sábado, 19 de mayo de 2018

Andrea Testarmata








CROACIA

                  a Jor Gramatica

En Zagreb hay un museo para las relaciones rotas
el amor fallido que no pudo/ no quiso ser
cada persona que tuvo la desdicha/ suerte de haber tenido un fallo amoroso puede ir y dejar un objeto.
Todo esto me lo contó mi prima Jorgelina, que me despertó a las seis de la mañana con un mensaje.
Yo no estuve en Zagreb
pero tuve en mi pasado relaciones rotas
por eso escribo, el que no pueda ir a Zagreb que lea poesía.


ESTE POEMA

Este poema lo recorre el crepúsculo
                                  de tu voz
que se va apagando
con la rutina
                                de la noche.
Este poema está parido
por una loba
a punto de abandonar
la cría.



QUE LA POESÍA TE LLENE

Que la poesía te llene,
 te haga reventar,
así, acá, ahora.

En esta intemperie.




DURAZNOS

Conservábamos el calor
como se conservan los duraznos en lata.
Mirábamos el atardecer
entre las ramas de los duraznos,
                     -lo que pasaba a la siesta no era tema nuestro-
El calor se agolpaba en las frutas
-y en nosotros-

El tiempo de cosecha quería
recoger palabras, juntarlas, asarlas. Hacer consejos.
Diciembre estaba encima y el calor
de los duraznos
se sentía en la ensalada de fruta.
-No se puede conservar mañana lo que no se cosechó hoy-


PERSPECTIVA


A veces me despierto y digo: ¡qué día feo!
Escucho el viento, hoy no se puede:

Salir
            Tender ropa
                                          Tomar sol
                                                                   Caminar tranquila sin que el pelo se vuele

a veces la situación se complica un poco más: llueve. Repito: ¡qué día feo!

Para que todos los miembros mi casa me escuchen.

Y una voz real me dice: -no mamá, está lilo.

Afuera la realidad más real: un viento que te llena de tierra los ojos.

Pero para ella está lindo todo el día, es sábado y mamá no trabaja.
        




Bio: (Bahía Blanca, 1982)
Publicó Poemas textuales (2018, Huesos de Jibia)
Coordina Club de lectura Río de Palabras

domingo, 13 de mayo de 2018

Eliana Belén




1

Hay hojas
tipo bowie, japonés,
de doble filo, de superviviencia,
combate, bolo y skiner.

Para que los dedos no la toquen
no se deslicen no se mojen
yo debo ser silenciosa
ella debe ser
fácil de quitar.




2
Se cortó para siempre la soga
donde tendía la ropa,
el chorro de agua desde la pava al mate
entre carcajadas,
fin

Las almejas dejan huequitos también
cuando desaparecen
los colectivos por la ruta 11

quién iba a decirme qué es la ausencia;
para hacer la última llamada
tenías un cospel
y se lo tragó la máquina.



3
No disminuyó la velocidad
a pesar de la lluvia:
prefiero matarme en la montaña
antes que yendo a ella
dijo el remisero.


Yo hacía que dormía
contra la ventanilla sin piedad
a esa altura el hielo
ya lo cubría todo.






4
Puedes besar a la novia
la princesa de huesos
el mundo de la muerte deber ser
festivo
por eso nadie vuelve
siempre tuvimos miedo
de la alegría
y los muertos están debajo
desde donde nos dan de comer
todo crece donde ellos caen
sea como sea
aún encerrados
en ataúdes
nunca volvieron
algo pasó entonces
y un paradigma los separó de los vivos
La deshonramos porque no siente dolor
pero de ella nacimos
de una manzana que vino de una flor
que salió de una rama
de manzano que vino
de la unión entre semilla tierra y agua





5.

