sábado, 26 de noviembre de 2011

Milton López




Foto grupal


Una pascua la pasamos en Monte Hermoso,
todos bajo un mismo techo, de la casa
que alquilaron frente al mar.
Me acuerdo que por la lluvia
no íbamos mucho a la playa.
Un día más se me hacía insoportable,
entonces viajé antes de tiempo.
Al año siguiente el tío ya no estaba,
aunque se pueden ver sus pies en el fondo
de esa foto familiar. Como una tarjeta
musical, las olas rugiendo en retirada.
Pero cuando miro bien
solo eran sus zapatos ¿y él, dónde está?
donde sea que haya ido,
camina descalzo.







Costa a costa


Llanura de arena, mar crispado.
una hilera de cañas, tanzas sumergidas
y moscas de todos los colores.

La costa desde el médano es
una explanada resplandeciente
que achica los ojos y hace
flotar, en el aire salado
la música de los objetos.

La costa de arriba:
enrollan la línea y sale
un pez raya grandísimo
corvinas, gatusos.
En las redes langostinos, cornalitos
y algunas aguavivas que los nenes
se abalanzan a juntar.
Saben cómo agarrarlas,
en los baldes ponen las cruz rojas
con agua de mar y les echan
pececitos que los hombres dejaron.

La costa de abajo: atracan lanchas
y a los peladores le pasan la pesca.
Con un cuchillo raspan las escamas;
una incisión desde el ano hasta la boca
del estómago arrastra entera la entraña.

Al caer el sol, se regresa al hogar:
echan a freír los cornalitos en marinera.
De las parrillas también llegan bandejas:
una corvina por cabeza…
En la mesa se come callado.
De vez en cuando alguien se mete la mano
y saca una espina, un grano de arena.






Caminabas descalza en verano


Para el almuerzo de navidad viniste a comer con mi familia.
Era un mediodía caluroso, mis tías habían armado en el patio
la mesa de plástico, tendido el mantel, los primos llevamos
los cubiertos, el pan, bebidas, las bandejas
donde pusieron las sobras de la noche anterior.
Los rayos del sol se filtraban entre las parras
llenándote la cara de manchas.
Hacíamos chistes, cargadas, relatos al pasar.
Vos roías una costilla de cordero mientras apoyabas
tu pie descalzo sobre mi falda.
Después se lo tiraste a Luna, la perra colie
que esperaba ese gesto con la boca entreabierta: te paraste,
y caminaste en el pasto hasta la medianera, desde allá
eras como un satélite que guardaba distancia,
un objeto extraño que nos fotografiaba, querías sacar
un retrato espontáneo, pero es imposible no impostar
cuando uno sabe que se lo está mirando. Igual las imágenes
salieron asombrosas, en tu pieza oscura
revelaste ese patio soleado, la casa de fondo
y un grupo de personas abajo de la parra cargada
de uvas negras, esa pereza en los rostros, por bostezar,
una semi sonrisa esbozada entre los frutos de la resaca,
todos como una mancha de sombra salpicada por el alba.
Daba gusto saber que a la luz del día nos seguíamos
soportando las caras. Yo, fijo la vista
en un punto por encima de la cámara, y alcanzo a ver
el campo en el que nos capturabas.






Jardinería


Ya están haciéndome trabajar,
me señalan la cortadora y el sapito regador.
Pero nunca fui un jardinero ágil.

¿De qué serviré, entonces, de mal ejemplo?
de cómo morir acribillado
por un signo de interrogación directo
al corazón, una guadaña de tinta.

¿Dejar la jardinería y el jardín por ende?
O usar ases de tamaño real
para acabar con toda esta maleza.






Techo de chapa


Una gota
en la chapa, otra,
el crujir de la madera
después de la helada.

Otra gota en la chapa,
nos recuerda esta lluvia
que nuestro techo es de chapa.

Cuando venga el próximo censista
será 2020, y podremos decir
“revestimiento”, o a lo mejor,
“membrana”.

Se filtra llovizna
entre las grietas
de la chapa.
La gotera humedeció
un lado de la cama,
nos acurrucamos los dos
en la otra plaza.





El sueño de ella


Ella duerme con la cara apoyada en mis rodillas.
Su cuerpo tendido en el banco
de una ciudad fronteriza.
Mosquitos vuelan alrededor, buscando sangre, piel fresca,
y me pican los pies cuando menos me doy cuenta.
Uno de los grandes se posa en su cara plácida.
Yo no quiero despertarla.
Entonces soplo suave hasta que el mosquito despega
y ella vuelve a relajar los músculos de la cara.
El mosquito sigue rondando, tan cerca
que ese zumbido agudo ingresaa sus sueños
como un violín sonando durante la guerra.


Nota:Nació en Bahía Blanca en agosto de 1987. Cursa desde 2006 el profesorado en Letras. Formó parte del colectivo editorial de la revista Rigoleto. Participó en el 2007 y 2008 del taller Ruta 33, coordinado por Daniel García Helder. Leyó en ciclos y festivales como No es la luna (organizado por Lucía Bianco, Bahía Blanca, 2006), Poesía de acá (Mar del plata, 2009), Centro Cultural Juan L. Ortiz (Paraná, 2010), Sin guardafaro (Fremo, C. C. Huevo Duro, Punta Alta, 2010), Poetas de Estación (Estación Rosario, Bahía Blanca, 2011), entre otros recitales. En agosto del 2011 publicó su primer libro, "Impreso en papel vegetal", en la editorial La Propia cartonera, Montevideo, Uruguay. Participó de varias ferias como puestero vendedor de libros de literatura contemporánea. también juega al fútbol, dibuja y pinta.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Alberto Laiseca



El rey Ch'in quema libros y contruye murallas

El rey Ch'in quema libros y construye murallas;
pero la nieve de las cuatro montañas aún no se ha fundido,
pese al estío.
El rey Ch'in lleva un trozo de jade desde su nacimiento;
pero entre los cañaverales una mujer ha parido.
El rey Ch'in ha escrito la Historia, con finos caracteres,
sobre papel de arroz;
pero Confucio dijo:

"Odio el color púrpura
porque se confunde con el color rojo".
Los emperadores Yao y Shun, sonríen.

Yen Ts'anglang. Dinastía Ch'i.





El crecimiento de las grandes aguas

Por ti me he vuelto extravagante
como un diablo extranjero.
Miro tus ojos y veo florestas oscuras con algo de amarillo.
Senos infantiles pero de inmensos vértices;
pies diminutos y perfectos.
Entre tus piernas una pequeña Diosa China desnuda.
Cuán clamoroso el brote de bambú,
el marfil rosado,
con que la deidad se corona
como atributo divino.
Me fascina tu pelo negro
sobre la convulsión marrón de los tapices.
Pero Grandes Oídos captan el roce de los dedos
antes de que éstos lleguen a tocar la piel.
Te miro en público y mi corrección se altera.
Sé demasiado bien que múltiples ojos lo registran,
mientras las verdes aguas de la vergüenza
amenazan tragarnos.
No comprendo por qué,
a causa de mi condición femenina,
y de tu Origen Celestial,
sería mal visto si dijese
que eres encantadora.

Poema escrito por una cortesana desconocida del palacio de Nancia a la Reina.




Despedida flotante

Hace once años que partiste.
Nadie toca ese laúd pintado de rojo
pero yo todavía escucho su despedida flotante.
Los caballos pasaron ayer frente a la casa donde vivo;
sin embargo, el coral aún tintinea sobre mi mesa.
La tarde no ha terminado
y el campesino sigue empeñado en el arrozal.
Ni la más severa disciplina logró dispersar la niebla de la mañana,
que conservo en el hueco de mi mano.

Yang Ch'eng. Dinastía T'ang.

Nota: nació en Rosario en 1941. Ha publicado las novelas Su turno para morir (1976), Aventuras de un novelista atonal (1982), La hija de Kheops (1989), La mujer en la muralla (1990) y El jardín de las máquinas parlantes (1993), los relatos de Matando enanos a garrotazos (1982), el ensayo Por favor plágienme! (1991),los Poemas chinos (1987),El gusano máximo de la vida misma (1999),Las aventuras del profesor Eusebio Filigranati (2003),Sí, soy mala poeta pero... (2003),Las cuatro,Torres de Babel (2004),Cuentos Completos (2011).
Antes de publicar su primer libro ya estaba trabajando Los Soria. Dieciseis años después de terminada, Los Soria fue publicada en 1998.

lunes, 24 de octubre de 2011

Gisela Galimi


Estación

El invierno termina algún día incierto.
Ni antes ni después
que finalice el frío.
No importa como lo llames
ni la fecha que dicte el almanaque.
El invierno es invierno.
Las muchachas podrán ignorarlo
y vestir primavera en septiembre
enamoradas de las quimeras.
Pero una mujer ya tiene su experiencia.
Todo llega a su debido tiempo.


Asesina

Harta de ser la víctima
me convertí en mi propio victimario.
Protagonista hacia el final
no me tembló la mano
al clavar la daga en mi vientre,
aquella tarde de calor insoportable.
Hice, lo usual en estos casos,
el filo para arriba
y un movimiento ascendente
para un desenlace efectivo.
Usé el cuchillo como la verdad,
que puesta sobre la mesa
duele más que cualquier mentira,
pero alivia.
No me siento culpable,
fue en defensa propia,
tuve que matarme
para no morirme.





Yo antes

Yo antes
me ponía de novia
los sábados
y como el tiempo
era eterno
los domingos todavía
tenían gusto a beso.

A veces los lunes
me arrepentía,
algunos martes
escribía poemas,
pero siempre
un nuevo sábado
asomaba
fénix y virgen.

¿Cómo es que ahora
todos los días son jueves?
(Inédito)

Nota:Nació en Lobos, Pcia. de Bs As. Estudió Periodismo en la USAL. Ha publicado el libro de poesía Claroscuro y Colorado (editorial Tierra Firme)). Colabora con el Festival Internacional de Poesía de la Ciudad de Buenos Aires. Ganó el premio Givre a la Poesía Joven. Participó en los recitales Primavera en Libertad y Federico García por Bulerías. Trabajó en diversos medios y hoy dicta talleres de escritura publicó el libro Documentos de Comunicación Institucional (EDUCA). Es docente de la UCA.
ggalimi@gaescritura.com.ar

martes, 18 de octubre de 2011

Marcelo Ahumada


LOS ESQUIMALES

I





¿has tenido a alguien

muriendo en tu cama?





¿una pajarera inconclusa?



