jueves, 20 de diciembre de 2012

Lorena Curruhinca




Jingle Bell Rock



1


La anticipación con la que los negocios arman
sus vidrieras alusivas a navidad
establecen tiempo e inmanencia:
podemos tener una caracterización del rito
-la tele enseñó que hay nieve, felicidad, canciones en coro por nenes,
jingle bells rock por Lindsay Lohan
y los mejores regalos que puedas imaginar-
aún así, cada año la exaltación hará
que la exigencia sea más grande:
los papás se visten de papá noel,
-si tomás la 503 en diciembre, el barrio palihue
se transforma en postal de película americana:
cada casa tiene paredes y árboles de su patio delantero
llenos de luces intermitentes-
hay cds de Christmas chillout
y una saturación de personas cargadas de bolsas con moñito.



2



Mi abuela venía todas las navidades
con dulce de sauco y medias coloridas,
tejidas por ella, para todos los nietos:
nosotros las estrenábamos patinando
en el piso recién encerado por mamá.
A mis hermanos y a mí, nos hacía
pan dulce sólo con nueces y chocolates
porque no nos gustaban las frutas secas;
yo miraba la cadencia con la que amasaba
-en la pieza de atrás, que usábamos de lavadero
donde había una mesa grande de madera-
con uñas rojas y el pelo siempre bello.



3



No recuerdo haber deseado con frenesí
ningún regalo específico.
Vivíamos al lado de un jardín de infantes;
venían todos nuestros tíos y primos
y jugábamos en el arenero y el tobogán
mientras mi papá hacía el asado.
Robábamos los restos de sidra mientras los grandes bailaban.
Atraída por el destello de las brasas
me acerqué tanto que me quemé las rodillas,
mi tío enfermero me curó con pasta dental.
Más que a papá noel, anhelábamos la mística de los Reyes:
dejábamos zapatillas, una palangana naranja llena de agua
para los camellos y pasto que luego desaparecían.



4



¿Habrá que mirarnos, entonces, con la extrañeza del Jack de Tim Burton?:
preguntarse sobre este festejo, decir: ¿qué es, qué es?
Por qué la insistencia en la desproporción y artificio
o el mandato de ser perfectos por un día
cuando la revelación puede ser el instante de autenticidad:
que exista la posibilidad de ser cursi y cantar:
all I want for Christmas is you
y el recuerdo de la felicidad ingenua de cuando éramos chicos
pueda actuar como la latencia de esas semillas
que soportan condiciones límites
y todas esas cosas que podían destruirlas
son las mismas que las hacen germinar.



//



X-men



Nong Youhiu tiene los ojos azules, azules.
Le dicen niño-gato, porque ve en la oscuridad
y sus ojos brillan.
Nong puede cazar grillos
sin necesidad de usar linterna.
Unos médicos lo encerraron en una habitación sin luz
le dieron cartas y una a una él indicó cuáles eran.

¿El fulgor que emite será como la bioluminiscencia
de las luciérnagas
o como el de los peces abisales? ¿Servirá de señal
de apareo o podrá utilizarlo de carnada?

¿Cómo vas a leer historietas de mutantes con un aparato con pilas,
tapado con sábanas de esos mismos seres evolucionados
si ya sos uno de ellos?
¿Tus pupilas se estrechan verticalmente, Nong?
¿Verás insectos, mascotas, parientes con visión infrarroja?
¿Podrás guiarnos según el calor que emitan nuestros cuerpos
hacia otros similares?

Un profesor nos dijo que en miles de años
se nos caerá el pelo y que no tendremos más dedos meñiques
en un salto evolutivo. Seguramente no calculó que alguien
vería donde nadie puede, acaso sin temer.
Mis hijos, entonces, ¿podrían desarrollar membranas interdigitales
como las ranas o los patos? Querrán ser como aquaman, o como Nong,
tener adaptaciones inusuales, nadar a una velocidad mayor,
soportar mayor presión acuática o tendrán miedo de ser llamados
por nombres que reverencien sus características y no poder alejarse
jamás de tener ojos azules, azules
y de que el mundo todavía no esté listo para dejar de temer a la oscuridad.



//



Magnitud



Cambio de canal
tapada hasta la nariz.
Escucho a mis hermanos
bajar rápido las escaleras.
Atraviesan la cortina de cuentas
que golpea con el adorno
de piezas de vidrio
-balanceo escalonado
del choque, resuena-.
Nada de fascinación por el tintineo;
tampoco el gesto primitivo de alertar.
Los objetos que colocamos
en las aberturas
son dispositivos
de medición en tiempo
del espacio que se deja.



//



(sin título)



Quiero escribir un poema alegre.
Hablar de cosas pequeñas, delicadas,
diminutas como prendedores,
dedales, hebras de té.
Pero no puedo: lo minúsculo son organelas celulares y su función,
los mecanismos de transporte de energía.
El hilo, finísimo, es el mismo que enhebré para mi abuela
y también, para mi mamá; es el filamento por donde transcurre
mi memoria y me configuro;
se tensa con cada evocación.

¿Cómo quedará tejido, entonces, cuando
termine el relato?


Bio: Lorena Curruhinca, (Viedma 1981). Reside desde pequeña en Carmen de Patagones, por lo que se considera maragata. Vive y estudia Farmacia en Bahía Blanca. Trabaja como correctora literaria.

Junto a Gerónimo Unibaso editan la revista “Esto no es una revista literaria”, la editorial “Colectivo Semilla” y organizan la feria de editoriales autogestionadas de Bahía Blanca.

Blog: principiodeincertidumbre.blogspot.com.



domingo, 16 de diciembre de 2012

Andrés Montenegro





NUEVA BUENOS AYRES


I

Parece apaciguado ese rumor
que traen las olas mansas
a tu orilla de barro y salitre
parece que hasta el cielo
repite esa cosmogonía de celeste suave
y pulcro blanco.
Quizás los restos de tus nombre
puedan volverse mística palabra
quizás los derroteros te guarden para siempre
a pesar de los distintos símbolos del hombre
y así Francisco Albo pueda nombrarte
Bajos de las Corrientes
y Uriarte en su litografía
Baya de los Bajos Anegados
esfuerzos por pertenecer a un mapamundi
bitácoras que el tiempo va borrando
lentamente
como la luna borra lo escrito en la arena
con el devenir de la marea
Después por la estrategia o la necesidad
un Juan Manuel, entonces Comandante
le supo ordenar al Coronel Estomba
la construcción de un fuerte en tu regazo

y ha de dudar cualquiera que ha leído
que el destino ha concebido el nombre
que al presente llega,
Fortaleza Protectora Argentina
promiscua Bahía Blanca.
Yo he visto el documento
que los doctos ignoran
y que conserva un amigo
con implacable recelo
o bien con una duda
que mora en la incertidumbre
de si es veraz que aquel puño
redactó la sentencia
que te ofreció la ambrosía
disfrazada de nombre

sentencia de eternidad
que todo amor necesita
así es que te nombraré
Puerto de la Nueva Buenos Ayres.



II

Aquellos dos hombres se encontraron
una mañana en el fuerte Independencia
quizás porque el destino sea un conjunto
indefinido de azares
o porque así lo ordenó Juan Manuel
y así se haría
Lo cierto es que el pasado
es una alquimia hecha de nombres
y era preciso que el sol alumbrara ese encuentro
como un testigo del pacto de hacer por la patria
lo que la patria demande por duro que sea
-Usted Cabalgará-dijo el Coronel-
con rumbo al sur
por el prudente llano
y ha de observar con cuidado
y astucia
el sitio donde erguir la fortaleza

mañana en las primeras luces
no quiero ver su sombra.

Se lleva a los nativos de Venancio
y veinte coraceros.
Lo alcanzo luego con el regimiento.



IV

Como habrán sido tus ojos Coronel?
Nada me dice la historia de tus facciones
tus gestos
te inventaron tantas veces que solo queda tu nombre
Yo te imagino severo de cejas unidas
y la mirada profunda de ojos acostumbrados
a la noche
a ver el horizonte con viento de frente.

¿Habrá brillado al sol tu sable en una tarde pampa?
¿se habrá saciado de sangre originaria inocente?



VI

Una tranquera separa
dos rostros sombreados por la noche,
pocas y elementales palabras
median sobre sus monturas
el resero ha esperado veinte años
este preciso momento
que inadvertidamente define
su futuro
y mi presente
Y pregunta a Manuel Montenegro
si tiene un lugar para pasar la noche
que mañana hay que entregar el ganado
en la estancia de Herize

El hacendado
pregunta al resero quien es
y como sabe su nombre

del lado del camino, llega el rumor
con el viento:
me lo enseñaron de chico,
soy Fabio, tu hermano menor.


