viernes, 5 de febrero de 2010

Juán Carlos Bustriazo Ortiz



Tan huesolita que te ibas (del libro "Elegías de la piedra que canta")

tan envidiada de qué sombras la tierra ardía huesolita
la siesta ardía melodiosa tan como ibas tu sonrisa era
una piedra arrobadora y era otra piedra mi costilla
dulcequeamarga solasola cuajada de alta pedrería eran
tus voces tan palomas eran tus manos piedras finas
guitarra tan azuladiosa eras la piedra que acaricia piedra
te ibas quién te roba última brisa de la brisa o
flauta mía o leja y rota tan huesolita que te ibas tan
de la gracia mucha y poca si cuando vuelvas ves mis
días oh piedra llena llaga

hermosa!


Te regalé unas cuentas indias (del libro "Elegías de la piedra que canta")

y había un color de aroma hereje tan sobre mi caía el
cielo amarilleaba su piel verde yo sé que labro joya
oscura sólo por vos que me la entiendes porque a vos
te hablo en esta piedra enrumorada de caldenes quién
sino vos me la naciste y en quién sin vos ella se mece
te di en la tierra qué colores sonorositos magamente
remotas gemas de collares ascuas de piedras de otras
gentes besos de piedras recobradas entre tus manos
vieja fiebre alegría vieja o amoríos de aquella aquel que
están sin frente te regalé gualicheríos piedras de dulces

redondeles



2 (del libro "Unca bermeja")

en un caldén de agua llovida
anaranjado el quejón llámate
el que tócase el pecho malo
con un ala de rocío puro
nunca jamás habíalo visto
y eso que anduve en dos mil montes
habrá querido que así viéralo
para que oyera que llamábate
ay el quejón anaranjado
pidióme el juan para humanarse
para quejarse loco y pintado
inmóvil en sus regias plumas
he ahí que vino un chingolito
con su arpegio húmedo y verde
y el chingolo dijo tu gracia
desde un molle tirando a triste
y el que rumora “bicho-feo”
hermosamente cantó tu aura
ay en el monte ensangrentado
saquéme ojos porque comieran!



6 (del libro "Unca bermeja")

(barro de avispa condenado
por los solones sin arrepientos
barro eternal de este gentío
de estas cáscaras como personas
de estos tan encarapachados
crías de hembra y de peludo
de hembra mujer y bien pisada
en las cuevas debajo el monte
de ellas vienen los piches rubios
los peluditos de qué y qué padre
cáscaras blancas cáscaras negras
coloraditas y enrizadas
si váse un padre viene otro
para ser padre otratrozmente
ellas acuéstanse en el barro
bajo el mollar tálamo poco
gimen barrosas y delicadas
porque algo quédales todavía
cuando sus ojos engrandécense
entre este barro del fin del mundo)


Nota:Nacido en Santa Rosa, La Pampa, en 1929, la obra del gran poeta permaneció olvidada durante décadas. Y, sin embargo, su impresionante hiperproducción –76 títulos publicados– es el testimonio de una de las poéticas más personales del panorama de la poesía argentina del siglo XX

1 comentario:

  1. Un grande, que no ha partido, por el contrario eleva su batuta desde el cielo para que toda la palabra tenga esa musicalidad arraigada en su voz poética. Excelentes textos y la felicidad de releerlos.

    Lily Chavez

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