lunes, 22 de febrero de 2010

Laura Petrecca



*

Un puño pesado
sobre el pecho de una muchacha
Resplandeciente, atento
recuerda con labios gangrenosos

-Si parece real es que es real- y
confiere a las costillas una dicha
que se convierte en llanto;
esas costillas también recuerdan
labios dorados

La música es buena y el gato es providencial
abre las persianas,
y atraviesa el árbol
la mirada que llega desde lejos, que da un paseo por el mundo



*

Los gritos de los chicos
despegaban
con una fuerza elástica
el magenta de los vidrios
y cualquier rastro de polvo en los paredones de la costa.
Pensó que ya lo sabía
y no parecieron extrañas las figuras cósmicas
que jugaban brillantes en los ojos de los conejos
cerca de la ruta.



*

Se preparan salvajes pequeñas jirafas
para batallar cantando el amor por la noche.

Lo que parece miedo en su espesor tibio
en cierto parpadeo incandescente
no es otra cosa que una imagen

-un palpitar ligero que conforma el resto en acidez marina-

Nubla la vista esea caida repentina
desemboco , inexistente yo, en todas las pequeñas furias.

La tierra que cubre un espacio indeciso
fue antes un río y devino tierra.


*

Los muchachos quedaron para siempre
como conejos en transparencias nocturnas;
las pupilas que de a poco enrojecían
vieron de cerca los motores y las velas

Y cuando el cielo tomo un rectángulo
y se perforo ahí por un tiempo
las figuras rosas que se escondían en la cima
vibraron tranquilas en un mismo ritmo

Era una vuelta abismal la que atesoraba los cuerpos
y cubría de cobre los márgenes callados de la ruta

Abrían la boca despacio los cuerpos como chicos
Para ser lamidos por el beso

Nota:Laura Petrecca nació en Buenos Aires en 1985.Publicó¨Pensó que ya lo sabía¨( Ed. Huesos de Jibia).

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