VII

El meñique recostado en el papel
donde la historia espera
la pluma cargada de tinta
apretada por índice y pulgar
lista para disparar futuro agonizante
Balcarce piensa en grande
sueña un destino próspero
y escribe
Nueva Buenos Ayres




VIII

Lo que no se puede medir no se puede controlar/
ell conquistador camufla el pensamiento
le pone una sotana
lo manda a tierra bárbara/
venimos a evangelizar
en son de paz
te cristianizo
dibujo la forma de tu tierra
estudio tu lenguaje
y te mato
si
te mato
y siempre en son de paz

descansa en paz, nativo.

Bio: Bahiense, del 85, aeronáutico, asesor previsional, administrador de ajenas propiedades y sueños propios. Emprendedor con más iniciativa que talento, participó de la antología poética “Los siete magníficos” (Colectivo Semilla 2010, editó “Umbrales”-Narrativa (Rigor Mortis Ediciones 2011), actualmente trabaja en “Otoño en si bemol”, una publicación Neobarriosa, junto al poeta Daniel Martinez y el pintor Sergio Santini.



viernes, 14 de diciembre de 2012

Marcelo Daniel Díaz




Satélites

Para el ojo del astrónomo
somos pequeñas gotas que caen en la tierra
desde un cielo ladeado en sus extremos.
Y para el ojo de los seres queridos
brillan los paneles de los satélites.
No sé explicarlo: es un candado de luz
ahogando la materia oscura.







El astronauta

En la madrugada las estrellas y las ecuaciones
tejen la red de una araña negra
que mastica los huesos de la noche.
Sobre la escuela volaba un avión comercial
que dejaba una cicatriz de humo en el cielo
y dije: “yo quiero ser Neil Amstrong”.
En el guardapolvo llevaba un mapa de ruta
para salir de la atmósfera
y dibujar otro barrio en el cosmos.
Pero los recuerdos felices funcionan
tan sólo como recuerdos felices:
ahora ensayo pasos de astronauta
para cruzar la calle.






Nosotros

Era verano,
en la superficie de la familia
llovían meteoritos.
Íbamos en auto de vacaciones
y el ruido de una pinchadura
desató el temporal.
No conocía la criptonita
pero aún así era un millón de veces
más débil que Clark Kent.
Papá lloraba por teléfono,
el corazón astillado, polvo lunar
en una playa de estacionamiento.





Newton y yo

La manzana que cayó durante la siesta de Newton
descansa en mis manos
como un agujero negro hambriento de sentidos.
La muerte de los cometas cabe en su núcleo.
Escribo el poema
con lo que tarda un rayo de luz
en aparecer en el mundo.

Newton sabía que los árboles
trabajan a la inversa de la gravedad,
lo leyó debajo de sus píes:
en cada hombre, comprimida,
hay una descarga universal
del tamaño de un planeta.



Los textos pertenecen al libro de poemas Newton y yo. (Editorial Nudista. 2011)


Bio: Marcelo Daniel Díaz nació en 1981. Vive en Río Cuarto, Provincia de Córdoba, Argentina. Es profesor y Licenciado en Letras egresado de la Universidad Nacional de esa ciudad, colabora con la cátedra "Análisis del discurso". Participó en la antología “Es lo que hay”. Ese mismo año publicó el libro de poemas “La sombrilla de Wittgenstein” y un conjunto de relatos que se llamó “Los límites de Tlön” (Ambos premiados en el concurso provincial de Editorial Cartografías). En 2010 participó de las residencias literarias del Centro de Arte Contemporáneo de Córdoba a cargo de Silvio Mattoni, María Teresa Andruetto y Alejo Carbonell. En 2011 publicó el libro de poemas “Newton y yo” con Editorial Nudista. Y hace unos meses publicó el texto de lingüística “La palabra y la acción: la máquina de enunciación K” con el sello de EDUVIM. Premio Bienal de Arte Joven UNL y Premio Universidad Nacional de Río Cuarto en poesía. Mención de honor en el certamen de poesía de Ruinas Circulares. Integra el consejo editorial de la revista de estudios literarios Borradores de la Universidad Nacional de Río IV y ha colaborado con reseñas y textos críticos en No retornable, Axxón, La guacha, Bitácora de Vuelo y El lince miope. Contacto: marceloddiaz@hotmail.com




miércoles, 12 de diciembre de 2012

Elba Serafini



                                             LOS DÍAS APARENTES


                                                                         Ruido del mar, qué golpe derramado
                                                                        qué entreverada voz y qué sonido
                                                                        tan confuso y oscuro
                                                                        cuando todo en derredor está tan claro.
                                                                                                                                        Circe Maia


 I

En algunas playas de la Riviera
unos pájaros negros como cuervos
caminan la arena fría,
lanzan gritos afilados,
se aferran a los parasoles y planean
atacar a los turistas.

Una fotógrafa avezada se acerca sigilosa,
les da de comer pequeñas migas
que antes moldea con sus dedos,
ellos se aquietan
y caminamos con tranquilidad
hacia la envoltura turquesa
del océano.





II

Los que viven en la playa dicen
que está haciendo demasiado calor
en este otoño.
El huracán dejó secuelas
y hoy el cielo amaneció tan colmado de nubes
que la humedad me vence
bajo la sombra  de una palapa.

Tres mariachis cantan una y otra vez
“…y  llorar y llorar…”
acompañados por parrandeados hombres
con guardaespaldas y mujeres
divertidas  entre sí.
                        
Súbitamente  los meseros nos invitan
a entrar al comedor.

Parece que la lluvia va a arreciar
en este día de muertos.



  

III
Lejos de la tristeza del mundo
y cerca de la blanca arena
la vida semeja un paréntesis
hecho de  papel de diario.

Escribo sobre él, bastardeo,
no recuerdo las tardes penitentes.

Algunos mares cristalinos emergieron
para ser disciplinados por muelles
que se pudren mansamente
ante la indiferencia de varias generaciones.

La condena es tener que salir de la perfección
para volver a casa.

Bio: Elba Serafini vive en Buenos Aires, es Psicoanalista y profesora universitaria.  Publicó “Dinamarca” 2007, edit. Sigamos enamoradas,  antología “Hotel Quequén-Submarino” 2011, edit. Sigamos enamoradas; sus poemas fueron traducidos al portugués,  inglés e italiano y publicados en blogs de poesía  de Brasil y Portugal entre otros. Realiza reseñas de libros de poesía argentina para el Periódico de Poesía de la UNAM, México, desde 2011. Colabora en revistas de actualidad de argentina, asesorando en temas de psicología como VIVA y Ohlalá,  ha incursionado además en la pintura y el teatro.

martes, 6 de noviembre de 2012

Noelia Vera





Los últimos años


¿qué vamos a hacer con nuestra inocencia? ¿qué con nuestra culpa?
nadie está a salvo en este cuadro
si lo pensamos bien, dice Moore, todos desnudos.
Cada cual con su toquecito
yendo y viniendo con los guantes de box y la guardia alta.
Veo el fondo ahí tan lejos, sos frío, me congelo
al final de toda esta historieta que venías a contarme.
La ternura desfila y pasa rápido
no sabés controlarte, te gusta soltarme justo antes del borde
lo resuelto travestido en duda,
escuchar a las mariposas cortajear el estómago.
El viento aplaude cerca de mí, ningún saco cubre mis hombros
podríamos haber tomado desde el principio
un ritmo de paseo, medirnos con la vara
del presente y la simpleza
conseguirnos un paquete ahora que el verano
se acerca codicioso. Pero pienso en la calma del paisaje:
el cielo celeste, las nubes quietas
y solo veo en el agua una inmensidad
convertida en charco que trata de ser libre
incapaz de ser tan negro como el lugar de donde vengo,
como todo este surrealismo
que encuentro y continúa.
Quisiera pedirte, mundo, que no des más vueltas
la compasión es una fiera que hiberna rigurosa
nadie debería estar moviendo un pelo cuando no puedo
salir de la cama y el rayo de sol a la mañana
es un puñal hilando filo en apenas dos párpados.
Soy consciente de que afuera, el muy pájaro crece y sube
tan alto como canta. Lo escucho desde acá, lo mataría
pero aun cuando mi mano lo capture va a seguir igual
cantándome con insolencia “ la satisfacción es una cosa lenta,
pura como una joya; estoy viciado de mortalidad
estoy viciado, sobre todo, de eternidad”.





Muñecos

Venimos de la plaza de los ponys salvajes,
una isla inquieta en el medio del fluir de los camiones.
Ya no siento ni pizca de lo que traía
de mi propio privado patrimonio continental:
complot para el vacío, primavera de un solo día,
mis ataques de pánico, tus ataques de arte
Por allá veo algunas piedras , dos caballos enfermos
que podríamos lograr sanar, pintar sobre el plateado de esas chapas,
usar la hora del sol para leernos sentados en una hamaca.
Este es un lugar muy antiguo para mí,
anterior a estos dos muñecos, que por suerte me manejan
como a uno de sus títeres.
Podríamos, veo, descansar en este pasto, levantar algo acá
dejarlo todo, quedarnos.





