domingo, 12 de agosto de 2018

Silvia Rodríguez Ares




De Mujeres que se van (2017, Sello Editorial El ojo del mármol)


bacante

vestida con la piel del lobo
que fecunda las magnolias
con el pelo suelto
escapo del jardín

no tengo frío
y por mi calle pasan
las piernas que le ofrecen al amor
una guarida

un rostro que adorar salvaje
junto a todas las mujeres que nacieron
con la misma luna

piel de lobo, este señor
montaña, piel de cabra

¡aullemos por la Luna en Capricornio
con la voz del dios que nos amó
en el eclipse!

bailemos
nuestra danza oscura

a cada una su porción de hierba
nos la deben

hermanas de jardines postergados
y de bosques tan feroces como el sol
cuando acuchilla el nido

del ave que yo ansiaba ser
mientras crecía
esta mujer
que siempre huye



De Padre pez (2018, Ediciones en Danza)

Cuatro discos

Nada es más negro que la mañana luminosa del recuerdo
decía Paul Celan
y yo enciendo lámparas de barro
mientras construyo el nido
donde todo quedará a resguardo.

Hay fotos en las cajas,
sombreros y zapatos muy lustrados,
láminas azules de caballos,
naipes rojos, bailarinas de papel,
baldosas de Boedo
y cuatro discos
que perdieron la memoria.

Y les pregunto,
sabés que les pregunto,
pero ninguno
quiere
recordar.


Piraña

Viene el cielo a clausurar la puerta.
¿Por qué llegaste
reflejo triste del fantasma de mi padre?
No soy Hamlet
ni tampoco Electra.
No sé tomar venganza.
Si pudiera elegir,
abriría las ventanas,
dormiría el día entero
y sería un pez de río,
una piraña.
Hambrienta,
furiosa,
hastiada de sed.



Corona

Vuelvo, padre,
las marcas del silencio te rodean.
Los broches que te aprietan
son los restos de una tarde bajo el sol,
tendido el corazón de pies y manos,
húmedo, recién lavado, con aroma
a pájaros y flor.
Cautiva la esperanza, no amanece.
Es la hora de las noches sin ningún motivo
para seguir. Una piedra choca
contra la luz de frente.
Despierto de rodillas en un patio amurallado.
Tengo doce años.
Y estoy grande para juegos.
Suelto
los broches de la soga de la infancia
y un cuerpo oscurecido cae: el tuyo
o el mío. No importa. No sé.
Nos abrazamos. El sol
es un país cercano. El aire,
una corona de sonidos.
Inédito



Luz de luna

Es lunes, es feriado y llueve.
Dormí, me levanté, lavé los platos.
Las voces de la radio me acompañan
mientras tomo unos mates;
el agua me ayuda a pensar
en lo que está sucediendo.
Dentro de mi casa hay una puerta
mal cerrada.
No sé cómo evitar que me moleste
la corriente de aire,
levanta el polvillo del piso
y sacude las migas de pan.
Pero creo que esto no es
lo que más me enfurece.
Es lunes, llueve y es feriado;
las voces de la radio
siguen insistiendo,
palabras que la música
refriega en mi optimismo.
Yo soy la chica beat
ante los ojos de mi perra,
Madonna
bajo las uñas de mi gato,
una parodia
en el silencio de mis hijas.
Me balanceo,
el aire me dice que cante.
Larga vida al rock and roll
al rivotril
a la poesía
a las cartas natales
a las citas a ciegas
a la luz de la luna
al desencanto
y a todo lo que sea
menos importante.


Bio:  Nació en Mar del Plata; reside en Buenos Aires, en el barrio de Almagro.
Cursó la carrera de Letras en la UBA y obtuvo los títulos de Licenciada y Profesora.
Asistió a los talleres literarios de Marta Nos, Diana Bellessi, Alicia Steimberg. Realizó seminarios de guión con Jorge Maestro, de teatro y narración oral con Jorge Sáiz. En la actualidad, participa del taller de poesía coordinado por Natalia Litvinova y Javier Galarza.
Se desempeña como docente de Lengua y Literatura en escuelas públicas de Enseñanza Media en CABA.
Sus cuentos y poemas han sido publicados en diversos medios gráficos, en espacios virtuales y en antologías.
Ha publicado tres libros de poesía: Cristales de la noche (Ediciones Muestrario, 2010), Mujeres que se van (Sello Editorial El Ojo del Mármol, 2017), Padre pez (Ediciones en Danza, 2018).




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