sábado, 6 de diciembre de 2014

Silvia Arazi






Astillas en el aire


Ella se sentó a mi lado
En un banco de plaza, debajo de aquel tilo
que prometía sueños.

-Y un día el mundo es de cristal, dijo su voz remota.

Luego sacó del bolso
una esfera  de vidrio: una ciudad entera
en miniatura.
Una ciudad sin hombres. Plazas, casas, Iglesia,
cielo, nubes.

-De cristal es mi cuerpo, mi memoria, tu pena.
De cristal estos árboles, los huesos, este suelo,
el cielo tan azul, la rosa blanca, el miedo.

Giró la esfera de vidrio entre sus manos
y la ciudad entera se cubrió de nieve.


¡Nieve falsa en los techos, en la Iglesia, en la plaza!

Qué bonito, dijimos.

Pero la esfera resbaló entre sus dedos.
Rodó en el aire,
fría,
veloz,
con su iglesia y su nieve.

¡Astillas de cristal!
¡Astillas, en el aire!

Las manos de Claudine eran pequeñas
-sí, como la lluvia-
y no supíeron retener el mundo.






Conversación I

Bordeamos en silencio
la blanca costanera.

El sol rozando nuestros hombros,
el vasto cielo, el río.

-¿Cómo era ser joven?, preguntó sin mirarme.

-¿Joven?,  repetí,
demorándome en su rostro de niña.

Y me tomó del brazo,
 tambaleando, 
como una madre ciega.

Conversación 2

Bordeamos en silencio
la blanca costanera.

Tan sólo nuestros pasos:
latidos negros sobre las piedras.

Hubiera querido decirte que

en el espejo de
cuando mis manos se
donde golpeaba la 
mientras sangraba por



Te dije: “Qué sereno está el río, ¿no?”

Conversación III

Bordeamos en silencio
La blanca costanera

Cómo olvidar aquella tarde.
El cielo tan azul. El viento.

Tu mirada esa tarde.
Sólo cuatro palabras. Cuatro piedras.

Luego dijiste,
¿Quién se atreve a mirar la primera piedra?

Aquella tarde.
El cielo tan azul. El viento.







El pájaro del dolor

El pájaro del dolor
se ha posado en mi hombro
y picotea el aire,
ávido de alimento.

El pájaro es tibio, pequeño,
engañador.
Yo me quedo muy quieta,
rezando por su olvido.

(Finjo ser un sombrero, un cable,
una columna).

Es inminente que este señor entienda:
en mí, no encontrará nada.
Para él seré siempre
intemperie y vacío.

Sin embargo, él insiste
con su furia de niño..
Roe mi espalda, mi nuca,
mi garganta.

Comenzó a armar un nido
con flores y con ramas.
El pájaro del dolor,
el muy maldito.

BioSilvia Arazi nace en Buenos Aires, Argentina. Se desempeña como novelista, poeta, cantante y actriz.
Estudia Historia del Arte en la UBA y Canto Lírico en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón y toma cursos de actuación y narración oral con reconocidos maestros. Su primer libro de relatos “Qué temprano anochece” gana el premio Julio Cortázar de Narrativa Breve con un jurado presidido por el escritor paraguayo Augusto Roa Bastos y varios de sus cuentos forman parte de antologías en Argentina y en España.
Publica las novelas “La música del Adiós” (Editorial Galerna) y “La maestra de canto” (Editorial Sudamericana) siendo esta última, traducida al alemán y al holandés y llevada al cine por Ariel Broitman, con Elena Roger y Adriana Aizemberg como protagonistas.
Su libro “La medianera” (una novelita haiku) -libro que combina narrativa y poesía- es premiado por el Fondo Nacional de las Artes .
Ha protagonizado teatro, cine, radio y televisión en numerosas oportunidades.
Como cantante se destaca tanto en el género lírico como en la música popular: ópera, música de cámara, jazz, canción francesa y latinoamericana.
Uniendo sus actividades de actriz y escritora, realiza presentaciones interpretando sus propios textos, así como relatos y poemas de autores consagrados.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Sergio Sammartino