Sol de frente

Nadie saca de su bolsillo la ruina como si nada
Fer le imprime a todo un molde clasista precursor
del miedo. Anita toma pastillas, yo leo desde y hasta
los cánones de mi intuición, Pol acaricia lo estriado
Luis ve oportunidad. Tengo diálogos en la vigilia
que no voy a tener, con personas que me importan,
en esos diálogos fumo y uso un tapado
de piel verdadera ¿me separé de un novio
o de una enfermedad? tomo el volante
y el resumen pasa
en una pantalla mínima
miro el espejo retrovisor
y tengo pensamientos en los que la mayor parte del tiempo
clarea el día. Me gustaría obligarte
a que lo veas conmigo
que te sientes frente a un programa
de esos en los que una enferma
traza el delineado mental de su cuerpo
y erra por centímetros, por un montón.
¿Lo entenderás? ¿Quiero que seas
un esqueleto que llora?
Quizás quiero que puedas verte y decir
sé mi espejo, esto es un pedido
de auxilio y un peligro.
Vamos a veinte, adelante hay fuego
es nuestra hoja de ruta al interior.



Bio: Noelia Vera nació en Buenos Aires en 1980. Poemas suyos flotan en la web o se encuentran en antologías como Poetas Argentinas 1968-1980 compilada por Andy Nachón o Poesía Manuscrita, libro-objeto a cargo de Germán Weissi y Laura Manzini. Publicó Discontinuos (Editorial La propia cartonera, Montevideo, Uruguay), la plaqueta Nosotros quiere decir un montón de cosas (Color Pastel) y el libro digital Cuatro Paredes (Ed. Determinado Rumor: www.determinadorumor.com.ar ). Forma parte del colectivo de poesía Máquina de Lavar. En twitter es @noemas



lunes, 5 de noviembre de 2012

Agustín Hernandorena




la peatonal

la gitanita cuelga calzoncillos medias las mejores medias del planeta que siempre son necesarias compreme enchufes alicates alfombras comprame sé buenito dios se lo va a agradecer entre confusiones de vos y tú no termino de atar la bicicleta al palo de luz que da a ferreira mire sin compromiso linterna agujas francesas reloje no me tenga miedo me paga cuando tenga vos sabé un almacén de ramos generales en una bolsa de las que vendió mi abuelo cuando fue viajante aclarando dijo ramos porque josé maría vendió dejó todo adherente al peronismo del trabajo al trabajo de trabajo en trabajo de dos cuadras en dos el mercado exclusivo de los gitanos en la peatonal que corta donado y ohiggins en dos y reglas propias rigen el comercio negro fiscalizado santificado por el super héroe dios liber man hijo de mercurio merx no marx mercado mierda curro cada santo día levanta persiana comercia herramientas de tercera en el tercer mundo a los tercerizados del noroeste de ascasubi de luro a los caretas de belgrano creando un tercer mercado espurio ajeno a las leyes del mundo de ambulo de apuro relojes despertadores martillos de madera pilas mates precios bajos puestos a fibra en la peatonal se cocina el estofao este fado lo resuelve liber man el dios fortuna explica a the gay cómo viene la mano mientras revuelve el guiso de la pie tonal en cada punto un senegalés te mete en las orejas reloje ante ojo cade nita cadenaman forma parte de la cadena comerciar en el reino de los liber men olorcito a churro media luna caramelo el esquizofrénico acomoda muñecos años del ñaupa peluche sobre manta mete un luis miguel diego torres azul de castro christian frente frávega a grito pelao chirria la hamaca hefesto non libera rulemanes para frenar un ruido que si uno sale dragado en ohiggins ya no oye es que el sintagma la peatonal lógica capitalismo avanzado tercerizado funca dos filas comercios en filados afilados enfrentados (si usté peatón observara vería la vereda zapatilleria verde amarilla con otro cariz que no es potestad de liber man como un hueco in the paradise) vigilantes contrata dos los sábados con trata dearma desarman sospecha de feria los gitanos carril del medio prohibido el paso por los costados trata de montana helao helado pancho gas o gas cañoncito en la cabeza del empleado mal tratado esclavo parado liber man no libera cadenas comercia a pesar de la caduca esclavitud clava cerra dura a las sillas no cumple con la relación embarazo licencia es que el dinero no da licencia parao soldado acciona máquina helado dulce de leche chocolate americana o el mezclao clap clap pochoclo coca bombo platillo servido domina el mercado unificado ni rolando marcadonald se percató la onda está en la diversidá ramos general mente corta ahorra-ti-va man liber subido a su pick up importada mide como tres efe cien del estaciona miento gay miento para que la rueda siga girando por eso ohiggins no completó la pie tonal es semi porque andá a sacarme el merx del estaciona miento sir gay miento eso también es mi crisler importada en medio de la epopeyica de bernardo conducir la plebe compre más más barato en drago no confunda parece pie tonal no es más que osta culos por todos lados culos te desafio a entrar a la pie tonal recorrerla de corrido calesita cartel oferta gitano cantero banco jubilado helao pancho coca pochoclo banco tranco mireante mediante oferta pilas bombachas bombeando al influjo financiero de liber man dios catedrático consultado consúl con una hilera de vidrios bienvenidos a the paradise dice man liber de cuerpo que la columna atraviesa la polis visible viable fiable rentable in the dark paradise en el trono liber man la receta canchera de la chachara china choreado en aduana chinizado en la ria fluyendo flasheando cámara emepetres empotrada radio blutuz veinte por ciento descuento que la tierra fue arrendada apropiada después del fuerte protector divisa divisando liber man crea tu reino flujos espurios es pura imagen importa que liber man liber confianza a the gay crea tus es clavas crea tus monos crea tus nomoi leyendo leyes propiedad privada es ley ganancia asegurada






rené

hacer esto
para jugar a la pelota
entrenarte tanto entregarte
no
entre arte
si
no los potreros no saben
de fútbol con burbujas
no
saben de la pelota pisada
patear con cuerpo y alma
patero
suave en la boca
intenso en la garganta
sabe a cosecha tetra
tras nada estaciona
¿miento? si no
pregúntele
a tarantini
ni le ve el siete
de a truenos
pasa
como un huracán
piernitas flacas
mechas
para esconderla mejor
con fricción
des
pegada a la derecha
encorvado
evade
tiene tiempo para ella
paleador de surcos
de mapas inútiles
hasta el pase de la muerte
al roque paciente
mechando pases a la red
esquilando los cordón
es en la caída
que rezonga del maletín
tintineante de olor a sucia guita
la gambeta no pasa por ahí

y la sonrisa
y birlarte la pelota
y sacarte a pasear
y limpiarte como un ajo
y comerte medio metro
y volver y volver
a volverte loco
está en el potrero
carrero en el ducó
en el setentaytres
no en los tes de las cinco
está en la ville
está en el patriks park
socks bajas
las defensas
crack y nada
pasa
botines raídos
mas añejo
mejor
sin estacio
narcotizado
en el baile
zigzagueando yuyos
el barro sal pi can te
al atacante la pelota
al fulbo lo que es del
fulbo escavia
antes
te pasea te goza
relucientes paredes
construye invisibles
derribante de defensas
te retorna la entrada
mareante de postes
gozante de porteros
wing tiene wings
rené tiene wings
ya lo dijo juan
el pájaro vuelve a volar
lo que ya voló
no
las wings de rené
retienen areté
retenélo con cuerda
si podés
porque wingala como ésta
se reinventa tan solo una vez






bien preciado

esperar los lunes
el día del agua
se prende al timbre
baja un bidón
cinco litros
un bien preciado
sustenta
escasea
ocho mangos
se ponen ocho
mangos

en el parque se
armó una fuente
gratis
ineptitud torpeza
caño roto
y el agua es de todos
ochava me dice el ruso
son ocho mangos
en menos de un año
de tres cincuenta
a ocho mangos
un bien preciado

en el parque se
armó una fuente
al lado del
derroche
del surgente
sugiero se cierren
las canillas
no todo el tiempo
las viejas se la llevan
derroche
de un sugerente bien
sustenta y escasea
la compañía de agua
dicese absa
abastece reclamando
absolutamente
las gotitas
rompe caños
se caga en los caños
no repara en los caños
a llorar a los caños
a conservar las lágrimas
que ni llorar se va a poder
ocho mangos
un día de estos
dique paso piedras
todavía abastece
porque si no

el inútil de la otra cuadra
el trapito seco
al tuneado
se va a tener que conformar
con lavar su pito
menos días a la semana
porque los labios secos
molestan más
que la cagada de paloma
en el baúl
conseguíte una mina
le grita uno en bici
responde con un chorro
de hidrolavadora

arrastro los bien preciados
cinco litros
los escondo bajo cinco llaves
y me olvido
abro la canilla
dos minutos
para calentar
veinte minutos
para lavar la mugre
un minuto más
para quitar
el aceite pegado/cáscara de huevos/acelga
para que no se desintegre
para que no se vaya
vaya saber dónde
soy boludo
ocho mangos
el bien tiene precio

