viernes, 30 de noviembre de 2018

Paula Novoa




La dragona herida
en el patio
bajo un ciruelo
piensa:
hay que regar las plantas.
La tierra está seca.

No llega al charquito
para refrescar sus pies.
Se queda ahí, sedienta
mientras los perros no ladran.

La dragona herida
en el patio
bajo un ciruelo
pregunta
cómo es que
la soga
sostiene su ropa
todavía.

+++

¿Ves?
Acá está la herida
que hace el otoño
cada vez que pasa
y nos recuerda
quiénes pudimos haber sido.
Vos hurgás en ella.
Obstinado en que no cure
maldecís mi nombre.

Yo te bendigo.

+++

No lavaré con lluvia
los restos
del cadáver
que abandoné
al escuchar el canto
de sirenas roncas.
Cada tanto lo visito
y me reclama
un epitafio
que nunca llego a escribir.

+++

Mientras me hundo en la pavura
me mirás
con esos ojos de vaca
al otro lado del alambre.
Me hablás
de tus muertos
y de los ídolos que mataste
en la quema que hicimos
porque el basurero,
otra vez,
nos olvidó en su recorrido.

+++

No sé si los grillos traen buena o mala suerte,
pero uno se posó sobre mi hombro
y cargué sobre él toda mi fe.

+++

Es verano.
El calor afea todo,
el humo se concentra
en la ropa recién colgada,
la murga gotea su castigo chino.
Ellos creen en la felicidad.
En enero
nadie se detiene a enterrar
el cadáver de su perro
y las sobras de fin de año
son agrias.
No repiquetea la lluvia
en mi techo;
los gritos del vecino,
en cambio,
son claros.
Es verano.
Estás solo,
tu sudor te cubre,
hay una copa vacía
y un gato gris que también me extraña.
Hay un silencio.
Tus lentes como restos de comida en la mesa,
mi ausencia en el borde de los platos.
Nosotros
no creemos en la felicidad.

Poemas de El paso de la babosa, Cave Librum Editorial, 2018




Bio: nació en San Antonio de Padua en marzo de 1976. Es Lic. en Lengua y Literatura, docente en escuelas secundarias del oeste del GBA y en la Universidad Nacional del Oeste (Merlo). Autora de los poemarios El año que fui homeless (Cave Librum, 2014), Hija de mala madre (Cave Librum, 2016) y El paso de la babosa (Cave Librum, 2018). Ha coordinado talleres literarios en defensa de la escuela pública en distintos contextos del partido de Moreno.


lunes, 29 de octubre de 2018

Malkka Bentivegna








La mujer, el pájaro y la víbora
cualquier hechizo pueden deshacer
entre la luz medieval  serafines
y la visión del apocalipsis

Capricornio en las horas
indelebles del signo
ilumina el manuscrito
borra en el libro de la reina
la recepción del ciervo alado.
Miniatura del rey
con su espada y corona
forman un triángulo de luz
cuando muere el dragón
bajo el gran elefante.



...



Premonición de saber dónde cae el cuerpo con su aura
le costara cara la similitud al dolor, detener el miedo es largo gesto de vanidad.
El día es viejo y cruel.



...



Vanitas

Dos cabezas
un pájaro amarillo  volando
Los cráneos en los bordes de las mesas no son de las cabezas vivas
asechando la gloria de su muerte.
Es preciso reflejar la vanidad del sueño
la alegoría de la belleza.
Un pájaro rojo
en una hermosa y enorme carnicería.



...



 Nace del vientre un animal cazado
su columna acida comparte el aire con la tierra
tempestad, gesta el becerro una proclama.

 Sedientos en este hogar vibran desnudos los fantasmas
gritan las novias del lupus.



...



La inmóvil con el pecho lleno de olivos
va marcando su remordimiento al fruto
los cortesanos quitan las ruinas de la casa
escupen bajo el cielo los ojos de los caballos

Es noche de caracoles vibrando en los campos de los muertos
en sus vidas inmaculadas
se da posesión a la memoria ardiente y venenosa
de sus familiares.



...



Cubre con sus brujerías al ladrillo que tapa al niño
sostiene el vicio de su sed.        
La compulsión del amor es un ermitaño
que busca la verdad de su instinto.



...



El oficio de matar es imprevisible
cuando su calma horada
el cuerpo de la mujer roja
dentro de una avenida
llena de faroles
recuerdo o contemplación.
Otra vez la calma es pasto ardiendo.



...



Borran la escritura
pesan en el camino las mentiras
la pálida sombra arde en sus manos
su oficio es el del golpe que trunca puertas
el aspecto de la torre derrota al creyente
gota a gota el aspecto es cobardía
guirnalda de epifanía
de dos hermanas horribles
y sin lenguas pero afortunadas.


