jueves, 19 de noviembre de 2009

Roberto Mariani


10 CTS. DE IRA

hay una fiera, grávido de alcohol el ojo
es rabia agazapada en esta casa
la silueta palpitante que se arrastra
visceral, en algún lugar de la estructura
ávida, acechante, por las penumbras del orden
o se mantiene, letal como un cuchillo
ante el brillo helado
de un próximo estallido
tensa
su hondo animal proclama entonces su amenaza
se proyecta baba bestia, crece sombras a través
del vasto decorado de 1000 sueños extranjeros
vomitando una secuencia de adjetivos nacionalsocialistas
ácidos, impublicables
la masa irada (las garras activadas
de odio), en salto instrumentado por la comedia
del deseo
trazará un demorado surco mutilante
exactamente
en el cementerio central de las defensas dormitorios intestinos
el grito que degrada un es privilegio
feroz final dilacerante, hiende el espacio
i rasga, es ciego
inaugurando así un nuevo ciclo, feliz?
de calores resplandores metalúrgicos
asesinos
de horror, su hedor se expande

<em>LA BELLEZA?ook

-a ezra pound-
eya se interesaba, decía interesarse
por nuestras así yamadas ilusiones
i pedía comprensión para su estado de viudez poética (solía gritarlo)
un poco de calor a secas, alguna vez también pidió; pero a nos solo nos el
estado de nuestras finanzas, la copa de vino, alguna rajadura, i todo
aqueyo que poco nos importaba, qué poco nos importaba por aquel entonces
pero como es relativamente barato -o lo parece- i a veces de nada más se trata
que de beber muy lentamente
i como al descuido
de la copa del dolor
i del hastío
yo la sentaba en mis rodiyas
i arturo erraba, como era su costumbre, a. rimbaud por los corredores
del herror que se escribe sin hache, i nos vendía de la canasta de sus rosquitas
esa su mercadería peligrosa pero nada Bella, imbéciles!
i eya que se disculpaba balbuciente era, de alguna manera, qué o quién era?
i luego descubriera su valor de plus valía i pasara a ser eya la perseguidora
i a exigir una suelta de palomas (blancas) por su par de senos en pleno
i solicitudes, ruegos, filosofía de medianoche
una sesión de análisis
por una sola sesión de manoseos
nunca un orgasmo verdadero de luces de locura de cristales pisoteados
nunca
i hoy la perseguida yace en este catre
maltrecha, desgreñada
mostrando una peluca mal calzada
lanzando una risotada que rebota por el cuarto
i un olor que no proviene de su sexo precisamente
algo que no huele: tufa
ah, demonios, qué arrastrada inmunda es LA BELLEZA
con sus presidios, con su sonrisa de papel carbónico o presidente
en la sonrisa pónte de pie maldita!, cúbrete las varices…, no te hagas
pis encima, sirve la comida i fuera!, vuelve a tu perrera
déjame morir la pipa fabulosa
‘67/’70.


EL PIOJO (I YO)
(letrilla)
-a miguel de molina-
miro ese piojo
allí, i le veo
él no me ve
ni sabe, creo
de asuntos de ver
mirar…, ser visto
i para qué
yo me pregunto
precisaría él
(un piojo)
de saber de ver
de ser visto
-o de a mí verme?…
"helos ahí", se mofan
"unidos por el destino"
señoras: qué necedad!
señores: qué desatino!
él está allí
El Chupador!
yo… aquí
el chupao…
unidos?; juntos?
qué va!; qué nada!
así de solos estamos
su vida huera
e ingloria muerte
(como las mías, igual)
apenas en el papel
se entrelazan
-i no tan fuerte
siga él de ese
modo, silente
irreverente
(i ‘picante’)
con la rutina
de las sangrías
a que su piojidad
le inclina
de bien chuparse
al mariscal, o a la dama
al figurón de la corte
o al magnate; al cardenal
a la alcahueta, o al/la vate!
que siga entonces el curso
que desde siempre transita
de ese sistema-destino
que es su sino, i es su meta
que yo, de igual modo
mas "por las mías"
inciertos caminos persigo
alfombra de espinos mis días
vacías estepas mis horas
sin vino
‘98