¿un whisky con vidrios

porque no pudiste abrirlo

con pulso firme?





me estoy haciendo viejo

en la oficina de sal



no camines



si no vuelves

si estas allí

en cama



habrá tristeza

para hacer otro día





la gente se aposta en el camino

les venderé pan

una especie de iglesia ligera

y conversaré



eras de hierro y frío

una piedra translúcida



tiraré la piedra al río

no sigas



me haré transparente

luz pesada

en el fondo del agua



recortado





me armaran sin nombre





como si hubiera estallado

en una persona normal







II







rezo un humo viejo

amontono cosas y domicilios



como si no viviera







en el túmulo

no sé quién

a uno de los dos

no le alcanzó





(te construiré

no vuelvas

creo en vos)



no me detengo

soy una mosca

contra un motel sobre la ruta





contra el cementerio verde

donde corríamos a los pájaros con el revólver.






III



las personas



la lluvia herida



el auto transpirando un oxido tranquilo



venerable como un árbol caído



limpiaré mi casa



me podrás oir detrás del filo de la lluvia



como si le amputaran un jaguar



me querré mucho quizá para fumar

este gajo de despecho

llorar como el prado con fiebre

extenso, manso y extenso



no vine hasta aquí

donde no te encontré



¿ no vivías en Egipto ?



me sentaba en tu cama día tras día

hilando papeles rotos

en 5000 pedazos rotos

para lavarme la cara en el relámpago





Madrenaturaleza

¿tenés lexotanil?

no tengo madre

no tengo lexotanil pero sí tengo madre
no tengo padre

le digo: no tengo madre

aunque tenga lexotanil y tenga madre y tenga esta noche abierta
como un tajo en mi cadáver

no le daré una de mis pastillas

que su noche
le traiga desesperación
y lobos
papeles de la noche

Cayendo

halcones contra las cañitas voladoras
un 31 diciembre eterno

no tengo lexotanil madre

que advenga toda la locura

esta noche
escondo un ejército de alucinación
tártaros ciegos cabalgando

tengo el antepasado de todos los hombres
olvidados de la plegaria abandonada
en un ocio infinito

lascivia miedo furia

antes que amanezca madre
antes que amanezca

he soñado esta plaza

será el final de la guerra

y del árbol y del caballo

iremos pegados de fuego
en nuestra doméstica carcel
y algo indecible morirá

dispararán desde carruseles de invierno
contra las últimas páginas

de cien años, de la montaña, de rayuela
donde secas tu rouge
de maestra de loca de madre de hijo puto

he soñado cinco ancianos japoneses
observando
y un ángel acróbata y desafinado
sentado
sobre tu cabeza

no es necesario misas ni oficios
no hay cielos para nosotros

otros cuentan nuestra fábula
donde solíamos sentarnos
madre
antes que amanezca esta noche
mucho antes de esta noche
y de otras noches

no no tengo madre no tendré nunca madre

II

el día es largo el día no es el mismo día pero el día es largo

no hay pastillas
pero hay humo

algo arde
y no se ve

arde en la oscuridad

un humo
se quema
en todas partes
invisible
como si estuviera en mí
pero afuera
y
está vivo

busco un lugar
para dormir
en mi cabeza

abarrotada de personas
que no conozco

y odio

no hay silencio aquí

pretenden gritan duermen
ebrios

no es el mismo día
ni la misma noche
pero el día y la noche
son interminables

hace frío en la palabra nadie

¿descubrirán que me fui?

no hay llamadas
cartas de despedidas
hay avisos de cortes
y panfletos de televisores de pantalla plana
microondas con guirnaldas
en veinte cuotas resueltas en 0.99 ctvos.

III

estamos enfermos y avergonzados

como los tiempos

devorados por un fuego infinito mediocre y frío

como las tumbas contra la lluvia
recortados en una madeja de aire

gatos al filo del último eclipse del siglo
¿cuánto costarán las botas de aquella vidriera?

inútiles inútiles infértiles vivaces

(¿ por qué el ruido desgarrador
de un kiosco abandonado
contra el viento
piensa en el grito frío
que nuestros bronquios hacen
en el tragaluz de esta vela?)

sin embargo

si nos concedieran crédito
podríamos usar las botas
mientras danzamos desnudos
sobre el césped amarillo

y

milagroso

de esta fuga
sin pensar por qué
por qué nuestros muebles quieren morir

IV

eran tan largas las tardes
y tan chiquita nuestra tristeza

dios era un cristo quemado y derretido por las velas
la culpa por la erección en las misas
ante su temible cruz temblorosa
y cuando llovía sobre la soga
nuestro dios
era solo dios de mi abuela

(nunca habíamos enterrado algo más grande que nuestra perra)

qué será de los niños olvidados
y de los globos que le pertenecieron a los niños

viajaron hundidos
en sus pulloveres miles de años o de segundos
e inventaron las primeras veces de todas las cosas

se mudaron llevando
nuestros ojos y los puños
arreando perros desconocidos
a los que llamaron perros
y jamás tuvieron que cavar
nada para ellos

quizás dispararon al cielo una noche
llena de vientos
para ultimar al dios que moría perserverante

porque dios tambien fue la última palabra

de mi abuela

que la traía para hacer el inventario acordado y reputearlo

V

los pájaros congelados

desnudos

desmenuzados

en la fuente amarilla

que semeja una chata

en la heladera unívoca y vacía

de nuestra comida atroz

dibuja

helados hilos grises

del alimento muerto

del pollo destrozado

crepitando

entre tus manos

antes de caer en la cacerola

formándole un entrepiso

al vaho de la nicotina

y al agua de colonia

(me duele el pie)

debajo mío
miles de langostas o de pajaritos negros
alimentan
un rumor devastador
y estas langostas o pajaritos negros
no puedo descubrirlo
sostienen
el mar de langostas o pajaritos negros
que vas creando
madre
dentro mío

(me he roto el pie
golpeando la puerta
porque quise patearte
la cabeza
madre
como debí hacerlo)

se reproducen las langostas o los pajaritos
en otras langostas y en otros pajaritos
y sus sombras de langostas y pajaritos
en mas sombras de una cosa y de la otra
cubriendo el cielo el suelo y el aire

¿les cabrá lugar
en mi cabeza
su alimento?

¿será como el silencio lleno
los pajaritos o las langostas repletas
de la soja del maíz y del trigo?

(¿no debiera dolerte la cabeza
de madre
mi delirio mi muerte mi patada
en mi cabeza de hijo?)

VI

mi madre muere
en hospitales públicos
de un cáncer imaginario
en sus entrañas antropófagas

los perros ladran
en alguna casa
los mendrugos
en sus ladridos

cuidan un solar
del infierno

(una de las perras mata
al cachorro de otra
muere descerebrado
entre espasmos
en la caja de zapatos de gamuza
que preparamos)

hay tanto sangre en este hueco

palomas inmensas
de coágulos
atraviesan en picada
por el hueco
sus plumas llenas de vidrio
de las ventanas
de nuestra casa

(un sordo zumbido de volcán
Crece
un inextinguible volcán arde

y
tomo pastillas
decenas de pastillas
centenas de pastillas
miles de pastillas
que caen en el hueco
y crepitan en el vaho
quirúrgico
y de paz amortiguada
despegando mi hueco
de su cabeza
y su cabeza
de mi hueco

y llueve seco
plumas de palomas
que no recuerdo
ni tampoco olvido

porque alucino

jaurías de palomas

en fuego y vidrio

VII

que será esta distancia
este abismo sin cumbres
este dolor sin gritos
¿madre?

¿dejaste allí el lexotanil?

nos hará falta

a la tarde

tus perros

tus perros gimen hambrientos

lebreles de miseria

tu trono de nervios

canil de tu demencia

¿no deberíamos morir madre?
a la hora del almuerzo o de la cena
cuando lavas como golpeas
o arrastras y matas

¿debo morir?

ya no hay fotos mías
he dejado de asistir
a reuniones y fiestas
atender teléfonos o contestar cartas
no habrá idea alguna
que fui

(“alzaré mis ojos a los montes
¿de dónde vendrá mi socorro?”)

¿podrás superar los gusanos
y el frío
todo este frío
entre mis uñas en el barro?

¿cuantas horas tarda el sol en llegar a la tierra?

¿y a esta profundidad?

Todo

es olvidable pasajero impune

y

Correr

¿estábamos buscando monstruos madre?

(estoy cansado)

rezas de noche de dia de siesta a la tarde de noche
y en todas las religiones

arrollaste naciones
destruiste enemigos
quemaste sus aldeas
y alzaste contra nosotros
tus malditos pequeños mezquinos
dioses
hijos de puta

(“y los enemigos del hombre
serán los enemigos de tu casa”)

y

perseguiste a perversos

herejes inocentes presos perdidos

a todos los felices y huérfanos

hijos de la tierra cogiendo

(“cometiendo hechos vergonzosos
Hombres con Hombres”)

espero en términos vacíos
sin pasaje avión o viaje
porque la muerte es infinita
e incomprensible
porque la muerte es mía
y aunque pueda percibir el espesor de su languidez
no advierto aún la envergadura de su tristeza

“soy reo de muerte” sal de las tinieblas madre





LA DIÁSPORA DE LAS MARIPOSAS

en la oscuridad
sugiere a los ciclistas en la lluvia
las balas en la nieve
los ciegos en los pasillos oficiales

el aliento demora el paso de las nubes
sobre el rizo
que la tierra hace
en cada animal

en cada suburbio
en cada sol
que prepara su túmulo
porque las cosas se fueron

por el mismo sendero
la casa de nosotros
que los hijos ya hicieron
las ventanas desatadas

la casa arrebatada

prometida






CORTAFUEGOS

(-1)
Por entre los bueyes
las estructuras de las pilastras
el molino
y ese dios sabe qué en su horno
penetra un peso dócil
privado
íntimo
como un pergamino
la voz
esa mujer arrastra con su balde de voz
un agrícola encontrar al sol una decena de pasos marcados
es todo lo comunista que el barro pueda ser
despertar
en patio ajeno
tapando la soledad despeinada con el propio cuerpo cielo abajo
este cuerpo ha inventado las nubes debajo de las camas
para que arrodillarse sea de poeta
y no rajarse
como la urna
esa parcela desollada
por la que aquella mujer supo que otra vez había llegado la muerte
donde insistieron en poner a tus padres
uno al lado del otro
aunque mi madre
aún
esté viva.


I

La madera
los largos troncos en el agua por el río
como niños flotando un pueblo de barquitos
mira ese paraguas transparente de cielo cayéndose
río abajo
como besos en la nuca
esos viejos árboles se disuelven en la espuma
que se quema
tan pronto aparece en más espuma
dibujando
cientos de cartas de amor que arden
en el agua viajando nobles cadáveres
embrujados
los árboles de agua por la quebrada
olvidando los amores que los hicieron árboles
por el que serán venerables muebles tu cama
donde por centésima vez saltas
y me buscas has soñado que te llevan
que te van alumbrando en el aire
que el caballo
que a tu caballo

lo hicieron atolón barco abajo
un mar de arriba te espera
naufragio.










