lunes, 1 de marzo de 2010

Jorge Leónidas Escudero



Caza nocturna 1

¿Cómo hago para dar el salto?
¿Pero de qué salto estoy hablando?
No sé, simplemente un salto, salir
desto de siempre donde no hallo
y sigo buscando.

Y ahora esperen pueda memorizar, ver
si explico algo de mis desvelos,
ver si encuentro
el mapa del tesoro, el carozo
deste asunto que me tiene absorbido.

El no poder explicarme cómo
da desorientación, pero sigo metido
nestas alturas de mis inquietudes
donde falta el aire y sin embargo existo.




Ventura

Fue lejos lejos. Me daba por las piedritas
desas bonitas que juntaba para
todavía tener algunas.

Niño cuidate decía mi mamá, no
traigás más porque algún día
buscándolas en el campo te vas a perder.

Así fue una vez. Buscando,
a los cerros de Zonda subí sin darme cuenta
y como bajar es difícil
se me hizo noche sin luna.

Me quedé ncerrao
y unos zorros ladraban susto grande pero
con la luz del día pude bajar.
Al volver a la casa me esperaba
un gran revuelo de gente en el camino,
todo el barrio había salido a si me hallaba.

Esa fue la primera gran ventura
por amor a las piedras cosa rara
porque todavía no se me cura.
Ahora camino en plena ciudá
mirando el suelo a ver si.



Mi actor gratuito

Es un hombre que inmensamente
espera en una silla,
dentro del restaurant mira hacia la puerta,
no se le mueve un gesto
sigue inmóvil.

Es hora de gente a comer
y él no hace más que estar mano sobre mano
en espera de vaya a saber qué.

Me dije este hombre debe haber muerto
porque no pestañea,
tiene la cara congelada. Y ¿Eh?
se levantó,
caminó hacia la puerta y se hizo humo.

Es una alucinación mía, pensé.
¿Ustedes creen que no?
Siempre veo alguno así,
hombre como si esperara lo que no llega.

Como sea
siempre algún individuo
se me presenta así y hace lo que puede,
luego se retira fantasmagóricamente
para ocupar una silla en otro sitio
y ahí esperarme.
Debe ser un actor excelente que representa
mi ansiedad ante lo inhallable.



Misterio

Se me cruzó en la vereda un desconocido.
¡Eh! dijo, ¿no te acordás de mí?
trabajamos juntos en las minas de Hualilán.

Por decir algo dije es que
casi no te había conocido debido a
que ando corto de vista pero sí,
allá estuvimos juntos.

Entonces me tendió la mano y en apretón
sin largarme continuó: Así es hermano,
el tiempo pasa pero queda la amistá
cuando se juntan dos que han estao en lo mesmo.

¿Y vos qué hacés ahora? continuó.
Yo no hago más qu' estar jubilao, contesté.
Y para ser franco, perdoname,
nunca estuve en las minas de Hualilán,
me has confundido. Claro
que me hubiera gustado
estar en ese trabajo duro. Y bueno,
estuve en otra, pero sería lindo
haber sido compañero tuyo.

El hombre me soltó la mano, hizo
un gesto indefinido y agarró la calle
rumbo al olvido. Yo
me quedé a pensar vaya a saber en qué
dimensión me conoció éste
y hoy su memoria saltó el cerco del tiempo.
¿Quién dice que no me haya conocido
en otra vida?


Nota:Jorge Leonidas Escudero nació en San Juan en 1920.
Abandonó sus estudios de agronomía y se dedicó a la minería. Durante años buscó oro y metales preciosos en las montañas de su provincia.
Comenzó a publicar recién a los cincuenta años. Editó sus poemas en diarios y revistas del país y del exterior. Obtuvo primeros premios en varios concursos e importantes distinciones de entidades culturales de la región de Cuyo.
Poemas suyos se encuentran en lugares públicos, como el grabado en piedra en el Monumento al Minero, en la plaza de la ciudad de La Toma, en San Luis.
Fue incluido en la Antología de la poesía argentina publicada por Raúl Gustavo Aguirre en 1979.
Su obra fue antologada en México por el poeta y profesor de la Universidad de Guanajuato Benjamín Valdivia, en 1990.
Compuso canciones folclóricas, recopiladas en Aires de cordillera (San Juan, 1994), musicalizadas por José Luis Aguado Castro.
Editó los siguientes libros de poesía: La raíz en la roca (edición del autor, San Juan, 1970), Le dije y me dijo (Spae, San Juan, 1978), Piedra sensible (edición del autor, San Juan, 1984), Los grandes jugadores (edición del autor, San Juan, 1987), Basamento cristalino (Filofalsía, Buenos Aires, 1989), Umbral de salida (RundiNuskín, Buenos Aires, 1990), Elucidario (Fos-Epsilon, Buenos Aires, 1992), Jugado (Fos-Epsilon, Buenos Aires, 1993), Cantos del acechante (Fos- Epsilon, Buenos Aires,1995), Viaje a ir (Fos-Epsilon, Buenos Aires, 1996), Caballazo a la sombra (Tierra Firme, Buenos Aires, 1998), Aguaiten (Canto Rodado, Mendoza, 2000), Senderear (Martín, San Juan, 2001), A otro hablar (Ediciones en Danza, 2001)

4 comentarios:

  1. Es una maravilla Escudero. Sí, una MARAVILLA. Atrapa, con su voz tan personal. Tan contundente.

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  2. Alejandra...si, es una maravilla.Dueño de un estilo perticularísimo.

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  3. que orgullo para san juan,la tierra donde nacieron mis padres!!!que hermosa tierra de poetas,que felicidad escuchar y deleitarme con los versos bellisimos de Escudero!!!tuve la suerte de conocerlo a traves de su libro A otro decir y de alli lo adopte,nuevamente felicitaciones por el documental!!!!!!!!!!!!!!!

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  4. un poeta singular a todas luces, me agrado su forma de poetizar

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