viernes, 12 de junio de 2015

Carina Radilov Chirov



Flor del llano

¡virgencita niña! otra vez haciendo burbujas en la puerta
tenés un limón húmedo sobre tu pecho

oí mi plegaria, niña virgen, escamas en las yemas, pelos pegoteados
salitre y humo de cocina pobre, frituras en lo hondo del cuello,
pastelitos crispeantes, corazón de membrillo, la niña huele a mantas
a tierra bajo las uñas, a cielo abierto en tajos desde donde un tufo
a entrañas baja, sin polvo de estrellas

niña, dame un retazo de tu manto, un pliegue, un nido
las flores que te ofrendo las junté entre los terrones del patio
punteado, listo para la siembra, aunque haya sequía

virgen clementísima, a caballito en tu cintura volemos
sobre los campos de trigo, entre los paraísos,  las pasturas
languidecen las vacas, miran, mugen
frágiles son sus corazones
entre la carne, a la espera del asador

niña, quita el sueño
saber cómo olerá tu pureza
tum tum tum, en la lengua percute tu cuello
¿si clavo agujitas saldrá néctar, ambrosía, blancas lanzas de fiebre?

trenzo tu pelo, enredo las mechas
con yuyitos amarillos
y rosadas verbenas





Alhambra

los humos verdes de los espirales en verano
la humareda de todas las fritangas
que ponen dulce la siesta
el santuario chorrea cera
flotan lentejas de agua
flores de lodo bajo los puentes de chapa

los vapores de hornos de barro
casitas de horneros con chicharrón y chancho
sudan los albañiles, huelen a polvo de ladrillo bravo
las heridas del invierno se sanan con braseros y colita de rana
para los muertos,  coronas de flores en las salas de pana
letras doradas sobre bandas violetas
los dolientes transpiran, los queridos en capullos de gasa

ella llevaba un tejido blanco, cancán de nailon
un turbante que había inventado
dejó en herencia frascos tallados  
charisma sweet honesty topace alhambra
nitrato de plata es la foto donde aún agoniza
con el mismo turbante sobre el cráneo exhausto

los pastizales se incendian, las vacas dan metano
la fábrica ventea olores a leche
las tipas punzan deseos después de las lluvias
y el canal se lleva los desechos de la industria láctea

una bocanada seca apasiona al llano

los cereales se pudren en silos plateados
junto a los eucaliptos cuyas hojas hierven
en jarritos de lata, sobre las salamandras
los vecinos opacos que echan lejía para calmar
los calores de la tierra plana
riegan en los barrios del centro, berrean más allá
con voz de gallina, desde las cunetas que navegan
los envases los tetras las bolsas los restos plásticos
de los festines berretas

destellan las veladas preciosas, lustradas por las lenguas
finas de mujeres-dalias,  ikebanas de provincia
viajan a la city, compran golosinas
con los billetes blancos de las ubres hinchadas
que ya no ordeñan  las manos rojas de las tamberitas
estamos en la pampa y somos civilizados
¡tomamos la leche alta alta alta!
crujimos con mandíbulas de hordas bárbaras
la grasita de la ternera pegada a la costilla
la ternera que fue alimentada por selectas alfalfas
¡ tuvo cuarto propio como virginia quiso!

¡se liquidan los vientres!
dicen los del campo, no alcanza el ganado
para saciar el hambre de la manada propia y ajena

los espirales de los parrilleros
exaltan el alma de humanos y perros






lo que nos pasa


¿nos reconoce la tierra?

no somos agricultores
nada nos dicen las estaciones,
las fases de la luna, las langostas ni los horneros

¿qué deseamos, si no es el llamado del viento?

pisamos las veredas
con los pies turbios, los ojos espesos
la voz curtida

tenemos empleo pero no somos empleados

no hay consuelo
no hay misterios
no hay destellos

¿dónde quedaremos?

en los asientos ahuecados, sin huevos,
nuestras marcas serán tatuajes de agua

¿llamaremos con los muñones, desde los tallos
tibios, recostados sobre la tierra?

mientras esperamos,
pulimos los óvulos como piedras del lecho

una verdad muestra su pico duro,
quiere pajitas, palitos, algo de barro

¿haremos nido sobre nuestros muertos?