Nota:(1971, Catamarca), editado por el Fondo Nacional de las Artes, El Primogénito por el Suri Porfiado, y Cortafuegos por la Fundación Manuel J Castilla. Premio Federal de Poesía y Premio Federal de Cuentos, Premio Bicentenario, reside en Santiago del Estero.

domingo, 9 de octubre de 2011

Catalina Boccardo



aliento
a kim ki duk



cuando tu aliento
no humedezca el vidrio
la muerte mi amor
cada estación se habrá ido

cuando el tajo la sentencia
te haga callar
un bosque de sangre en la garganta
las estaciones se habrán ido
y quedará el invierno
última prisión

se habrán ido
las flores abiertas en verano
último dibujo del amante

y quedará
tu lengua enhiesta
invierno
una muerte mi amor








el arco
a kim ki duk



1

inmóviles
los dedos tensan un retorno

aérea
suspendida
la desnudez se pliega
en cada acierto

los ojos muerden la elipsis
el arco no dubita
es
su propio blanco



2

humanos
barca solitaria
del límite
su piel

y el resguardo

esta pulsión
flecha tierna
última







hierro 3
a kim ki duk



del golpe 3
su desliz corporal

las manos tocan
una pelotita
en el estómago
dicen basta
o no dicen

es amor_ me digo
luego de observar
algunas posibilidades

que la policía llegue
dónde la morada
mientras el corte
sangra menos

la casa vacía
un buen sitio
y no atiendas el teléfono

por ese infalible enojo
contra tu boca o deseos
que no puedas reprimir

el corte
sangra menos
con su ausencia








la captura

vecindad de sus latidos
subvierte
quita
mujer cabeza de animal
se desborda

y tu captura
del abrazo
una madre
no

la verduga esconde fina cuchilla

tu corazón señor sin dominios
sobre ningún cuerpo





*******



la piel del cielo
despierta oasis
al nómada de amor
Giuseppe Ungaretti




tus ojos encierran
ardillas incendiadas
esta noche como un féretro

vaho ciudad dormida
brazos de águila quieta
rodeo del cazador

tu pico toma en mi pico
la sed de una muerta

puñado oro
entre las piernas
salvación
amor quién puebla la noche

tierra partida
altares
de fuego de cenizas

agonía tu lengua nómade






*******





y cuando el otro en eso terrible
de la noche
desea levantar las sábanas enervar
el umbral
se asimila a una boca exigente

de piernas abiertas
una boca exigente
y desconocido tu cuerpo
desconocido tu corazón

el amor describe sin palabra
la clase de fantasmas que somos
ilusión y agua y fuego
la ternura

cuando regresás
a tomar tu cansancio
desde la puerta cerrada
un leve escozor
la nueva temperatura
los labios se nos parten
dentro está el tiempo
y el tiempo también
se nos parte

cuerda tensa
sensación de una mitad
fabricada

tus huesos me piden

alas rotas
rodillas de animal vencido
mucho más tus gritos
únicos gritos
crean las cenizas




*******




y mi suerte de fruta respeta
arde en tu mano lúbrica y turbada
como una mal promesa de veneno
carilda oliver labra




al mirar cada vez
mancho
uvas vencidas por el vino

(cuerpo de parra
enamorado de las sombras)

¿quién te trae
como una mal promesa de veneno?

quién te trae
anhelo
tu lengua insatisfecha
la mano que arranca

y que no

muero tus labios
fina semilla
límite del sexo amargo

y que no
y que no









herrumbre



el buzo cuenta sus viajes de agua
cómo trocaba peces por ausencia

él dice perennidad
y se nota su costumbre de silencios
hasta me quiere coral inhallable

aunque sus ojos acaban

esmeralda en bodegas esquivas
fragmento de ningún barco








despedida contra pájaros



la estación seca

ni granos
ni hojas

alguien

una lejanía

ofrecida


surcos alrededor
del vacío


sólo insectos fugitivos









signos

1
signos entre los cuerpos solitarios

partieron esas cartas hacia mí

un poco de óxido
porque el tiempo
o el agua de rosas

preñez
encierro de alcauciles
deshoja

el perímetro
tus bordes calientes

círculo mirado desde afuera
de cualquier palabra



2

tres hojas
sobre la mano

aún indescifrables

respiran como sapos
nostalgia de voces y de barro


Nota: Nació en Buenos Aires. Publicó "el jardín santo"-Ediciones en Danza.Tiene
dos libros inéditos y lleva adelante el blog www.adestiempolanada.blogspot.com/

jueves, 6 de octubre de 2011

Jonás Gomez



1

gloria a todo lo que pasa rápido y está vivo

el ritmo que suena en la fiesta es ritmo seco
es un híbrido de hip hop y música electrónica
especialmente sintetizado para la celebración
porque la celebración
porque el track
porque la comunión de gente en el pasto
es lo único que importa

dj lo tuyo es un disco de grafito, dejás
huellas dactilares en el disco de grafito
mientras los que te enfrentan
quiebran pasos en el pasto

no hay nada más puro que las manos elevadas de los que bailan
puede haber intento de conexión
con fuerzas que nos superan
puede haber espíritu
pero la celebración tiene carácter humano

esta celebración es bendita por los cuerpos sin rima de 2pac Shakur y Notorius Big
los 2 cubiertos con tapados de piel y sombreros blancos, con todas las alhajas del caso
los dos sonriendo muy macabro, pero sonriendo
probablemente con algún insecto demasiado cerca
pero están, no en el mejor estado, pero están
y se escuchan las ak 47 del otro lado de la loma
y los que se acercan dejan tributos a sus pies, dejan flores y fotos

que la celebración siga, porque ni presionando con los 2 puños
el botón de pausa del pasacasete de radio Raheem
se para la fiesta





2

la vitalidad importa, las ganas de fornicar importan, el olor
a transpiración alrededor del cuello
mezclado con el olor a perfume floral en el pelo
de la chica que intentás besar
eso también importa

los vasos de plástico rojo pasan de mano en mano
toman de lo que es amargo y forma espuma fresca en la superficie
no hay nada más puro que los vasos elevados de los que festejan
otra cerveza, otro tequila, otro whisky, otra medida de vodka,
otra botella de vino bebida del pico
y pasada de mano en mano
no hay nada más festivo que las botellas elevadas de los que festejan

pasan las horas y la ansiedad no decrece
pasan los tracks y por lapsos el ritmo se hace demasiado intenso
hay que cerrar los ojos, dejarse ir por el bajo saturado,
por la batería electrónica oscurecida
que estalla desde los parlantes

algunos vasos se vuelcan y el pasto
se cubre de espuma amarga
los pasos tienen otra consistencia, otra sonoridad al oído y después,
después que pase esto
van a quedar marcas en el terreno de todo lo que pasó en la fiesta
cuando sea de día se van a encontrar toda clase de objetos dispersos
llaves, condones sin usar, condones usados, anillos, rosarios de plástico y rosarios de platino,
todo lo que tuvo cercanía con el cuerpo
puede ser encontrado en el suelo

pero no todavía, la fiesta sigue se inician conversaciones y se detienen conversaciones
se encuentran manos, codos, algunos vomitan atrás de las palmeras
yo todo fluye y la multitud irradia la luminosidad de la energía física
es un momento de energía privada
confluyendo en el caudal de la energía colectiva






3

hay una pausa y el dj retoma el control con un set de los ochentas
los ochentas,
los ochentas fueron los años en los chicos blancos
tenían que viajar en tren a Brooklyn para escuchar
lo que estaba pasando con la música que iba a representar el futuro

todo viajaban a Brooklyn
iban en tren, se acercaban a los monoblocks, a ciudad alfabeto, al vecindario de bronce,
eran los últimos años del punk
aunque el punk
no había impresionado demasiado a los afroamericanos

todo era un espectáculo para la vista
las competencias de breakdance se daban en plena avenida
hombres y mujeres girando y contorsionando sobre cartón
o directo en las veredas
se veían los relojes de pared colgando como collares
zapatillas blancas radiantes
esos también fueron los inicios del bling bling
y de toda la artillería de la vieja escuela





4

pero eso fue antes y esto es ahora
desde alguna parte de la propiedad
llega corriendo un enano importado de México
corre y grita con un rastrillo en la mano
choca contra el tronco de una de las palmeras
y cae de espaldas

los concurrentes lo levantan
alguien le coloca una corona de plástico
lo elevan al nivel de la realeza
y por lo que queda de la noche
todo dicen:
que viva el rey, larga vida al rey






5

en un momento de la noche
algunos se alejan del sector en el que suena la música
para los que están ahí por primera vez
el encuentro es un hallazgo en todo sentido:
la pileta de dimensiones olímpicas
y el agua sin una hoja flotante

nadar de noche es una actividad pacífica
sumergidos
en el agua oscura
el bajo se escucha amortizado por el medio líquido

el agua está un poco fría
pero la sensación en la piel es estimulante

un remix:

fueron saltando al agua desnudos
fueron soltando los anillos y las cadenas de oro
y todo lo que podía brillar
era estrella
todo lo que era de carne
era planeta

segundo remix:

sumergidos en el agua, los cuerpos
eran planetas
las cadenas y los anillos de oro
astros que pasaban de mano en mano

tercer remix:

zapatillas nike blancas
flotan
en el agua oscura de la pileta

el vaivén las mantiene rectas, no se hunden
la única parte que toca el agua es la suela
el resto se mantiene seco
como si pies humanos
estuvieran sosteniendo la postura ideal
en la que debe ser portado el calzado







6

es verdad, las estrellas de la fiesta ahora lo tienen todo
a nivel material tienen todo lo que necesitan
y más
pero si ahora están en la cima, si fueron coronados
es porque antes pasaron tiempos de privación
de dormir hacinados con el resto de su familia en colchones con olor a meo rancio
la piel perforada por pulgas en verano y en invierno
años de subir y bajar las escaleras vomitadas y esquivar o iniciar peleas

y por detrás de todas las estructuras, como sonido omnipresente
el gong de bronce.
cada día, al mediodía
el dj hacía sonar su gong
y existía la posibilidad de que todo dejara de existir en ese instante
así que
hicieron todo lo que tenían que hacer para sobrevivir
y llegar a más

nadie te puede vencer si tenés el estómago lleno de comida
y provisiones en el refrigerador
siempre hay que tener pavo, salsa de arándanos, cerveza y coca cola
por si llegan invitados o para abrir la heladera a las cámaras de televisión, hip hop star.
hay que hacer lo que sea para asegurarse que el dinero siempre va a estar al alcance
para ser doblado en el bolsillo, en fajos gruesos
para invertir en camionetas, autos tuneados, una casa en la colina
para sacar a toda la familia del gueto.

