domingo, 5 de octubre de 2014

Ana Colombina





confesión/ tres[1]



Decido contarlo todo.
Decir que traigo el río,
el bosque, la montaña.
Aquí y ahora,
porque ahora pero no aquí
el río me está trayendo.

I

Porqué
este abismo incomprensible
en mi corazón…
           ¿cómo hago para dejarlo ir?

llorar, llorar, llorar, llorar, llorar, llorar, llorar
                                          hasta que
                                                  mis
                                                     lágrimas
                                                              sean
                                                                      nubes…

¿Por qué duele tanto el amor?

Placer
Dolor
Amor
ES TODO
TAN parecido

II

si todo esto que
me aprieta el pecho
fuera a parar a otro lugar
¿a dónde estaría ahora?

no pretendo comprender
pero tampoco
hundirme sin sentido
¿estaré alucinando?
¿seré yo la que te abraza
en mi cama?
¿seremos nosotros?


Ahora vuelvo.
Descubro lo frágil
de la mente,
la fortaleza de mi
piel sobre tu piel.

¿Cómo será tu piel
sobre mi piel
cardo o ceniza?
¿Cómo será?



III

Conservar por un rato
la sonrisa, la sorpresa.
Conservar el llanto adentro
de un frasco o de un helecho:
sólo para humedecer la piel
en los días de sequía.

Reír de nada, reír como niña
o como rana, reír a llantos.
Separar un poco los hombros
de la cabeza, o de la silla:
bailar más seguido en el supermercado
y cantar más fuerte en la calle.

Volver en bici, volar, llorar
sentir la prisa del viento y
pedalear un poco más despacio.
Viajar. La cabeza en un globo.

Creer siempre que voy a encontrarte
a la vuelta de la esquina,
aunque sepa que estás lejos,
creer, y sonreír siempre antes de girar.





Flores y peces

El sol se chorrea en la nuca
de quienes caminamos.
La tarde cae sobre los techos de Constitución
y en los andenes corremos
porque alguien más corre.

Las filas enormes de gente dibujan
serpientes en la plaza.
El día cae sobre las espaldas apiladas
y en la esquina un semáforo rojo
entrechoca y esquiva pisadas.

Entonces, la siesta no buscada
los SÚPER panchos,
los heladosenvasotressabores a ocho pesos
las monedas para los hijos del hombre que tiene SIDA! (grita)
y las mujeres con bebés a upa, pasando por cada asiento

las gaseosas
los pebetes
y el chipá -calentito, caserito, el chipá-

la moneda que pido honradamente porque no me dan trabajo


El sol entra de costado por los perfiles en la ventana
que miran allá, que no miran
o sólo se sacuden con el vaivén del vagón
como nos sacudimos
con cada final de día, los sueños de la mañana.

Entonces, la parada
la tuya
el camino hasta tu puerta, el hilo
de agua que aún corre por la espalda.


Unos segundos antes, me paro en el estribo
veo la luz de la ciudad
que se disputa con la noche.
El cielo que no dice nada
me invita
a dejarme llevar por la luna.

Un señor reparte un fragmento de la biblia
y anuncia
la llegada de Cristo
después del diluvio.
Habla
y su voz se funde con el freno.


Mientras tanto,
me crecen
flores
y peces.






Escalofrío.
Aunque las piernas pesan, corro.
¿hasta dónde soportaré?
no miro hacia los costados
no miro
hasta que la cadena me tire del cuello
voy a soportar,
hasta que el dolor sea más potente
aprieto los ojos,
aprieto el corazón con violencia
y sangra como un árbol, mutilado
¿hasta dónde seguiremos así?
escribo porque la cabeza estalla
porque mi boca besa pero no dice
no digo
mientras tanto el invierno pasa
como pasó el verano y las hormigas.
Los pájaros me vienen a buscar,
quizás… me vaya con ellos
corro, un poco vuelo.
Siento un temblor acá
no de mis latidos
no de mis risas.
Me detengo ante la puerta
no quiero abrir cerraduras,
voy a esperar… una semana más.
Aprieto mi cuerpo contra sí mismo,
me abrazo, me beso y me voy.



Ex[3]

abrazo ex
terminado
del mediodía
ex
abrupto del amor
besos,
bocas,
canciones,
éxtasis
dejados en un ex
          -tiempo
       -periencia
ex traviados
placeres

hablar de lo que
no
      del extremo
opuesto del
sí, quiero

tan
complacida
por lo que no
fue
que me dio este
sí, quiero!!
así, hoy
no beso así
no bailo asá
no es
no como con
mis ex.

para ellos,
estas líneas
quienes
me plantaron
en una plaza
me enardecieron
me olvidaron
me quisieron
y no lo sé
me engañaron
y me enseñaron
los trucos
del amor.





Sábado de mayo[4]

9:37

La poesía es mansa en la mañana
es pomelo, cereal y chía
los ojos brillan, profundos
como si se les hubiera metido un sueño.

Cuando la mañana me encuentra
a la mitad de la cama
la poesía es aroma y remanso
pestañas, pies tibios.

Por la noche sacudí mis letras
apretadas yacen por el piso
hojas de mi otoño
que barro en la mañana.

La poesía en la mañana es casi un olvido
es risa, mates y medialunas
es en su esencia más verdadera:
aquella que no permanece.


19:18

En el otoño el sol se cae
temprano, estirándose
las piernas de la noche
sobre mis hombros.

Las letras de la tarde
están cargadas de segundos
del tiempo-invento
que tuerce mi espalda.

Son las siete y no espero a nadie
casi no ha salido palabra de mi boca
todas cayeron al fondo visceral
del sábado a la tarde.

Estuve comiendo fósforos
de a uno, de a montones,
con dulce de membrillo
para pasar el mate lavado
(me entibia un poco el cuerpo)



22:18

Por la noche la poesía
es atroz
(y aún no son las doce)
como ya devoré todos los fósforos
tendré que cenar calabazas.

Ahora sí espero algo que me sacuda
el cuerpo, las manos
después de ver a la distancia
esta mesa revuelta de libros,
sólo me queda aire para amar.

Los pies atados a la cama
y la luna que se pasea
burlándose de mí
de esta cabeza encerrada.

¿Encontraré la llave antes de que desaparezca la carroza?



[1] Poema que es parte del libro “Cardo” (Club Hem Editorxs, 2013)
[2] Poema que es parte del libro “Cardo” (Club Hem Editorxs, 2013)
[3] Poema que es parte de la Antología Relámpago (Pixel, 2014)
[4] Poema que es parte de “Mestizaje de pájaro y papel” (Estrellas de Cordel, 2011)



Bio: Nací al sur del continente, entre árboles, montañas e inviernos largos. A los 18 me mudé a La Plata para estudiar Antropología y acá me quedé.
Colaboro con varias editoriales independientes y autogestivas: Estrellas de Cordel, Club Hem, Kula Antropología y La Caracola. Hace dos años que coordino un espacio de literatura y otras variedades crecientes, el Ciclo Semilla.
En el 2010 publiqué mi primer libro de poesías de edición casera: En el transcurso, en un proyecto de producciones artesanales “Estrellas de Cordel”, en la misma editorial publiqué en 2011 “Mestizaje de pájaro y papel”. En el 2012 fui seleccionada para formar parte de la antología “El último día del verano”, coproducida por Club Hem y Pixel Editora y en 2013 se publicó “Cardo”, uno de los 6 libros de lanzamiento de la Serie Ojo de Tormenta de Club Hem.

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