miércoles, 27 de enero de 2016

Nicolás Correa





Virgencita de los muertos
Nicolás Correa
(Libros de la talita dorada, 2012; Alto Pogo –reedición 2014-)


V

con los ojos abiertos en la oscuridad
estoy
casi despidiendo lo que queda de vos
y la fragancia
que dejaste en el colchón

yo te veo ir
con los ojos abiertos en la oscuridad
envuelto en tu fragancia
y los jirones de calor
que dejó tu piel

esta negrura que se traga tu boca
de los muertos que han pasado
del silencio en la casa
que viborea en esta cama
como una parturienta
del pasado en soledad
interrumpido en tus palabras
de heridas inútiles
y brazos que en lugar de caricias
dan golpes de sangre

piden que no llore si total
que son cosas que pasan
y yo medida de todas las cosas
mirando la oscuridad en el techo
de todo el mundo

vas por el pasillo que conecta
cocina  comedor cuerpo funcional
y despido de mí
el muerto que dejaste hinchándose
en mi garganta

VII

hoy vamos a enterrar a nuestros muertos
que dejen de estar
el sueño que les han confinado
y alejen de sus cuerpos
los dientes que mastican
chillones
tanta muerte gratuita
lejana la baba de sus bocas
o las cavidades de áureo
hedor

de ellos cuerpos
vamos a desorbitar esa memoria
abrasadora y escrita
y ellos cadáveres
agradables a la  intemperie
y después vómitos
de nuestros escritos difuntos
aterrados de esa memoria
y la presencia escandalosa
de la leche


seminal
que desciende como una hiedra
entre los muslos cuerpos
y allí tan muertos
sin razón ni huella
y la pala en mano del sepulturero
clavando
saliendo
clavando
seminal salado y lagrima

hoy vamos a enterrar a nuestros muertos
cuánto dura el amor
el sueño cadavérico que gravitan
pensamientos como camalotes
pegados en el cuerpo
hincado
partido
y vómito faringe
para después saber morirte
y ese ayer
metido en mi memoria


El camino de la siesta
(La bola editora, 2015)
Nicolás Correa

I

yo soy la última
tendencia
el último eslabón de la cadena
el que renace entre las cenizas
distinto de aquél
no es casualidad

yo soy el que recuerda
cada mañana del viejo
silbando y partiendo en un tránsito oscuro hacia el mundo fabril que tenía en las manos pobre viejo
frío conciente de toda la miseria que había pasado

no se puede vivir de otra manera

yo soy el que abre
las naves que no se han incendiado
el que destila una marcha
en otra cosa
y agacha el lomo para levantar
tu bandera

el odio porque vos
no te diste cuenta que corre la misma sangre por tus venas y la única razón de nuestras vidas es levantarnos cada mañana
sol naciente en el horizonte
y entre cartones y silicio
Fabricación Argentina

qué te pasa estás loco rescatáte
la trajiste para vender
te la tomaste

yo soy el que lucha
el que mira la vagancia
otear el pastizal que cubre la superficie del barrio la virgencita cuetazos en las paredes blanqueadas con cal
noche cerrada fogonazos de octubre
el que vuelve

II
papá qué nos pasó
cómo fue que llegué a esto que soy
de chico te buscaba en el centro
en los ladrillos afilados que eran toda una locura
y tu silbido papá
allá arriba en el techo con esa batalla de la membrana

cómo fue que llegue a esto
busco en el agua que se acumula en el cuenco de mis manos
de los jirones retazos algo desmadejado
un traidor no sé busco una cosa
que se desvanece casi siempre ahí

eso que tanto amaba entonces
papá
yo no sé cómo explicartelo

abajo
desde mi pequeña posición te miraba
y mi amor renovado hacia vos
pensando en cada uno de los lunares
que el sol de verano te iba a hacer salir porque mamá te lo repetía
qué soy papá

yo no me lo puedo explicar esto de no saber
quién

pero si parece mentira
te veo preocupado mirando las manos de mamá
y ese color azul oscuro de tu vida
las cosas son como son hijo
decías

yo papá vos me representas
un cielo abierto y tus manos gordas que parecen torpes
con unos dedos como chorizos pero todo se volvía fiesta
cuando le acariciabas el pelo a mamá
papá

dónde estás en esta hora oscura
llena de barro tinieblas del mundo las cosas que te callaste
aunque yo quiera que llegues temprano
desde el patio
sin hacer ruido
cómo hiciste para explicar tus tragedias
yo ni siquiera puedo verme al espejo
eso que tanto amaba entonces
ni sé cómo explicártelo

creo es imposible que vea del otro lado

miro el cálido silencio de tus ojos
somos este dolor

III

por qué maldita mi poesía
entre las tendencias solo puede
soportar canto innegable
crepúsculo mayor de los días
el extraño segundo en que carne y uña pierden
equilibrio

mujer siete mares siete plagas maravillas siete
consciente frío de
la miseria que había pasado
las cosas que vi dijo
creciste como la hiedra
madre

nobody man una corazonada
que olvida la expresión natural
el retroceso de las masas ya van a venir en la fantasmagórica forma de malformada mueca tu tic tu labio
leporino tu mugre debajo de las uñas
la saliva baja bestia camaleón

por qué maldita mi poesía
recorre la visión de los hijos del mal
en la intemperie el corazón
hiel
la mandrágora que mana
la rama en lo alto

frente a la virgencita
pichi cortaba tira bajaba el gallo
y buscaba en la oscura mazmorra
de la infernal noche en risso
hermano
lo susurró mientras corríamos

o era el viento
de las naves que no habían incendiado
nuestro viento
y la tara se dedica a observar
a los hijos del mal encogerse de hombros
es la visión

la suma de todas

esa mujer preguntó qué me gustaba
cuando callaba
yo nunca el mal puede decirse

señora



Bio: Nicolás Correa, 1983, Morón. Tiene editados los libros de cuentos Made in China (2007) Engranajes de sangre (Milena Caserola, 2008), Prisiones terrestres (Editorial de la Universidad de La Plata, 2010), 83 en la colección Exposición de la actual narrativa rioplatense (Editorial El 8vo Loco- Milena Caserola, 2013) y Rosas Gamarra (Ministerio de Cultura de la Nación, 2015) las novelas Súcubo. La Trinidad de la antigua serpiente (Editorial WuWei, 2013) e Íncubo. Segunda parte de La Trinidad de la Antigua Serpiente (2015), siendo esta trilogía la primera en la literatura Argentina versada sobre el fenómeno del exorcismo. Su primer poemario Virgencita de los muertos fue publicado en 2012 por la editorial Libros de la talita dorada, colección Los detectives salvajes y reeditado por Alto Pogo (2014). El camino de la siesta (La bola editora, 2015), es su último poemario.

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