Ancestra

La mamá de Caperucita
no le dice vé
hija
a cuidar a tu abuela

sino llévale ésta canasta llena
de miel
y manzanas
y entonces ella

va


Bio: Nació  en Santa Teresita -un pueblo de la costa - en el año 1979. En 2009 publiquó Muñeca. Work in progress (Ediciones Gran Vida). Realizó la instalación de poesía de la  muestra colectiva “Historias tejidas en la arena” (Fotografía, Poesía y Diseño textil) Mar del Plata en el año 2012. En 2015 el poema El día del mar boliviano, recibió una mención en el Concurso Binacional de Cuento y de Poesía Árbol (organizado por la Municipalidad de Cochabamba, Bolivia, y la Dirección Nacional de Industrias Culturales del Ministerio de Cultura de la Argentina). 
Algunos poemas pueden leerse en estos blogs: La infancia del procedimiento: http://lainfanciadelprocedimiento.blogspot.com.ar; Transtierros:  http://transtierros.blogspot.com.ar; Revista Desliz, La Habana, Cuba http://revistadesliz.blogspot.com.ar/2010/02/quienes-somos.html.
Actualmente compone y canta en la banda Muertosenlosambas: https://www.youtube.com/watch?v=wpDl3mPLJQI

miércoles, 9 de mayo de 2018

Julieta Lopérgolo




Hay tristeza en el río,
pesa el agua,
el río la mantiene callada de su curso
como si hiciera hijos en sus márgenes
y los estableciera más adentro.
Sólo nada la luz de una naturaleza quieta
en el remanso,
y se arroja esperanza
a ese dolor inhóspito del agua
en esta hora del día,
y se piensa en refugios.
Hay tristeza en el río
y una secreta compasión
hace que lo acompañen pájaros minúsculos.
Visitantes callados
embellecen el luto,
lo cantan.
                                               (de Para que exista esa isla)


Un padre que se muere
limpia antes el jardín,
separa las ramas secas,
la hojarasca,
quema la oscuridad,
los restos de animales,
descarga tierra nueva
sobre la tierra pisoteada,
divide el polvo
que concentra la luz.

Una hija repite
la palabra nunca
mientras poda.
Se hace la idea de un desierto.

                                               (de Para que exista esa isla)


Por última vez
había que subir a la terraza a destender
tu ropa.
Había que ver cómo algo tan simple
nos hería. 
Esa mañana contraria a las demás
la forma de tu cuerpo ondulaba en la soga,
el aire envejecido,
empastado de nada,
todo lo que no.
Queríamos decir mañana y no,
cielo celeste no,
ni vamos,
ni en un rato.
Lo único importante era esa ropa paralela
a la certeza enorme de tu muerte
en los oídos.
Podríamos haber velado directamente
la ropa tendida,
abrazados,
mientras soplaba ese viento desacostumbrado de junio
sobre el techo inocente de tu casa.
                                               (de Para que exista esa isla)


No sabemos qué hora es
de oscuridad y de llovizna
fuera de este calor que nos damos.

El viento silba alrededor
donde las hojas se levantan.

Pero no vemos nada.
Lo que oímos 
es el viento cazando.

                                   (de Todo lo que habla, inédito)

Me quejo 
de la poca profundidad,
de lo que tiembla,
como si viviera rodeada de cachorros
y el tiempo fuera una escena que crece
hasta el punto de un abandono premeditado,
de mi voz en los sueños,
de proferirla como si fuera una extranjera
y hablar sucediera con los puños,
y las palabras se golpearan entre sí
y sólo cayeran heridas de mi boca.

                                                           (de Otra naturaleza, inédito)




No digo que no cuando te nombro,
cuando tu nombre termina
 y me invade una náusea
del tamaño de un país pequeño
pero lo suficientemente hondo
como para fundar una equivocación
entre sus límites.
En el territorio de mi dolor el yerro.
Había decidido que no iba a pronunciarlo,
que si no estaba tu voz en algún sitio
ese solo silencio de tu nombre tomaría
la forma de una devastación,
la medida de un agujero
en todo lo que sigue.
Y no.
Y cuanto más digo que no
más delirante esta abstinencia,
lejos de las heridas de tu nombre.
Entonces sobrevivo,
que es una manera de decir
cómo fracasa ese dolor,
cómo se despeja.


Bio: Rosario, 1973. Licenciada en Letras y en Psicología.

