martes, 8 de marzo de 2011

H. A. Murena


Trabajo central

El instante
en que la espada
de lo posible
súbitamente
se inyecta de sol,
gira,
a segar empieza
los limbos palpitantes.

Y más allá,
cuando como diluvio
de pétalos descienden
las tibias, las fuertes
y finas,
las iridiscentes palabras
recogidas
con ambas manos
antes de que se posen
sobre la realidad

Precisamente
libre de libertad,
lento vuelo
de pájaros
visto en un espejo,
rumor aciago,
fruta absoluta,
un cadalso cubierto
de polen.

Que se entienda
esta dicha terrible
que es cualquier barco
hacia todo naufragio.




Glicinas

El gran poeta
Li Po
nunca escribió
ningun poema.

Miraba ramos
de glicina.

Reía siempre
a veces
lloraba
también.

Espejo
de lo creado.

Eso
fue todo.





Camino abierto

La página
en blanco
y
la caligrafía
que la invade.

Pero
yo no puedo
dejar
de amar.

Un silencio
redimirá mañana
el ruido
de mis pasos.



Nota:Nació en Buenos Aires en el año 1923 y murió en la misma ciudad en 1975. Ensayista, narrador, poeta y traductor. Fue colaborador de la revista Sur y del suplemento cultural del diario La Nación.
Algunos de sus libros:
Primer testamento, 1946
Fragmentos de los anales secretos, 1948
La fatalidad de los cuerpos, 1955
Homo atómicus, 1962
Ensayos sobre subversión, 1962
El pecado original de América, 1965
El nombre secreto, 1969
Epitalámica, 1969
La cárcel de la mente, 1971
La metáfora y lo sagrado, 1973

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