De Flor del llano, Ed. Espiral Calipso, 2011







Cuencos coreanos (inédito)

Nubes cyborgs
espían  la tierra.
(Clima del poema:
sexual silencio)

Tres jazmines que son gardenias
en dos floreros
que eran botellas de gaseosa.
(Esta sería una diapositiva
de colores mustios
vista sin proyector.)

La breve paz de no necesitar
que cada objeto
regrese a  su espacio.
Nada en la casa precisa de mí
para existir.
(enjoy the silence)

El mundo a mis pies.
Las emociones duran 
Lo que una canción
De otros tiempos.
(como una ráfaga de  ardor
Juvenil cuando oímos
A Freddy)

Silbidos Al sur
Indescriptibles.
Voz coreana al oeste
 singing singing singing
Cotorras al norte.
Se calla el este
Por allá acaba la tierra.

Ni soy ni dejo de ser.
(sin comentarios)

Consejo: realizar alguna tarea de mantenimiento
para comprender lo que la vida
demanda del cuerpo.
Después
dejar todo por la mitad
para que te entre en esa
loca cabecita
la imposibilidad del orden persistente.

Oscurece
como una celosía
que se arrima
para que los labios
se abran
(las nubes se ponen cachondas
y le quieren entrar a la tierra
con sus pistilos de agua)

Soy tan callada y hermosa
Como un atisbo de pez
Que en el estanque
Se oculta.
(cuando bailo sola)

Estuve en un jardín
Japonés.
Lavé mi ropa
En cuclillas
Con un pan de jabón blanco.
(pero mira cómo beben los peces en el río)

Cría nenúfares
Y  te arrancarán
Visiones.
Volverás tersa mutante
Con las plantas de tus pies
Fangosas.
(hasta aquí no llovió en el  poema
Un viento errático confunde
A la tierra)

…….
Si  lloviera,
cuánto
Extrañaría…………………………
(imagine cada quien, cómo completaría este verso)
……
¡Santa Rita!
Engendra flores fucsias.
Tal cual te lo manda
Tu código genético
(O vos también querés
Dar
Otro fruto?)
…….
Pienso en ustedes,
Gajitos plantados
Ayer.
(los pienso, entonces, existen)
…..
Como una escultura de azúcar
Zambullida
En un tazón
Me voy
Dis gre gan do
(estoy no siendo un largo rato
Hasta que tomo conciencia
De que vuelvo a ser
Algo
Feliz
Porque desde que empecé a percibir
Y luego a escribir
No tengo nombre ni sexo ni edad)

(acá el poema va a concluir, con una marca
discursiva de cierre;
son aprox  las cinco de la tarde)

Y todo sucede
Porque estás ausente.






La pava de Américo (inédito)

¡Me encontré una pava nueva, nueva!
¡Le falta el pito, el tulo y el mango!,
gritaba Américo Aresca, loco de pueblo.
Contaba así mi madre, contaba para reírnos.
¿Mi felicidad sería como la pava del cuento
que repetía mi madre que voceaba Américo?
¿Cómo cuánto dura la felicidad, madre?
¿Tanto como el agua en esa pava de locos?
¿Tanto como el griterío de Américo por la avenida?

Te miro de reojo, felicidad, por el rabillo, no te registro.
Me hago la osa y como quien va silbando,
pienso oblicuamente en rastrillar la gramilla o
en el pueblo hadza que vive sin tiempo, 
pero ahora no te nombro, pava mutilada.