Insert Coin
Cuando calle el sonido de las olas y la arena cubra todas tus huellas cuando el viento sea como una música que gira cuando las estrellas se apaguen una a una y el universo se pliegue como un capullo en la noche cuando la historia sea menos que el sonido de una gota aún habrá algo el roce de una pluma el peso de un pétalo en el fin entonces de tanto amor habremos muerto y renacido muerto y renacido fotos que duran un segundo en el fin al desandar los recuerdos encontraremos menos que nada apenas un rumor que toca el corazón en la agonía pero algo más que la tristeza lo que está tras el umbral en el fin.



Nieblas
Entre las páginas nieblas nieblas en la mente nieblas en el camino ni oscurecen ni dejan ver como velos de novia como promesas de placer nieblas nieblas de traición escondidas en los pliegues nieblas impresionistas músicas como nieblas que humedecen que excitan que incitan nieblas papeles transparentes signos indelebles incorruptibles nieblas que ocultan nieblas que muestran que cobijan lo sensual que exponen la muerte nieblas sin pudor nieblas que anuncian nieblas que denuncian los dolores latentes el terror nieblas que amortiguan la violencia del amor nieblas como coros lacerantes como sedas como marcas de agua como lunas en la piel nieblas en las miradas perdidas nieblas de incienso dibujos de vapor nieblas que conspiran que auguran destinos nieblas de alacrán nieblas en las confesiones que se musitan al oído nieblas en los huecos del cuerpo nieblas de fuego nieblas púrpura partículas de niebla
lo que asusta es el vacío que guardan las nieblas
en el principio fue la voz sobre el agua ahora son las nieblas nieblas nieblas diez mil veces.



Armagedon
Aunque quisieras no podrías detenerme toda tu muerte es como un sueño que me hiere pero sólo como un sueño son tus fantasmas elegidos el dolor los seres del hambre delirante el horror del hielo y de la arena aunque quisieras no podrías detenerme porque tu risa es la risa del ebrio y tu música un tronar y tu pintura la sangre
No apoyes Anciano la mano en mi hombro igual he de seguir no anudes tu lengua con mi lengua igual he de hablar si tapas el sol sólo es polvo si secas la tierra habrá de llover si siegas el trigo una y otra vez sembraré la historia olvidada del amor aun si todo lo destruyes volveré lentamente a dibujar el bisonte en la caverna



Fin de Tiempo
Algún día indefectiblemente se cumplirán los plazos si han caer estrellas que caigan si ha de partirse el monte que se parta habrá de secarse así la raíz de la violencia y el postrero en retornar también será perdonado y los sellos serán abiertos y los cantos cantados y veremos a seis millones que vuelven a casa a Cortez que entrega la espada a Moctezuma a Caín que no recoge la piedra y cierra el círculo para siempre y duerme al fin tanto temor tanto cansancio entre los brazos de su hermano.


…..


Porque hay días fáciles y difíciles cuando el viento sopla o no contra estas velas porque podemos olvidar el pasado recordar las cosas buenas porque albergamos canciones y poemas que no nos enseñamos porque nos sabemos vivos y tontos cobardes y valientes frágiles y fuertes porque podemos bailar sobre las ruinas porque somos capaces de construir donde no hay nada más que hojas caídas porque a ninguno le importan los tiempos que vendrán sólo el bien sólo el amor porque en épocas calculadoras podemos vaciar la mente para que se llene el corazón porque podemos lanzar una flecha sin que haya blanco porque podemos volar con elegancia porque podemos tener una historia un secreto una nada apoyada en nada porque podemos confiar y mucho mucho más nos acompañamos


…..