En las próximas semanas sale Para que exista esa isla, primer poemario publicado por Postales Japonesas (Córdoba).
Actualmente vive en Montevideo desde hace un año.





domingo, 6 de mayo de 2018

Leandro Llull





EN UN SUBTE ALGUIEN LEE A VIRGINIA WOOLF

Una chica alza el mentón hacia la luz quebradiza del metro,
despega la lectura y sonríe bajo el movimiento de los vagones.
Su cara va tomando la forma más bella de la energía
y yo veo cómo sus labios corren con Virginia
a lo largo de una costa paralela al mundo que habitamos.
Entre las nubes van las dos dejando huellas
sobre la arena rumbo al faro que domina la marea.
Pero al llegar, alguien las detiene:
"No tenemos aquí nada para darles,
ustedes no necesitan recompensa.
Han amado la lectura."


ROSARIO

Seguí riendo así, mi sol,
mi ángel rubio en tu materia de alegría,
todo un cúmulo vital agitándose en el aire
como el chorro más festivo de la fuente,
hablándole a la luna cuando te llama
a través de la ventanilla de los autos.
Con los nombres tocá la piedra de este mundo,
bendecilo a cada sílaba, cada tanteo que hagas con la voz.
Quizás todo se apague, mi sol,
la noche nunca está lejana y a veces nos sacude a mediodía.
Quizá la muerte descargue su mejilla helada contra la nuestra,
pero vos y tu risa van a ser las velas, las estrellas
que soporten el peso de la barca oscura.
Seguí riendo así, sol nuestro,
echada sobre el césped en la sustancia primitiva,
y gritá mamai, gritá papai.
Corré, corré hacia el fondo, mi sol,
hacia lo hondo de aquel pino
y fundite con su aura de resina intacta
hasta que nos incendies y nos cures,
vibrante criatura luminosa.


EN UN TRANVÍA ATRAVIESO LISBOA AL ATARDECER

En el fondo, nadie habla mi lengua.
Veo caras y labios que se mueven,
oigo palabras cubiertas por la niebla.
Cuando la forma de las voces ya se fuga,
como se disuelven los contornos de las colinas
sobre el magma del estuario,
el sol es una ostra rosada que se esconde
y nacen en mí pensamientos contra el vidrio.
Ahora estoy afuera.
Escribo.


KARL BLOSSFELDT

Todos los días recorto flores en los barrios y las dejo morir.
Algunas adquieren anonimato, otras fiereza,
ninguna deja de extrañar con locura
el curso frenético de la vida.
Esta, por ejemplo, tiene la potencia de una cobra.
Su capucha se extiende como aletas por los costados
y el pico empuña un veneno de fuego sin deseo.
Capturo los restos con una máquina.
El cuerpo se convierte en una forma sagrada y monocroma
cuya fragilidad toma la forma de la heráldica,
y ante sus figuras metálicas y óseas,
me pregunto si no estaré pagando mis pecados
como un rey Midas.


NORTH EALING

No te satures.
No dejes que tu piel se vuelva una capa inerte.
El mundo se desmorona, es cierto.
Se expanden las partículas en el vacío y nos expulsan.
Pero a esta hora en la estación de trenes
la noche naciente y fría te hace saber
que detrás del cielo hay un más allá del sueño.
Los árboles a los costados de las vías
y el canto de los mirlos que alza
la poca luz dormida sobre tu cuerpo
te trascienden cuando penetra la llama
del ocaso entre las pequeñas casas. Así,
tus poros húmedos, eternos, se abren
a la construcción de la muerte.


Bio: (Rosario, 1983) publicó los libros Disonancia del jardín (EMR, 2009), Horas menores (Huesos de jibia, 2013), A los pibes crudos (VOX, 2015) y Maratón (Ediciones 27 Pulqui, 2016), y el trabajo La lengua en soledad dentro de la obra colectiva Prueba de soledad en el paisaje (Mansalva 2011). Recibió menciones del Fondo Nacional de las Artes en el año 2008 y 2012, el premio municipal Felipe Aldana 2009 y el premio del Fondo Nacional de las Artes 2013, y las becas de poesía  de Estación Pringles (2010) y del Fondo Nacional de las Artes (2011).