martes, 26 de mayo de 2015

Patricia González López





1
La patrona te ama

¡Que se vayan todos los paraguayos
que nos sacan el trabajo
ocupan los hospitales
y no pagan impuestos!
Que se vayan a su país
o al interior que hay menos gente
y también necesitan mulos.
Que se vayan todos
¡menos mi mucama,
no sabés cómo limpia!
En todos estos años
nunca me robó ,
mirá que muchas veces
dejé plata en la mesita de luz,
o los anillos en el baño
y nunca me faltó nada
eso que vive en una villa...
¡Es una en un millón!
Honesta
Limpita...
Se viste feo, pobre
pero, como yo soy muy generosa
desprendida
algo de ropa le doy.
Es muy buena
tan buena que no me pide obra social
ni jubilación
¡Es tan caro pagar las cargas sociales!
Por suerte
se trae pan y mate cocido de la casa,
cuando hay fiestas viene a servir,
y como a mí me gusta ayudarla
le doy la torta que sobra para que le lleve a sus nenes
¿Te parece que los deje todo el día solos?
Una vez se hizo la tonta
y faltó un 31 de diciembre
¡Justo ese día se tuvo que enfermar!
Pero bueno, una vez en 27 años
que falte un 31 de diciembre,
No es nada, por suerte para el 24 vino
¡Ah, y en semana santa, es incondicional!
Calladita,
por suerte no contesta,
se queda hasta tarde.
Pero en su cumpleaños
la dejo irse tipo a las nueve,
así llega a su casa
unos minutitos antes de las doce
y puede festejar con su familia.




2

Me hieren esas sonrisas
de los nenes que no ríen;
hay otras
que tienen una cadencia propia
del que nunca sintió dolor.



3

Vi desde acá varias noches caerse
por los ladrones que se cuelgan del cielo,
sufrí el bastardeo de la palabra
garante del movimiento escaso de la verdad,
vibré las ausencias necesarias
para llenarme de soledad
cuando las presencias sean felicidades fingidas.



4

El debe
Soy el gen del mal
activado en los puntos cardinales de mi karma.
Nadie me toca la fibra,
no tengo.
Los pies arriba de una almohada
no me inventan la sangre.
Pedime todo el amor que quieras
yo siempre te voy a deber el doble.



5

De sentires
Lo que escucho
lo que dices
no me alcanza
Se me caen los oídos
en las palabras
Mi corazón late como renglones
La lengua teñida de vino
y el aliento vestido de nada
Lo normal me aburre
Lo normal es muy normal
Quedan migas de la piel
en la copa de placer
que bebimos los dos
Y recuerdo la locura de tu sillón
que siempre quiso ser cama
Algo allí pasaba
Algo allí sentías
El cielo debe haberse escondido
entre los almohadones
hace tiempo no me ves a la cara
solo me das tonos de ocupado
Siento puñaladas en mis pantalones
en las curvas que te gustaban y esquivas
La sangre que me lava la cara
lágrimas bajan de mi vientre
empapan mis piernas
ya no vendrás
Me lo dice el olvido que escupe
rimas involuntarias
no me decís, no me miras
Puedo morir y aún no es domingo.



6

Dos hijas preciosas que no
Hijita,
salí a jugar al inodoro,
sé amiga de las toallitas,
los tampones,
y las pastillas.
Ibas a ser preciosa,
y tu hermanita también,
pero no va a poder ser,
tu papá me dijo que busque otro esperma.



Bio:de Agosto,1986,Capital Federal)
Licenciada en Relaciones Públicas. Maestrando en comunicación, cultura y discursos mediáticos. Investigadora. Participó en varias antologías y publicó los libros “Indecible” (Poesía. Milena Caserola,2009), "Dos de Azúcar" (Narrativa. Milena Caserola,2010), "Maldad, cantidad necesaria" (Milena Caserola-Llanto de Mudo,2013). 

viernes, 1 de mayo de 2015

Gabriela Carrión




Superlativo de verde

El verde guía mi vida, como todas las cosas fundamentales, con su inagotable misterio. Sin excepción ¡sin invierno! transforma las horas para mi gozo, me sitúa siempre en un más allá de lo que soy capaz de sospechar: el superlativo de verde.

Mi obsesión por un placard poblado de vestidos verdes es apenas un detalle al lado de la visión que me salvó de la tristeza: aquel campo que un día fluoreció infinito, brotó una pregunta en mi alma ¿es posible permanecer dormida ante la intensidad? Desperté y siguieron los años. Con ellos brotaron de nuevo las palabras desplegadas en móviles de intimidad. En su tibia corriente, mis cartas terminaban una y otra vez en dichoso mantra: "mucho amor, luz y verde". Intención y certeza de futuro: lo que tanto deseé para otros volvió a mí. Regresó pidiéndome que saltara a una nueva versión a miles de kilómetros de lo conocido.

Por amor a un árbol.

Ahora vivo en un país tropical donde el verde se multiplica, exhuberante y diverso. Absorta en sus tonos, escucho: verde-agua, verde-hoja, verde-jade "¿Vos que naciste acá, te fascina el verde?" "¿Te transporta?" Verde-basilisco,  verde-fruto,  verdes tus ojos. Verdes con un archipiélago de miel ¿Acaso el verde no nace del amarillo y el azul?



 ***

A Duque, mi compañero desde que llegué a este país.


Perro espía, perro dragón, ya duerme cobijado por la tierra que lo vio crecer. Ahí lo dejamos como un ovillo, canela suave, bajo campanas rojas que yo misma sembré para que llamaran a la vida. Alrededor suyo todo abunda: crece el maíz, el limón dulce, la naranja malagueña, el delicioso aguacate, las cerezas. Huele a piña, a sol, a tierra mojada. “Perro ferveroso de tierras tropicales”: nunca pensé que nunca.

El ojo que todo lo ve no me sigue más. La visión retorna hacia donde todavía se sienta junto a mí cada día, donde tiembla con el trueno o espera en silencio a que vos le entregues el corazón del mango. Cada imagen deposita a su lado una nueva y atraviesa todas las demás. Una, como un futuro imposible, me llena de sal y agua. Yo quería llevarte a conocer el mar.



***

Salíamos del bosque. Yo todavía jugaba a la esperanza y buscaba el único árbol que nos llevaría, en sentido ascendente, hacia él. No habíamos terminado de inventar la historia por la cual nuestro encuentro con aquel animal efectivamente sucedía, cuando -de pronto- la futura mentira se hizo verdad.

"No me muevo de acá hasta que se vaya", mentí otra vez, como si hubiera opción. Hipnotizada, atrapada, me sumergí en la contemplación.

Sobre una rama, en tan leve existir, mágnifico, el quetzal. Ave venida de otro mundo para edificar la belleza. Esmeralda, escarlata, a cada movimiento parecía ser uno y otro, sin abandonar jamás el misterio.

Silencio



Bio:(Córdoba, 1982)  Desde pequeña me muevo en las aguas de la literatura y afines: lectora voraz; Licenciada en Letras Modernas y Técnica en Corrección Literaria por la UNC;  profesora de español para extranjeros; colaboradora de la guía cultural de Córdoba, Bitácora de Vuelo. Actualmente, soy alumna de posgrado de Gestión Cultural. Aprendo a realizar papel hecho a mano, libros de artista y cuadernos. Desde el 2013 vivo en Costa Rica.