Hay besos de amor que son pocos
besos de pasión que son muchos
el beso de Judas que fue uno
están los besos mojados
el beso a los que llegan
el beso a los que se van
el último que no sabemos
que es el último
está el beso a los que nacen
los besos prohibidos
el primero temblando
el beso a los que van a morir
el que le daría al suicida
hay besos equivocados
besos que nunca recibiremos
besos que dan asco
besos soñados
besos imaginarios
que tienen colores
besos que esconden
besos fríos
los que muerden la boca el pecho
besos en la mano
llenos de miedo
en el cuello en la frente
los besos de Helena y Paris
antes de la guerra
el beso del que llora
el beso de sol
el de mar
el de la seda
el beso de una mariposa
el que cierra la herida
y el que la abre
hay tantos tantos
pero hoy recuerdo
el que nunca di

Bio: Buenos Aires, 1952, vive actualmente en Bahía Blanca, un singular lugar de extremos calores y fríos, viento implacable, aire venenoso, agua con olor.
Estudió Letras, participó en la revista Senda, realizó varias actividades culturales y ecológicas. Dio conferencias; el Depto. de Humanidades lo distinguió en Poesía y Ensayo; coordinó la ex Red Ecológica del Sur; colaboró en la realización de las Jornadas de la Paz y el Bosque de la Paz; Participó en el programa radial ¨El Arca¨ (cultural en Radio Nacional) y condujo el programa radial ¨Amiga Tierra¨ (ecológico en FM De la Calle); y otros. Editó los libros de poesía: Fin de tiempo, Nieblas y El Templo Vacío. A veces, desearía irse a otro planeta.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Facundo R. Soto




