viernes, 1 de octubre de 2010
Luisa Futoransky
La Ristra
Con una ristra de ajíes en el muro se puede atravesar el invierno.
Hacer como que no existen los estragos del dinero, las arrugas ni la fatiga de vivir.
Con ella se pueden machacar derrotas. Y sentarse con aparente indiferencia en un banquito, la puerta entreabierta, desmenuzando en hebras finísimas la urdimbre de historias enrevesadas. Pieles y sudores afines con que neutralizar ejércitos hostiles.
Tarde o temprano los ángeles llegarán cargados de advertencias. O promesas. Con sus cuentas de diezmos a pagar. Que para eso están.
La rosa de los vientos, el firmamento, el ocaso en el alhajero de los chiles.
Aunque por la Sangre de Cristo, por Santa Fe y Taos falte el mar.
A Veinte Años De Auschwitz, Bergen-belsen Y Los Otros
¿Dónde guardarán el alma los algarrobos,
los pinos o los alerces?
¿Dónde sufrirán a Dios?
¿En qué lugar alguno de triste corazón
buscará el suicidio?
¿Cómo vivirán las estaciones, la enfermedad,
el amor, la locura, la muerte?
¿Con qué lenguaje expresará el silencio
la vejez de los árboles?
¡Cómo hallar vuestra lengua, me digo,
cómo saber de vosotros la verdad
-porque también habéis sido testigos y por tanto cómplices-,
cómo limpiar nuestras raíces,
cómo recibir el sol con esta alma empozada,
con el hierro, la memoria y tanta sangre olvidada
y peligrosamente muerta y viva entre las manos!
Lik, la de la foto
Un animal inquieto en su radiante madurez
un manojo de luz que se derrama con intermitencia de faro,
de estrella tan remota.
Y te duermes, nena, con tus juguetes acariciados con largueza
los nombres de ciudades ultramarinas donde pierdes leyes y ceñidores
ebria de absoluto en zoológicos y bazares donde impera desconcierto
Sobria, la foto retiene y revela la escueta timidez
en la arrogancia de algún gesto
En cambio tus lágrimas que nunca dejan presa
asoman detrás de la sombra, las perras
van así, de peñasco en peñasco, construyendo nido
en la comisura alzada de tu sonrisa
y alojándose en tu repentino desfallecimiento
Un escalofrío inextricable revelará, a deshoras
tu melancolía,
sin remedio.
Repican los grillos en los llanos del sur.
La más cálida aguarda el brazo de su abrazo y tiene dispuesto para el asombro, cree, el más secreto amor.
Desde la otra orilla el remolino parece un sistema solar.
Pajitas, troncos, serpientes de río, ahogados, bagres y viejas, bronca, esperanzas, marcos desquiciados; en el estuario, todo vale.
Hasta los hoyos negros del firmamento que no te ofrezco.
Te desgrané en las aspas de loas y blasfemias, de crónica y cantigas. Atrapando nada.
Nota: (Buenos Aires, 5 de enero de 1939) poeta y escritora argentina. Libros: Trago Fuerte. 1963. Ed. de la Casa de Moneda. Potosí, Bolivia ;El corazón de los lugares. 1964. Ed. Perrot. Bs As, Argentina.;
Babel Babel. 1968. Ed. La Loca Poesía. Bs As, Argentina. ;Lo regado por lo seco. 1972. Ed. Noé. Bs As, Argentina. ;En nombre de los vientos. 1976. Aljafería, Zaragoza, España ;Partir, digo. 1982. Ed. Prometeo, Valencia, España. ;El diván de la puerta dorada. 1984. Ed. Torremozas, Madrid, España. ;La sanguina. 1987. Ed. Taifa, Barcelona, España. ;La parca, enfrente. 1995. Libros de Tierra Firme, Bs As, Argentina. ;Cortezas y fulgores. 1997. Editorial Barcarola, Albacete, España. ;París, desvelos y quebrantos. 2000. Pen Press, Nueva York, Estados Unidos. ;Estuarios. 2001. Ediciones del mate, Bs As, Argentina. ;Antología Poética. 2002. Fondo Nacional de las Artes, Bs As, Argentina. ;Prender de gajo. 2006. Editorial Calambur, Madrid, España. ;Inclinaciones. 2006. Editorial Leviatán, Bs As, Argentina. ;Seqüana Barrosa. 2007. Editorial EH, Jerez, España.
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