Bio: ( San Luis 1983) Poeta y Fotógrafa. Con su trabajo participó en varias muestras y encuentros de poetas.Obtuvo  una beca del Fondo Nacional de las Artes en fotografía ,edición 2016.Publicó su primer libro de Poesías  Noctámbula con la Editorial Revistas Callejeras en 2004. Actualmente trabaja de bibliotecaria. Cordero de Dios es su segundo libro.





































martes, 2 de octubre de 2018

Julián López




En esta casa no hay nada,
no hay alces olisqueando el rastro
ni fusiles humeantes de la cristiandad.
En este cuarto no hay nada
ni la cama horizontal de los ancestros
ni la puerta al bosque áureo
al que estamos obligados.
En esta casa no hay pájaros
enjaulados ni una mesa
donde sentarse a estudiar la materia,
el machacar de los maestros
que piensan que en la casa de los niños
hay gigantes que velan por el sueño
y compran cartucheras.
Pero hay en las paredes de esta casa
dos ventanas
como herencia para toda suerte.
Que el viento sople sus tifones
al oscuro pensamiento del que cree
que el alce vuelva a olisquear su rastro
que el fusilhumee a su propio dios.
Que el tac
de la pezuña en el mármol del umbral
despierte a todos los panteones:
¡fuera de esta casa!
Bienvenidos.



Ahora que la luz empieza a irse antes
como si todo fuese una cinta 
que se mueve tan de a poco,
ahora que el anochecer se adelanta
se mete en el cuerpo y vuelve el impulso
automático de cerrar un poco las ventanas

de acomodar los libros sobre la mesa
porque es el fin del verano y no da igual
que las hojas se abran con la brisa
que se arqueen las tapas y muestren
los círculos del vaso transpirado que apoyamos

como los círculos de pasto quemado
que dejan los ovnis en el patio de atrás 
de las casas de provincia.
Ahora que quiero dormir,
que pienso en sopa mientras trabajo todavía
ante a la misma ventana en la que ayer era el verano
y las golondrinas surfeaban el aire
y volvían a desbarrancarse y a aguantar 

la respiración hasta emerger
otra vez 
a la marea de esa fiesta.
Aunque ahora trabajo y me miento,
me digo que no estoy mirado alrededor
que no tiendo a las ventanas, que estoy tranquilo

me digo, que trabajo, que no miro de reojo, 
que no las busco apenado cuando voy al cuarto 
y paso por el ventanal del pasillo
en el momento en que una peripecia casual e imprevista
-ver volar a un aguilucho en el cielo de Constitución-

me detiene frente al vidrio y quedo
mirando al pájaro que se pierde
y estas ventanas abren todo lo que tienen de cielo
frente a mí, 
para mí,
vacío,
lleno de congoja,
busco en el almanaque, pienso en fechas
que es pronto, que no puede ser
que falta para que tiren de la cinta 
y para nosotros quede del lado gris.
Entonces me pierdo en los retazos de este día:
cuando salí me asombraron los manchones 
de hojas sobre la vereda, pero me distraje
me entretuve como siempre, escuché canciones
pensé en todo lo que no pasó, en lo que pudiera,
y me distraje como siempre y había sido feliz
sin que me diera cuenta
y ahora deben estar
velocidad crucero rumbo al Norte
porque no las veo, porque tal vez se fueron,
porque deben de haberse ido adentro del verano
todo el verano en el que fui feliz por los pájaros 

y me distraje. Me distraje.



Vuelvo en micro a Buenos Aires
en la doble velocidad de la tarde, 
la del sol que se adelanta y se aleja
hacia el país del oeste
la de la luz rasante que todas las veces
parece un ultimátum
y todas las veces
parece derramarse sobre el campo desesperado.
Atravieso la doble velocidad de la tarde
un sistema de moléculas cruzado
por los viajes transversales de la luz, 
todo el tiempo en colisión con los fotones
siempre en la escena del tiempo y de la luz,
la resignación, la noche entrando al campo
con su lámpara oscura.


Trato de escribir pero el poema
reviene de a golpes oscuros
en tumbos imprecisos
queda en la mesa residual:
un desayuno devorado por el otro 
que fui
minutos antes.
Trato -porque se trata-
de escribir lo que está 
detrás del edificio
pero el poema es grácil, 
su silueta exigua y mis palabras 
alfileres romos, lejos 
del filo y de la puntería 
un arquero incapaz 
de atrapar la mariposa.
Trato de escribir el poema
pero es a tientas que subo
para ver la costa desde el promontorio 
y la línea del planeta sometido
por los mares se entrecorta
como un verso en exceso trabajado.
Trato de sentarme
en una silla, trato
de acostarme en una cama,
trato de pisar el mundo con las plantas 
pero son los ojos 
los que huyen de la Tierra
y se pierden en la nube cenagosa.
La prolijidad tiene los cupos
cubiertos de poetas,
yo fracaso.
Quiero el edificio detrás 
de esa mole que cae.


