viernes, 30 de julio de 2010

Martín Araujo



*****

Como dos gaviotas
arrojadas sobre este llano
se abrazan en el pasto de la noche
lejos del foco de la plaza mayor
y la confitería
acá en la ruta orillada
a espaldas del silo
a minutos del sol
abrazadas como gaviotas
blancas de luna en la playa pampa
donde nadie las ve
o solo yo que es lo mismo
solo con mi anteojo
mirándolas desde hace horas
separarse del mundo como semillas
como dos alas

Saben que las miro
y no les importa:

las veo vestirse en el primer rayo

desenlazar los dedos
el hueso de la lengua
y volcarse a esa ola
plana de sal y pasto
afuera de la ruta
volviendo a la ciudad







*****

Tu sombra se arroja por la ventana
y jamás hay ojos para sentenciarte
Una carta atraviesa los cuartos
para encontrar la mesa donde
una taza se enfría hasta no ser café

Elegiste el rojo para la tinta,
el color del minotauro,
dejando el blanco sobre el hilo

Y nunca estoy ahí para verte

Las manos asomadas entre los vidrios
a la hora en que las luces resbalan
y en la plaza no quedan palomas ni amantes
No puedo ver que ya tus hombros
se trepan por el columpio de aire
y toda la niñez vuelve y te come la cara

El circo se abre con sus jaulas y ruidos
y vos, espalda cubriendo la falta de pared,
brindás tu desnudez a un solo mundo y en el cielo
un jirón de luna
bocas que pierden las formas
hasta una maraña de estantiguas

El gato trepado, absorto en su lengua
lejos, invariable en un muro, gritando
y no hay quien escuche
A la plaza sin árboles le crecen hongos
Las nubes se distraen en el suelo
los remolinos se ahogan
esperando un cuerpo que no llega
porque vos, colgado del vacío
ves como en haces la dimensión
del secreto y de la ventana
mientras el ojo sigue a una figura
abandonada en el polvo de una calle
corrida por el viento

Sospechás que es otro el hombre de asfalto
que escribe y reclama una visión
como un cuadro, que escribe
y se hunde en un cuarto
piso de vidrios vaciados y memoria

Imaginás con tu cuerpo que el hombre ve su salto
cuando en la penumbra ya no hay ojos ni amantes
y en la habitación solo queda sangre







*****

cuchá
brava la verdulera
fijate cómo sube
dodododododododo
ahí se queda
sostenida por la conga
se queda
se lleva la tradición
al fondo
hasta los huevos
la verdulera
sube que da calambre
hasta el sostenido
se clava ahí
sostenido
baja rápido con negras
marca pero no para
brava
la verdulera
no tiene empacho para llenar
el plomo de las sombras
con oídos
con un montón de botones
y aire
como para llenar un globo
un estadio
como para ponerle una mecha
y esperar lechuga
zapallos remolacha
el estribillo
largo y repetitivo
como una mecha
cuchá
zumba la noche
y se quema
la verdulera
arriba arriba
la verdulera






*****

se mueve por el living con desagrado
e imperio supongo que así
recorrieron sus antepasados el desierto
la jungla y los ríos aunque
esta bicha nació en un criadero
de cruz del eje la trajo el tío en un viaje
a esta pecera grande y verdosa
con un tronco para colgarse
en un rincón del comedor ahora
centro de interés de amigos y dueños
martina una tarde de visita cuenta
la historia de una vecina sola
que un buen día dejó de atender llamadas
e ir al trabajo y sacar la basura
para entrar en su mascota
como un globo escamoso la encontraron
inflada en el pasillo de la casa
perdida en un juego de jugos y disolución
una cosa de ácido dice martina
tomando té de cedrón mientras vemos
desenrollarse ese largo cuello sin cuerpo
en el que cabe un elefante según el dibujo
del pequeño saint-exupéry un falso sombrero
se cuelga cabeza abajo en el tronco
como un cable gordo e inanimado
ahora duerme así sin enroscarse
y cada vez come menos
martina muerde una galleta sonríe
está juntando hambre y baba
se prepara para un trabajo de semanas
te está midiendo nomás
simplemente hace eso

Nota:Martín Araujo (Morón, Buenos Aires, 1983) es o fue escritor, técnico en instalación de aires acondicionados split, perito mercantil, músico, licenciado en Ciencias de la Comunicación por la UBA, herrero, docente, acompañante terapéutico, periodista. Co-editó la revista la piel (2002-2004) y participa eventualmente en algunos medios gráficos. Participó de la antología de biografías apócrifas Vidas Posibles (Eudeba, Bs. As., 2000) y publicó Cantata (Editorial Macedonia, Bs. As., 2008). En 2009 circuló Memorias del salón de té y CVC, a través del sello autogestivo Berrretín Editora, que publicará en breve otros títulos (el autor tiene al menos cuatro libros más terminados). Actualmente reside en Córdoba y sostiene el blog http://martinaraujo.blogspot.com

1 comentario:

  1. Germán Arens: es un inmenso trabajo el que te tomas por hacer este blogs. Felicitaciones y suerte. La poesía bien lo vale.He leído varios de estos poetas por primera vez este blogs que tú haces y todos me han parecido fantásticos y dignos de ser recordados. Voy a dejarte un nombre de un poeta también argentino que por su calidad vale que lo leas es este Jorge
    Lemoine Bosshardt

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