¿cuánto valen veinte
y tres minutos de derroche?
¿a quién le importa?
todavía la canilla
escupe agua
el bien preciado
derrochado
absa abastece la masa
abundancia
un día de estos
andá a llorar a la
iglesia







lógicas

Capitalismo la doctrina del capital
la cabeza la caput la esfera del balero
sin ser lento ni perezoso para que no duela
se hizo acreedor del vástago
duele se mete se clava abre el tejido
le duele a los de adentro por eso:
que la crisis la paguen los capitalistas
que la cabeza ni se entera goza respira corto
no los pasivos de adentro escondidos
sometidos obligados empujados penetrados partidos
que el producto bruto se interne dentro
el agujero manufacturado para que entre justo
justo como el aro justo como lo negado

acaso la tengo que pagar yo la crisis
acaso existe una caja basurera usurera
donde pueda yo depositar mi deuda
acaso existe un lugar donde la ponen
donde está toda junta contada escondida
acaso no soy somos fuimos y seremos capitalistas
mi pull over mi jean mis coyares mis zapatos
mi internes mi nokia mi samsung mi aiwa
mi facebuk mis rip re cul mi moto rola
cuando la crisis no es más que crisis quiebre
ruptura grieta separando un antes y un después
el surco se burla de los conspiradores contra la historia
de los reencarnadores de los pesimistas cíclicos

el poema da cuenta de la crisis del miedo en la apuesta
invierte en una sola letra grande vuelve y revuelve
descartando lo superfluo borrando lo prescindible
si en el final o la calma del caos alcanza compra un punto
aunque estaría yendo contra sus principios
(como si) lo hubiese dicho todo (como si) todo así fuera
el poema tiene que dar cuenta contar sumar restar resultar
el día que aprenda a contar las sobras las faltas
el poema ese día va a funcionar en el sistema
que sistematiza automatiza a su sistema
si es del sistema sirve al sistema si rema es tema
la tarea (no la función) del poema es parecer funcional
estar al servicio de la disfunción en la función
caput cabeza arriba ascenso de razón poder capital
dominación hegemonía ordenación mercancía
dominación hombres cabezas mujeres agujeros
hegemonía garcantil opresión mano de obra
ordenación con los fines últimos de evitar sublevación
agujero cuerpo penetrado abajo sensible economía frágil
el poema entiende al fin la lógica del capitalismo salvaje:
para crearse no hizo mas que recurrir a las lógicas de todo origen
dos cuerpos uno domina el otro se somete
una cabeza ascendente un agujero pasivo uno arriba otro abajo
un sistema de pasos una presión liquida fluctuante rentable
dadas las tasas estables de los flujos penetrados de las economías abiertas
la operación acaba cuando el capital se acaba la ganancia es individual

la trata el toma y daca la matraca baila al son de la tarasca
mi emepetres mi ipod mi notebuk mi chupin mi violeta
mi tishirt corte en v mi corte carré a lo floger
mis jon fus y mis letras palabras y mis enrostradas
y tus firmas y tus decisiones y tus lobis y tus manoseos
y tus bisnes y tus clásicas puestas en escena
y tus entongues y retongas y tus malversaciones
y tus enriquecimientos y tus requerimientos
y tus números innumeros que acreditan números
y tus dibujos sobre los que se inflan empleos crecimientos ingresos
y en los resabios de la goma quedan los de en negro el descenso tus egresos
y tu agencia gerencia empleados pasantes invisibles sin incidencia

el poema tiene que destejer por delante y tejer por atrás
el poema está obligado a reconocer el problema a contar a dar puntadas
y la lengua debe migrar dejar el norte y venirse al sur
es determinante dadas las circunstancias el desmonte de las cúpulas
de las pirámides de los falos de los faros de triángulos de los gráficos
de las coordenadas de las jerarquías de los picos y los altibajos
se determina imperioso impedir el sistemático avance de la palabra imperial
resulta imperioso el inminente secuestro de la palabra poder
rasguñar torturar masacrar abrir incidir desarmar ordenar volver a cerrar
saquear el cielo darlo vuelta sacudir las pirámides clasistas y tirar
tomar los poderes zarandearlos mezclarlos con las bases
girar el mapa que todo sea sur y la palabra arriba abajo
el poema arriba la economía abajo y entiende y describe al fin la lógica:

impera la manoseada el franeleo la paciencia las comas y los dos puntos
en las relaciones carnales no impera quien la tenga mas larga o el poder
impera la confianza la creencia no la palabra si la mirada y los a puntos


Bio:Bahía Blanca, 1984. Cursa la carrera de Licenciatura en Letras en la Universidad Nacional del Sur (2003/actual). Participa de varios congresos y recitales de poesía. Cofundó, editó y redactó el suplemento cultural NEXO artes & culturas (2008/2010). Fue becado por el Consejo de la Cultura de Chile para la 1º cumbre de poetas emergentes en las ciudades de Rancagua y Coltauco (2009). Cofundó y fue editor general de la editorial autogestionada Ediciones de la calle. Condujo el programa Desde el cordón -literaturas & artes- en FM de la Calle 87.9 mhz. (2007/2009). Se desempeña como docente en escuelas secundarias y corrector en editorial.

domingo, 14 de octubre de 2012

María Luciana Schubmann




I


No había nada detrás de los tamariscos
nosotros lo sabíamos y asentíamos con
la cabeza esa verdad fabulosa.
Yo estiraba los brazos
me hacía la que volaba.
Sobre la pista de avión,
las cosechadoras dibujaban los bordes.
El verano era de los sapos,
ellos nos temían
Quedaban aplastados contra el
piso, con algo rojo en la boca
como una menthoplus de cereza.



II

No importa que pensáramos que había marcianos en la cocina
porque las posibilidades de morir eran escasas o imposibles.
Al costado de la pileta habitaban los lagartos.
Aunque no los viéramos,
sus colas nos daban latigazos por debajo del trampolín.
Y crecimos con esa posibilidad
la de no morirnos en un plato volador
dejando que nuestros pies se queden
en la boca del cocodrilo.


III


Como en el agua éramos felices
todo lo hacíamos en el agua
un pez gigante en el arroyo no existe
un pez gigante en el arroyo de las tunas, sí existe.
Cuando hacíamos la plancha él pasaba
y ondeaba nuestros rostros
para convertirnos
en niñas temerosas
del gran monstruo marino.

Aguantando la respiración
se llegaba a formas no humanas
una piedra extraterrestre, por ejemplo.

Borradas las orillas,
desarrollamos el sentido de las algas y
nunca nos ahogamos.


Nota: María Luciana Schubmann: nació en Coronel Pringles pero actualmente reside en Coronel Suárez (provincia de Buenos Aires). Editó las plaquetas “Redondel de agua” (2010, Acción Creativa) y “Pez” (2011, Acción Creativa). Docente, forma parte del Staff creativo de Isidoro Espacio de Arte.

viernes, 10 de agosto de 2012

Hugo Gola




EL POEMA que viene
sin buscarlo
va tan lejos como
puede
el poema que salta
de la ranura instantánea
a la palabra
sólo persiste
si hay un rostro
si una luz semejante
cobija la voz
no importa dónde

Entonces cruza el frío
la noche
cruza el desierto
avanza
besa silente
la raíz oculta
y allí
construye para siempre
su morada



***


Del mirar vacío. Del andar

vacío. Sin palabras. ¿A quién?
¿Al polvo? ¿Al viento? ¿Al río?
¿A las tumbas?
Retirado. Recogido. Pertrechado.
Aguarda. Para que nada hiciera
mella. Pero todo lo hacía.
Los pasos. Recorrer. El polvo
un día. Otro día. Y el calor.
Mientras. Mientras. Todo era
mientras. Lo supo. Lo quiso.
El río, las tumbas, el camino.
Nunca nadie. Nada allí pudo.
Ser. ¿Para qué, ya? Se cierra
el círculo cuando
la noche
cae.