Voy a dejar una cosa acá
para que madure su carne,
quedó en mi mano cuando vadeaba el río
cerca de la orilla,
creo que es el esqueleto de un pez
con una cabellera de algas mal encajada
o una estrella extraña
o una botella de plástico
esmerilada por el uso de las olas.
Voy a dejar acá esta carne
para que se oree
para que encuentre su punto justo de maduración
entre el rayo que la partió y el sacudón
que le entreví: ¡está viva, congéneres!,
miré a los ojos
mientras la culebra vital se escurría a otra cosa.
Voy a dejar este poema acá
porque la mano se me enredó
en lo que expulsa el río
porque ya no lo tolera, porque no es
líquido, ni nadie sabe qué
cómo, para qué, por qué estoy llorando,
es algo suntuoso, es pobre,
creo que es solamente el esqueleto de un pez
que brilla según cambia el idioma del día.
Voy a dejar este poema acá
porque una vez estuvo vivo.



Bio: Buenos Aires, 1965. En 2004 publicó el libro de poemas Bienamado, desde 2006 codirige, junto a Alejandra Zina y Selva Almada, el ciclo de lecturas Carne Argentina. En 2013 Eterna Cadencia Editora publicó su novela Una muchacha muy bella, traducida al neerlandés, al francés y al inglés. En 2018 Penguin Random House publicó su novela La ilusión de los mamíferos.


viernes, 28 de septiembre de 2018

Pipu Simeoni





1

El amor va
en cajitas rojas sin tapa,
en cajones de madera cerrados,
en alacenas
suelto como arroz de bolsita pinchada.
El amor puede irse por las ramas,
trepar valijas para llegar
a la lamparita y cambiarla
subir a un cielo y sostener la superficie,
ponerle perfume a la almohada.
El amor es quemar etapas
buscar el abrelatas
para comer duraznos con crema sin batir.
El amor puede andar en patas,
porque amor no es idea
amor es lo que pasa.

Del poemario “No me pasó nada” editado por Peces de Ciudad en Bs. As.- octubre del 2015


3
Se fueron cayendo
los lunares de tu camisa,
ahora los tenés a todos en los zapatos,
el sonido de la colección vinilo
en el cruce la electricidad.

Se fue quedando tu camisa sin lunares
y en las manos
las órbitas de un disco
son todos los aviones.

Del poemario “No me pasó nada” editado por Peces de Ciudad en Bs. As.- octubre del 2015



5.

Hoy cuando llovía
mientras todos buscaban escapar del agua
para no pensar en otro río,
yo te pensaba en todos los estados,
y te nombré
como si hubieras hecho un camino por mi cuerpo
y me hubieras abierto el pecho,
ahí,
donde dicen que se guardan muchas cosas
y que de vez en cuando
dan puntadas hondas de una angustia
que se parece a la tristeza
y que lleva tiempo sacarla.
Esta falta económica me deja tan desnuda
que no puedo mentirte:
todavía no te olvidé, y se nota,
por esto de no poder comprarme
lo que tapa por un rato al corazón.

Del poemario “Lo que tapa por un rato al corazón” editado por Azul Francia, en Bs. As. Septiembre del 2018


13.
No porque esté dolida quiero hablar
de lo que nunca me dieron,
pero vengo de una falta,
escribo
desde la ausencia y carencia del otro.
Porque yo
tengo la peor de las virtudes:
darle todo a cualquiera.

Del poemario “Lo que tapa por un rato al corazón” editado por Azul Francia en Bs. As. Septiembre del 2018


Bio: Nací en Rosario el 1º de Agosto de 1983.

Soy poeta y Actriz
Participé en antologías, revistas y fanzines,  ciclos de lecturas,  escuelas, talleres y en instituciones de rehabilitación. Coordiné tiempo atrás “poetas hacen escuela” . Actualmente coordino dentro del ciclo “Pasamano, poesía en tránsito” que organiza la Biblioteca Argentina Dr. “Juan Álvarez uno de los talleres que consiste  en acercar la obra de poetas a jóvenes  a distintos espacios de la ciudad, dentro de los CCB: centros de convivencia barriales.
Doy talleres de poesía “listos, preparados ya” . Poesía a través de disparadores, música y textos de autores.
Mi primer libro de poesía:   “Adela Miente”, publicado en el año 2012  por Tropofonía Editorial.
El segundo fue un fanzine poético  llamado “En un sonido de cruces”de Ojo de Tinta, Ciudad Gótica, editado en el 2013.
En el 2014 fui invitada al 22° Festival Internacional de Poesía de Rosario y al Festival de Poesía Joven de la ciudad de Buenos Aires (APOA)
El 5 de Octubre de 2015 presente mi poemario “no me pasó nada”, editado en la ciudad de Buenos Aires por Peces de Ciudad.  
En septiembre de 2018 presenté “Lo que tapa por un rato al corazón” poemario editado por Azul Francia, de la ciudad de Bs. As.