¡No, no mires para aquel rincón de las lápidas
entibiadas por esta luz de octubre!
Erosionadas las piedras de los sepulcros,
decime, ¿sería más piadoso triturar los restos
de nuestros antepasados y viajar hasta, 
por ejemplo, 2 de mayo, Misiones?
¿Arrojaríamos las cenizas al arroyo que marca
el límite de la chacra de Cacho?
Nuestros padres desconocen el rojo misionero.
¿No sería un gesto de amor?
¿Ves?, casi me olvido de la pava de Américo, 
ese tesoro corroído por donde el agua se fuga. 

Ah! la masa ya tomó consistencia, huele a limón la cocina,
llamemos a alguien para compartir la pava 
sin pito, sin tulo y sin mango.
¡Que se callen los sustantivos abstractos! 
Nos contaremos qué nos ha sucedido 
durante estas semanas 
mientras estuvimos lejos,
cada una evitanto mirar de frente esa pava
del cuento de madre, del loco de Américo,
esa pava medusa que nos dejaría
de piedra al mirarla.


Bio:  Soy de Sunchales, Santa Fe, pampa de la leche y la soja, sin río en las cercanías. Doy clases de lengua y literatura en escuelas secundarias. Primero empecé a leer en público para más tarde pensar en que podía reunirse lo leído en un libro. El primer libro del que participé se llamó “Antología de célebres desconocidxs”, publicado por la editorial Nunca tengo razón. Con lxs chicxs de esa editorial cosimos, encuadernamos y presentamos “Flor del llano”, primer poemario, luego reeditado en Rosario por Espiral Calipso, en 2011. En 2013 se publicó “Yo soñaba con comprarme una combi”,  de Erizo Editora, selección de poesía santafesina contemporánea, de la que soy parte. Editorial Nudista de Córdoba dio a la luz los cuentos de “Donde empieza a moverse el mundo”, en 2014. Junto a la escritora santafesina Analía Giordanino organizamos un ciclo de lectura, Poesía elástica, desde hace unos cinco años.

miércoles, 10 de junio de 2015

Luciana Reif



Entrada en calor

Mientras pedaleo en la bici fija en el gimnasio
miro al chico que me gusta
el chico que me gusta corre en la cinta
a diez kilómetros por hora, después
hace pesas y abdominales y termina
con quince minutos de bici
no es un chico atlético, tiene un torso
más bien pequeño pero dedicado
me atrae su constancia, su total entrega.
Muchos de los que vamos al gimnasio
a los pocos meses de empezar
variamos la rutina que nos fue impuesta
la cambiamos, obviamos las cosas que nos aburren
y si sobrevivimos terminamos haciendo
la mitad de lo que nos dieron.
Pero el chico que me gusta hace toda la rutina
con devoción, tres series de diez flexiones de brazos
los muslos y el abdomen contraídos sosteniendo
un mundo con sus manos.
Me gusta pensar si tendrá la misma constancia
en su vida diaria, si le hará el amor a su mujer
siempre de la misma manera, un beso en el cuello
hasta bajar a los pechos y solo recién ahí
cuando le toca los pezones empieza
a sacarle la ropa, primero la remera y después
el corpiño, dejándole la bombacha puesta
incluso para la penetración.
Me pregunto si conocerá el recorrido de memoria,
si a veces tendrá caminos alternativos,
disfrutara su mujer o le fastidiara lo previsible del acto.
Mi mente divaga en estas cosas hasta que vuelve
los veinte minutos de bici se me pasaron volando
y pienso que si el chico que me gusta me preguntara
le pediría que tome un atajo, que ya hice
la entrada en calor.


