miércoles, 30 de mayo de 2012

Edith Vera




Del agua, de los pájaros, de los cielos y de los quehaceres terrestres


Una vez que se ha pronunciado
la palabra amapola
hay que dejar pasar algo de tiempo
para que se recompongan
el aire
y nuestro corazón.


***

Desde hace largo rato
Miro pastar a una oveja.
Olfatea, elige
Y muerde la hierba
Suave, suavemente.
De tanto en tanto
Se detiene
Y bala.
Rosa amarilla en su garganta.
Color deshecho en el aire.




Pajarito de agua


Pajarito de agua
en qué rama cantas?

pajarito de fuego
en qué rama ardes?



***


Pajarito gris,
¿te pierdes en la niebla?
Pajarito blanco,
¿te pierdes en la nieve?
El pajarito azul,
se pregunta:
—¿Puedo ir al cielo?



***


Un hombre
con un caracol al hombro,
sabe que lleva
por un breve momento,
una espiral
envolviendo la lentitud.
—¡Aligeren el paso!
—chilla, desde el trigal,
la urraca.



***


Estamos
aquí
acurrucados,
para dejar
espacio
al vuelo
de los pájaros.




Canción para despertar a un niño


Se han abierto todas las flores,
mi niño,
y tú sigues durmiendo
¿Quieres que te muestre
al gorrión que anida en la acacia?

¿Sabes que ya nadan
en la laguna la pata y los patitos?

¿Acaso no quieres beber la leche
que en la taza humea?

¿Por qué no abres un ojito
Y miras al trompo azul que ayer te deslumbró?

¿Quién calmará el aguallanto
De los lápices de color guardados, quietos?

¿No te enojas
si me voy a jugar con el gato y el ovillo? (4)



***

Soy necesaria al ponerse el sol
porque ¿quién vigilaría las estrellas?
¿quién miraría si cada trébol plegó sus hojas?
¿quién apagaría los fuegos encendidos?
¿acaso te preocuparía el ladrido lejano
de algún perro solitario?
Ya ves, ése es el momento
de mis preocupaciones.
Y camino como si llevara atadas a mi cintura
las llaves de la noche.


Bio: nació el 27 de agosto de 1925 en la ciudad de Villa María, provincia de Córdoba, y murió en el año 2003. En 1960 su libro "Las Dos Naranjas"recibió el Primer Premio en el concurso “Campaña para una Buena Literatura para Niños”, organizado por el Fondo Nacional de las versiones. Otros de sus libros: La palabra verde y los caracoles, El conventillo verde, Palabra, Láricas.


















martes, 29 de mayo de 2012

Alberto Girri





Epístola a Hieronymus Bosch


Qué bien supiste
cuanto nosotros, hijos de ira,
no comprendimos,
el principio del mal
deformador de nuestra materia,
mas inmaterial que examinaste
como quien apila cuerpos
y con frías incisiones
extrae de sus cabezas la locura,
y de sus organismos
la confusión de sus tres reinos,
árboles con rostros,
piedras que también son plantas,
metales animados, venenosos,
el insecto cabalgando el pájaro,
y el pájaro afilando su cuchillo;
pues de eso hablaste y gritaste,
y bajo formas de visión
establecías que juntos propiamente
componemos un solo cuerpo,
privados del gran beneficio,
sustraídos al amor de la semilla
que cayó en el suelo y murió
para no perderse, perdemos.
Más siempre el hombre,
yo, cualquiera, tu mismo,
el hombre y su desnudez
correteando atontado
por jardines de delicias
y planicies infernales
y detrás y arriba
del carro de heno del mundo
en el que cada cual arrebata lo que puede
su desnudez, no el sexo,
añorando la total desnudez,
la primitiva amistad hermafrodita,
el completo ser adán-eva.


Vagabundo de lo extraño,
mano que aspiró a ser conciencia,
que la oración de tu oficio
haya subido derecha,
como un perfume.




Arte poética


Un elemento de controversia
que nos lleve a lo paradojal
tras cada línea, cada pausa;
la ambigüedad a expensas de la convención.

Una premisa constante, la duda,
indagando en la realidad,
buscándola fuera del contexto;
la materia a expensas del lenguaje.

Una síntesis intransferible y bella
con ánimos, bestias, escrituras,
profanados sub specie aeternitatis;
la imaginería a expensas de tormentos.

