡y no he podido!

El sol hincándose en mi
cuello
matándome el estío
en la sien
para saberme
y yo…!
Desvestir al sol
canalla sueño
para que vea la orfandad,
sangre de pozo
vagando en las costillas
el mal olor, la fiebre
el tiempo que empezaba
a no caer
hasta que vino el cielo
y lo enfrentó.

Parece que odiara a la deidad.
Lo que sucede
realmente
es otra cosa.








Lo limpio


¿No ves cómo se lava la tierra
ante mí?

¿No ves los granos de arena
asemillar la piel de desgano
calentar el músculo,
filmar
la escena del sol

con los reflejos del ojo?

La lavo yo.

Yo revoleo tierra, arena; agua:

le hago la danza al desierto
y se moja entero de adentro; del fondo
de abajo:

llueve
de sur a norte
en los sueños, y en la realidad.




Nota: nació en la ciudad patagónica de Comodoro Rivadavia, el 7 de septiembre de 1985. Es actriz, poeta, estudiante de Ciencia Política en la UBA, y creadora de la productora teatral Musas en Taparrabo. Reside actualmente en la ciudad de Buenos Aires.