***



Empieza

empiezo
es el comienzo
el alba
del día primero
del único
estático
inmutable
rompe la luz
o continúa
matiz sonoro de la sombra
quiebra
desasosiega
la cornisa liviana
un cuerpo se despereza
y otro repliega su fatiga
y aún otro
penetra en otro
o abandona
lo que fue penetración
y todo en el mismo momento
en que ese minuto estático del alba
el gozo
el de las mano
el de la piel
el puro purísimo goce
difunde su énfasis
o se acurruca
en el repliegue
blanco de la sábana
y la última gota de semen
se evapora en el aire caldeado

Se da vuelta
se vuelve
en el semisueño
toca
toca todo
con su mano
todavía imantada
antes que llegue la luz
y caiga sobre el párpado
antes de que florezca
en la abierta flor de la pupila
nada basta
para la vasta expansión
que sube sola
sin nadie
y a la que nadie puede oponer
un dedo
una uña
un delgado cabello
última gota fértil
que cae
con toda la pasión
o sin ella

La mano que se abre
suave
y toca el seno
que se abre suave
en el alba
cuando se abre la luz
y rompe la corteza
mientras uno se yergue
o gime
y otro depone su arma
entrega todo
y se va
sin haber
o habiendo
pero se va
otros
todos se irán
pero él se va ahora
en ese suspiro final del alba

Paseó
paseó su paso
distraído
frente al fresto
dorado
escaló el fulgor de la colina
bebió del cristal
el líquido
fragante y claro
mordió por última vez
la carne oscura
la traspasó con su lengua
erizada
estilete
afilado
en un alba
incierta
y sucumbió
sin dejar rastro

A penas anda
apenas
una sílaba basta
solo una sílaba
y todo cambia
acentúa
corta
divide
un segundo
para revelar
todas las faces
en ese
ese sí
el estático
único
suspenso ahora
en la hora
de todos los inicios
en el instante
en que cae la semilla
y surge la niebla
y la gota de lluvia
es devorada por el polvo
por el cuerpo sediento

Dar un paso hacia el costado
caminar por la calle de arena
eludir aquel segundo estático
del alba
con la última luz
alguien retoma las orillas
junto al aura húmeda
recorre el cinturón de tierra
defensa ilusioria
contra un dios imprevisible
mientras mides tus pasos
con los suyos
en este invierno
desmedido
una gaviota sola
aletea azulada
y un martín pescador
avista su presa

en un vuelo rasante
se desvanece la luz
en tanto imprimes
una y otra vez
sol agua pájaros
para solitarios días
venideros

No hay refugio
sin embargo
pora el hueco de las manos
ni agua dulce para la sed
retomas a tu cerco de piedras
y cae el frío
sobre los nidos vacíos
la llama azul
tiembla
desvelada por el viento

La hora primera del alba
la hora crucial
del éxtasis
permanece suspendida
en la mitad misma
del camino
en el filo
en la punta afilada
en el filoso bisturí
que corta y penetra y separa
mientrs alguien despierta
y otro agota su danza
¿volverá este arco encendido
a tembrar en el segundo
de la aurora?

Se atraviesa
se cruza esta comarca
por la delgada cornisa
a veces
el pie se adhiere
a otra piel
y desborda la fricción
toca otro pie
y paraliza el tiempo
o se sumerge sin límite
y pie
y pie
y mano
y ojos
perduran en su brillo original

¿Qué nos queda
de aquel giro solar?
de aquel encuentro?
del vuelo sobre hondonadas
y requiebros?
de aquellos círculos fragantes
de aquellas esferas
feraces
o feroces
que a veces se tocan
en la línea del amor?
o se extinguen con las cenizas
del crepúsculo?

¿Somos acaso
'las abejas de los invisible'?
o el aliento provisorio que dura un día
e intenta enhebrar la sombra con la luz?
o lo que perdura de aquello que ya no es...?
La rosa que pétalo
a pétalo
se deshace
¿florece de nuevo
en un aura
en un cielo blanco
o negro
en un cristal fragilísimo?
¿en qué playa de espuma
se deposita la dulzura?
¿hasta qué confín llega
el vértigo de los amantes?
su manzana fragante
sus dedos líquidos
sumergidos en huecos
ardorosos?

Los pétalos caídos
de la rosa
suben de nuevo
hacia la luz?
pero el fuego que no cesa
a qué entropía rinde su desvelo?
aquella trasmutación
trasvasa plomo en pluma
en aire
en nada?
el ferroso metal
en música silente
en sombra vagabunda?

¿Desde dónde miras?
¿con qué manos tocas todo?
con qué labios?
con qué tacto
vas ardiendo
de zarza en zarza?
con qué miel recompones
tejes curces trenzas
uno a uno
los hilos
de esta postrer
floración?

En el senundo
estático del alba
la vida
y la muerte
sueldan su suerte
una bebe de la otra
y el líquido
que no se agota
mantiene su nivel



Bio:Poeta argentino nacido en el año 1957. Vivió en Londres y luego en México. Fundó la revista Poesía y poética.: Los libros"Jugar con fuego" (1987) y "Filtraciones" (México, 1996) reunen su poesía.




jueves, 9 de agosto de 2012

Meli Depetris




Mi abuela conectada a una sonda interespacial
al lado
una señora
se desgarra en un ay acompasado
en la heladera todo espera
la tranquilidad
de saber unas cosas en un lugar
y otras en otro
no es tranquila.
Duele.



***


Me detengo
miro todo esto
para mi filmación mental casera
estúpida manera de recordar
una vez un perro la procesión el llanto
lo cómico del drama
esta vez me mira
con esos ojos lavados
cielo sin una nube
alguien que mantuvo
la ignorancia intacta
la inocencia pura
y se cambió la fecha de cumpleaños.



***


Si me dibujo
ella aparece cantando
en alemán a la siesta.
Hay olores que no están
(más un día)
y uno se olvida.



***


Padres de los 90
compraron enciclopedias
que vendían puerta a puerta
síndrome de piernas inquietas
expertos en vender ilusiones
o etiquetar superdotados.


No es lo mismo
un futbolín de 1 pierna
que un futbolín de 2 piernas.


La matriz PALABRA VERDADERA
deja moretones
me tocó a mí
dice la señora
veo cada palabra
desde su boca
hasta que explota
acá
decir lo mismo muchas veces
es distinto


Fuiste lo más invisible posible
y
EL NIDO NO EXISTE


(seamos más de felpa
ahora que nos tenemos a nosotros mismos.)



***


E tiene un oso de invierno
en la cabeza
lentes rosa
habla y frunce la nariz.
S quiere ser inventor
crearle una pierna nueva
a su amigo
que está en silla de ruedas
esa es la parte más alegre
de la historia que dibuja
me dice.
F está nervioso
ahora vive en dos casas
pelea si quiere mimos.
L y F, hermanos: 7 y 9
el 1º le pegó
tremenda trompada
en la nariz al 2º
resultado sangre
este último reconoció
merecerla.
M arrastra la R
se pone un traje brilloso
le crees
es superhéroe y feliz.
G llegó sola
durmió un rato en mis brazos
su hermano no viene más
y ella no puede contar
por qué.


Bio:Me llamo Melisa pero me gustan que me digan Meli, nací en Punta Alta en junio de 1985.

Desde chica me gusta escribir, dibujar y leer, ahora soy profesora de Lengua y literatura.
Fui a un taller de lectura (muy lindo) coordinado por Lucía Bianco.
Trabajo con niños y me divierto. Doy talleres.
Me gusta vestirme como señora y andar en bicicleta.

martes, 7 de agosto de 2012

Walter Lezcano




Y la calma llega

como una piña unplugged.
En un cajón del ropero
tengo la entrada de la segunda vez que vinieron los Rolling.
Esa vez te cuidé del pogo abrazándote
tu cuello fue mi único show, mi mejor espectáculo.

Esto va a tardar mucho.
Subo el volumen
de ese tema que no te gustaba tanto.




***



Estuve juntando las monedas,
entre todos hicimos la vaquita
y nos sentamos en la plaza.

Cuando el rengo la destapó
justo ahí
vimos el palo que se dio uno con la moto.
Alguien dijo que lo conocía.

En Solano nos conocemos todos.

En el hospital
íbamos saliendo de a uno para poder fumar.




***



El 148 venció a las vías y al tren.
Antes había una máquina espantosa
uniendo puntos lejanos del mapa
y que nos llevaba de casa a un mundo lejano
del otro lado del puente Pueyrredón.
Ahora en la estación de Solano
los andenes están ocupados por puestos
de choripán, de ropa y tortas fritas.
También están la tierra y los mendigos.

¿Habrá fantasmas de locomotoras
de viajes que nunca se realizaron?

El viaje en colectivo de Consti a Solano es sudoroso y triste
además es mucha gente en un espacio muy chiquito

Extraño el tren y el ruido de los rieles
la ruta es un camino infame e inhumano como para hacer
un viaje tan largo a casa.