Ese mediodía

Ese mediodía vino la abuela a almorzar a casa
desde que está en el geriátrico cada tanto viene de visita
yo llegue un poco más tarde y me senté junto a ella
su impecable vestido, sus ojos enormes que miran al cielo
y su boca torcida por los antidepresivos.
Apenas me vio me agarró la mano besándola con fuerza
y se la llevo a su pecho
papá le contó que me separé pensé enseguida
y al rato hablé con mi viejo y me dijo que si
un alivio porque yo no hubiera podido largar esa noticia
frente a los ojos de mi abuela que absorben y refractan todas mis emociones
me siguió mirando y me dijo sos preciosa un sinnúmero de veces
mi mano aferrada a la suya contra su pecho como un ancla
sintiendo el latido de su corazón, el tic tac de esa maquinaria
que estando tan cerca de la muerte, me enseña
cómo podemos seguir viviendo.


Un huequito para respirar

De chica le tenía miedo a los ladrones
por eso me cubría la cabeza con las sabanas
para ir a dormir
dejando apenas un huequito para respirar.
Me acuerdo cuando mama nos decía
que no juguemos a ponernos bolsas en la cabeza
porque podíamos morir asfixiados.
Yo que todo lo agrandaba
vivía con un miedo constante
a la falta de aire y con una gran conciencia
del que entraba y salía por mis pulmones.
Me encantaba nadar, tres brazadas
y a la cuarta sacaba la cabeza para inspirar
esa constancia rítmica, ese compas
inhalando por nariz exhalando por boca
me protegía de todos mis miedos
como lo hacía mama
cuando me  abrigaba para irme a dormir
y me daba el beso de las buenas noches.

Nunca tuve un noviecito en el jardín de infantes

Nunca tuve un noviecito en el jardín de infantes
ni alguien que gustase de mí
mi familia ocupó hasta mi adolescencia
todo mi universo sentimental
el ancho patio de la escuela
con la higuera y la máquina que compactaba latas.
El primer día de escuela entré de la mano
de mi hermano, Lauti sabía muchísimo
y yo lo admiraba tanto que me pegué a él
durante muchos años, quería ser su novia
pasar todos los días juntos
en los recreos del colegio.

Recuerdo que mi prima también quería ser su novia
y peleábamos tanto que
dejábamos de hablarnos durante días
sin compartirnos los juguetes
ni quedarnos a dormir la una en la casa de la otra.
Cuando mamá preguntaba
por qué nos habíamos peleado
yo le mentía y le inventaba historias
de alguna manera las dos teníamos en claro
que ninguna se iba a casar con mi hermano
y que la vida nos iba a honrar
con hombres mucho más importantes.

Romance

Conversamos solo una vez hace diez años
pero esa charla todavía perdura
como quien hace el amor, siendo todos los encuentros
una continua prolongación del primero
así son nuestras charlas, nos encontramos a tomar un café
a beber dos copas de vino, y de un momento a otro
nuestras lenguas se desentienden de los dos
se agotan en el juego del parloteo
y cada tanto hacen pausa
cuando están a punto de despedirse, de cerrar
el dialogo, de coser el circulo que explica y previene
la próxima conversación, se arrepienten
retroceden espantadas, se refugian en el caparazón de la garganta
y se someten al invierno de las lenguas
aguardan cautelosas, deshilvanan  las palabras
las lamen como si fueran carne de la otra
lengua amada
se preparan para la siguiente charla
que para ellas no es otra sino la misma, la gran charla de las lenguas.
Cuando nos volvemos a encontrar  y te intento agarrar la mano
mi paladar no logra contener a la prisionera
vislumbra la punta de la otra  y retoman el juego
se desbordan  en un baile continuo, transpiran la danza
nunca se tocan ni siquiera se raspan
como si los fonemas que escaparan por sus puntas
corrieran presurosos al encuentro
para abrazarse y amarse en el aire
y eso bastara para dejarnos satisfechos.


Bio:Nació en la localidad de Lanús en 1990. Es Socióloga recibida de la Universidad de Buenos Aires. Poeta inédita, concurre al taller de poesía con Osvaldo Bossi desde el 2010. Poemas suyos fueron publicados en la Antología del Rayo Verde editada por Viajero Insomne en el 2014.