Una teología creadora de objetos
que se negarán a ser hostiles a Dios.




La Sombra


De algún modo soy tu cuerpo,
Me designo en él, me quema
En la mentira útil como un remo,
En la desgracia y la amorosa lucha
Abriendo Los huecos de su máscara.
Pero no me lo permitas,
No me dejes ser sólo tu cuerpo.
De algún modo soy tu cuerpo,
Cuando la rica, inexplicable sangre,
Transcurre en medio de representaciones.
Y lo seré hasta que cenizas
Acaricien tu prestada, última parcela.
Pero no me lo permitas,
No me dejes ser sólo tu cuerpo.
De algún modo soy tu cuerpo,
La opresión que difunde me sostiene,
Y no en otro descienden las palabras,
Urde la disculpa el vejado sermón
Por nuestras pasadas facciones.
Pero no me lo permitas,
No me dejes ser sólo tu cuerpo.
De algún modo soy tu cuerpo
Y si en atención a su dañina mengua
Me cuido bien de mirarlo como esencia,
¿Con qué prodigio, incisivo milagro,
Percibiré tu pasión cuando lo excluya?
Pero no me lo permitas,
No me dejes ser sólo tu cuerpo.



Bio: Buenos Aires (1919-1991. Su primer libro "Playa Sola" fue publicado en 1946. Traductor y divulgador de la obra de Elliot, Spender y Wallace Stevens. Algunos de sus libros: Coronación de la espera, Trece poemas,  El tiempo que destruye, El motivo es el poema, Lírica de percepciones. 










jueves, 3 de mayo de 2012

Nancy Toselli



Máscaras


Quién puede imaginar
la furia del viento
cuando la calma de abril
acuna la tarde.

O que la noche
pueda traer malas nuevas
desde el fin de la oscuridad,
a pesar de las luciérnagas
y el olor de los espinillos.







Laberintos



Cómo describir el despojo sin usar las palabras
nombrar silencio para ocultar el temblor
pintar una puerta donde no hay salida
o encender un fuego
donde debiera decir perdón.

Cómo mezclar significados
para calmar el dolor
que si no se dice, tal vez se olvida,
que si no se llama puede ser ignorado.

Despertar a oscuras, paredes ciegas
cómo saber si el tiempo sigue,
si los caminos llegan,
si persiste la lluvia
o si la música aún vive.








Espejos


I

Un espejo dorado , agua petrificada,
¿quién está mirando desde ahí,
dejará rastro cada reflejo al atravesar la superficie?
¿Tiene alma esa mirada?
Lentamente, uno a uno, han caído los velos.



II

Desde el espejo,
Una imagen que no reconozco.
Es la luz, me miento.
O quizá el frío.
Pero ellos no pueden aniquilar un alma.



III

Miente el espejo,
dice lo que quiere ser escuchado.
A veces miente el agua,
cielo y nubes para ocultar el abismo.









Ideograma


Es tan difícil decir azul
o cruel decir un río,
el invierno o la nieve que no fue.
Nombrar ensueño sin cerrar los ojos,
partir si la función no empezó.

Molinos que nunca dejaron de girar
un campo, al sur, donde te cuidan
para que las lágrimas se sequen,
para que la noche no llegue.

Dentro de tu mirada la mirada de otro
generosidad que comparte el asombro
para seguir estando
como si fuera
un trazo en un ideograma,
casi imperceptible, pero necesario
para otorgar un significado.

Se necesitan tantas palabras para dibujar un sol:
un poema breve, tres líneas,
escalera incompleta
para vencer la ausencia.

Opciones
Una puerta estrecha custodia el Edén.
Un cerco de puñales la rodea.
Sólo los valientes,
o los que gustan sufrir
se atreven a ella.

Para los otros,
los no valientes,
un abrazo cálido es la entrada al Infierno.

A los claustrofóbicos,
los que odiamos puertas, paredes y techos:
la intemperie infinita de la búsqueda…


Bio: Nació el 31 de Enero de 1960 en Río Cuarto. Fue docente en el Departamento de Química de la UNRC. A partir de 1990 reside y trabaja en Villa Mercedes (San Luis). Integra el Taller Literario que coordina Patricio Torne en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Económico – Sociales de la UNSL.
Desde Mayo de 2006, escribe en su blog: http://laresonancia.blogspot.com