Bio:(Goya, Corrientes, 1979) es docente, escritor y periodista freelance. Publicó Los Mantenidos, Partes de guerra y Humo. Estos poemas son inéditos.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Carolina Rack


Los de Mate Gasse son los pobres, los polak.
Nunca saludes un polak, te persiguen
y son sucios. Si no te bañás quedás como un polak.
Parecen dos polak, decía mi tía cuando volvíamos del campo.
El frío del baño en la casa inmensa, después de la ducha,
y los ojos negros del polak que se sentaba en la esquina
me daban ganas de escapar a la Mate Gasse.
La maldad de mi prima: hay un polak que gusta de vos.





Cada calle es una calle sola
sin otras que a simple vista la crucen
por amenazantes, son pocas y bien largas, lo suficiente
para huir a tiempo si vivís justo en el medio
de una calle que está en una manzana
larguísima equivalente a tres cuadras
y escuchás el ruido de los invasores
o de los que quieren deportarte, llevarte a una guerra
matarte de frío, de hambre, de venenos
buscarte para ir a lugares desconocidos
que tienen demasiadas calles, tres calles
donde en las colonias hay una sola,
con el número correspondiente de esquinas
por donde doblan y pueden
acceder rápido a todas las casas
robar chicos, secuestrar comida, usurpar
violar a las rubias, rayar los pisos,
desparramar las piedritas, arrastrar macetas
romper los jardines y las verjas pintadas.


Y si lo mirás desde google earth ves
detrás de cada casa un espacio verde
unos patios campos
donde podés criar hasta seis terneros
hacer crecer zapallitos y pepinos
en el verano,
construirle una casa a los chorizos
que se secan en invierno,
diseñar una ermita con piedras
para una virgen o santo estatuilla
o pintadas en azulejos, sacar sillas
al patio delantero, recibir
visitas bajo un sauce, subirte
al muro del gallinero para espiarle
los chanchos al vecino, quejarse
por el olor y los cajones de abejas
vivir con el asfalto por delante
el césped recién cortado por detrás,
los hoyitos para los rosales,
la vereda barrida.
ahora sí, miro cuidadosamente cada
centímetro y no encuentro
nada que me perturbe.





Llamamos a la que
reza el rosario
por unos pesos
canta los cinco misterios
en giros melódicos
por costumbre
balancea el cuerpo flaco
desliza las cuentas
por sus dedos
un coro de agudos la sigue
hacia el final acelera el ritmo
por el apuro
quince, veinte pesos le dio la tía
saluda y se va.
Los viejos quedan en vela
los jóvenes hablan de no alargar la agonía
nos vamos a dormir un rato.
Llevan el cuerpo a la iglesia
un cura borracho confunde el sermón,
peregrinamos detrás del coche por la KircheGasse
no fumes, dice mamá, apagá el cigarrillo, queda mal.
Litros de agua bendita sobre el cajón
que, al parecer, también es cosa de rusos
como las flores de plástico
y los cementerios prolijos.





Carnaval en la calle ancha, no me gustan los pomos,
la espuma, o sí: estar mojada en febrero está bueno
pero ahí vienen esos rusos que son brutos,
antes nos gustaban, eran lindos,
después: el ataque, te agarro la cara, de los pelos
el pomo se gasta rápido, nunca a los ojos,
rompemos el aerosol, lo llenamos con agua
ya van a ver, del miedo y mojada
Vicky corre al lado mío, la llaman por su nombre
a mí no, no soy de acá, quién me conoce,
ese (fue ese),
yo con remera azul, estreno jean y la remera adentro
bajé catorce kilos, la remera debe ir adentro,
la panza chata, indicio: puedo ser atractiva
me tocan el culo
salimos corriendo y con espuma del pomo gastado
con la última espuma los rusos brutos escriben putas en la pared.



Bio:Nació en Coronel Suárez, provincia de Buenos Aires, en 1981. Es profesora y licenciada en letras (UBA). Desde el año 2005 es docente en diferentes ámbitos y niveles vinculados a la literatura. Ha participado en el programa de formación de escritores organizado por VOX y el Instituto Cultural de Bahía Blanca durante los años 2007 y 2008, así como de diversos talleres de formación. Forma parte del grupo Acción Creativa junto al que ha editado dos colecciones de plaquetas literarias y en el que participa activamente en el desarrollo de talleres culturales y espectáculos para su localidad y la zona. En el año 2009, en el marco de la muestra colectiva un día en la vida, publicó la plaqueta de poesía Calle Mate y en el año 2010, para el proyecto Acción Rotativa, publicó la plaqueta Du Bist net Shön.

domingo, 29 de julio de 2012

Fernanda Maciorowski




tengo tantos bellos cuadros
con tu cara de duendecillo
los miro con los ojos grandes
los ojos de una Medea Naif
una Antígona Pop

mutamos y eso es
maravilloso

el cambio
el problema
en algún lejano sentido
nos pertenecen

la lujuria de saber
el arte de la autodestrucción

todo es una montaña
de palabras
un imperio de mugre

la superficie de Medea (2007)




/
ramas
salvarme de qué
te paraste frente a mí
con esa sonrisa
yo caía
la cárcel el manicomio
caía
ramas flores hojas y ramas
bien hechas
bien construidas
estabas en una habitación
de tenues luces amarillentas
pero las flores
se mantenían de luces distintas
quería salvarme
a pesar de todo
mi monomanía era una
especie de redención
pero las flores
iban comiéndolo todo
eran hermosas
desde la lejanía
el hospital el castillo
tópicos reales como carne.

/
Conejo (2010)





el cielo está cargado:
va a nevar
acá adentro

entonces
me pongo mi piloto rojo
(el de cuando era niña)
y salgo

lo ideal no puede estar ocurriendo.

*

*

La tendencia ahora es el verde
el dorado
el blanco, el estampado multicolor
el vinilo
el turbante
el corazón a la deriva.

*

*

Rubor
en el make up del alba

*
Apogeo (2011)


Bio:(Puerto Madryn, 1982) Licenciada en Letras, bibliotecaria y poeta. Ha publicado La superficie de Medea (2007), la plaquette Acuarium (2009), Conejo (2010), Doma latina (2010), Apogeo (2011) y La cuerda de los relojes limando el tiempo. Antología de poetas de Puerto Madryn junto a L. Carranza y N. González (Fondo Editorial Provincial, Secretaría de Cultura del Chubut, 2011). Fue becada por la Fundación Antorchas y por el FNA para capacitarse como narradora y poeta. Actualmente ha ganado el Premio del Fondo Editorial Provincial del Chubut con su libro ceremonia del té en los ojos.


sábado, 28 de julio de 2012

Diego Vdovichenko



Edwin Adrin en el estuario.


El puerto comienza a girar,
con él las grietas,
las escaleras hacia el fondo, sumergibles.
Faro, muelles de piedra,
eternos en el fraguar del río,
golpeando, degastando la tierra
que no vemos.

Como Edwin Adrin en la Luna,
sosteniendo la cámara en sensación de vaivén.

Los hilos del sol oscurecen el río,
moviéndose la masa espesa, acuosa
creciendo de horizonte en horizonte,
de ventana en ventana.

Seguramente Edwin se pregunte por todos nosotros
en el momento de poner su segundo pie.
Su madre habrá hecho pastel, sentándose
a ver lo que filman sin saber que es él quien filma.
Entonces girará la cámara para que lo vea por la tele
y lo salude sonriente como la imagina
mientras se ríe y agita la mano.

Edwin Adrin, en la Luna, en el satélite terrestre, en todos los cielos,
apoyando los pies en el '69,
sobre todos los ojos que corrieron al patio a ver si se veía algo distinto allá arriba,
que no está tan lejos ni tan caro.



El futuro es a la Luna lo que este buque al cardumen que muere panza arriba,
reflejando el año y lo que nos toca.



Edwin, que cuando pisó por segunda vez la Tierra
metió la bota derecha en el banco de peces,
brindando con Louis y los talleristas de la NASA.

El horizonte comienza a poblarse y lo que parece frontera
es una nube negra que crece por el largo de la línea.
Sombra sobre la neblina.

Edwin Adrin, sentado en el Flecha, camino al Uruguay,
observando, inmutable,
lo que acontece por primera vez en su vida.
Una vez arriba el resto empequeñece
a pesar de que aquel faro comience
a crecer desde la tierra oscura.
La ventana del barco es el lente de la cámara,
el resto un armatoste que nos sirve de traje,
como una palabra tosca, lunar.

El sol reemplaza las estrellas y flamea.
Miramos por la ventana,
sonríe y dice,
-Tierra virgen para nuestros pies.
mientras comenzamos a desembarcar.





Los dientes de Neptuno.