Resplandece la canchita
Despejado
Despejado
Claro
Limpio
Transparente
Sin espejos
Despejado
Despejado
Abierto
Sin espejos
Despejado
Sin nubes
Despejado
Despejado
Despeajdo.
Encendido
Otra vez estoy encendido.
El cerebro es como una lasaña
Después de ver la peli me quedé pensando. Todavía en la cama, con el porro en la boca me pregunté: ¿Qué es el cerebro? Él, leyéndome la mente, me respondió: como una lasaña. Lo anoté en mi libretita: “El cerebro es como una lasaña”.
Poesía para el poeta Ioshua (en su gira latinoamericana)
Drogalos
Hipnotizalos
Parales la pija
Rompeles la cabeza
Abriles la mente, el culo y entrañas
Chupale las arterias
Lamele los pies, el pito y culo
Dales una nube de placer
Escupilos
Que te escupan
Cogete a la pachamama
Quemalos vivo y comelos
Y después…
Después, hacete amigo de todos
Pediles su e-mails, encontralos en facebook
Y ya en buenos aires
Invitalos a Casa Brandon
a escuchar poesía.
Verano
Deseo una vida para leer. Otra para jugar. Y una para vivir el verano. Estar eternamente de vacaciones. En la estación roja. Que no me importe nada. Donde todo te despierta.
Camino descalzo por la vereda hirviendo. Huelo el pasto con los pies.
En el verano no me importa nada. Tomo limonada con hielo y menta fresca, recién sacada de la planta, y fumo marihuana. Mucha marihuana. Hasta perder la identidad y ser uno con el todo y todo con el uno.
En verano todo me despierta, y despierto. Me doy cuenta que las cosas están vivas.
Descubro las formas de tu cuerpo, en la noche que es azul, y me despierta, en verano.
Corro en la plaza, como un perro.
Transpiro hasta ser agua,
para que me tomes, como una limonada con menta, en verano.
Vuelvo a abrir la noche y a regar la planta, de marihuana. En verano.
Cangrejo
Pasé la tarde leyendo un libro para un cangrejo de caparazón rojo y antenas plateadas.
Cuando me miró, me detuve, y lo miré. Entonces empezó a caminar para el costado.
Pensé en comerlo, pero volvió. Se paró enfrente de mí, y volví a leer. Parecía escucharme, atento.
No dudé que el cangrejo de antenas plateadas y caparazón rojo era mi amigo.
Lo miré y me dijo algo mientras movía las patas hacia los costados, como bailando el charleston. Tenía los ojos negros, como faroles de un auto, las patas plateadas y su danza era amarilla.
Me dormí al sol, con el libro en el pecho, percibiendo su compañía.
Cuando se levantó viento y una nube tapó al sol me desperté, y el cangrejo desapareció en un hoyo. En un hoyo.
Estación de servicio
Agarro el auto y manejo. Sin destino. Apreto el acelerador. Me pierdo. Aparezco en la Panamericana. Creo. Se mezclan las autopistas. Brasil. Buenos Aires- La Plata. Maryland. Bajo en una salida. La bajada parece eterna. La alfombra mágica. Las ruedas titilan. El auto parece desbarrancarse. Me meto en la ruta. Una estación de servicios me hace señales. Las luces parecen La vuelta al mundo, de noche. Paro. Es de noche, muy tarde. O la madrugada. O dos días después. O antes. Tengo ganas de escribir. Entro de la estación de servicios. Surtidores. Autos muertos. Quietud. Una nave espacial. Centro de energía. Petróleo. Tubería. Baños. Lubricantes para los motores. Los playeros como muñecos de goma, vestidos con mamelucos amarillos. Me gusta el olor a nafta. Me gusta ver los autos, como manchas de colores que pasan lentos, como tirados por un hilo invisible, por la ruta. Lo veo desde el ventanal. Afuera hace frío. Está oscuro. Ya no pasan autos. Y no tengo idea dónde estoy. El silencio se acerca. Se sienta a mi lado. Me asombra cómo me mira. Lo ignoro. Mi voz interior, como una rata crujiendo y letrada, me habla. Cada vez más fuerte. Tengo que escribir, pienso, o es su voz. Busco mi netbook,en el auto. No pudo salir. Me quedo sentado, frente al volante. Es lindo ver el campo negro y la noche luminosa desde ahí, como si fuese un extraterrestre. Tomo consciencia: Soy un visitante. Soy un extraterrestre. Prendo un porro. Fumo. Recuerdo el instante anterior, cuando movía el encendedor. Cuando la llama se levantaba. Cuando la cabeza, o la punta del porro se prendía. Pienso que eso es poesía. Abro la puerta del auto. Eso también es poesía, porque un pedazo de noche se escabulle por la puerta, y entra al auto. Vuelvo a la estación de servicios. Me siento en una banqueta, alta, que mira a la ruta. Le pido un café negro al chico de gorrita y se queda mirándome. Lo miro como si fuese la primera vez que lo veo. Lo descubro. Creo conocerlo de toda la vida. De otra vida. Colgado, pienso de dónde lo conozco, mientras el Word se abre en mi mesa. Pero el Word se abre en cámara lenta. Cuando termina de abrirse está saliendo el sol. El sol me duerme. Voy al auto y duermo. Cuando veo el Word, blanco, no me acuerdo de nada. Pero cuando comienzo a escribir, las palabras me lo cuentan todo.

Bio: www.desprendimiento.blogspot.com

martes, 21 de octubre de 2014

Christian Giambelluca




Aprendiste a decir «sí» y «quiero»
pero no sabés decir «no» y «no quiero».
Tu boca es cada vez más grande y tus pies,
cada vez más pequeños.
Es por eso que no podés correr,
es por eso que estás petrificado.
Sólo es cuestión de tiempo,
hasta acabar convertido en estatua de sal
frente a las pantallas, frente a las vidrieras,
frente a todo lo que creés que te alimenta.
Hora de cerrar la boca, hora de dejarte morir de hambre.
Aquello que te engorda, te aturde y te hace dormir,
debe ser bloqueado, destruido, expulsado, E L I M I N A D O.
Hablamos de cortar cadenas pero, en realidad,
lo que queremos es cambiarla:
por una más liviana o una más pesada,
por una más fina o más gruesa,
más brillante o con otros eslabones.
No, cortarla sería demasiado aterrador…
Si toda mi vida viví con ella acariciándome el cuello, 
¿Qué va a ser de mí cuando no la tenga?