domingo, 12 de agosto de 2018

Silvia Rodríguez Ares




De Mujeres que se van (2017, Sello Editorial El ojo del mármol)


bacante

vestida con la piel del lobo
que fecunda las magnolias
con el pelo suelto
escapo del jardín

no tengo frío
y por mi calle pasan
las piernas que le ofrecen al amor
una guarida

un rostro que adorar salvaje
junto a todas las mujeres que nacieron
con la misma luna

piel de lobo, este señor
montaña, piel de cabra

¡aullemos por la Luna en Capricornio
con la voz del dios que nos amó
en el eclipse!

bailemos
nuestra danza oscura

a cada una su porción de hierba
nos la deben

hermanas de jardines postergados
y de bosques tan feroces como el sol
cuando acuchilla el nido

del ave que yo ansiaba ser
mientras crecía
esta mujer
que siempre huye



De Padre pez (2018, Ediciones en Danza)

Cuatro discos

Nada es más negro que la mañana luminosa del recuerdo
decía Paul Celan
y yo enciendo lámparas de barro
mientras construyo el nido
donde todo quedará a resguardo.

Hay fotos en las cajas,
sombreros y zapatos muy lustrados,
láminas azules de caballos,
naipes rojos, bailarinas de papel,
baldosas de Boedo
y cuatro discos
que perdieron la memoria.

Y les pregunto,
sabés que les pregunto,
pero ninguno
quiere
recordar.


Piraña

Viene el cielo a clausurar la puerta.
¿Por qué llegaste
reflejo triste del fantasma de mi padre?
No soy Hamlet
ni tampoco Electra.
No sé tomar venganza.
Si pudiera elegir,
abriría las ventanas,
dormiría el día entero
y sería un pez de río,
una piraña.
Hambrienta,
furiosa,
hastiada de sed.



Corona

Vuelvo, padre,
las marcas del silencio te rodean.
Los broches que te aprietan
son los restos de una tarde bajo el sol,
tendido el corazón de pies y manos,
húmedo, recién lavado, con aroma
a pájaros y flor.
Cautiva la esperanza, no amanece.
Es la hora de las noches sin ningún motivo
para seguir. Una piedra choca
contra la luz de frente.
Despierto de rodillas en un patio amurallado.
Tengo doce años.
Y estoy grande para juegos.
Suelto
los broches de la soga de la infancia
y un cuerpo oscurecido cae: el tuyo
o el mío. No importa. No sé.
Nos abrazamos. El sol
es un país cercano. El aire,
una corona de sonidos.
Inédito



Luz de luna

Es lunes, es feriado y llueve.
Dormí, me levanté, lavé los platos.
Las voces de la radio me acompañan
mientras tomo unos mates;
el agua me ayuda a pensar
en lo que está sucediendo.
Dentro de mi casa hay una puerta
mal cerrada.
No sé cómo evitar que me moleste
la corriente de aire,
levanta el polvillo del piso
y sacude las migas de pan.
Pero creo que esto no es
lo que más me enfurece.
Es lunes, llueve y es feriado;
las voces de la radio
siguen insistiendo,
palabras que la música
refriega en mi optimismo.
Yo soy la chica beat
ante los ojos de mi perra,
Madonna
bajo las uñas de mi gato,
una parodia
en el silencio de mis hijas.
Me balanceo,
el aire me dice que cante.
Larga vida al rock and roll
al rivotril
a la poesía
a las cartas natales
a las citas a ciegas
a la luz de la luna
al desencanto
y a todo lo que sea
menos importante.


Bio:  Nació en Mar del Plata; reside en Buenos Aires, en el barrio de Almagro.
Cursó la carrera de Letras en la UBA y obtuvo los títulos de Licenciada y Profesora.
Asistió a los talleres literarios de Marta Nos, Diana Bellessi, Alicia Steimberg. Realizó seminarios de guión con Jorge Maestro, de teatro y narración oral con Jorge Sáiz. En la actualidad, participa del taller de poesía coordinado por Natalia Litvinova y Javier Galarza.
Se desempeña como docente de Lengua y Literatura en escuelas públicas de Enseñanza Media en CABA.
Sus cuentos y poemas han sido publicados en diversos medios gráficos, en espacios virtuales y en antologías.
Ha publicado tres libros de poesía: Cristales de la noche (Ediciones Muestrario, 2010), Mujeres que se van (Sello Editorial El Ojo del Mármol, 2017), Padre pez (Ediciones en Danza, 2018).