Se acuclilla junto al fuego, algunos leños en mano
-que con sutileza y labilidad coloca sobre las flagrantes llamas que azulean
en la humedad del ambiente-
comienzan a cintilar en la oscuridad de las sombras pequeñas pelotitas rojas que desaparecen como luciérnagas.
Es que con este clima el viejo Neptuno
no tiene más que sentarse a escuchar las olas
mientras se cocina unos pescados apoyado
en la espuma blanca y burbujeante, cómoda como las pelotitas de tergopol
con la que se rellenan los almohadones.

Aún sostiene en los oídos el murmullo de las máquinas
que con el tiempo fueron gobernando su reino de agua.



Por estos días, al dios, que apenas puede sostener la didímea estirpe, le preocupan otras cosas,
el tridente se le está oxidando, en ocasiones el cuerpo suda pesadumbre,
y todavía hay días en que le cuesta volver a las aguas, de donde todo proviene.


Las voces de los marineros que a lo lejos navegan le inquietan,
no cree que pueda serviles un plato suculento y acuoso a todos. Además,
solo tiene dos botellas de vino y un culito de ron que encontró en las orillas.

El bote se acerca y en el misterio del eco resuena aquel canto

-remen marineros, remen.

Con las manos en el fuego y el tridente descansando en su hombro,
Neptuno contempla aquellos héroes parcos que en el medio de la oleada
dejan entrever sus músculos épicos, míticos, destellando un brillo hollywoodense en sus venas.

-frente a ellos Baco huiría sin duda-

Retraído, el dios mueve las olas con los pies mientras infla su pecho y lanza
el gélido aire de su boca, intentando de esta manera, callar el grito que lo atormenta. Sin embargo,
el sonido aumenta: al golpear de las olas se le añade el estridente silbido del viento frío que todo lo erosiona, pasando por los orificios de las maderas del bote.

Es en ese entonces donde el grito de aquellos que arrastran la tierra acumulada de los viajes
resuena con más fuerza que la tempestad y desde lejos, Neptuno,
se asombra de oír nuevamente esa melodía rampante.

-remen marineros, remen.


Al dios, todo este esfuerzo apoteósico le parece innecesario.


De pie, caminando entre las olas, busca las voces de los mortales. Nada encuentra allí,
todo el cosmos es como un árbol abandonado en el centro de la ciudad.
Inmóvil, con los brazos en jarra sobre el bramido del mar,
que calma con leves golpecitos que efectúa con el pie derecho,
como si continuase con una melodía lenta,
desorientado,
Neptuno cae en la cuenta de que un verano sin arena solo arrastra cenizas,
que en todo este tiempo que pasó entre los mortales su sombra ya no conservó la figura de los templos ni su barba avejentada sostuvo el blanquecino color sino que enmohecida y enmarañada, opaca, apenas se sostiene de su mentón. Además, su piel ya no emana el aroma de la mañana.

será la tierra la que desgaste la noche,
resta ser un viejo, sentado,
en la espuma del mar.





Mientras riega

La verdad es infinita
Leopoldo Marechal.



Es para las plantas me dice, agua dulce para mis plantitas,
mete la jarra de jugo en el tanque de agua viejo que tenemos en el patio
y riega las plantas en el verano.
Lo que pasa que con este calor sufren mucho
y el agua de la lluvia les hace bien a las plantitas.

¿Viste que lindos que están los claveles?
Hoy les voy a comprar una maceta más grande,
para que estén más cómodos.

Y todavía la veo levantándose de la siesta, poniendo el agua para cebarle unos verdes al viejo que viene cansado de laburar.
A veces riegan juntos el patio, ¿no Diego?
Él pone la manguera y ella sigue sacando agua de su tanque.

Con el tiempo mi padre le consiguió un barril de 200 litros,
de esos negros donde guardan aceite en la obra.
Se lo llevó y ella chocha. Hizo acomodarlo debajo de una canaleta,
para juntar un poco más, para mis plantitas,
y se ríe.

¿Cuál es el propósito de un escritor?
Ahora ya pasaron sus cincuenta y me habla por teléfono. Me llama gratis porque quiere saber cómo estoy y cómo está el clima. Cuando llueve se pone contenta y me dice que tiene un montón de agua en los tanques, como para un mes.

Sin embargo los malvones no soportaron la helada del invierno pasado.
Un amigo me dijo que desde los noventa para acá los poetas escriben bajo el mismo tutor, nacen todos de la misma raíz.
¿Acaso alguno de ellos vio a mi vieja regar las plantas desde los veranos del noventa hasta el día de hoy? ¿Alguien escuchó a mi viejo cuando desde la mesa le grita a mi vieja cuando me llama por teléfono si fui a la cancha a ver cómo perdió Racing?
¿Cómo se escribe un poema donde se cuente que el día en que mi vieja volvió de enterrar a su madre en Entre Ríos se trajo de herencia unos crisantemos para cultivar y una foto de cuando mis abuelos eran jóvenes? ¿No será que los poetas del noventa en vez de estar atados a tabiques de madera están sumergidos en los tanques de agua en distintos patios?

Y ella se ríe mientras riega.
A veces baila,
A veces canta.


Bio:nació en Rosario del Tala en 1985, provincia de Entre Ríos. Estudia profesorado en letras y traductor de francés en la Universidad Nacional de La plata. Participó en el 2005 del grupo “Poesía a la calle”. Formó parte del programa radial “Cuando cantan las chicharras” durante los años 2009 - 2010. Publicó “La fresca” perteneciente a la colección Primavera – Verano 2009-2010 junto a Victor Gonnet y Gastón Andrés en la editorial La fresca, la cual dirigen y la plaqueta mientras riega en Acción creativa Suarez.








viernes, 27 de julio de 2012

Mariela Laudecina



Del libro "Tomo las decisiones con los pies" (poesía - 2011- Ediciones llantodemudo)




Me pongo el vestido nuevo
porque lo que se toca o se mira
por primera vez
produce escalofríos
cosquillas en la panza
Como el amor o aquello que se le parece
El estreno más allá de los órganos, de la piel
interrumpe
Será mejor no verte otra vez



***


Tomo las decisiones con los pies
El color de la nieve es según el lugar
aunque parezca raro
Todo músculo es música
por eso bailo
Me hace triste la fisiología.



***


Australiano, 40 pirulos
ojos azules y piel dorada
Lo conocí pidiéndole una lapicera
Se hospedaba en el hotel de la esquina de casa
Me invitó a salir como pudo
Sabía poco castellano y yo poco inglés
Pero nos entendimos; teníamos ganas de entendernos
Fuimos a bailar; bailaba bien
Nos besamos
A lãs seis nos fuimos a desayunar
y después lo acompañé al hotel
Me invitó a subir, y subimos; pero a la terraza
Esperaba sexo
Erré
Me masajeó los pies un largo rato sin hablar
Permanecí callada
hasta que repitió que quería conocer el Himalaya
Andá, le dije
Al otro día me dejó flores con mamá
y una tarjeta con un poema
que hablaba del viento en mi pelo
fue el primero y único ramo
que recibí en mi vida.



***


Me presenté en un taller de escultura
El aviso decía
Se necesita ayudante
con o sin experiencia
El me hizo una prueba
Sacó de un cajón
una chapa cincelada
y me dijo
¿Qué ves?
EL mar, respondí
Perfecto. Estás contratada.


Bio: Nació en Mendoza. Vive en Córdoba.

Publicaciones: Poesía. Hacia la cavidad-2006.Ciruelas-2007. (ambos por llantodemudo) Intiyaco-2009 (flor de cardo ediciones)
Novela breve: "El cielo es para los angeles" -2009- (textos de cartón) Tomo las decisiones con los pies- poesía 2011 (llantodemudo)
"Perfume de jarilla" poesía 2012 (tintadenegros) Antologías: Cucrito, Quince, Muchachas punk vs poetas clásicos.
http://www.eldeseodeservolcan.blogspot.com/




miércoles, 25 de julio de 2012

Juan Luna




Dos más dos, cuatro,
el punto cardinal,
la nota que se pierde,
la fracción de segundos,
la división obligada.
Hay una escalada de valores
un resultado posible en el esfuerzo,
La suma de ambos lados de la realidad.
Esferas que giran 360 grados,
y vuelven al mismo lugar siempre.
Tus manos cóncavas, tu espalda convexa,
y la mirada indefinida.
Los números mandan, y otra vez
estoy en negativo.
Me pregunto qué vértice
me corresponde en este triángulo equilátero.
Los dados se deslizan sobre el paño,
y recojo el cubilete vacío
para saber en qué oquedad
se perdió mi buena suerte.
Un cero a la izquierda, una coma,
un paréntesis, un treinta y tres
a la enésima potencia.