Nota:Nació en Buenos Aires, el martes 13 de enero de 1936, vivió 23 años en distintas ciudades de Brasil -donde se "graduó" en el conocimiento de instituciones psiquiátricas-, regresó por un breve lapso a la Argentina, viajó a España, mendigó en las calles de Madrid y, finalmente, fue repatriado. "Gracias a mi hermano sobreviví", contó alguna vez.
Amigo personal de Enrique Molina, Roger Pla y Rómulo Macció, y socio en varios "emprendimientos fracasados" del dibujante y pintor "Freddy" Martínez Howard, Mariani fue uno de los actores del panorama literario de Buenos Aires entre 1963 y fines de los '70: fundó y co-editó la revista "Opium", publicó, en 1973, "7 poemas grassificantes" (Ediciones de la flor alta) y en 1968, editorial Sudamericana editó sus "7 historias bochornosas" (reeditado en Zapala el año pasado).
En Brasil, ya en 1976, la editorial Da Maconha, de Sao Paulo, publicó sus "7 Pue-más" (bilingüe). Otros poemas suyos fueron publicados en Zapala en los libros: "Poemas de oreja", "Mamotretos y ladrillo... de oreja", "Mejunje de nuevos" y 'nuevos' poemas de oreja", "Entremeces eróticos (sazonar a gusto)", con ilustraciones de Inés Finando, y "Mamotreto Nº 13". Allí fue el impulsor de la revista "De culo al barro", como en España, mientras dormía en las calles, de la publicación "La Damajuana".
Dueño de un admirable rigor crítico, lector voraz, provocador por convicción, "libertario y ácrata", Mariani es dueño de una de las voces más auténticas de la poesía del país. Su obra no conoce los límites. De gran intensidad, sus poemas se escriben en registros y estéticas diversas donde Góngora se abraza con Marosa Di Giorgio y Ezra Pound, se topa con Raúl Gustavo Aguirre, Francisco Madariaga, Leroi Jones y César Vallejo. "Busco que las frases sean duras, pero que tengan swing. Si no tiene swing, no valen nada. A veces estoy leyendo a Góngora y meto cosas de él en lo que estoy escribiendo. ¡Lo mal hecho con frases geniales de Góngora! Pero primero de todo hay un proceso inconsciente en el que vuelco todo lo que se me ocurre. El ritmo y el sonido. Escucho el ritmo adentro mío. Depende del sonido que esté escuchando y cómo lo esté escuchando. Puede ser el ruido más sutil, como el de un ‘zippo’ al cerrarse. Y, a veces, tiene que ser la furia. Y si viene con furia ya nunca voy a poder escribir sobre la gota. Y si además estoy escuchando algo ‘en vivo’, la música no viene solo de adentro -contó una tarde de calor en su refugio patagónico-. Cada poema para mí es una cosa nueva. No tengo una línea definida. Algunos son contenidos, otros son exabruptos. Los mamotretos, generalmente, son hacia afuera, con momentos groseros inclusive. Depende de la intensidad que tengan las cosas que me pasan". Y citó entre sus autores preferidos a Góngora, Ezra Pound, Gregory Corso, Dylan Thomas, Jorge Luis Borges, Leroi Jones, William Faulkner, Raymond Chandler, Edgar Alan Poe y Kafka.
Modelo publicitario, actor de fotonovelas, amigo de la nocturnidad, de los bares, lector voraz, amante del jazz, del fernet y los cigarrillos, provocador por convicción, obsesivo de las correcciones, coherente hasta la médula. De nada valen estos adjetivos que podrían, de alguna manera, representar su nombre porque como el mismo Mariani dijo: "no digo mi nombre, no lo uso, porque no soy el que dicen los papeles. O soy, pero ¿qué importancia tiene? Los nombres no definen a la persona".(Extraído de una nota que realizara el poeta Andrés Cursaro)

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