y todo eso está ahora, el bienestar es real, pero antes
en el vecindario del gong de bronce
los muchachos se asomaban a las ventanas de los edificios
y desde alguna parte del complejo
llegaba la vibración del gong
y el sol
liberaba su óxido a las fachadas de todos los bloques

cuando el gong vibraba más fuerte
la gente se alejaba de la calle
el rumor que se transmitía era que el sol podía derrumbarse
caer en el parque central
y arrasar con todo el complejo habitacional








7

nadie conoce la cara al dj del vecindario de bronce
podría ser cualquiera
podría ser ese adolescente asiático que barre en el minimercado
podría ser ese afroamericano que camina despacio y habla solo casi todo el tiempo
podría ser ese chicano que vive con la cabeza cubierta con capucha

podría ser alguien rapado, con gorra, dreadlocks, afro, pelo corto, largo, podría ser cualquiera que camine por las calles del complejo habitacional
cualquiera de las torres doradas puede albergar a alguien con un nivel de talento de esa magnitud, de esa proporción
porque hay que tener talento para presionar los discos de grafito
hay que tener una mano especial para hacer sonar el gong y que en el sol
haya una réplica sísmica de lo que está pasando en la tierra

¿qué clase de música se puede hacer en el sótano de un edificio?
música de ladrillos, de bocinas, música de automáticas, música de vigas de hierro, música de puente, música de saltos en el concreto, ritmo de aerosol, música de soga que hace fricción en la calle, música de canchas de basket

¿qué clase de música se puede generar en un ambiente dentro de parámetros?
el dj tiene que pasar horas encorvado sobre sus máquinas
enchufando y desenchufando cables, ejerciendo presión sobre los vinilos de grafito,
con el oído muy cerca de lo que pasa en la bandeja
en un trance equiparable al trance masivo de 10 lamas tibetanos
conectado con la divinidad del sonido, conectado con la aguja
que recorre el perímetro circular y arrastra música para pasar el día
o para samplear
un fragmento y amplificarlo, amplificarlo y atacar el vecindario






8

Branford Marsalis dice: el jazz cita otras canciones
el hip hop toma muestras de otras canciones y las incorpora a su propio esqueleto

cuántas capas de sonido pueden sumarse en yuxtaposición
para formar un track de 3 a 4 minutos
cuántos sonidos pueden confluir en el festejo

el sonido de un instrumento puede ser intervenido
manipulado a través de filtros, saturado, dilatado o expandido
para que llegue a los oídos con otro espesor

no se puede describir la bomba que suena en este momento
no se puede
porque se puede hablar por horas de lo que pasa y pasó esa noche
pero si no estás con las zapatillas húmedas por la cerveza volcada
si no estás sumergido a oscuras en la pileta
si no estás con las manos en alto, entregado a lo que estalla desde los amplificadores
no sos uno con la festividad

o quizás sos de los que se pasean alrededor de la multitud
pero no se mandan
quizás sos de lo que caminan por ahí
repitiendo: epifanía, epifanía
para después contar lo que viste, escribir lo que no viviste

todo puede ser contado de muchas maneras,
los datos falseados, ubicados de otra forma
la historia puede ser contada de vuelta alterando el orden de los momentos
los detalles
se puede hacer un remix de las bases que se repiten
de las palabras que suenan bajo desde tu boca
se puede apoyar el pulgar en la tinta con la que rimás en el cuaderno
se pueden rayar los caracteres del archivo Word
ninguna historia es pura, ninguna manifestación del lenguaje es pura

si existe algo puro
eso es, eso fue
la posición de las manos en alza de los que bailaban
las manos elevadas y los cuerpos alcanzados por la celebración
y la gloria
de todo lo que pasa rápido
y está vivo


Nota:Jonás Gomez nació en Buenos Aires, en 1977. Participó en diversos talleres literarios. Editó la plaqueta Zorzales en Munro, que forma parte de la colección de plaquetas de PLUP. En el 2010 publica Equilibrio en las tablas, primer premio Estación Pringles, a través de editorial Mansalva. Participo ademas en una Antologia llamada Si Hamlet duda le daremos muerte, editado por libros de la talita dorada. En el 2011 publica El Dios de los esquimales, por Ediciones Diatriba de Santa fe. Sus textos pueden leerse en el blog jonasland.blogspot.com.

sábado, 1 de octubre de 2011

Sergio Bizzio


El reflejo de las hojas

Se va la primavera, y veo eso con buenos ojos.
Va de nuevo: la primavera, veo eso
con buenos ojos.
Y estudio
el reflejo de las hojas en ese aro redondo
que cuelga de tu oreja como un diminuto gong
encomillado; traduzco:
las hojas de los libros
por donde pasa también la primavera,
libre del deseo de agradar.

Hay, además (retórica pura),
un cuerpo incapaz de hacerse evidente
al que llamaría “sombra de cada cosa” o “sombra
de cada estilo”. ¿Qué es? –Quién sabe…
Pero ella siente que una mano desgarra su vestido.

Lilas y lilas
y todo concluye a su modo.
La forma de la casa avanza
entre flores que se mueven en dirección a la noche
buscando los rostros que tenían
antes de que el mundo fuera hecho.
¿Es divino?

Quizá.
Pero qué raro, entre estos espinillos,
llamarse Bizzio.





Cóctel

Nada justifica que yo corte esta línea en dos, pero
fui a sentarme y se me vino encima el sillón.
“¿Pensarán que soy surrealista?”, me dije.


En ese momento decenas de poetas
intercambiaban sus muertes, sus cisnes, sus mercados
(¿qué más se puede hacer
cuando se escribe mal?). Resbalé todavía
unas cuantas veces más
tratando de levantarme, siempre sin gracia,
mientras unos relámpagos firmaban el cielo en el jardín.


¡Qué vergüenza!
“Salir y que haya afuera, salir y que haya afuera”,
no pensaba en otra cosa.


Una mujer (con los ojos ilustrados por la tormenta)
lanzó un brazo sobre mis hombros como un boomerang
y me preguntó si estaba bien.


Me dejé llevar. La lluvia, fina,
nos cubrió en el primer escalón.


A mitad de trayecto un grillo saltó sobre mi cara:
“¡Tenés que creerme, yo también soy de allá!”.


Chocamos -al pasar- con el dedo extendido
de una estatua, rompiéndolo.


Ya en su auto, un auto pálido, impecable,
los seguros se activaron.
“Discutamos, mi amor,
ahora que ya no somos libres,
ahora que ya no hay nada que decir”.


Entonces (entonces) reaccioné.
Seguía en el suelo.
(¡Ah, qué modo éste, qué maneras
las del presente sin el ruido de lo actual!)
“El piso de esta sala debió ser locamente lustrado
para que un sillón se comporte así”.


Nota: nació en Villa Ramallo, provincia de Buenos Aires.
Publicó las novelas El divino convertible (1990), Infierno Albino (1992), Son de l África (1993), Más allá del bien y lentamente (1995), Planet (1998), En esa época , Rabia (2004), Chicos (2006), Era el cielo (2007), Realidad (2009) y Aiwa (2009); las obras de teatro “La china” y “El amor” (Dos obras ordinarias, 1995), en coautoría con Daniel Guebel, y Gravedad (1999). En poesía Gran salón con piano (1982), Mínimo figurado (1990), Paraguay (1995) y El abanico matamoscas (2002). Recopiló su obra poética en el libro Te desafío a correr como un idiota por el jardín (2008).

lunes, 12 de septiembre de 2011

Mauro Viñuela


Balbuceo

Te han puesto a infernar en el darwiniano cuerpo homo sapiens
a fuerza de atavismo erguido dando saltos de monos
hasta este instante por entre los yuyos de los milenios y su sangre
te han puesto a infernar ante la cruz tribal
incristalizable que husmean los simios martillo en mano clavos
entre dientes te han puesto a infernar bajo el yugo que carga
lo inconcluso todas las horas y los días de la historia del instinto
del instinto de la historia pequeño buey los próximos muertos
te dominan te han puesto a infernar en la platónica fosa
caverna ahora invertida llamaradas indican que tu prisión
se extiende mas el encierro es fuera y a nadie
provoca tristeza ya esta tragedia es más no hay
testigo ínclito sólo fruición de las almas en sus hogueras.





Francisco Madariaga

En el estero de ondulaciones antiguas
aspas estropeadas hacen girar sus molinos
jaguar de apariciones salta desmemoriado en su miel arenosa
el junco pararrayos de tu infancia (veo a la Historia, hechizada en giros sobre un camalote)
entre los pechos de las mulatas amamanta otra orilla su porvenir dulzura
un yacaré cruza rápido el plano en perspectiva las hermanas vías gemelas desdeñando
el retorno del tren casi fluvial
mis viejos caballos se desploman en el corredizo cielo de las aguas
beben el arcoiris su expresión vanamente fragmentada
Y yo, el habitante ilegal del mundo, piso las fluctuaciones bellísimas
el sedimento espectral reclinado sobre tu poema, como quien halla una Patria.







EJERCICIOS CON ANDRE BRETON

Para que puedas tomarlo el aire no tiene camino
a quién se le ocurriría un Cristo enviado por Zeus
Para fulminarnos el no destino fomentan y castigan
me recuerda nada es sagrado todo debería serlo
todo es sagrado nada podría no serlo
Qué bonito, lo olvido
El rayo cayó
Sísifos de la llanura cloacal rastrean piedras como mujercitas

Qué bonito: adiós, nada, nos retiene

Aquí la enredadera excursionando a golpes de ataques de pánico
agarofóbico el pozo a borbotón puro enajena su agua
Milosz que a nadie ha dicho que espere
como un loco parapentista nocturno descendiendo frente a tu casa
Estrella estrella fija y faroles del siglo luz
fogonazo guía guía justo a mi zumbarme el murciélago espectro
Qué bonito me recuerda al filósofo medieval encomendado a la providencia

Noticiero: un rayo cayó sobre la nuca del pastor

Tan pronto comienzo a callar Sócrates muerde el doble filo de las estrellas
Yo mistifico el centro de la tierra qué analfabeto nunca podré leerme
La hija del rey miente para ser ella misma
La hija del bufón miente para ser ella misma
Tantas estatuas me recuerdan el esclavismo griego
-Es nada qué maravilla vos que clase de nada sos
-Ya no hay números para servir la cicuta vuelva mañana madrugue por su identidad
Fabula quien dice lo que es un siglo