***


los días con sabor amargo.
La lluvia insiste a veces
con dormir en mi cama.
Intenta seducirme, y sin embargo
cierro mis pestañas para que no pueda mirarme.
El pequeño pez se golpea contra el vidrio
y las burbujas suben por el mar ficticio.
La ventana sigue ahí, inmóvil
viendo cómo la calle se quita los colores,
y se llena de perros.
Se han vuelto arena las palabras,
pero una llama arde todavía
tal vez sea el fuego sagrado del que hablan.
Cuando el vapor empañe el espejo
haré con mis dedos la señal de la cruz.
Los soldaditos caen sin quejarse:
es domingo, y están sonando las campanas.


***

Una línea vertical en la ventana,
un hilo de sol que separa en dos
la realidad del lienzo.
Presagio de la niebla
que vendrá mañana.
Antes de las cuatro de la tarde
llegaron los tordos forasteros
con su sonido de conquista.
La ruleta gira dando y quitando
fortuna, gira y sin embargo
los personajes no se mueven,
la procesión va por dentro.
Los números no mienten
a veces, sólo nos consuelan.


***

Aquellos amigos que el tiempo
se encargó de dispersar,
con los que alguna vez construimos
un mundo a nuestra medida,
andan por ahí,
juntando insectos bajo la luz,
y yo aquí, a la misma distancia
que ellos de mí.
La sombra de los paraísos
amontona perros callejeros y
los niños que regresan de la escuela
comparten secretos,
ignorando que se perderán
con el tiempo.
La calle es un lugar de ida
o de regreso,
y una que otra vez un lugar de encuentro.


***

En una cama cualquiera
depositarás tu cuerpo,
pájaros carroñeros rondarán el techo
en busca de agua fresca.
Tus ojos negarán que has visto
mejores paisajes,
se te olvidará el aroma de naranjas
en un invierno con más heladas
que de costumbre.
Cuando llegue la noche
y tu luz no se encienda,
arráncate la pena con esa melodía
que los cuervos cantan
cuando están hambrientos.

 
 ***

El paraíso nos envuelve con su fronda amarillenta.
Un mosquito zumba ingenuamente
volando a baja altura.
Allá lejos una silueta cambia
de forma y de tamaño,
de a ratos parece un caballo de costado,
un instante después se convierte
en una bandada de aves carroñeras.
Es el destino- pienso- mientras quiebro
ramitas con los dedos.
Una hilera de hormigas baja por el barranco
cincelando los pasos que congeló el invierno.
Las bolitas del árbol, caen lentas,
y descubro un abismo
entre tu respiración y este fuelle
que se queda sin aire.
Nadie aplaude esta comedia,
estamos vos y yo solos,
dejándonos llevar, como un velero
sin remos en mitad del mar.

 
***

Acaso sea la sordera
tu mayor virtud.
Has extraviado las notas musicales
y solo puedes dibujarlas
en la pizarra blanca
que no resiste tanta tiza
como tus ojos resisten tanta lágrima.
No tengo la edad para marcharme,
ni coraje para arrancarte los dientes.
Sólo por preocupación
cerraré la puerta
y pondré junto a mi cama
un ramo de helechos
embebido en agua bendita,
y si mañana al despertar
aún sigues con esa molestia
que dices que te sube desde el vientre
llamaré sin pudor
al que arregla karmas
para que acuda con su perro
y termine de una vez con este entuerto.


***

Mi voz surge trémula.

El verbo que conjugo
no figura en ningún libro.
Voy desde el silencio,
hacia un grito hostil, desesperado.
No resulta difícil reunir palabras,
de hecho están en todas partes,
en revistas de moda, en manuales
de química, en latas de café
y entre instrucciones de cómo
hacer un buen pastel.
Las escucho en la radio,
suenan altas en la mesa del bar,
pero la simple suma de palabras
no da como resultado un buen poema.
Mi voz no calla, ni dice,
mi voz horada la garganta
y se diluye en el aire
como el olor del fuego
que consume mis papeles.
Una grieta estrecha
delata el deterioro.
No puedo esperar hasta mañana,
debo concluir este inútil alegato.


Bio: Nació en Quines, provincia de San Luís el 23 de julio de 1963. Reside en la ciudad de Villa Mercedes y, si obviamos el cuaderno de textos “5 erentes” editado por el Taller Literario de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Económico-Sociales de la U.N.S.L. (2010) del que forma parte, es absolutamente inédito.




martes, 3 de julio de 2012

Carina Sedevich

1


Un pedacito de tierra
sobre el que todo está solo.
Mi hijo está solo
mientras siega
lo que va quedando de los tientos
de los sueños de aquel que se marchó.
Pobre hijo mío
que sólo tiene una madre sola
mil veces sola sobre un montón de tierra.
Pobre hijo mío
a quien no pude darle
algo invencible
algo inalterable
algo más que pasos que se pierdan.
Las mariposas, las abejas,
que en otras primaveras le mostraba:
(espero, sueño, habérselas mostrado)
¿habrán guardado su sonrisa?
Pobre niño sin padre
antes y ahora
segando solo la tierra que no es suya
como segando un cariño oscuro
que se fue cerrando como un puño.
 
 
 
2


He decidido mirar por la ventana.
Todo cae mientras yo miro por la ventana.
Mientras me caliento el pecho con el sol.
Miro las telarañas entre las rejas
finas, tornasoladas.
Miro las volutas de hierro, sencillas
las que eligió Rodolfo.
He decidido mirar por la ventana
de esta casa enorme.
Acá iba a crecer un hijo nuestro.
Las piñas se amontonan en los árboles.
Acá íbamos a tener una pileta.
Y el color de las paredes iba a ser arena.
He decidido mirar por la ventana.
Inmóvil en la silla, como en un hospicio.
Ver los rosales plantados y olvidados
que crecieron sin darnos una flor.
Los yuyos del invierno, las agujas
que caen de los pinos, las gramillas.
El gris de los ladrillos que costaron tanto.
He decidido mirar por la ventana.
Repasar en silencio la alegría perdida
con esta ropa vieja de todos los inviernos.


3


Es la hora en que es preciso escribir.
Hay que salvar el día
de hundirse. Hoy
vale por tantas tardes que vi pasar
callando. Hoy
no es más triste que otras veces
esta hora.
No es mayor la soledad
sino más vieja
como si nadie nunca hubiera estado.
El hueso del silencio
conocido y raspado por mis manos.
El hueso de ser una
sola, durante todo el trecho.
El hueso de haber sabido siempre.
Sin embargo tuve la duda del amor…
Se me ofreció en alguna de sus formas
y vi salir el sol por el oeste
y palpitar la tierra
y edulcorarse el mar.
Hallé que el frío no cortaba
que ciertas flores supuraban
me senté bajo un sauce para oírlo
y me aburrí.
Me decía siempre que de mí
huían las felicidades.
Me llamaba siempre inmerecida.
Entonces tuve la deuda del amor.
Y no hay camellos que alcancen para eso
ni arena caminada
ni las piernas, ni las vulvas entregadas.
Nada de eso
paga la estafa del amor.
No hay agua sobre la cuál escribir
tantas partidas.
Me quitaron lo que nunca tuve
y siempre supe que no había tenido.
Me dieron y me rapiñaron
el hueso de mi soledad.
 
 
4


Esa mañana escuchaba el quejido
de la puerta del mueble en la cocina.
La puerta donde está el tacho de basura.
Esa mañana hacía frío todavía.
En mi útero había sangre todavía
mientras oía, inmóvil en la cama,
el ruido de la puerta en la cocina.
Pude cerrar los ojos y no ver como te ibas
pero no pude dejar de oír aquella puerta.
Algo viniste a decirme, que te perdonara.
Dentro mío la sangre coagulaba
los óvulos, todos, se morían.
Ahora en la cocina, cada mañana,
cuando desgrano una fruta
para mi cuerpo sin nido
me doblo como un gato al que alcanzó
una flecha
para dejar caer mi resto en la basura.
Una cáscara, un corazón, una semilla.
Con ellos va el perdón que puedo darte.

 
5


Esa tarde en Andratx, en el pequeño auto
llegamos al espigón después de ir al faro
y no había más azul ni más verde que desear
porque el mar ya lo había deseado todo.
Cada curva rocosa se acostaba
de lado a lado, entre los muelles.
Parecían mujeres y así olían,
como apretadas de noche en el harén.
Las embarcaciones esperaban
porque sobre las aguas que clarean
y después se oscurecen como en ronda
es mejor esperar y estar callada.
Te abrazaba, pero estaba con el aire
con los colores y con los pescadores.
 
 
Bio: Nació en 1972 en la ciudad de Santa Fe y reside en Villa María (Córdoba). En 1998 publicó la plaqueta "Una nube decapitada y grave" - Editorial Radamanto y el libro "La violencia de los nombres" - Editorial Fe de ratas. El año 2000 publicò los libros "Nosotros no" y "Cosa dentro de otra cosa" - Ediciones Litote. Se desempeña como docente en la Universidad de Villa María.