Un bellísimo
Signo de pregunta
Quemando con luz
Propia.






¿Estás escuchando, o esperando tu turno para hablar?
¿Estás mirando, o poniendo AHÍ lo que querés ver?
¿Estás pensando, o repasando el catálogo de IKEA?
¿Estás creando, o reciclando la novela de las 9?
¿Estás hablando, o recitando letanías de tus antepasados-zombi?
¿Estás viviendo, o esperando turno para sentarte al monitor?

Y mientras
buscás la cámara
para publicar la foto
de esa flecha envenenada
clavada en tu cuello…

La flecha sigue
AHÍ.











«hay que ser alguien en la vida»

«más vale malo conocido»

«es por tu bien»

«nadie te pone un revólver en la cabeza»

«¿no estás un poco grande YA para ESO?»

«al menos tenés un trabajo»

«el día de mañana»

«te conozco»

«no hay otra»

«lo lógico sería…»

«pan para hoy, hambre para mañana»

«no podés»


Es un mensaje del
Departamento de Subordinación Neural
y Anexos.






Como Bruce Lee entre los espejos:
  Apenas nacer, te perdés en
    laberintos de palabras
      No vale la pena ya mirar atrás,
        ni desandar el camino.
          El hilo de Ariadna no es una guía,
            sino una mecha esperando
              ser encendida para, uno a uno,
                pulverizar todos los muros y
                  quemar todos los mapas.
                    Como el Buda decapitado,
                      con la cabeza en una estaca:
                       El camino más corto hacia la salida,
                         sigue siendo una línea recta.













Llegó el momento:
hay que mirar de frente ese vórtice sin fin
que has creado a causa del miedo.
Todo lo que echás dentro, hace que sea más grande.
Repito: TODO lo que echás dentro, hace que sea más GRANDE.
Tu sagrada personalidad no es más que un disfraz para pasear
por el mundo y parecer ALGO
(y eso está muy bien)
pero confundir el disfraz con lo disfrazado
es el principio de la maldición.
Construíste una locura a causa del miedo y ahora,
no podés dormir tratando que nadie sepa que esa locura no es real,
levantando murallas noche y día, para defender una ilusión.
PREGUNTA:
¿Qué tenías y qué no tenías, al momento de nacer?
Cae la bomba de Hidrógeno, todo es un inmenso desierto…
PREGUNTA:
¿Quién o qué sos, sin nada ni nadie donde verte REFLEJADO?
Deja que ese vórtice monstruoso muera de hambre.
Todos tus pareceres, opiniones, conjeturas, razonamientos le dan de comer.
¡Declara un golpe de estado cerebral!
Tu sagrada personalidad es sólo una rutina neural
Un estereotipo rígido, sediento de problemas sin solución
Deja de alimentar esos barrotes invisibles
de los que tanto te quejás, pero defendés con tanto
afán

¡Cambio y fuera!



Bio: nació en Bahía Blanca el 1 de septiembre de 1975, hijo de una máquina de remachar y un caracol. Fue a la escuela y a muchos recitales punk. Su color favorito es el violeta. Comenzó a escribir a principios de los ‘90. Escribió mucha basura que luego quemó con un fósforo y una sonrisa en la boca. Entre 2005 y 2011, vivió en Barcelona, pero luego volvió a su ciudad natal. Sus últimas contribuciones han sido para la revista Zingo! Juega a ser un humano en el planeta tierra, pero sabe que hay alta probabilidad que no sea así. Eso le da combustible para seguir escribiendo.