Yo he perdido todo el tiempo
Qué bonito cuidado no me recuerda nada

El astronauta añora a su perro
y mira con ojos lascivos sobre la grieta de nuestros sueños
Al diablo con los revelados de una hora
Llegó la mesera detrás del escobillero del supermercado
luego el conductor de locomotoras
todo siempre entre pornográficas nubes
-Adiós Marta adiós Sonia esto es una orgía en pequeñas cuotas
el periodista curandero de la realidad
no lo señalará en su crónica
Luego detrás del hongo ascendente
arribó el ejército surrealista
el estampado prócer reía al fin sobre el billete
Justo antes de la colisión todos mentíamos para chocar nosotros mismos

Ah esas rocas siempre inspiradas

Enteramente justo el azar nunca salió de su pueblo y conoce su valor
no así la moneda circulante
En el estanque del universo las aguas se llaman calvario
Se anuncian tormentas aislantes para lo que resta de la historia
Pronostica presunción de anonimato la caravana de maniquíes
El ángel sobre la tranquera puso candado a sus alas
advirtió el cristiano león al acecho del estacionamiento
Qué bonito
me recuerda un cerdo masticando el aire frente al abismo
No es digno pescar hombres dijo el poeta
y todos respiramos bajo su red

Perfecta perfecta la corrección del fuego

Un día un nuevo día
Adán y Eva ascienden desde un volcán
Diré el remo al desfigurarse bajo el agua la dividió a ella
Un terremoto agrieta el cielo diré
Ignorar no es certeza diré
Esos frutos madurados hacia nosotros de frente quién tomará
Dios mío si al menos te dejaras respirar como un lugar abierto
Qué ilusorio me recuerda una barca girando sobre sí misma
en la lontanaza

Lo que nunca existió un día va a matarte diré

Hay mortandad de nubes sobre el rancherío topo
en la aduana suspenden importación de espejos
qué bonito los ciento ochenta grados del camalote bajo la recta del cielo
-Cómo habrá llegado el ojo al resto del cuerpo
así ocurre con la quieta espiga nula movilidad
hasta los peces se volaron para que nada sea perfecta

Me concierne todo lo que nadie mire diré

Ningún arca frente a la inundación de desiertos
Los que prejuzgaban a Walt Whitman quiénes eran
Los que juzgaban a Walt Whitman dónde están
Combustible-sangre nadie hace girar al mundo
un gran hombre dialoga con la historia en un confesionario
Diré ya nadie es responsable ya nadie irresponsable
trémulos todos baja escarcha y ella simula su muerte como comadreja
pronto la hallarás en tu gallinero

Misil misil ancla del mundo
Siempre se abren los poros de la noche para que impactes profundo

El Mío Cid frente a un semáforo en la estepa

A qué viene tanto misterio a qué a qué
El poeta y la rata toman su cebo en paqueñas dosis
y el día es inconmensurable
y el tirante del día es inconmensurable
Piedra de toque túnel que todos arrastramos
Muerte culminación de lo singular concreción del lo singular
Creo en el espíritu santo ergo niego el espíritu santo

Qué bonito conocer no es certeza
Qué bonito qué manera de tenerte en pie muchacha
-Si quieres claridad retorna a la mierda
-Sólo quería dormir mas estaba colmado de pesadillas
-Resúmen: todas palabras solares

Se te hace pagar más allá de tus días
A tus días quitan horas
Qué verguenza te hacen pagar su propia historia
Qué injusticia cobramos de contado nuestros errores

A qué a qué tanto misterio y ese gran diccionario agusanado
la muerte y ese gran ventanal sin cortinas

Qué bonito negar no es certeza

Para mí el mono y la goma antirresbalón bajo la ducha
sa parecen
Para mí la única huella respetable te hace señas en el futuro
Para mí no hay trenes que toquen un mismo riel
y nadie sabe lo que es una vía
Para mí es sublime la piedra del muro de Troya digo nunca fue traspasada
Y el círculo de baba del sapo que espanta a la serpiente
Para mí son más bellos que Helena

Qué bonito me recuerda todo amor transcurre en la edad heroica
culmina en un génesis
Apareció la mañana como una vieja prostituta paranoica abandona su cuarto
Espejan noches en la vereda
Ya lo sabes el ingeniero calculó mal se hunden hasta los toca ombligos
Ya lo sabes Babel ingenua apenas hasta la altura del malentendido
Me recuerda viajo a veces sobre palabras alfombras quién dirá si es mágico
Me recuerda el día aquél no habrá ceniza y nada será juzgado
Lo digo con rigor todo quedará impune
Una araña se atolondra pisa el aire está desnutrida confunde al huésped
trastabilla con aire se enrieda con aire
Diminuto es el apocalipsis verdadero

-Dime cuánto inspiras y te diré quién sos

Para mí la metamorfosis se profundizó
Toda cucaracha esconde un rostro humano que no advierte

Para que puedas beberla el agua busca derramarse

Oh torbellino más sabio que la rosa
Torbellino que se lleva el espíritu que me recupera con la
ilusión infantil
De que todo está aquí para algo que me concierne (Bretón)

Turro, turro, turro... Cuanto más turro mejor (Piglia)
Paradigma-Estiga he aquí la rima nefasta
Ojalá lo hubiera soñado

Ciclotímicos el sol y las nubes trepaban a sus puestos
Quieto el escenario sin embargo las termitas se aturdían entre los tablones
De izquierda a derecha alternados tres ángeles y tres demonios ingenuos
luego más tarde Borges montado en un torbellino
Primera escena todo comenzó a girar qué exacto
Qué bonito
Ciclotímico Noé te subía y expulsaba en cuestión de segundos
te olía como a una rosa vos olías a la cabra dormida
cambiaban las señales parece
locura al fin es una competición de fuerzas
gran demente el huracán lo arrazó todo
tememos a la dócil llovizna ahora
Noé desconfiaba de mis versos
luego lo imitó el gran poeta Platón qué astutos
quién tiraría semillas de caos sobre el caos concedido
quién rebajaría un licor exquisito hecho para matarte

Diré volverán de rodillas al gran altar romántico y allí se descubrirán muertos

La niña lavacopas me preguntó si los nombre se gastan
sí le dije se gastan y son otros. Nadie quiere hallarte. Ya no pueden.
Arca-República Arca-República
en la atmósfera la gran lima quieta de acero estelar
la tierra besa cumpliendo sus destinos
Sólo un Judas puede hacer cumplir un destino
Sólo un Judas es valiente y noble por sobre sí

Qué pobre la adivinanza
el ramo de rosas dobló la esquina desmemoriado
zigzagueaba entre el smog y las flechas de billetes
contradicción: yo juntaré todo pétalo caído

Turro, turro, turro...

Erdosain, perdón...
André un pétalo desluce al tocar la hoja
un griego comanda la nave del viento
somos la vela usada y la grieta de la vela
El barco es nuestro a nada tememos
Al vigía envuelve la sumatoria de todas las cosas
más la negación de todas las cosas
qué valor nunca en naufragio a D I O S deletreó
qué valor en el negro fondo del océano no reclama luz y nunca reclamó

Esto me recuerda la tiza tirada a la zanja
Un naranjero que yo solo vi morir solo
La plaza la iglesia el cuartel la infamia la misa más infamia
André vos me llamabas en mil novecientos cuarenta y yo no existía
André vos me transportabas de triángulos a círculos yo no existía
de círculos a torbellinos yo no existía.


Nota:Resistencia-Chaco(1971)Ganó un premio de la fundación antorchas. Publicó "Murales Sumergidos", mediante el Grupo Editor Latinoamericano, en el año 1993,con el nombre de arte Mauro Azcona. Desde entonces no participa en concursos, ni volvió a publicar.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Eva Murari



Quiero decir poquísimo, una espuma
que cubra apenas el agua cristalina
el agua blanca sobre la piedra negra.




Escribir en la computadora,
en una Olivetti lettera.
en un cuaderno con un lápiz Staedler negro HB,
con una estilográfica,
con biromes Bic de colores.
en la tierra con un palito.
con el dedo en la arena,
en un vidrio empañado,
en el agua,
en la piel de alguien,
una palabra secreta.






En primavera una bici liviana,
veloz con viento propicio,
unas botas con tiritas,
un pañuelo al cuello,
los jazmines del país,
las primeras comuniones,
las tormentas rosadas y violentas,
el perfume inquietante
de las acacias de Constantinopla.




En verano tomar helados,
ir a la playa,
andar descalza,
leer novelas interminables,
comer cerezas,
pasar las noches tibias en el patio, con amigos
caminar de la mano.




En otoño andar transportada por el cielo liso
y los árboles encendidos,
la lluvia mansa y las mañanas perezosas,
el perfume del pan tostado
y del café recién hecho
y los primeros días de escuela.




En invierno las poleras,
los gorros y los guantes
suaves y ceñidos,
los guisos bien picantes,
contra el viento sentir la nariz fría
y los anteojos empañados,
tejer o leer con el sol de las tres de la tarde
entibiando la sala,
desde la cocina un perfume a dulce de membrillos.







Me acerco a este libro como a un animal quieto
y taciturno.
Acaricio su piel lisa y las páginas
todas juntas con el dedo pulgar
se mueven en abanico.
Lo vuelvo a cerrar y empiezo de nuevo:
lo acaricio.
Después hoja por hoja
sobre la esquina superior derecha
apoyo el pulgar en la página,
con el índice sostengo la esquina,
en un movimiento suave doy vuelta la página,
apoyo el dedo medio y después la mano entera.
Entonces la mano izquierda:
el pulgar sobre la hoja a mitad de la página,
el resto de la mano apoyada en la tapa.
La izquierda con el pulgar
en la parte superior
de la página derecha
se prepara
para el próximo movimiento.
Y ahí recién el libro
lenta,
tímidamente,
comienza a hablar.









El último día del año la luna llena,
el mar,
el ruido del viento.
Un vestido que me gusta,
un par de aros nuevos,
un sweater prestado.
Una puerta abierta
y doce deseos para pedir.








El perfume de una flor amarilla
que crece entre las baldosas
el mismo de cientos
de flores
en el campo
de la primera flor que descabecé
para quedarme en las manos
ese perfume pegajoso
algo acre
del verano.









La ciudad se vuelve amarilla,
blanca y celeste
en la luz de la tarde.
Abro la ventana.
Miro un libro de Hopper que me prestaste
y pienso que tal vez me presientas
sentada en el sillón
a través de las cortinas que la brisa mueve.








El sol ya secó la lluvia de anoche,
los árboles resplandecen y el aire se adensa
con un perfume pesado de pinos, pastos
y flores amarillas.
El Napostá parece quieto,
sin embargo se mueve en pequeños círculos
y también de izquierda a derecha desde donde escribo.
Y no, la ciudad no es fluida
como no es fluido el Napostá,
tiene como él un olor descompuesto
pero por debajo y entre las algas
un movimiento lentísimo se puede ver
cuando pasa una hoja.








Los últimos días de marzo

27

El sol desde las persianas
enciende el borde de las cosas.
Es mi regalo
por levantarme temprano.

28

Todavía conviven en el placard
las soleras con los sweaters,
las sandalias con las botas.
Sin embargo el verano se va,
y pienso en la playa cada vez más lejana,
mientras mi piel va perdiendo el color
y lo único que me queda del verano
es una tobillera con cuentas amarillas
verdes
rojas.

29

Una música de piano,
el perfume de una torta en el horno.
El ganchillo va y viene
trazando una grafía misteriosa.
¿Le dirá a quien use esta boina
algo de la tarde nublada,
de las cosas que me dije en silencio
mientras tejía?

30

La mañana crece en mi habitación.
Lorenza duerme sobre la biblioteca y yo sigo en la cama.
Virginia Woolf habla de la luz y las olas
una mañana en St. Ives.
Después dice:
"Tengo la impresión de que al escribir estoy haciendo
algo que es mucho más necesario
que cualquier otra cosa".
Me levanto.


Nota:Eva Murari (Bahía Blanca,1974). Es profesora en Letras (UNS). Publicó Violetas (Ediciones VOX, Bahía Blanca, 2003) y Tres (Cooperativa Editora El Calamar, Bahía Blanca 2004). Formó parte de las antologías Bahía Blanca, la ciudad letrada (Co-edición Ediciones Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, Bahía Blanca, Gobierno Municipal, Buenos Aires, 2004) y 23 chichos bahienses (Ediciones VOX, Buenos Aires, 2004). Algunos de sus textos inéditos pueden leerse en www.undiarioposible.blogspot.com

miércoles, 7 de septiembre de 2011

María del Rosario Sola



Coyoacán
Inédito 2005


Dolores, Marina , Blanca. Les prometí contar lo que pasó aquella noche en que nos despedimos en el bar del D.F. ¿de qué nos despedíamos? De nada y de todo. Bueno sería que nos pasáramos la vida despidiéndonos de lo que no nos sucede. Este lugar es el infierno dijo alguien, que además se reía mientras empujábamos las sillas al pasar. Se equivocaba. El infierno seguramente es mucho peor, pero las mesas estaban demasiado juntas y la música demasiado fuerte y los muchachos eran demasiado jóvenes para nosotras y nos miraban estupefactos porque parecíamos gringas y porque tal vez lo éramos.

Igual todos tenían bellos ojos oscuros y sin misterio , cejas rebeldes abiertas en abanico en medio de unos rostros demasiado lisos. ¿Era una rola lo que tocaban unos chicos tatuados al fondo en una especie de tarima gris? No lo se. No puedo recordarlo Si era una rola era una rola atroz, un ruido infernal y pedimos cerveza en jarra me parece, qué cornos, revivir aquel momento en la plaza de Coayacán o por ahí yo ya no se en donde se parece a un ritual ¿porqué recordar esa y no otra noche cualquiera en cualquier otro lado? Porque si que es la mejor de las razones

Dolores, estaba tu hermosa hija y fue ella la que tuvo la idea de llevarnos a ese sitio o a cualquiera de los sitios de esa cuadra que estaba llena como casi todas las cuadras del DF de muchachas oscuras con peinados de pájaros. La noche de México, nos dijo , es todas las noches de todas las ciudades
Tampoco se si es cierto que les prometí escribir algunas líneas sobre lo que sucedió aquella vez en el Encuentro cuando alguien le dijo al mozo : Somos poetas como si eso significara algo y venimos de leer en el Palacio de las Bellas Artes y nos pusimos a reír hasta las lágrimas porque hubo rebelión y todas quisieron leer aquel día y éramos como cincuenta, una verdadera catástrofe y el mozo sonrió, lindo chaval dijo Marina y le dio la dirección a Cristina para que le mande un libro porque le gustaba la poesía.

¿ Era Cristina, verdad? Qué importa , si, seguramente era ella que quien sabe si le mandó el libro al mozo que tenía los ojos tan limpios y tan negros y tan abiertos como todos los otros en ese bar y que daba la impresión de que la ferocidad de ese lugar no lograba terminar de vaciarlo .

Lo que si es cierto es que alguien tenía un libro de Cavafis en el bolso y es cierto que alguna de ustedes me pidió que leyera un poema y tuve que gritar porque la música atronaba y yo que nunca había leído un poema a los gritos y menos que menos un poema de Constantín Cavafis en un bar de Coayacán en donde se toma cerveza en jarra y aunque era absurdo era hermoso y algunos muchachitos, atolondrados por la bebida, giraron la cabeza y se mordieron la boca morada para tratar de entender como era eso de que de las aguas oscuras del Tirreno sacábamos un marinero blanco, muerto y desnudo como se saca a un pez y lo poníamos sobre la mesa del bar de madera barata para que escurra.






VERANO EN MENDOZA 1998
( de El humo de los músicos)


Un serpentario de tormentas negras
arde en el fondo de la caja de costura.
Entonces los olivos de los oleos se abren con el aceite de plata y la pluma descampada.
La vieja música que viene de los libros empieza.
Es el verano.
Entra en la casa a golpes de tormenta.
Alguien prepara la sartén y unta el plato manchado mientras el granizo se derrumba.
Luego se queda inmóvil.
Inmóviles todos en la casa.
Entonces el piso se mece lentamente.
Ciénaga de terciopelo movida por la mano de niña de la muerte que sabe.
Ni juegos, ni revanchas,
ni se asombra y se lleva
al hombre en pijama que mordía la tabla de lavar
rodeado de humos y tabacos sagrados
cerca de la ventana.


FINIS TERRE
( de Coruña Negra, 2001, inédito)


UNO

Tragedia gótica.
Una mitad de nuestros días no valen tanto pero a veces, una hora, una luz blanca, un gusto a sal, parece como si el pensamiento fuera una lluvia de hielo que barriera de un golpe el caldo de humo pardo que bordea las cosas y así hubiera querido que me escuches pensar
si pudieras, pero es tarde.
Hay guerra. A veces es tan hermosa la estela que dejan los trabajos de los hombres al paso de un puñado de centurias que uno queda en suspenso y parece que fuera a comprender. Entender.
Un peso enorme debajo de las cejas.Pero esa única hora pasa tibia y latiendo como una mano humana abandonada entre las medias sucias del funeral del tiempo.

Flota el faro que hizo tallar
el emperador de Roma.
Avaricia y olivo.
El horizonte sube y baja
Luces entre latines.
El piano suena y suena bailando en la marea como el
mono de Zama que golpeaba en el muelle de Asunción contra las tablas.
¿has oído hablar de Di Benedetto?
El piano suena y suena en la orilla hasta que los náufragos
lo tapan con su propia manta de felpa mojada..
Breas y dientes. Resaca de petróleo.
Los marineros tienen miedo y atan
la Santa Virgen al mástil rojo. Rezos en lengua gala.
Muertos a la deriva.
Lenguas hinchadas entre los incisivos.
Tragedia gótica.
“Aten los muertos” dicen,
aten los muertos que se los lleva el agua.

Menos que espuma. Marea negra.
Me extinguiré desnuda escribiendo finis terre,
Una soga, una madera que flota, la baba
de la resaca del mar en la muralla.
No des leche madre que la nieve está sucia.





Todo brilla.
De los dioses
la mortal gelatina

De los reyes la plata de las vísceras.
Escribo con un hueso de
rata en la parte mojada de la arena.







TRES
Que importa si uno va o viene.
¿Tomar agua en la ostra del peregrino para que vea tus ojos? Correos electrónicos ¿Qué podría cambiar? Empieza el fin del tiempo y una mañana al abrir lentamente la palabra nunca llegamos al borde de la tierra. Las aguas caen hacia cataratas amarillas En las chimeneas de las plantas nucleares, que son las copas de ópalo con que beben los dioses, hay conciertos de rock.

Rock de La Coruña.
Hombres de roma de togas carcomidas y manos ilustradas , miran el mar cansados y dicen FINIS TERRE.
Galos sin dientes,
sin pestañas,
de ojos blancos y trenzas de plumas pardas que hacen barcos de cuero .
Casas cerradas, pintadas para los turistas, con viejos tronos con olor a sexo y a sándalo y a sal. Gatos que duermen demasiado y que no quieren despertar.

Viene con sus largas uñas moras el guitarrista ciego.
Con sus zapatos de taco y golpea las puertas, las patea, las llora y las reseca
y les cuelga flores de papel
para que el aire
destelle.

Rock de tacos rojos y perfumes de muerto en el mar.



Manolo Rivas toca el saxo en la niebla, dice y
dice que porque hay niebla no puedes ver bailar a los
que bailan.
Qué idea rara .
Escribir para nadie y hacer música para nadie.
Esto es sólo una trampa para turistas.
Una palabra tallada con el punzón adentro de una sombra.
Una película sepia que trata sobre el fin del mundo .



UNAS LINEAS PARA LUIS VIALE- 2009

Para salvar a Luis Viale del absurdo de una muerte inútil el intendente de Buenos Aires le levantó un monumento. Había entregado su salvavidas a una mujer y tal vez a un niño y se había ahogado en el Río de la Plata. En el monumento, el heroico señor ya hecho en bronce , gozaba de todas las dignidades. Era una obra magnífica y tenía ahora una talla algo mayor a la de un hombre común. El escultor , un artista italiano , lo retrató inclinado en el acto exacto en que estaba por lanzar el salvavidas al agua. El río se ha retirado ya totalmente en poco más de un siglo y en frente del valiente señor se extiende un pastizal y más allá una foresta isleña que los porteños llaman La Reserva . El absurdo amenaza otra vez el destino de Luis Viale que mira el viejo y descuidado pasto con su hermoso ceño crispado en bronce casi negro a punto de tirar el salvavidas. . El río existe, claro , más allá. Para salvar a Luis Viale del absurdo del retiro de las aguas he escrito estas líneas. Ustedes me dirán entonces porque en ese caso no he escrito un poema. Estamos en 2009 y los poemas ya no existen. La poesía existe aun, claro, más allá.




EL VIOLINISTA-
2009


Las algas en la fosa de la vieja roca parecen criaturas vivas. Los hombres se asoman y las miran y algunos saben que esas suaves agitaciones son porque el peso de las galaxias que se alejan mueve las aguas del universo.
El que es violinista comprende que la fosa en el borde del pozo del mar es aquello que él trata de imitar con el sonido. Si el agua no estuviera tan fría, dice siempre, él se desnudaría y se pondría a tocar ahogado en el fondo del hueco con un pie sobre una verde piedra. Se aleja y se tira en la arena mojada al sol. No hay nada en el cielo que no me pertenezca se dice antes de dormir con la mano clavada como un arpón en la línea de espuma.







LA TRISTEZA DE LA SEÑORA DEL POETA-2008

Conocí una vez a una reciente viuda
Se posaba en la silla como un pájaro
Porque ya no quería sentarse.

Habrán llorado a doctores
A policías
A señores de chaleco de oro
Y a puños con gemelos de jazmín.
Pero a nadie han llorado
Como lloran las viudas de los poetas
a los poetas.

No se dignan sentarse
Y menos que menos lagrimear.
Están encendidas, leves, como un tabaco de marfil
Entrecierran los ojos para hacerle sombra a la memoria
Y durante veinte o treinta años
arden despacio
la despedida.


LA VERDADERA HISTORIA DEL PERRO DE LA CASA-2008

Todos supimos, por aquel tiempo, que estábamos vivos de casualidad.
Que el tafetán de la mesa no existía.
Que había que conversar para que todo se mantuviera en su lugar.
El perro, en cambio, no sabía nada. Cubierto con su piel mucho más hermosa que la nuestra a veces nos miraba como un rey observa a sus ministros.




FEMENINARIOLa Plata , junio de 1978
a mis hermanasLos hombres se han ido ya.

Sólo los gatos que bailan
una lúgubre danza
aman sobre el delirio con sus ojos
de muertos prematuros.
Y nosotras,
aliadas,
que fumamos de espaldas a los cuartos vacíos,
unidas por el viejo testamento de la luna,
nosotras,
hembras delicadas como magnolias,
nuevas hasta no amanecer,
nuevas y atroces hembras,
que ornábamos a las plazas
con aquellos perfiles entre el aire,
apenas ya si oímos a los enamorados que nos nombran,
sus lentas voces,
sus lentas y hondas voces
cavadas en el roble sonoro de la muerte.
(dulce abrigo,
sandalia de azúcar,
jaula de azúcar,
labradora de estrellas,
espejo del espejo,
agua)

Hermanas nosotras.
Amigas queridas de elegidas sonrisas.
Enterrar a los muertos
y a los corderos blancos de ojos inocentes como los de los hijos,
matar un corazón para comer,
nosotras, jazmines de la orilla,
en las islas.

Ladran lejos los perros, rasgando
el aire con sus dientes fríos.
Ellos me llaman y besan mis heridas
con sus largas lenguas húmedas.
Suena
el río del tiempo
(agua sumisa, agua negra)
entre las sombras y las bellísimas paredes donde se apoyan las mujeres
del night que sonríen después de haber llorado.

Mis amigas me llaman para ver las cenizas.
Hay una larga ventana
allí nos hemos sentado para que nuestros vestidos brillen a la luna.
Mi cabellera enciende el polvo rojo de los retratos
mientras tragamos las terribles perlas que nos harán inmortales.
¡Eh melancolía!
déjala a ella
veinte años tiene
y veinte años son
sin ver el mar que alza sus guiños a la muerte.
El cielo insomne
espera
y las estrellas perfuman
como el metal con que los hombres hieren.
Porque la noche está hecha
con todo aquello
que nuestras manos redondas no conocen.

Nada amaremos más que estas horas vacías
con las que nadie ha soñado
y que siempre supimos
que no debieron ser.
Es que la noche se cierra con el hierro del tiempo
como una aldaba
sobre un hijo de artistas con los ojos pintados.


SUEÑA, SUEÑA, SUEÑA.
El río del tiempo con su negro ganado
y su cascabel de dentaduras.
¡Oro para los conquistadores!
¡Oro para los altares!
¡Oro! Para mis medias de oro
que voy a saltar la muerte y a comprar un candelabro en la mañana.
El dulce estío, no volverá esta madrugada,
recuerda, empieza el mes de abril,
y hace frío,
mis hermanas disponen las frazadas.
Cambiaría esta noche
por una noche verde,
mi ventana
por un balcón de transparente hielo
prendido de la roca
en la montaña.
Cambiaría esta noche por una madrugada
cambiaría mi sombra
por un caballo que venga de la vida
contra un caballo que venga de la muerte
bebiendo de mi mano.


Caen las rosas que el verano no ha usado,
caen de noche, lejos de los pájaros,
como caen
dos a la luna y otras a la sombra
nuestras sonrisas recién estranguladas,
Hilos
de mujeres que fuman de espaldas,
hebras que tejen
el recién descubierto medrar
de la filosofía.
Ya los hombres se han ido
y nadie cuidará
mi corazón despedazado en esta noche de mal cielo.
Ya los pechos discretos de las puertas
no guardan,
ya llegan las noticias,
ya vienen de matar,
ya entran con sus pesados pies rojos
con el polvo de tierras incendiadas
a interrogarme con los ojos neutrales.
Ya llegan . Ya vuelven y debiera estar sola.

Ellas contemplan las barcas de los tiempos
y señalan
algún brillo del aire en el azar del humo.
Veo a mi padre
volver herido en la batalla de los sueños
y a mis hermanos haciendo hermosos hijos
y me pregunto
si el día estuvo siempre a mis pies
quién abre esas pesadas puertas.
Toda la noche ladrarán los perros
toda la noche lastimarán mis huesos
toda la noche preguntarán por ellos.
El corazón en la garganta guardan
El barquero del tiempo
me sonríe con su muela lunar
Ya lo sé –le respondo- es sólo el tiempo.





.
Estábamos en guerra o estaremos
Y las manzanas se helarán sin que nadie las junte
Y caerán los picos
De los pájaros muertos
Y en las canastas sonarán como cencerros.
Moriremos antes de ser madres
Dobladas a los pies de nuestros amantes. Hace mucho están ya las casas vacías.
Tampoco era la guerra.
Tampoco era el destino.
Y en los cajones crece la flor de los misterios.
Toda la noche ladrarán los perros.
Ellos tienen el corazón en la garganta
Y sospechan.
¿Oyes esa extrañísima lengua?
Es el final.
Han llamado María a esta mujer.
Es extraño.
Ella nada ha sembrado
Pero conoce esa lengua lejana.
Mis amigas me llaman para ver las cenizas, hasta una larga ventana
Donde nos hemos sentado para que nuestros vestidos brillen a la luna.
¡Vengan a ver el futuro, la mañana que ríe de nosotras¡.
Tontas muchachas somos.
Tontas muchachas y sin embargo
Hay agua.
También más allá el agua ,
que creímos bella,
se escapa
inútil
hacia esa reja manchada por la espuma
tras la cual
un mar pintado
se lleva nuestro perfume.

Publicado en “MUSICA DE INVIERNO” (1982)

Nota:Nació en Mendoza , formó parte de la generación de poetas que en los 80 se nucleó en torno a la revista Ultimo Reino .Publicó: Música de invierno (1981), El humo de los Músicos (2000) la novela La luz de la Siesta (1999) Antología 1940-1960 de Mujeres Poetas Argentinas de Ediciones del Dock, Buenos Aires , 2004. Es arquitecta.

martes, 6 de septiembre de 2011

Mercedes Araujo



De Viajar sola, Ed. Abeja Reina, 2009, Bs. As. Argentina
Viajar sola.
La travesía no será aliviada.
Nací entre montañas, persigo la hierba
y ansío el desierto.
El desierto iguala a los peregrinos.

¿Y a las peregrinas?
A las peregrinas nos mueve la luz
que se desplaza.

***

Píldoras para la malaria, el cólera y la fiebre amarilla
un poema antiguo me indica adónde voy:
“una hiena presa con una correa, un pedazo de carne,
un poco de agua en un vaso puesto junto al fuego”
con el hocico cargado digo mis oraciones
-como una hiena-
mi bendición es mi maldición.

***

El cazador me visita en sueños.
Está apurado, cosas urgentes lo llaman.
Antes de partir me guía hasta los pájaros negros:
se cuelan entre las rejas y roban alpiste.

***


"Deseo tanto tener noticias tuyas"
esa manera pulcra de decir
"deseo tanto tener noticias tuyas"
si dijeras por qué te fuiste
por qué estás trepando
el monte Kenia como cabra.

No trepo el monte Kenia como cabra
soy un carnero vuelto de espalda sobre la piedra
tengo las patas y las manos atadas en ángulo recto
y espero paciente que alguien me dé un nombre.
Quisiera llamarme como un río: Cumene
Cumene es apropiado para renacer.

***

¿Pensaste como el elegido en ser inmortal
hablar swahili
regresar a la orilla
flotar sobre la hierba?

Otros viajeros conversan
no encuentro el momento para decirles
cuando navego soy carnívora, gritar
trepada a la vela, carnívora
ojos de chita furtiva, sanguinaria y cansada.

***

En ese extraño lugar llamado
cocina del infierno
el aire sobre la piel es ráfaga y arena
en ese extraño lugar
una gruesa montaña
se volvió garganta por la erosión del viento.

En ese extraño lugar, tener conciencia
de cualquier paisaje es doloroso
porque se ven las cosas por primera vez
pero sobre todo porque decir así
el lugar roto por sí mismo
demora la marcha y nos hace resbalar
cuando lo que se quiere es huir.


* * *

A mordiscos, dando coces
busco un árbol en la hierba
ancas rebosantes
al borde del río
rayas sobre la estepa
a mordiscos dando coces
con una pesadez que no es mía
a mordiscos dando coces
esa tarde
apacenté entre cebras dispersas
resoplando con esa
pesadez ajena
y volví a decir "dioses cebras"
a mordiscos dando coces
con el cuerpo vendado
hice movimientos inútiles
tensé músculos sanos
hasta el extremo.

***

Vi lo que vi
una jirafa con pestañas de mujer pisando
sus patas derechas a un solo tiempo
turbada, resoplando y turbada.

Una hembra a contraluz del sol
ofreciendo sus ojos.

***

Vi lo que vi: movimientos furtivos en la hierba
cuatro leones atraviesan la bruma
allí en la nada donde las plantas cambian
un bosque que luego es pradera
y nuevamente un bosque.

No me defendí esa noche ni la siguiente.

***

Vi lo que vi
cráneos de elefantes con memoria
hombres lince, mujeres con velos como murallas
una cafetera árabe en una plaza
custodiada por pastores.

Todos los animales tememos a otro.

***

Cuando la chita alcanza su presa y la mata
no puede devorarla ni tampoco defenderla
cansada se echa a un lado y respira
profundos y agotados jadeos.

La luz le besa primero una mejilla
luego la otra
la sangre que maquilla su hocico
se vuelve cárdena, rojo turgente
púrpura y después naranja.

***
Las hembras cazan de noche
esperan y clavan colmillos en garganta
en épocas de celo las hembras
tenemos el pelo brillante
en épocas de celo cambia
el sentido de las palabras
en épocas de celo puedo
quitarme el velo, partir de viaje
brillar o permanecer
-el ritmo es el mismo en cualquier música-


De La isla, Ed. Bajo la luna, 2010, Bs. As. Argentina

Las sombras, las palabras, han cambiado
el tigre camina entre peñascos
y riscos, es príncipe del pelo blanco,
yo le digo el capitán de los tigres,
hay otros que son manchados, pero estoy
tan cerca de mí que no sé si creer en lo que veo,
si cometo un error al distinguirlo
de algunos que tienen piedras rojas en el lomo,
piedras como manchas.
A eso de las seis de la tarde
el gato hunde su cuerpo en el agua
la sangre se le agita
y la flor de la glicina se enlaza a palos secos.


Nota:nació en Mendoza en 1972 y vive en Buenos Aires, Argentina.
Obtuvo los siguientes premios: Segundo Premio del Certamen de Poesía Joven, Mendoza, con la obra Bocetos barrocos, 1993. Selección de diez poetas jóvenes, Fundación El Libro, 2000. Tercer premio del Fondo Nacional de las Artes con el libro La isla, 2010.
Publicó los libros de poesía Ásperos esmeros (Ed. Del Copista) 2003, Duelo (Ed. En Danza) 2005, Viajar sola (Ed. Abeja Reina) 2009 y La isla (Ed. Bajo la luna).
Sus poemas forman parte de la antología Poetas argentinas, 1960-1980, Ed. Del Dock y Hotel Quequén I y IV.
La novela La hija de la Cabra ganó el Primer Premio del Fondo Nacional de las Artes y será publicada este año.
Sus trabajos se pueden leer en el blog, cartasdesdeeljardin.blogspot.com

lunes, 5 de septiembre de 2011

Paulina Ailín Aliaga


Zurrar la celestina

Nunca fuimos catequizados. Lo que hicimos fue el carnaval.
Oswald de Andrade


Voy a creer que no hay la verba
clara de la redención
que no hay
no habemos una celestina
que nos lleve.

Mejor.

Una deconstrucción
y un mejor entrenamiento
para estas ladinas urbes

para qué
preguntan los hijos
de mi tiempo
no les voy a responder

Acá se trabaja y se canta
el día
no nos sentamos
a pensar
en las palabras
nos sentamos a mecer
el universo
en la rodillas






Hijas del desmadre


Hermanas,
hijas del desmadre
y el hambre, con su destino inconexo a las vitales del sueño que ay, atraviesa
carretea hecha rezos y andinas excrecencias a las hechiceras, las hijas del error, las
madres.
Las últimas en esperar que el sueño le arrebate el pudor a sus niñas. Las inconvencidas de la muerte y el dolor. Las que se cuecen a fuego lento en las madrugadas cortando la luz a la fiebre.
Mi madre acaparó la misión de desvestir a los santos de su linaje, y echarles fuegos fatuos encima para que chorreen sustancia las falsas deidades falsas etéreas falsas.
Mi madre conminó a las prisiones de la carne en mi a que dejáranme solita que ya iba yo a aprender, aunque doliese, a emanar insanidad de estrellas, baile, soledad de serpentina.
Mi madre es una tigra pájara indócil y arrulla con insidia la palabra agua, la palabra cielo, la remota savia de sus cleros personales.
Mañana abro el pecho a mis navidades únicas, mis rezos, mis misitas de imprecación sabrosa y entran sin que yo tema, porque mi madre auscultó la tierra y atrapó la luz de las guerreras naturales.
Madre me hizo fiera en camisón
hija líquida tierna de la carne viva del mundo.
Curandera:
desmadre tu corazón.






Sangre de pozo

Campos minados
de arroz
de mentiras
afán de lucro, rosácea
en la mirada.
Cortejar un dios ausente
rasgar la piel del canto,
todo eso quise hacer,
¡y no he podido!

El sol hincándose en mi
cuello
matándome el estío
en la sien
para saberme
y yo…!
Desvestir al sol
canalla sueño
para que vea la orfandad,
sangre de pozo
vagando en las costillas
el mal olor, la fiebre
el tiempo que empezaba
a no caer
hasta que vino el cielo
y lo enfrentó.

Parece que odiara a la deidad.
Lo que sucede
realmente
es otra cosa.








Lo limpio


¿No ves cómo se lava la tierra
ante mí?

¿No ves los granos de arena
asemillar la piel de desgano
calentar el músculo,
filmar
la escena del sol

con los reflejos del ojo?

La lavo yo.

Yo revoleo tierra, arena; agua:

le hago la danza al desierto
y se moja entero de adentro; del fondo
de abajo:

llueve
de sur a norte
en los sueños, y en la realidad.




Nota: nació en la ciudad patagónica de Comodoro Rivadavia, el 7 de septiembre de 1985. Es actriz, poeta, estudiante de Ciencia Política en la UBA, y creadora de la productora teatral Musas en Taparrabo. Reside actualmente en la ciudad de Buenos Aires.

lunes, 29 de agosto de 2011

Alberto Muñoz


TREN CRUZANDO EL PUENTE DE HIERRO
Por el río Las Conchas llegábamos a Bella Vista.
Cruzábamos el puente de hierro tragados por un
palacio de canciones y gritos.

Sólo el olor a huevo proveniente de la canasta
de mi madre me devolvía a las ropas: el vagón se movía
como una yegua nerviosa en las murallas del tábano.

Nadie soportaba el olor del río Las Conchas
cambiaron su nombre por el de Reconquista.

El puente de hierro separaba el cuarto de los nenes
de la habitación de la abuela que durante la luna se
levantaba en camisón para rezar y orinar.

La luz exterior vivía de los curiosos
y de las oraciones amarillas flotando como abejas
en la palangana de metal.

Viajábamos los domingos. No había obreros colgados
de la caldera sólo mujeres gordas con crisantemos
arrastrando por los vagones criaturas y periquitos.

Mis padres discutían el arte de Virgina Luque
el derecho del matrimonio a no levantar una roca insólita
la manera en que los días se parecían a los clavos.

Nadie soportaba a Las Conchas.
El olor provenía del río Reconquista.
Yo llevaba mi nombre atado a una hebilla
por temor a que hicieran con él los mismo que habían hecho
en el bautismo del Reconquista.

Que de pronto papá o Lorenzo dijeran Antonio o Ferdinand
y mi cabeza girara llevándome indefenso como un pescado
o como un rey turbado por el acero que le acercan a la garganta.

Oh el olor a huevo crudo de la canasta de Amelia me devolvía
al vagón de madera. “ Comamos”- decía mi madre- improvisando
un mantel de mármol sobre sus rodillas

tomates partidos a la mitad y agua de lluvia
para que los soldados abandonen sus supersticiones:

madre si venimos de Las Conchas
por qué Dios me dijo una vez cruzando el Reconquista:
“ Yo soy el camino”.







CAMIONES

No ha sido el mundo una forma de la fiebre líquida.
hijo mío, estás ahí, tomado a tu tren, al lado de un río
que te dice en su tamaño de agua: camiones.

Camiones junto a la azalea blanca.
has puesto una línea sucesiva de camiones; no tienen
otra ruta que tu mínima mano blanca
entrándolos al mundo.
los quitas del desastre.

Qué otro modo hay de la justicia, sino la forma del camión en la azalea blanca.

Hijo, estás ahí, en el parapeto de la monstruosa evidencia; ¡los grillos han tomado la cabina de tu camión!, engrasan sus patas verdes, apagan la luz, rompen la bahía donde ingresa el vapor de los aceites; están cerca de las azaleas, pero ellos creen que son criaturas del budismo que han llegado a una orilla milagrosa...

Oh, hijo mío, ahí estás jugando con tu pala mecánica; mi tractor de lata está a quince kilómetros de la azalea blanca.

¿Llegarás?




AMANDA DESDESIEMPRE

Asomé el cuello por la ventana del tren para
impregnarme de todo lo que habla de viajes.
Boulogne gira como una nutria congelada de
nocturnos, la llovizna entibia su cuna de plumas
sin aire.

No más que seis vagones atravesando la noche,
en cada uno de ellos viaja un fantasma, una criatura
sola, cada cual con su valija y su cuerpo fuera y
dentro de ella. Los que aman la poesía, los que la
reprimen, los que andan entre socorro y socorro,
los que se vienen de si hasta el lugar de sus
nombres.

Boulogne arde como la gasa de un soldado desertor,
apenas el débil furor momentáneo de las ruedas, la
mano escondida en ese cielo accidental, se muestran
como mudos sordos de la guerra, la guerra distinta,
la del perro paseando al anciano y la mujer descompuesta
en la roca sin océano, la noche imaginaria de Boulogne
no tiene océano, ni velas, ni barca, ni muelle, ni trenes,
ni noche, es el todo en un ojo que encandila hacia
adentro, donde no caben los rieles, ni las marchas
en este ocho de marzo de mil novecientos setenta
y cinco.

Tristeza de trenes, negrura ancha de las máquinas
en desuso que tanto tienen de vapor y sereno.

Comovengas.

Comovengas, fusta del tiempo sin caballo ni jinete,
paso a paso debajo del candil con entreporos en tus
dos manos, y del silencio, nada.

Amanda Desdesiempre, me es intolerable tu
perfume semidios, tu seno extraído de los
gritos del ahorcado, y la playa blanca asomada
en tu cabello.

Han pasado muchos años y muchos años me vuelven,
nada queda que sea mío, y con tanto viento en
las ruedas de la noche, con tanto espejo repartido
por la barba, te siento sobre mis huesos azules
y te reparto en llanto, en una copa de Ovidio,
en una manta de alondras.

Las ventanillas del tren me sorprenden con sus
escenarios diminutos, en cada vidrio un paisaje
y algún veneno emigrando.

Las posiciones del cuerpo me recuerdan el ajedrez
del otoño, los vacíos, el matrimonio de los ojos
cuando pronuncio tu nombre. Boulogne arde como
un tesoro en los talones del explorador, el
buscador de entrañas, el catador de espantos...
Amanda Desdesiempre.


Nota: Nació en Buenos Aires en el año 1951. publicado Floresta-poemas (1979), La compañía mágica del circo (1980), Almagrosa (1981, 2ª ed. 1990), Acordeón a piano (1984), Terra balestra (1985), Dos épicas (con Eduardo Mileo, 1987), Tratado de verdugos (1989), Misa negra (con Eduardo Mileo, 1992), También los jabalíes enloquecen (1998), El deseo en El Pavo Real (2000), Camiones (Ed. En danza, 2001), Venecia negra (con Javier Cófreces, Ed. En danza, 2006), Trenes (Ed. En danza, 2004), Canción de amor vegetal (con J. Cófreces, Ed. En danza, 2006) y Pianoforte (Ed. En danza, 2006).